f i v e
Ya casi era día de muertos, por ello nuestro amable y estresado mexicano corría de un lado a otro encargándose de la decoración, la comida, la música, el programa y por supuesto los invitados.
La joven niña que tenía por capital leía la lista de los antes mencionados mientras movía sus pies que colgaban de la silla donde estaba. Aquel bonito movimiento se detuvo una vez su vista se posó en un nombre que para ella era prohibido.
- ¿Cómo que vas a invitar a Rusia?-protestó la joven levantándose y caminando hasta el tricolor que leía un papel con indiferencia-¿México?
- ¿Qué tiene?-respondió ignorando la preocupación de la joven así a lo "mamón" mientras continuaba su lectura-
La capital le arrebató el papel y se colocó frente a él con el ceño fruncido y le mostró la lista al país que también había fruncido el ceño.
- ¿Y viste a quién invitaste?-replicó la joven con molestia señalando nuevamente el nombre de la potencia-
México rodó los ojos y tomó el papel para leerlo una vez más, chasqueó la lengua y sacó una pluma.
- ¡Ah ya!-dijo ante el aparente alivio de la CDMX-invite por accidente a Afganistán, ese vato me cae mal, que torpe, gracias, Ciu.
La mencionada casi le da un golpe al país al que debía cuidar, para luego gritarle en la cara.
- ¡Invitaste a Rusia y a USA, baboso!-gritó con molestia haciendo enojar al tricolor que colocó sus manos en la cintura-
- ¡Sí! ¿algún pedo?-protestó el más alto mirando a los ojos a la niña-
- ¡Claro que lo hay! ¿cómo eres tan imprudente? ¡están en guerra, México! Ya no son amigos-replicó tratando de que el mayor entrara en razón, este rodó los ojos nuevamente y se fue a sentar-
- Yo lo tengo todo bajo control, Ciu, tu tranquila, yo sé qué hacer, tengo un plan-respondió más calmado el país y se dejó caer en la silla donde hace minutos estaba la capital que se quedó parada en medio del salón-además, Rusia es bien respetuoso, no haría un desmadre en un país que no es suyo.
- Ni siquiera lo conoces-recriminó nuevamente la contraria dirigiéndose donde el mayor-y sí, tal vez es respetuoso, pero ¿qué hay de Estados? Él no es así.
- Ese potro ya está domado, Ciu, tengo todo bajo control-replicó una vez más mientras sonreía de manera socarrona, la joven solo hizo una mueca y dejó todo en manos de su país-
Como extrañaban la paz.
- R u s i a -
El de Ushanka tomaba de los hombros al más bajo, mientras esté tosía.
Chile no se sentía bien desde hace días, no era para menos, no pasaba por el mejor momento que digamos, aún así se ponía de pie, algo que a Rusia le asombraba, ganándose al instante el respeto del mismo, sin duda Chile era un país fuerte, que suerte tenía el ruso al tenerlo de su lado.
- ¿Seguro que no quieres descansar un rato?-preguntó por casi quinta vez el más alto haciendo que el menor riera de lado-
- Si lo pregunta' una veh más voy a darte un golpe-sonrió el chileno con cariño haciendo reír también al ruso-
Venezuela los sorprendió por atrás haciendo que el de bandera roja y franja azul con una estrella se sobresaltara.
- ¡Ora tú conchatumare!-protestó el más bajito haciendo reir nuevamente al ruso-
- Cállate tú, inválido mamagüevo-se burló mientras Rusia seguía con su risa, a pesar de ser duro amaba a sus nuevos amigos latinos-hey, les traigo noticias a los dos-dijo y le entrego una carta dorada que venía decorada cuidadosamente junto a una pequeña flor de cempasúchil-
El ruso arqueó una ceja ante el detalle.
Abrió la carta y decía lo siguiente:
Querido: Rusia
Me dirijo a ti sólo para invitarte cordialmente a mi fiesta anual con motivo de día de muertos, esta es la primera fiesta a la que te invito y siento mucho bajo cuáles circunstancias lo hago, de todas formas, jamás pude celebrar nuestra buena relación política y comercial, espero poder hacerlo ahora.
