Una aventura más.
A partir de aquí, narrara Neji hasta próximo aviso. Creo que es hora de ver todo bajo su punto de vista, y es muy difícil narrar como ___ si no ve. Se perderían muchos detalles. Gracias. Ah, y perdón por tardar.
NARRA NEJI
─Debo encontrar a...─La voz de ___ se apagó unos instantes, cuando ella entrecerró sus labios. Después de nuevo sonó con su singular seguridad.─Deidara.─Sus labios formaron una linea recta.
Por alguna razón sentí como si mi corazón se parase un instante. Aclare mi garganta, mientras fruncía el ceño. Miré sus ojos, ahora de un color negro puro y perdidos.
─¿Deidara?─Pregunté.─ Tu compañero se llamaba Ryu, ¿no?
Ella trago saliva.
─Deidara.─Aseguró.─No debes saber nada más.
─¿Cómo pretendes que busque a alguien que no sé quien es?─ Crucé los brazos sobre mi torso.
Mordió sus labios y se acomodó en la silla. Estaba algo inquieta, pude notarlo. Y sin razón aparente, una pequeña sonrisa asomó por sus labios.
─Cuando llegue el momento, lo sabrás...─ Su sonrisa se ensanchó mientras una pequeña carcajada salia de sus labios, y balanceaba sus pies, como una niña pequeña. Parecía feliz aun que sus ojos siguieran tan neutros.
─¿Por qué te ríes?─Pregunte poniéndome en pie.
─¿Acaso no puedo?─Ella buscó torpemente mis manos y las cogió.─¿Donde vamos?─Preguntó cuando se levantó de la silla y comencé a guiarla.
─Es una sorpresa.─Conteste irritado.
─Pensaba que me dirías algo como que no estoy bien de la cabeza o que soy una rara.
─Hace años que tengo eso asumido.─Abrí la puerta con una mano, mientras que con la otra sostenía las de ___.
─Ryu me lo repetía todos los días.─Negó con lo cabeza mientras sus ojos se movían hacia donde yo estaba.─Tu mano esta tan fría como siempre.─ Comenzó a caminar pasando la puerta.
─Las tuyas tan cálidas como siempre.─Le contesté cerrando la puerta.
─¿Siempre?─Su voz se quedo en el aire mientras yo la miraba y caminábamos.─Naruto me ha repetido estos tres años lo frías que son mis manos...─Su voz se diluyó como si algo hubiera encajado en su mente.
Seguimos caminando en silencio, bueno, con el ruido de la aldea, ancianas en los puestos, niños jugando, personas conversando de fondo, como banda sonora.
─Cuidado con esa piedra.─Avisé.
─¿Con cua...─Antes de que pudiera terminar de preguntar se tropezó con ella y mis brazos la sostenían.
─Lo sabía.─La acomodé de nuevo en pie erguida y negué con la cabeza. Hay cosas que nunca cambian. Creo que eso me gusta.
De nuevo seguimos el camino en silencio. Suspiré. No entiendo nada de lo que pasa ahora a nuestro alrededor. Nada tiene sentido, al menos no para mi, aun que ella parece tener cosas en claro.
Esto era abrumador. Ni si quiera se lo que siento. Sigo odiándola, en el fondo lo sé. Pero la amo mucho más de lo que la odio, creo o quiero pensar.
Solo había algo en claro en estos momentos, y era ella. Todo esto que esta pasando es algo que arrastra ella. Creo que cada vez tengo más seguro que ella no es una simple chica algo extraña, es algo más grande, a pesar de que ella no llegue ni al 1'60.
─Sé que es complicado.─Su expresión desprendía indiferencia.─Pero siento que... tu eres el único capaz de ayudarme. Por que lo siento así.─Cogió aire y luego lo soltó poco a poco, mientras cerraba los ojos.─Por que es lo único que siento. Lo único que siento es... Por ti. Eso debe significar algo.
La observe unos instantes. Nuestros pasos eran acompasados, al igual que nuestras respiraciones tranquilas entre el barullo de la calle.
