CAPITULO XVI

KENNY

He estado tan inconsciente de las consecuencias, lo que sucederá si se cae toda la pared que he creado, lo que he ocultado, lo que escondo tras ella. Jane es lo único constante en mi vida, aunque no lo sepa y no lo entienda ahora.

¡Dios! Siempre la he querido y me da miedo perderla. Estaba sentado junto a ella mirando el televisor, pensando en las millones de razones que existen y aseguran que es muy mala idea besarla.

Había tenido una cita con muñeco de plástico y la sonrisa en su rostro me irritaba, estaba seguro que lo pensaba, justo ahora, junto a mí. Quería abrazarla como siempre lo hacía, pero mi puta cabeza me restregaba a cada rato que ayer estuvo con él. Nunca me había molestado que salga con alguien, la tenía lejos y era muy probable de que ella haya salido con chicos en su escuela, es muy hermosa, me hacía a la idea, pero verla de un lado a otro con ese imbécil por la escuela, en la biblioteca, en el almuerzo, me golpeaba fuerte.

Sí, la seguía.

─Cámbialo. ─exigí mientras recostaba mi brazo en el mueble y sostenía mi cabeza, de esta manera podía verla desde la esquina, me encanta cuando tuerce sus labios en desacuerdo y sus ojos negros.

Su cabello estaba hecho un lío, había sólo cepillado sus dientes cuando bajamos a desayunar. Me encantaba el nido que tiene por cabello, la jodía por eso, pero es lo más sexy de ver por la mañana.

─No.

Jane se detuvo en un canal, no nos gustaba. Como a mí no me gustaba el rubio de la escuela.

─Cámbialo. ─exigí para joderla.

Me miró, sacudió ese aparato.

─ Yo tengo el control. ─dijo.

Sí, Incluso de mí.

¿Al rubio también le gustará la manera en que lame sus labios cuando quiere ir en contra? Yo había descubierto eso hace cuatro años.

─Deberías dejar de insistir en ver algo que no te gusta, es un poco idiota de tu parte.

Sus cejas se fruncieron. Lamía su labio inferior furiosa. Quería seguir enojándola, pero en el transcurso la estaba cagando. Ella estaba enojada. No recuerdo que había dicho después. Ella subió los pies al mueble y la tenía ahí, era todo. ¡Dios! Su cuello.

La tomé del mentón y la besé...

He besado a tantas y era la primera vez que extrañaba algo que recién conocía, sus labios inexpertos la delataban y me excitaban. Me decía a mí mismo que parara, pero era imposible, la quería toda. Su respiración agitada y nerviosa me estaba enloqueciendo.

Te arrepentirás.

Besé su cuello, era lo que siempre había querido hacer y fue glorioso. Besé sus pechos, ella gimió ahogando un grito, regresé por su boca...

Te arrepentirás.

Me detuve. La miré por un segundo. Se miraba confundida.

Te arrepentirás. Me recordé.

♾♾

Cuando era un crío estaba necesitado de la atención de papá, nunca estaba en casa y cuando lo hacía era solo discusiones. Mamá le obsesionaba jugar y apostar, papá no aguantaba nada de eso, se detestaban y cuando se separaron no lo entendí, tampoco discutí cuando mamá me llevó con ella y la pasé muy mal. Sufrí mucho con ellos juntos y también mientras se separaban, lloraba por la escuela, jodía a los demás porque era ¿Mi forma de desquitarme con el mundo? Pero había una niñita, con trencitas y abrigo gris.

Jane me enamoró, al principio no sabía que lo estaba. Pero ahora todo tiene sentido, porque debía alejarme de ella, no había una razón aceptable para seguir viéndola o llamarla, o escribirle. Pero lo hacía, necesitaba tenerla cerca. Estaba tentado a no soltarla.

Que no pueda alejarla es el problema, cada día, cada año me decía que sería la última vez que le escribiría, que la llamaría, que la visitaría, sin embargo nunca pude.

Entonces, si me gusta ¿Qué es lo que vuelve un problema todo esto? Era ella, esa mujer.

─¡KENNY!─Elena me miraba exasperada, esperando una respuesta, esperando que aceptara─. Necesito que te quedes con Sean, aún está enfermo y hoy debo viajar por negocios de la empresa.