-Posdata.
Espero no te moleste uno de mis invitados, pero no tenía opción.
Ah y no hice otra invitación para Venezuela y Chile porque ellos están automáticamente invitados, tenemos de qué hablar
-Atte
México
Rusia abrió los ojos de par en par ante la aparente invitación.
-Ese maldito bas...-Venezuela de ganó un codazo de Chile evitando que terminara su frase-retiro lo dicho.
- ¿Y qué se supone que tengo que llevar? ¿regalos? ¿debo llevar a Moscú? ¿qué se hace?-preguntó el eslavo tomando la flor y mirando a sus amigos-
- Wow, wow, wow-calmó nuevamente el chileno-eso' fueron demasiados "que" en una sola pregunta-río-
- Pero qué...
- No lleves nada, México no es interesado -respondió Venezuela con una sonrisa-de verda' él es bien amable.
Rusia sonrió también y acarició la flor.
- M é x i c o -
Ya estaba todo listo para la fiesta, los países iban llegando con normalidad, el país anfitrión estaba en la puerta recibiéndolos con una sonrisa y para algunos un caluroso abrazo y para otros solo un apretón de manos.
El ruso se presentó frente al latino que dio un largo trago de saliva. En las manos llevaba un ramo de orquídeas y una gran sonrisa.
- Buenas noches-saludó con su típicos y natos modales rusos, elegantes y discretos, él siempre un hombre recto y de bien, ahhh Rusia, ¿quién no te quisiera?-
- B-buenas-respondió el mexicano sacándole una sonrisa al ruso que rápidamente cautivó al latino-eh... Me alegro que viniera ¡que vinieras!
- Muchas gracias a ti por invitarme, México, de verdad, es la primera vez que escucho de está fiesta-respondió con cariño el más alto y luego recordó el ramo-¡oh! Casi lo olvido, no sabía qué traer así que te traje un ramo de orquídeas, es una flor típica rusa, espero te gusten.
- Son muy hermosas, no tenía que traer nada, en serio, lo importante aquí es que se diviertan-replicó el latino tomando las flores ante una tierna felicidad del mayor-
- No fue molestia, mi padre me enseñó que a dónde quiera que vaya de visita debo llevar algo, es por cortesía y agradecimiento-explicó con orgullo el eslavo mientras veía detrás del mexicano-supongo que ahí es el salón, es muy lindo.
- ¡Oh, sí, sí! Déjame te llevo, para explicarte esto del día de muertos y enseñarte que comer y que no, que el año pasado China se comió un chile habanero-sonrió al recordar ese momento-sígueme.
México se quitó de su lugar para acompañar adentro al eslavo que muy agradable escuchaba atento todo lo que el latino decía.
A la distancia alguien que sostenía una copa de vino los miraba con odio.
- Hey, take it easy, brother-calmó Canadá poniendo su mano en el hombro de su hermano-
- No me digas que me calme-respondió con ira el americano mientras sostenía la copa con fuerza-¿qué se cree ese imbécil para estar con México? ¿no puede dejar MIS cosas en paz?-gruño haciendo énfasis en esa palabra asustando un poco al de al lado-
- Wow, tranquila, fiera, México puede hablar con quién quiera cuando quiera y además ¿no dijiste que pelaron?
- Eso no significa nada, Canadá, sólo fue una torpe pelea de pareja es todo.
- Hey, ustedes no son pareja, no seas tan posesivo ¿quieres?-replicó una vez más el norteamericano mientras su hermano lo volteaba a ver con ira este retiró su mano de él-
- ¿posesivo? Te mostraré qué es ser posesivo.
- Entonces ¿esto es como un ritual o algo así?-preguntó el ruso y le dio un mordisco a un pan de muerto que México le dió-
- Pues es una celebración, es más como una tradición, aunque sí inicio como ritual-respondió el mexicano que al ver el rostro del eslavo al morder el pan se alteró un poco-¿qué no te gusto? ¿quieres algo más...?
