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Claude

-Atención muchachos - anunció el entrenador Scride - Como muchos ya sabréis, mañana empieza el torneo nacional. Nuestro objetivo: ganar. Supongo que no hace falta que os lo diga.

-Sí entrenador - Mark, el capitán, habló por todos.

Entonces el entrenador me miró a mi en concreto.

-Claude, soy consciente de que acabas de llegar, no estás acostumbrado a tus compañeros, a la formación del equipo y aún no te hemos mostrado las supertácticas, pero estoy seguro de que vas a tener un gran rendimiento en la delantera. No me falles.

Asentí. Me gustaba que confiaran en mi, me hacía sentir más cómodo y uno más entre ellos. Que tus compañeros de equipo no confiaran en ti era algo duro, así que me alegraba de estar tan bien integrado en el Star Unicorn a pesar de haber llegado hacía poco.

Estaba totalmente dispuesto a darlo todo para llegar arriba en el torneo. No solo por el hecho de estar en ese equipo y querer agradecerle a Mark esta gran oportunidad, sino que además, si eso salía bien, podría llegar de nuevo a Corea con una buena cantidad de dinero, perfecta para pedirle disculpas a Bryce por todo lo que ha tenido que pasar estos días. Ahora me sentía más tranquilo, sabiendo que Xavier y Jordan no iban a quitarle el ojo de encima.

En una de nuestras quedadas, les había contado a Mark y Dylan el problema de mi situación económica. La mía y la de Bryce. También les había contado mis planes sobre el dinero, la carrera universitaria del albino. Ellos entendieron muy bien la situación, y se comprometieron a una cosa. Me dijeron que le pedirían al entrenador Scride, que si había sido útil para el equipo, cuando yo volviera a Corea me buscarían otro equipo profesional que pudiera ficharme. Así seguiría trabajando de algo que me apasionaba, que se me daba bien, y que además podría pagar los estudios de Bryce al completo. Esos dos eran un par de cachos de pan, qué suerte haberles conocido.

El entrenador me dio carta blanca a la hora de jugar, me dejaba hacerlo a mi manera. Me dijo que si demostraba un gran nivel, esfuerzo, dedicación y deportividad, iba a hacer todo lo que estuviera en su mano para ayudarme a ello. Yo cooperaba con el equipo, y además, les era útil mi juego aéreo, así que cubríamos varios puntos débiles. Nos volvimos un equipo sólido, y estaba seguro de que podríamos llegar a lo alto del torneo. Era muy probable que yo no llegara a jugar todos los partidos, los últimos, pero si llegábamos hasta allí me iba a sentir completo, iba a sentir que había sido útil.

Una vez, antes de un partido de fútbol, mi padre me dijo: "Hijo mío, en tu propia vida eres el protagonista, pero en la de alguien más eres un personaje secundario. Nunca trates de ponerte por encima de los demás, todos sois pilares importantes a la misma altura, y si alguien está a otro nivel, la montaña se derrumba. Solo con el hecho de sentirte un pilar de esa gran montaña, que sin ti se derrumbaría, deberías sentirte lleno".

Cuanta razón llevaba. Eso hice toda mi vida. No intentar ser mejor de los demás, intentar ser uno más. Si uno de los pilares está a otra altura, la montaña se derrumba, así que todos debemos hacer la misma función. Está claro que es real. Si en un equipo alguien se cree superior, se crean conflictos, y los jugadores no se coordinan bien. De pequeño me prometí hacer eso, y siempre lo llevé a cabo con mis compañeros.

-Claude - Dylan pasó la mano por delante de mis ojos - Vamos a entrenar.

-Sí - comencé a correr con ellos por el campo.

Tecleé unos números en el teclado de mi móvil, y me llevé el dispositivo a la oreja. Esperé unos segundos, hasta que alguien contestó.

-Hola Jordan - saludé.

-Hey Claude - me devolvió el gesto - ¿Cómo lo llevas por ahí?

-Yo bien, no te preocupes - bajé la cabeza - Pero, ¿y vosotros? No puedo parar de pensarlo.

-Llevamos a Bryce al hospital - contó - Estaba muy débil. Parece ser que tiene una gran falta de vitaminas a causa de lo poco que ha comido, pero se toma unas pastillas y prontó se va a recuperar. Haremos todo lo que podamos para que recupere el ánimo también.

-Gracias chicos, de verdad que no quería cargaros con esto, pero no sabía con quién más contactar. Me hubiera gustado llevarme a Bryce conmigo, pero no me lo pude permitir.

-No hay problema, Bryce también es nuestro amigo - me imaginé su sonrisa diciendo esas palabras - A falta de pan, buenas son tortas, no te preocupes.

-A falta de pan, buenas son... ¿Cómo? - siempre me dejaba atónito cuando hacía eso - Mira, déjalo...

Me reí. Echaba ya de menos al Jordan gracioso de los refranes. Con el paso de los años no perdió su buena vibra, eso me alegraba. Jordan era único en su especie, estaba seguro de que alegraría a Bryce de alguna u otra manera.

-¿Y vosotros dos como lleváis eso de hacer de hermanos mayores? - le pregunté.

-Bryce no trae problemas, ya lo sabes - me respondió alegremente - Y menos ahora, nuestra mayor tarea es hacerle comer. Estamos a gusto. Nos hemos apropiado de tu habitación porcierto.

-Bueno, eso da igual - miré hacia un lado con los ojos entrecerrados - Gracias igualmente.

-Nada nada. ¿Has hecho amigos ya por ahí?

-Me llevo bien con el capitán y su amigo - le respondí.

-Me alegro, ya nos enviarás alguna foto cuando visites algo chulo - ya estábamos.

-Sí mami - le respondí riendo bajo la nariz.

Estuvimos hablando un rato más, hasta que él tuvo que irse a la cama. Estuvo hablando conmigo hasta la 1:00 am. en Corea, las 12:00 pm. para mi, relamente era un buen amigo.

«Venga Bryce, un poco de fuerza, sé que puedes llevar esto bien. Yo también te hecho de menos, pero pronto volveremos a vernos. No hagas locuras».

Me levanté del sofá y me dispuse a hacerme el almuerzo. Qué hambre.





Hola gente. Sé que dije que estaba ocupada y que quizás no iba a publicar tanto. Lo sé... :) Pero aprovecho las mañanas y las noches para escribir, y como tampoco son muy largos mis capítulos, puedo ir haciendo. Me divierto demasiado escribiendo, y después leyendo comentarios. Gracias por el apoyo
:3

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