Afortunado


Oí una carcajada burlona. Llevábamos en silencio desde su última frase.

—Aparte de ciega, ¿Ahora también te has quedado muda?—Preguntó con ese tono suyo.

—Te agradecería que fueras un poco más amable. Solo un poco. Aún que igual si lo intentas explotas.—Sonreí por el pequeño chiste.

A veces tengo mi chispa.

Otro chistecito. Lástima que esté solo lo haya podido disfrutar yo. Tks.

—Debería irme después de eso. Pero voy a tener corazón y ser un poco más... Amable como tú dices.

Oí de nuevo los muelles de la cama, supuse que, simplemente, habría cambiado de postura. Pero supuse mal.

De repente noté su aliento en mi cara.

Su aliento era lo único que no olía a arcilla. Olía a regaliz negro. Inspiré.

Era agradable en realidad.

—¿Y como pretendes ayudarme?—Dije, alejándome de él.

Pude escuchar una carcajada.

—Ni si quiera yo lo tengo muy claro.

Alcé las cejas.

—¿¡Así es como pretendes ayudarme!?

—Ni si quiera yo se las verdaderas intenciones de Akatsuki, niña.—Rodé los ojos ante el niña, tampoco me sacaría muchos años.

Rodar los ojos es de mala educación.

¡Maldita sea, Hyuga!

—Vamos, que estás ahí haciendo bulto, ¿no?—Respondí algo exasperada.

Chasqueó la lengua. Ese comentario le había enfadado. Pronto descubrí que Deidara, era alguien bastante orgulloso.

Así que reí. Y aún se molestó más. Podía oír como sus dientes chocaban una y otra vez, los apretaba con rabia.

—El otro día, conseguí robarle a tu querido hermano... —Hizo una pausa para disfrutar de como esas dos últimas palabras me afectaban. Pero intenté disimularlo todo lo bien que pude.—Un libro. Lo tenía a buen recaudo, pero últimamente, anda despistado, ¿Sabes?

Apreté un puño. Deidara intentaba llevarme al límite. ¿Para tanto era el comentario que había hecho yo anteriormente?

—¿Qué ocurre con ese libro?—Pregunté relajando ya el puño y reconduciendo la conversación.

—Uhm, tiene algunos símbolos que no entiendo. Aún que hay uno que me suena, es como una especie de pájaro.—Mi respiración se cortó un instante.—¡Vaya, pero si es el símbolo de tu clan! ¡El clan que Akatsuki destruyó!

—Deidara, creo que es hora de que te marches.—Podía notar como mi cuerpo temblaba de la rabia.

Se me había olvidado que y quien era Deidara. Todo lo que había hecho, y como seguía haciéndolo. Como se sentó sobre el cuerpo muerto de Gaara.

Algo ardía. Algo estaba ardiendo. Y si Deidara no se iba...

—¡O de que te marches tú! ¡Así como te vi huir mientras matábamos a todos tus seres queridos! Aún que quedó tu hermano, que vaya... Es... Como ¡Yo!— Abrí los ojos de la sorpresa de aquellas palabras.—Y ahora también has huido de ese chico... Uhm... ¡Neji! Aún que igual le has hecho un favor...—Cogió aire.—Ni si quiera tú misma sabes quién eres, eh, Akane ____.

Por un momento pareció como que todo se hubiera sacudido a mi al rededor.

Y durante un instante, algo distorsionado, vi. Vi a Deidara con una sonrisa burlona en la cara.

Todo lo que vino después paso extraordinariamente rápido y lento al mismo tiempo.

Cuando quise darme cuenta, mi puño estaba literalmente dentro del estómago de Deidara, y de nuevo viendo todo negro.

Deidara tosió y salpicó en mi, lo que supuse que era sangre. Ambos estábamos estáticos.

—Tks. Menos mal que cubrí mi cuerpo con arcilla... Me podré recuperar de esto.—Dijo respirando con dificultad.

Me sorprendí. ¿Había planeado esto?

—Deidara...—Negué con la cabeza.

—Me siento muy afortunado... He sido el primero en volver a ver tus ojos...



HOLA CHICAS. ESPERO QUE OS GUSTE.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top