29

Claude

Estábamos en el National Hall, como de costumbre. Mark estaba sentado, hablando con Dylan por mensajes en el móvil y cantando muy muy bajito una canción que no había escuchado en mi vida. Era eso que cantabas por inercia, sin darte cuenta, mientras estabas haciendo algo más importante.

«¿Por qué yo no tengo tan bonita voz?» me indigné yo solito. Mark cantaba muy flojito, casi tatareaba. Yo le escuchaba, parecía que no se daba cuenta.

Esa tarde salimos solo él y yo. Dylan tenía un asunto familiar y tuvo que ir a otra ciudad para resolverlo. Erik y Bobby ni idea de dónde estaban, pero tampoco vinieron. Aún así él me preguntó si quería salir a la calle, y allí nos encontrábamos.

-Bueno - dejó el teléfono - Dylan dice que ya ha solucionado el asunto de familia, todo arreglado - me miró - ¿Qué quieres hacer?

-Pues no lo sé - le dije - La verdad es que no tengo muchas ideas ultimamente.

-Oye, ¿quieres llamar a tus amigos o algo? - me dijo - Te dejo mi móvil.

-Te lo agradezco, pero no me sé el número de ninguno de ellos - me excusé - Como los tenía guardados en el móvil no tenía la necesidad de memorizarlos.

-Qué palo - se rió.

-No importa, en una semana y media ya estaré en casa - miré el cielo.

-Pues sí - suspiró - Qué rápido pasa el tiempo. Vamos a echarte de menos por aquí.

-Y yo - le sonreí - Sois maravillosos, me lo he pasado genial con vosotros.

-Ya te vendremos a visitar - me devolvió el gesto - Y tú puedes venir aquí cuando quieras, en mi casa hay sitio de sobras. 

-Gracias - me tumbé en el césped - Sed libres de venir a mi casa cuando queráis también, a Bryce seguro que le gustaría conoceros.

-Siempre hablas de él - se tumbó a mi lado, observando el cielo - ¿Cómo es? Háblame de él.

-Bueno, Bryce es muchas cosas, es todo un mundo...

Corría un aire muy agradable. Había poca gente por la zona esa tarde, y estaba todo muy calmado. Las nubes se movían con el viento. Era todo tan sereno.

-Es una persona muy fría, si no te tiene confianza, no te mostrará lo que siente - hablé - Pero es muy sensible, y se guarda muchas cosas. La verdad es que es algo cabezota, pero tiene muy buen corazón. Es calmado y callado, como tú. Te caería bien.

-¿Le conoces desde hace mucho? - me preguntó.

-De toda la vida practicamente. Desde los 5 años, él es el hermano que nunca tuve.

-Oh vaya - dijo - ¿Os conocistéis en el colegio o algo así?

-Ah, bueno... No del todo - sonreí - Nos conocimos en el orfanato.

Se levantó del suelo de golpe y me miró con unos ojos como platos. En ese momento recordé que en ningún momento les había contado que viví la mayor parte de mi vida en un orfanato. Se me escapó ese pequeño detalle.

-¡¿Cómo?! - no cambió la expresión - ¿Eres huérfano?

-Sí - me reí.

-¿Cómo puedes reirte de eso? - era como si me riñiera - ¿Y por qué no nos has dicho nada?

-Tranquilo colega - di toquecitos en el césped, indicándole que se tumbara de nuevo - Soy huérfano desde los 5 años, no es algo que me martilice.

-Made mía - miró a otro lado - Eres como Dylan, hacéis lo mismo.

-¿Dylan es huérfano? - me sorprendí.

-No, no me refería a eso - se rió - Quiero decir que hay cosas que no las cuenta. Hace un par de meses me enteré de que tenía una hermana de 7 u 8 años.

-¿Cómo es eso? ¿Hace tiempo que os conocéis no?

-Sí - me miró - Verás, los padres de Dylan se divorciaron hace ya muchos años. Dylan vivía con su padre antes de venirse conmigo. Pues resulta que su madre se encontró pareja, y Dylan tiene una hermanastra. Y va el tonto y no me lo dice hasta ahora. Si esque  sois iguales.

Me reí, la verdad es que actuaba bastante como yo. Él era más alegre, pero nos parecíamos, era innegable.

Ese día estaba bastante cansado, habíamos jugado un partido por la mañana, y estaba rebentado. A Mark también se le veía algo más agotado de lo normal, nos habían dado caña. Solo faltaban unos cinco partidos para la final. Estábamos todos emocionados. Bueno, yo no tanto, sabía que nunca iba a jugar ese partido con el Star Unicorn, porque debía estar en casa para el 5 de abril, cumpleaños de Bryce. Además, para esas fechas, Jax, el delantero lesionado, ya podría volver a jugar.
Todos lo sabían, así que intentaban pasarme mucho el balón en los entrenamientos y partidospara que puderia disfrutarlos más. Aún no sabía si algún equipo en Corea me aceptaría cuando estuviera de vuelta.

Mark miró el móvil, puesto que había recibido un mensaje. Después de leerlo guardó el dispositivo en su bolsillo y me miró.

-Dylan ya está llegando - me dijo - ¿Te apetece venir a nuestra casa a pasar un rato? ¿O quieres ir ya para tu casa?

-Hombre, a mi si me queréis en vuestro piso yo voy - le sonreí.

-Pues venga - se levantó del césped.

Le imité, y comenzamos a caminar rumbo a casa. Se empezaba a hacer tarde, pero no era mal plan pasar el rato con ellos. Aunque vete a saber cómo se encontraría Dylan, los problemas familiares a veces afectan. Pero sabiendo como era, seguramente estaría más fresco que una rosa.

Caminábamos tranquilos, hablando muy animadamente por las calles transitadas. Tampoco hacía falta ir con prisas, Dylan aún estaba conduciendo de camino a Washington DC, así que teníamos tiempo, igualmente no vivíamos lejos.

-Creo que nuestro próximo rival en el torneo es un equipo del estado de California - me dijo - He oído que son bastante fuertes, tendremos que estar atentos.

-No te preocupes, yo creo que lo lograremos - respondí - Tenemos varias estrategias y-

-Un momento - me interrumpió, y echó unos pasos hacia atrás.

Recogió un objeto de ropa del suelo, de color granate oscuro. Era pequeño.

-¿Esta no es tu riñonera? - me miró muy confuso.

Me acerqué rápidamente. Tenía en las manos una riñonera oscura, con un llavero de un dragón rojo. Me lo regaló Byron después del mundial, y me gustó tanto que lo colgué allí para reconocerla.

-¡Sí! - la tomé de sus manos.

La abrí rápidamente. Saqué las llaves de uno de los bolsillos.

-¡Las llaves! - me emocioné, y seguí buscando - Pero lo que me suponía, el móvil no está.

-Qué cara tiene la gente - suspiró - Bueno, mínimo has recuperado parte de lo que perdiste.

-Pues sí - me la colgué en el pecho como de costumbre - Venga vamos, no quiero hacer esperara Dylan, el móvil ya lo he dado por perdido.

-Podríamos denunciar el robo, ¿sabes? - me miró.

-No merece la pena, perderíamos el tiempo - miré hacia delante - Ya me las apañaré...

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