No me molesté ni en querer saber como es que ella sabía en lo que yo pensaba. Ella.
─Eso significa algo. Sea lo sea.─Afirmé.
─Esto será difícil, ¿lo sabes?─Yo asentí.─Nunca voy a parar de hacerte sufrir.─Apretó nuestras manos.─¿Preparado?
─Si se trata de ti nunca estoy preparado.─Sonreí de lado.─Una aventura más.
─Y las que quedan.─Susurro ella.─Me llevas a casa de Naruto.
Yo elevé las cejas. Estábamos a unos metros de el conjunto de apartamentos donde vivía él, pero no se le oía por ninguna parte, ¿Cómo podía saberlo? Empezaba a asustarme.
─Enserio, ¿Cómo sabes todo?─Ella soltó una risita.
─Huele a dangos, y enfrente de su casa hay un puesto. Hemos girado dos veces a la derecha, el recorrido hacia su casa. Y hemos pasado por el Ichiraku. También huele un poco a Ramen instantáneo. ─Fue explicando como si fuera la cosa mas obvia del mundo.─Fácil.
Yo opte por no responder.
La guié hacia los escalones y puse una de mis manos en su cintura y otra en su antebrazo, para poder sostenerla y guiarla con más soltura.
─Venga... escalón. Escalón.─Ella elevaba una pierna y buscaba el siguiente escalón, subiendo lentamente. hasta que llegamos al ultimo.─¿Por qué paras?
Ella apretó los labios y movió inquietamente sus ciegos ojos. Luego, con torpeza, dio un paso caminando y apoyándose hacia la barandilla de la escalera que deba a la calle.
─No es a ti al único que haré daño.─Apretó sus manos en la barandilla poniendo sus nudillos blancos de la presión.─Hablar con él ahora es como hablar con una piedra. No... no siento nada. No puedo hacer nada contra ello tampoco. Es un vacío.
─Algo pasa, algo pasó en aquella misión.─Caminé hasta la castaña.─Me importa muy poco lo que sientas, bueno, lo que no sientas en estos momentos. Si quieres averiguarlo y volver a sentir y a ver, tenemos, tienes que hablar con Naruto.─Cogí sus manos y la obligué a enfrentarse al ultimo escalón.
Toque con los nudillos la puerta del Uzumaki y después de unos minutos abrió.
Su único gesto al vernos fue mirarme y asentir mientras nos dejaba pasar. Una sala desordenada estaba frente a nosotros, como era de suponer.
─Poneos cómodos.─Su semblante era serio. Él se arrodillo y se sentó en el suelo, mientras nos miraba y su pecho subía y bajaba rápidamente.
Yo ayudé a ___ sentarse y luego imite su acción, colándome a su lado. Naruto mantenía su mirada con la mía. Sabia que el la conocía tanto o más que yo, y solo con vernos pude ver lo que pasaba.
Ambos miramos a la ahora ojinegra. No me había fijado en las oscuras ojeras a juego con sus ojos y su pálida piel que hoy decoraban su rostro de neutralidad dolorosa.Creo que así es como mejor podría definir ahora su estado.
Jugueteaba con sus dedos. Estaba nerviosa y apostara mi cabeza a que era por no poder observar cada detalle que ocurría. Eso es algo característico en ella.
Observar hasta la forma de pestañear de las personas.
Y se quedaba con esas cosas de todo aquel que conocía. A mi siempre ha estado recordándome el amor odio que tiene a mi fruncir el ceño.
─Creo que sabes a que venimos.─Habló ella, con los ojos puestos en un lugar inexistente de la habitación.
─Yo tampoco sé que pasó.─Contestó el lo más estático que pudo.─Yo no soy a la persona a la que debéis preguntar.
─¿Y quien es?─Preguntó ella con la voz temblorosa.
─___─Vaciló unos instantes.─¿Qué es lo que recuerdas?
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FELIZ AÑO NUEVO‼
PERDÓN POR LA TARDANZA.
¿ALGUNA COSA GRACIOSA QUE OS HAYA PASADO ESTAS VACACIONES?
GRACIAS POR LEER.
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