Juntos

"Tu cuerpo desnudo debería pertenecer sólo a quien se enamora de tu alma desnuda."
Charles Chaplin.

Londres, Inglaterra.

Sin mirar atrás, dejando a todos con la palabra en la boca, salierón del salón de baile hacia la habitación que Lucy había apartado.

Parecían que se hubieran recién casado de nuevo, Natsu la cargaba al estilo princesa, mientrás de vez en cuando se daban besos furtivos y demandantes. El camino hacia la habitación se les hizo largo hasta que por fín llegarón.

La habitación parecía un mini apartamento, con un pequeño living room con sofá y mesa, una pequeña estación de café y vinos, había una pequeña habitación y luego un balcón.

La camisa de Natsu voló por algún sitio del cuarto, estaba desesperado por quitarle el vestido a Lucy. Los besos ya no eran suficientes como para sentirse cerca, necesitaban más.

El vestido de la rubia cayó, quedando en su ropa interior blanca. Natsu la colocó sobre la mesa, rápidamente se quitó el pantalón ante la mirada hambrienta y pícara de Lucy.

Ella lo atrajó hacia sí, besandolo de nuevo, sus lenguas tenían una lucha por ver quien dominaba en ese momento. Sus sexos se rozaban lentamente, ella sintió la erección de Natsu, haciendo que se mojará más. En tanto el pelirosa liberó los pechos de su rubia, llevandose uno a la boca. Ella gimió de placer, acariciando el cabello de Natsu lo hizo que se hundierá más en su pecho, le rodeó con las piernas su cintura, mientrás sus gémidos pasaban de suaves a audibles.

Natsu dejó de atender el pecho de la rubia, encaminandose hacia su centro, estampó un beso sobre la fina tela de aquella lencería blanca, Lucy se estremeció. El pelirosa se incorporó quedando cara a cara, él deslizó su dedo indice a un lado de la fina tela de lencería, introduciendole lentamente el dedo.

Mientrás él observaba triunfante la expresión de excitación en el rostro de Lucy, incorporó un segundo dedo, esto hizo que la rubia exgierá algo más. Lentamente metía y sacaba, metía y sacaba. Ella lo besó, un beso que ahogaba los gémidos de placer que sentía, sin quedarse atrás ella metió su pequeña mano entre la ropa interior de Natsu, acariciando lentamente el miembro de él, ahora el beso era más fuerte como tratando de silenciarse entre ellos.

Lucy: Ya... no puedo... me voy... a correr...

En ese momento Natsu sintió su mano muy mojada, le dió un tierno beso mientrás ella convulsionaba del placer.

Natsu: ¿Estás lista para más?

Ella solo se límito a asentir con la cabeza, cuando sintió él la cargaba hacia la cama, la colocó debajo de él marcando un sendero de besos, al mismo tiempo le quitaba la única pieza de ropa en el cuerpo de la rubia.

La contempló, el rostro de Lucy era una mezcla entre dulzura y lujuria, sus mejillas estaban rojas, sus labios entre abiertos y su cabello estaba revuelto, en tanto ella jadeaba, sus pechos se levantaban y bajaban lentamente.

Natsu: Eres preciosa...

Al decir esto, y antes de que ella pudiera responder, él bajo su rostro hacia su centro, lamió con agrado el dulce líquido que de ella salía, saboreando su interior.

Él jadeó de placer al sentir como ella lo presionaba contra sí para profundisar su lengua, tomó con sus manos las caderas de ella, estaba siendo brusco sabía que podría dejarle marcas pero ya no podía contenerse. La embestía cada vez más, en tanto ella intentaba en vano mantenerse callada, los jadeos que ella hacía era cada vez más audibles hasta que explotó en un agudo chillido al llegar al órgasmo. Sus respiraciones eran entrecortadas, él la observaba mientras Lucy intentaba recuperarse de esa descarga de energía, la segunda de la noche y las que le hacían falta.

Lucy: No es justo... Solo tú has hecho todo el trabajo.

