Lo que menos miedo me da.
─¿¡Qué!?─Pregunté parando en seco. Miré al rededor, no había nadie por esta zona, así que no me preocupe por si había elevado mucho la voz.
─Quiero entrenar allí. ¿Cuál es el problema?─Puso sus brazos en jarra mientras fruncía el ceño.
Me quedé pensando unos instantes. Realmente no encontré ninguna razón, pero simplemente, ¿Por qué? Como siempre ella solo me producía dudas.
─¿Por que ahí?─Esta vez mi voz solo reflejaba curiosidad.
─¿No te has dado cuenta del tiempo que llevas sin pisar tu casa?─ Me decía ella, enfadada. Después su dedo indice chocó contra mi pecho, haciendo que yo diera un paso hacia atrás.
Yo elevé las cejas incrédulo. Seguía sin entender muy bien lo que quería decir, ¿qué tenia que ver eso con entrenar allí?
Ella bajo sus manos, hasta dejarlas a sus costados y después las unió, entrelazando sus dedos y mirándome con los ojos entrecerrados.
─Explicarte nunca ha sido tu mejor cualidad.─Dije con pesadez.
─Sin embargo ser idiota si ha sido la tuya.─Cruzó los brazos sobre su pecho.─¡No puedes hacer eso!─Se quejó elevando sus manos en el aire exasperada.
─¿Se puede saber por qué te pones así?─Pregunté de igual manera.
Ella gruñó por lo bajo. Se mordió el labio y se balanceó.
─¡Esta mal eso que haces!─Su mirada estaba posada en el suelo.
Ahora fruncí yo el ceño.
─¿El qué? ¿Cuidarte?─Pregunté confuso y algo molesto.
─¡No! Pero seguro que Hinata y Hiashi están preocupados.─Yo abrí los ojos al limite.
─Espera, ¿¡qué!?
─Al fin y al cabo ellos son tu familia.─Jugaba con sus dedos.─Y...
─¿Y...?─Incité a que continuara.
─No quiero que piensen que yo te alejo de ellos. Más aun.─Corrigió.─Al contrario.
Yo me encogí de hombros.
─¿Qué más te dará lo que piensen ellos de ti?─Pregunté.
La pregunta se quedó en el aire, en el silencio. Después de sus labios broto una mueca que creo que pretendía ser una sonrisa, pero no se vio así.
─Supongo que tienes razón.─Elevó la cabeza.─Pero entrenemos allí, ¿está bien?
Yo solté un suspiro, dejando caer los brazos a mis costados y cerrando los ojos unos segundo.
─Está bien.─Contesté resignado.
Y ___ sonrió ampliamente, pegando un pequeño saltito mientras yo negaba con la cabeza.
(...)
Entramos a las casas de mi clan por la mía.
___ estaba nerviosa. No paraba de secarse las manos en sus pantalones.
─¿Ocurre algo?─Le pregunté.
─No, nada.─Negó con la cabeza enérgicamente.
Yo reí suavemente.
─Mentir tampoco es tu gran cualidad.─Nos paramos en medio de mi salón.─¿Quieres algo?
─Agua, por favor.
Yo solo me di media vuelta y me dirigí a la cocina.
Desde luego parecía una casa deshabitada. Todo estaba en su sitio y empezaba a tener polvo. Las ventanas estaban cerradas y las cortinas bajadas, sin apenas dejar pasar la luz.
Abrí el frigorífico. Tampoco había mucha comida.
Mientras le servia el vaso con agua a ___ no podía evitar pensar en por que se preocupaba en lo que los Hyuga pensarán de ella. Realmente a ella nunca le ha importado eso.
Cuando volví con el vaso al salón vi como con sus dedos peinaba sus coletas. Le ofrecí el vaso y ella con manos temblorosas lo cogió.
Dejó el vaso sobre el primer mueble que noto buscando con sus palmas y comenzó a caminar.
─Deja que te guíe. No conoces bien esto.
─¡No!─Respondió ella con prisa.─No quiero que se piensen que soy débil...
─¿Se puede saber por que dices eso?─Pregunté caminando hacia ella.
Me ignoró y siguió caminando, paseando sus manos por la pared hasta que se topó con la puerta.
Con una de sus manos la abrió hacia el lado. Yo di un paso y abrí la boca tratando de avisarle, pero antes de que pudiera decir nada dio un paso, en el aire puesto que había una diferencia de altura de la casa al patio y cayó en plancha a la tierra.
Yo salí con rapidez, viendo como Hiashi y Hanabi miraban a ___.
─Hiashi-sama, Hanabi-sama.─Saludé.
Me agaché y ayudé a levantarse a ___ quien maldecía por lo bajo mientras sacudía el polvo de su ropa.
Su cara estaba roja, tanto que pensé que podría explotar en cualquier momento.
Una vez estuvo en pie se irguió.
─¿Hacia que dirección están?─Me preguntó en un susurro.
Yo dude unos instantes y fruncí el ceño.
─Date media vuelta y los tendrás de frente.─Contesté inaudible.
Ella lo hizo con torpeza. Y aun con ese color en su cara, puso la cara más seria que pudo y se inclinó.
─Perdón por interrumpirlos.─Dijo con rapidez.─Es un gusto Hiashi-sama. Igual Hanabi-san. Yo soy ___.
Entonces fue cuando recordé que ella, aun que había venido alguna vez aquí, nunca había visto a nadie del clan Hyuga que no fuera yo, ya que no salíamos al interior de las casas.
─Lo mismo digo ___-san.─Contestó Hanabi.
Hiashi me miró a mi, con su semblante tan serio como siempre, y luego a ella, que seguía inclinada y con los ojos cerrados, esperando su respuesta.
─¿Que hacéis aquí?─Fue lo único que contesto. Yo apreté los puños.
─Queremos entrenar.─Respondí a mala gana.─Continua recto dos metros.─Le susurré al oido a ___.
Ella asintió y comenzó a caminar.
Una vez se paro se dio media vuelta, quedando frente a mi, a medio metro.
─¿Estas segura de pelear contra Neji?─Preguntó Hiashi, dudando de su poder.
Algo en la expresión de tristeza y decepción de ___ cambió. Una sonrisa victoriosa asomó en su cara y giró la cabeza un poco hacia la derecha, supongo que deduciendo que de allí venia su voz.
En su mano sostenía un kunai, el cual apretó con emoción.
─Permita me informarle de que ya gané a Neji en dos ocasiones. Una no hace mucho, cuando volví de mi entrenamiento con Jiraiya. Ajá, con uno de los grandes Sannin.─Informaba ella con sorna.─Oh, y déjeme decirle que después de lo que he pasado y de lo que me queda por pasar, que no lo sabe usted bien, lo que menos miedo me da es entrenar con él.─Luego sus ojos ciegos de nuevo se posaron en mi.
Aun que Hiashi no era muy expresivo pude observar como elevaba un poco las cejas con sorpresa ante las palabras de la castaña.
Yo sonreí y le mire. Le mire como un profesor mira a su alumno de sobresaliente.
─Hoy empezaremos suaves.─Informé.─Comenzaremos con taijutsu. Concentrate.
Ella asintió. Cerró sus ojos y respiró hondo. Después se pusó en su posición de pelea.
Hiashi le había susurrado algo a Hanabi y ambos se habían sentado a la puerta de una casa, observándonos.
─Comencemos.
[Foto en multimedia de la posición de pelea de ___]
Muchas gracias por leer, ya sabéis.
¡Tengo un montón de ideas para la novela, así que estar atentas y atentos!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top