Dream World

"En mi opinión, lo mejor que puedes hacer es encontrar a alguien que te quiera por quien eres. Buen humor, mal humor, fea, linda, como sea. La persona indicada seguirá pensando que el mundo es bello gracias a tí. Y esa es la clase de persona a la que vale la pena aferrarse"

Londres, Inglaterra

Natsu: ¿Así que a esto te referías con visitar a Lucy?

Juvia había llegado a Londres de visita y conocer a un muchacho que quedo loco por ella desde la boda Dragneel-Heartifilia. Llegarón a la oficina de la empresa Dragneel, lo cual los tomó por sorpresa.

Lucy: ¿Gray? ¡No puedo creerlo!

Gray: Hola Lucy ¿cómo has estado? Desde tu boda no he sabido de tí.

Lucy: Si hemos pasado ocupados estos últimos meses.

Juvia se acerca a Lucy y la codea con una mirada pícara.

Juvia: Uhhhh espero que esten trabajando en mi sobrinito o sobrinita.

Natsu: ¿En serio, Juvia...?

Lucy y Gray sonrierón.

Lucy: Natsu, dejenme presentarlos formalmente, él es Gray Fullbuster, es el director de nuestras fundaciones de beneficiencia.

Gray: Mucho gusto, Natsu, no nos habían presentado formalmente pero Juvia me ha hablado mucho de tí.

Se estrecharón las manos.

Natsu: Mucho gusto, Gray, espero trates a Juvia como es debido, sino juro que te hare pedazos si la haces sufrir.

Juvia: ¡Natsu! No le hables así, podemos ser amigos de la infancia, casi hermanos, pero no amenazes a Gray. Él es un hombre muy respetuoso.

Lucy: Así es Natsu, no tienes de que preocuparte por Gray.

Juvia: Lo ves, mi cuñadita lo conoce y apoya nuestra relación.

Natsu: Esta bien... Perdón por la "amenaza"

Gray: No te preocupes, sé que Juvia es como una hermana para tí y la cuidaré, como veo que has hecho con Lucy.

Natsu y Lucy se sonrojarón.

Juvia: Claro que sí, Natsu es un hombre de palabra, ¿recuerdas sus votos? "Cuidaré de tí, manzanita" y lo ha cumplido.

Lucy: Claro que sí, no tienes de que preocuparte Gray... Y cuentame ¿cómo estan los niños?


Gray: Bueno... Tú mejor que nadie sabe la respuesta, ellos preguntan por tí y siempre les digo que estas ocupada.

Lucy bajó la cabeza apenada.

Natsu: Bueno pero iremos pronto a visitarlos, no te preocupes.

Gray: De eso tambien quería hablarles... Pues verán, la directora, Kagura, ha organizado un evento de talentos y nos gustaría mucho que nos acompañarán.

Natsu: ¿Cuándo es?

Gray: En una semana, ¿irán?

Lucy: ¡Claro!

Gray: ¿Segura?

Natsu: Yo me aseguraré que estemos ahí, cuenta conmigo.

Gray: Muy bien, les avisaré a los niños.

Juvia: ¿No crees que sería mejor que fuera sorpresa?

Natsu: ¡Excelente idea! No digas nada, llegaremos temprano ese viernes.

Gray: Esta bien pero en verdad no fallen, ya no sé que más decirles a los niños por tu ausencia Lucy.

Lucy: Ahí estaré.

Gray: Bien, nos retiramos. Quiero mostrarle a Juvia como es Londres.

Ellos se retirarón, dejando a los Dragneel en la oficina. Lucy parecía asustada, tanto tiempo sin visitar a sus pequeños, ella no se sentía merecedora de su afecto. Las cartas que ellos le enviaban ni siquiera las había leído, ¿qué tan mierda se había convertido? Y Natsu notó su angustia.

Natsu: ¿Te pasa algo?

Lucy: Tengo miedo...

Lo miró, en sus ojos unas lágrimas amenazaban con escaparse, parecía muy angustiada.

Lucy: Ellos me odian... Los abandoné.

Natsu: No creo que lo hagan...