- ¿Cómo no me va a gustar? ¡es lo mejor que he probado! ¿de verdad hacen esto aquí todos los años? ¿se puede comer aunque no sea octubre?-el ruso se fascinó-
- Puedo hacer que te lleves una caja, ya sabes como regalo -respondió nuevamente el mexicano con una sonrisa y le extendió otro pan al eslavo-
- Con uno estoy bien, gracias, me da algo de pena y además estoy a dieta-contestó mientras veía una risa malvada en México-
- ¡No tengas pena, estás en tu casa! Además las dietas nadie las hace, tú come bien, eso es lo que nos gusta por aquí-sonrió con calor y el ruso tomó la pieza de pan riéndose-
- Mexico, you have a minute?-preguntó una voz que le quitó la sonrisa a manos países-please.
- Sure, what do you need?-respondió el mexicano con una perfecta pronunciación, que asombró al más alto-
-It's fast, could you come?-insistió el americano haciendo enojar tal ves al ruso-
- Estoy atendiendo a Rusia, Estados, ¿podría ser en otro momento?-negó con firmeza haciendo enojar al americano con ganas-
- Well... No problem-respondió con calma mientras sonreía con malicia-eso sí, no quiero que me pidas nada, ya que por lo visto tienes nuevo Sugar.
México se puso rojo, rojo de vergüenza, ¿cómo decía eso frente a Rusia? Casi que le metía un golpe en ese momento.
-Could you be more respectful?-habló Rusia igual, con una pronunciación perfecta que llamó la atención de los dos países ahí-estas en su país como invitado, comportarte es lo menos que puedes hacer.
- Espera, escuché una opinión que no tiene cabida aquí, ¡oh sí! Era la tuya Rusia, perdón-respondió USA en un tono infantil que provocaba cada vez más al mencionado-
- Te recuerdo que tengo a Norte de mi lado, Unidos, no estoy para juegos-amenazó con ira, molesto porque arruinaron su velada-por favor, te pido con respeto que por una maldita noche olvidemos la guerra, estamos en territorio neutral, relájate un momento.
USA bebió de la copa que aún tenía en manos.
- ¿Son tierras neutrales?-preguntó casi al aire y luego posó su mirada en el mexicano-
- Por supuesto que lo son, USA-respondió inmediatamente México-no tendrían por qué no serlo.
- Entonces... ¿por qué estuve aqu...
- ¡¿No sería mejor que pasáramos de una vez al panteón?!-interrumpió México al ver qué la mayoría de países se dirijan ahí-
Rusia fijó su vista en el americano, este igual, el eslavo apartó delicadamente al latino, empujando suavemente su cintura y evitar que se pusiera entre ellos.
- ¿Eso fue una amenaza?-preguntó el de gorro acercándose al que sonreía-
México quería reír, su pan iba bien.
- Tal vez, eso no te importa, problemas de norteamericanos, no de lo que sea que seas-respondió "muy sácale punta" el de lentes obscuros-
- ¿Puedes dejar de actuar como un niño?.
- ¿Podrías dejar de actuar como si no te lo quisieras llevar a la cama?-susurró y Rusia enmudeció, se quedó paralizado ante el comentario-¿qué? ¡por favor, imbécil! Se nota a kilómetros.
México miraba desde una distancia segura, se había alejado cuando no lo veían. Rusia agradecía que México no escuchara el comentario y suspiró.
- Es eso ¿no? Estás celoso -exclamó el eslavo una vez se le fue la vergüenza y rubor-
- ¿Celoso? ¿de ti? ¡Ja! No me hagas reír, Rusia, jamás estaría celoso de ti-contestó muy alzado el de lentes y giró su vista al latino-aunque podríamos hacer algo, ya sabes, para parar todo esto.
Rusia arqueó una ceja.
- Te escucho...
- Ya sabes ese juego tuyo... realmente saca el estrés...
El americano saco una pequeña arma de la bolsa de su chaqueta y miró al ruso con una sonrisa, el más alto miró el artefacto con indiferencia y alzó los hombros, como si no le importará.
México se asustó.
Pero todo iba bien, todo...
O eso creía.
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