Tan yo.
Pasos eran lo único que se escuchaba. Golpes secos sobre la madera de los tejados. Nuestros pasos eran acompasados, aun que él caminara a un metro.
Un suspiro se escapó de mis labios temblorosos. Tal vez lo que merecía era estar mal, pensé.
Paré en seco y me giré, quedando de frente con Ryu, quien casi se choca conmigo.
Alcé la cabeza, buscando su mirada esmeralda escondida entre su cabello y me balanceé sobre mis talones.
-Tú...¿Crees que soy mala persona?-Mis labios formaron algo parecido a una sonrisa, mientras mi vista, ahora, miraba hacia otro lado. Él titubeó, mirándome desde arriba y con las manos en los bolsillos.-Oh, lo entiendo. No me conoces. Ha sido muy estúpido por mi parte, ¿verdad?-Solté una risita nerviosa y me di la vuelta, caminando de nuevo.
Sus pasos no se oyeron en unos instantes, y luego, sonaron con prisas, intentando alcanzarme.
-No puedes ser mala.-Le oí decir a mis espaldas. Yo negué con la cabeza.-Eres «nada más», tu no puedes ser la mala.-Sus palabras sonaban atropelladas y con, de algún modo, rabia.
-Tal vez. Quién sabe.-Respondí yo, haciendo mis pasos más pesados. Ambos llegamos frente a mi ventana. Con un pequeño salto entré. Él se quedo ahí, pasmado.-Entra, no te quedes ahí. Como en tu casa.-Sonreí amablemente.
Di un paso hacia atrás dándole espacio, coloque mis manos tras mi espalda y ladee la cabeza.
Sin decir nada, apoyó sus manos en el marco de la ventana y se impulsó con los pies, hasta quedar frente a mi.
Su mirada buscó la mía.
-Tus ojos dicen que eres buena.-Susurró.
Mis manos jugaron entre si unos minutos, en los que yo, mordía el interior de mi mejilla y miraba a un punto inexistentes de la habitación.
Contemple al chico que tenia frente a mi, alguien que era nada más y nada menos, como yo.
-Siento lo de tu aldea.-Mi voz sonaba floja, y mis ojos estallaban en emoción al contemplar a alguien tan yo.
-Yo también siento lo de la tuya.-Ryu sonrió, al igual que yo.
Caminé por la habitación, en busca de algo que se me pudiese olvidar. Abrí un cajón, justo cuando una ráfaga de viento entró, haciendo volar algún que otro papel, que había sacado de mi maleta al llegar.
Uno cayo frente a los pies de mi nuevo compañero, quien se agachó y lo agarro entre sus dedos y sus ojos lo examinaron.
Mis pies caminaron con rapidez al darme cuenta que de lo que contenía aquello, pero antes de que pudiera quitárselo su boca se abrió y comenzó a recitar.
»Eres todas las cadenas que me atan
y que encierran a mis demonios.-Su voz sonaba con calma, apacible. Alzó las cejas al mirarme y yo sonreí con timidez.
»Y ahora,
que estas lejos de mi
tiran,
para llevarme de vuelta
a ti.-Continúe yo.
»Eres el dolor todas las noches
Cuando lucho contra ellas,
contra tu ausencia.-La serenidad en su voz era tan inmensa, que parecía magia.
»Y eso,
mi amor,
me hace fuerte.
Me hace fuerte, me hace libre.-Mi voz sonaba rasposa, con dolor.
»Lo siento, mi amor
Siento quererte tanto como para huir de ti,
para no dañarte.
Por que, recuerda-Los ojos verdes de Ryu se cerraron y su boca se cerró con lentitud.
»Que si hago esto,
También
es...
Por ti.-Finalicé yo. Mi voz era temblorosa y mis piernas temblaban.
Ryu se movió, dejando el papel sobre la mesa, para después coger mi mochila, que yacía en el suelo.
Me la tendió, y yo caminé hasta él, cogiéndola entre mis dedos y colocándola en mi hombro.
-Escribes bien, ¿sabes?-Habló Ryu.
-No es la gran cosa. Tonterías que me pasan por la cabeza.-Sonreí.
El silenció inundó la habitación, solo nuestras respiraciones se oían, tranquilas.
-Ese chico y tu... ¿Qué paso?-Preguntó con voz curiosa, yo me senté en la cama a lo indio y mire a la ventana.
-Tu sabes, un chico y una chica, cosas que pasan.-Suspiré.-Aun que esta no es la típica historia. Esta historia es dolor. El suyo y el mio. Eliminándolo. No sé si me explico.-Mordí mi labio unos instantes.-Realmente yo le odiaba y él a mi. Creo que siempre lo hemos hecho. Osea, el es un maldito Hyuga bipolar molesto y celoso. Venga ya. Tenia ganas de azotarle con un remo constantemente.-Sonreí.-Eramos un desastre.-Negué con la cabeza.-Yo estaba floja y el me hizo sentir cosas que nunca había pensado.-Me puse en pie.-Pero tenia que irme, necesitaba su fuerza para cualquier cosa. No podía vivir sin él. Y creo que no hay cosa mas triste que vivir a base de otros, ¿no crees?-Sonreí.- Ahora puedo vivir sin él, pero no quiero. Y pienso que eso es el verdadero amor.
Tosí con incomodez y mis pies se movieron hasta la puerta. Mi mano agarro el picaporte, pero la voz del peliraro me frenó.
-¿Por qué te fuiste realmente?-Sus palabras sonaban con autoridad.
-Voy a salvar a mi hermano.-Fué lo único que pronuncié antes de salir por la puerta, seguida de él.
MUY BUENAAAAAS. ¿QUÉ TAL ESTAIS? ESPERO QUE BIEN, DE VERDAD DE LA BUENA BUENISIMA.
ESTOOOOY FELIZ.
ME HACEIS FELIIIIIIIZ.
LA PREGUNTA DE HOY ES ¿DEIDARA O ITACHI?
Y ESO, QUE NO SE SI HACER EL 50 COSAS SOBRE MI PARA QUE ME CONOZCAIS MEJOR. ¿QUÉ DECIS?
SE QUE ESTE CAPÍTULO ES ABURRIDO PERO EL PROXIMO AOSSOSSOSZHUSSISBSSKSHSSBOSSVOSSHOSSHAOSAAYWOSLSMSKSO.
GRACIAS POR LEER❤❤❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top