Lucy: ¡Natsu, ni siquiera he abierto sus cartas de navidad, cumpleaños o día de madres! Soy una basura como humana ¿cómo pude fallarles así?

Natsu la abrazó, ella empezó a llorar.

Natsu: Todos cometemos errores, manzanita, ellos entenderán que estabas ocupada. Les diremos que fueron muchas cosas las que paso y...

Lucy: ¡No estubierón en la boda...! Les prometí que cuando me casará, ellos estarían ahí.

Ella se abrazó más a él, hundiendo su rostro mojado por las lágrimas en su pecho. Cariñosamente él acarició su cabello, intentando reconfortarla.

Natsu: Bueno... Les diremos que fue una boda rápida, por que creíamos que serías mamá ¿qué opinas?

Lucy: Ellos no lo creerán...

Levantó su vista, estaba completamente roja, sus ojos hinchados y su rostro expresaba el resentimiento que sentía.

Lucy: Ellos no van a creer... Fue mucho tiempo que me fui tambien.

Natsu: Claro que lo creerán, se los diré yo. Además, podemos decirles que estubiste muy ocupada con mi proyecto en Ámerica y por eso no pudiste venir a verlos ni escribirles.

Lucy: Se oyé como si es tú culpa que me alejará de ellos.

Natsu: Sí con eso conseguimos que no te odien... Esta bien por mí.

Ella limpió sus lágrimas, hundió de nuevo su rostro en el pecho de Natsu y se quedarón así hasta que ella se tranquilizo, Natsu solo le besó la cabeza.

Lucy: ¡Gracias Natsu!

Valle Blackmore, Inglaterra

Luego de una semana en la que Lucy, ayudada por Natsu, hicierón compras para llevarles regalos a los 15 niños que están en el orfanato.

Luego de un largo viaje en carro, ambos llegarón al lugar, el Valle Blackmore.

Natsu: ¿Cómo te sientes?

Lucy: Tengo miedo, tambien me siento resentida conmigo por abandonar tanto tiempo a mis niños.

Natsu tomó su mano, apretándola para transmitirle seguridad. Ella suspiró, tratando de retener las lágrimas.

Natsu: Muy bien, es hora.

Salierón del carro, frente a ellos un grupo de niños y niñas, sus edades oscilaban entre 2 años y 14 años. Natsu tomó por la cintura a Lucy, haciendola caminar.

Los niños no la reconocierón en el momento, hasta que acercó lo suficiente, ya que todos estaban ocupados haciendo algo para el evento.

Wendy: ¡Srita. Lucy! ¡Hey todos, es la Srita. Lucy!

Todos mirarón en dirección de la pareja; Lucy y Natsu solo vierón una avalancha de niños venir hacia ellos. Corrierón a abrazar como podían a la rubia.

Wendy: ¡Srita. Lucy la extrañamos tanto!

Romeo: ¡Extrañamos sus pasteles!

Michelle: ¡Srita. Lucy ya puedo leer, yo me encargo de leer los cuentos a los pequeñitos ahora!

Todos hablaban al mismo tiempo; Lucy se arrodilló, dejandose abrazar y comenzarón todos a llorar. Natsu sentía su corazón estremecido por el amor que esos niños mostraban por su esposa. "Debe ser maravillosa con los niños", pensó él y una tierna imagen de Lucy con un bebé se posó en su mente.

Luego de explicar a los niños los motivos de su ausencia, Natsu repartió los regalos; a pesar de que los niños no podierón asistir a la boda, jamás se imagino que los niños lo aceptarían muy bien.

Él solo había crecido con Zeref y Juvia; aunque fue una buena infancia hasta que se enteró que no era un Dragneel de sangre, eso le cambió la vida, lo hizo madurar de un golpe, refugiandose en los estudios pero estos niños la habían pasado peor y gracias a Lucy tenían mejores posibilidades de vida.

Wendy: ¿Srita. Lucy...?

Lucy: Dime Wendy.

Wendy: ¿Se quedará a la noche de talentos?

Lucy: Claro que sí, no nos lo perderíamos por nada ¿verdad, Natsu?