Ella posó su mano en el pecho de él, suavemente lo recostó quedando como dominante Lucy, poco a poco comenzó a liberar a Natsu de la única prenda que tenía, comenzo un camino de besos desde sus labios hasta llegar a su muy dotado miembro, lo tomó entre sus manos y se lo llevo a la boca.

Natsu: Por Dios... esta sensación.

Solo se escuchaba los sonidos de Lucy al estar succionando con mucho entusiasmo el pene de su amado. Natsu cerraba los ojos resistiendo a la tentación de correrse tan pronto, apretando las sábanas debajo de él pero no pudo resistir más.

Se liberó en su boca, haciendo que ella tragará solo parte de su semén, lo sacó y lo masturbo hasta que él se desahogó completo.

Natsu: Lo siento, no quería...

Ella le colocó un dedo en la boca para callarlo, sonreía satisfecha de lo que hizo, puesto que era la primera vez que él terminaba en su boca. Cuando el pelirosa la miró, ella tenía su rostro completamente rojo, una mirada sensual y de su boca aún escurría un hilo de sáliva mezclada con su masculino fluído, sin resistir más la besó, tumbandola en la cama.

Él sobre ella, se miraban con deseo, pasión, lujuria y amor. Natsu besó la frente de Lucy, luego su nariz y por último sus labios, era un beso dulce, suave y cálido. Posicionandose entre las piernas de ella y sin romper el beso, se fue adentrando lentamente en ella, poco a poco, disfrutando como su interior lo recibía con tanto agrado.

Rompiendo el beso, se tomarón de las manos, él se movía lentamente en su interior.

Lucy: Natsu... más...

Él sonrió picaramente, besando su cuello hizo más profundos sus movimientos, bombeandola a un ritmo un poco más acelerado. Natsu saboreaba su cuello, dejando pequeños moretones, en tanto Lucy clavaba sus uñas en la espalda de Natsu en señal de que le agradaba que fuera un poco brusco.

El pelirosa se detuvo para hacer un cambio posición, tomó las piernas de la rubia llevandoselas a los hombros y la penetró un poco más profundo. La sensación para Lucy fue arrebatadora, podía sentir más como Natsu llegaba hasta su centro, aferrandose a los brazos de este, solo se limito a gemir con fuerza por que ya era inevitable disimular el placer. No importa si se quejan los huespedes, ella estaba en el cielo.

Al escuchar a su amada, Natsu sintió como en su interior una llamarada de placer subía, le encantaba la escena: el rostro rojo de Lucy, sudando de bajo de él, con su boca abierta gritando su nombre y sus pechos... Esos pechos que se movían rítmicamente en cada penetración. Un sentimiento se plantó en su mente y corazón, la amaba como nunca lo hizo antes y como quizas nunca lo hará despues.

Lucy: Ya... voy a terminar...

Natsu al escuchar eso se dejó llevar, la embistió con mucha más fuerza, sentía que él ya estaba a punto de terminar pero no si antes que ella lo hiciera, necesitaba que Lucy tuviera otro órgasmo para poder asegurarse que le dió el placer máximo.

Lucy: Natsu... te amo.

Ella como pudo lo besó profundamente, ahogó en ese beso el grito de placer al llegar al climax y con un par de movimientos él la acompañó.

Cayerón cansados, jadeando, sudados y sonriendo uno al lado del otro, tratando de recuperarse. Él delicadamente tomó su mano besandola luego se inclino y le dió un beso en la frente.

Natsu: Yo te amo más, Lucy.

Ambos sonrierón, había sido un hermoso encuentro, mejor de lo que esperaban, habían estado alejados por mucho tiempo y ahora por fín podían estar juntos sin que nadie interfirierá.

De pronto el celular de Lucy sonó, era un mensaje de texto de su padre: "Hija, si lo vuelves hacer con Natsu, por favor sean menos ruidosos, queremos dormir, te quiere tu padre."

Ella se sonrojó y Natsu leyó el mensaje riendose.

Natsu: Trataremos de no hacer mucho ruido.

Lucy: ¡Que vergüenza!

Natsu la acomodó en su pecho, acarició su cabello hasta que volvierón hacer el amor un par de veces más y luego se quedarón dormidos.

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