Natsu sonrió en respuesta. Le gustaba que ella hablará en plural, como una pareja real; ella debe ser una gran actriz para poder aparentar que le importaba su presencia, pensó él.

Wendy: ¿Y tocaría el piano en mí presentación?

Natsu: ¿Piano?

Wendy: ¡Sí! Ella es maravillosa, recuerdo que cuando era más pequeña nos poníamos alrededor del piano a cantar. ¿Acepta, Srita. Lucy?

Lucy: Pero tengo tanto tiempo de no...

Wendy: Pero es "Dream World" usted nos enseñó esa canción, la sabe perfectamente en el piano. ¿Sí? Le daré mi regalo de vuelta para que acepte.

Eso les destrozó el corazón a ambos.

Lucy: No necesito nada, pequeña, muy bien tocaré el piano. Le diré al director de música, al Sr. Watkins que...

Wendy: ¡Oh no! El Sr. Watkins ya no es nuestro maestro, ahora el Sr. Gajeel Redfox.

Lucy: Muy le diremos al Sr. Redfox del cambio.

Ellas se abrazarón. Era una linda imagen, para Natsu parecían madre e hija. Guardo esa imagen mental en su memoria; aunque en 9 meses se separaría de ella, ese momento lo recordaría siempre.

Se llegó la hora de la función, Natsu estaba en primera fila juntó a Lucy. Uno a uno las presentaciones pasarón, la emoción de los niños era grande.

Gajeel: Sra. Dragneel, la siguiente presentación es la de Wendy.

Lucy: Muy bien, me iré a preparar.

Natsu: ¡Buena suerte manzanita!

Lucy: Gracias Natsu.

Una de la mejores cosas de fingir que son una pareja real, eran los besos. Natsu le dió un tierno beso de animos en los labios. Lucy se puso nerviosa.

La pequeña banda se posicionó en el escenario, la rubia se colocó frente al piano suspirando hondo para calmar sus nervios, miró al público y sonrió.

Wendy: ¡Buenas noches, agradecemos su presencia en nuestra noche de talento. Esperamos les guste nuestra presentación!

Cuando Wendy empezó a cantar, Lucy tocó el piano.

En ese momento todo nerviosismo, temor y culpa se fuerón de la cara de Lucy. Su mirada se iluminó, sonriendo al escuchar la dulce voz de Wendy.

Natsu la observaba hipnotizado, la voz de Wendy era dulce y melodiosa pero el piano... el piano sonaba dulcemente en manos de Lucy, aunque toda la banda empezó a tocar, el sonido del piano lo estaba arrullando.

Se sintió de repente conmovido de los movimientos gráciles que ella realizaba; al ver su sonrisa, no hubo nada en el mundo que lo hiciera cambiar de opinión, él se ha enamorado.

Ya no solo era deseo; era cariño, afecto, ternura, amor lo que ella generaba en él. Había sido tan testarudo en admitirlo pero el hecho de que aprovechaba cada oportunidad para mostrarle afecto a ella, como: abrazarla, tomarla de la mano o besarla; le indicaban que no solo la miraba como una mujer hermosa por fuera sino que había descubierto a la dulce Lucy, de la cual su "pseudo-suegro" y las amigas de ella hablaban.

Sí tan solo ella no estubiera enamorada de otro, él sería capaz de dar todo por hacerla feliz.

Cuando llegó un solo de piano junto con la voz de Wendy, se dió cuenta que todos los niños miraban hacia el escenario con entusiasmo, como esperando el mejor momento de la canción, algunos de los niños trataban de imitar con sus pequeñas manos el piano y otros cantaban.

Cuando llegó la última éstrofa de la canción, Lucy y Wendy se mirarón, como madre e hija. Wendy se colocó frente a Lucy, como dedicándole esa frase a ella.

Wendy: It's shine on me, forever more; For you and me, eternally.

Al terminar la canción Wendy se acercó a Lucy, abrazándola. A la vez todos los niños salierón corriendo a abrazarla. La escena conmovió a todos los presentes, en especial a Lucy que lloraba de felicidad de que sus niños aún la querían.

Lucy: ¡Los amo tanto mis pequeños!

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