Jamás me he atrevido a preguntarles como se conocieron.

Elena es igual a Jane, sus ojos y su cabello, compartían el mismo carácter insipiente a la hora de exigir cosas, que Jane oculta pero que a su madre se le da muy bien ¿Cómo me enteré de esto? La primera vez que fui a su casa, me escapé, supe que se iría a vivir lejos. Cuando entré a su antigua casa, el olor me era familiar, el mismo perfume en el abrigo de papá los sábados cuando me visitaba donde mamá, el mismo aroma ácido de aquella mujer que me presentó mi padre como su nueva pareja. Luego, cuando Jane me dejó en la sala esperando por un vaso de agua lo descubrí, un retrato llamó mi atención. Era Elena y Lorenzo, el padre de Jane.

Papá no la quiere quitar. admitió Jane al verme perdido en la fotografía. Es mi mamá, ella ahora vive con otra familia. Por eso nos vamos, aunque papá diga que es por trabajo.

Cada vez que llamaba en navidad, fin de año, o cumpleaños después de eso y me contaba que su papá bebía, sabía de quien era la culpa, de mi padre. Miraba a Elena todos los días y me preguntaba si la extrañaba como lo hacía Jane, como lo hacía Lorenzo.

─Llama a la niñera. ─respondí, pasando de ella─. Dejar a tu hijo con otros, se te da bien como madre.

Silencio.

─Dejaré los números de la escuela para que vayas por él. ─dejó un papel sobre la mesa—. Y ya deja de desaparecer, Kenny. —luego se marchó.

El viaje de negocios con papá se volvió una semana entera, era costumbre, ambos terminaban dejando al niño con Merry, pero a la única persona que Sean le hace caso es a mí. Sean tiene el cabello rizado y rubio, los ojos de papá, son muy claros y azules, a veces suele parecerse a Mikel.

Amo a ese enano, pero siempre me recordaba que era hermano de Jane también. 

Todos estos días he intentado escribirle. Pero me detengo, haberla besado fue la más grande estupidez, me estaba aprovechando de su ignorancia sobre todo. Me he hecho la promesa de que si permanecía junto a ella no intentaría que fuera mía, pero es complicado, cada día se vuelve más jodidamente difícil mantenerme al margen de ella.

La vez que fui con ella, juré que sería la última vez que la buscaría, estaba decidido a evitarla, luego apareció en mi escuela.

─ ¿Me buscabas?─preguntó una chica.

Ella me esperaba en un estacionamiento no muy lejos de casa. Había llegado aquí luego de dejar a Sean en su escuela, hoy regresarían del viaje por fin.

La chica siempre ha estado cuando la llamo, ella y yo sabemos que jamás querremos algo en serio entre nosotros. Somos así, estamos destruidos, cortados por algo muy similar.

─Hola, Miley. ─esbocé una sonrisa.

Ella rápidamente abrió la puerta de copiloto y me pidió que subiera. Lo hice, su auto olía a cereza, siempre olía a eso.

─Llegaremos tarde a la escuela. ─me decía. Estaba a punto de arrancar cuando tomé su rostro entre mis manos por un impulso, por reemplazar un recuerdo. Apresé sus labios con los míos, se sentía vacío. Ella apagó el auto en el instante con mucha facilidad. No dijo nada, rápidamente montó sobre mí, su cabello cubría la mitad de su cuello, lo quité y lo comencé a lamer─. Siempre el mismo lugar, eh.

No respondí, quería imaginarla como alguien más... No, no debía imaginarla como nadie más, era Miley. Conocía a perfección su cuerpo y ella el mío. Mordí su hombro y ella gimió, sus manos muy ágiles fueron por mis pantalones, quitándome el cinturón. Abrió un poco su blusa para mí, dejando expuestos sus pechos redondos. Los besé y ella se movía encima de mí, excitándome. Se frotaba sobre mí moviendo sus caderas muy despacio, alargando la sensación de excitación que creía en mis pantalones, y podía sentirla húmeda bajo su falda.

Miley besaba mis labios y los lamía con deliberada delicadeza.

No se sentía igual.

Regresé a su cuello y le daba mordidas pequeñas que sabía que le gustaba, estaba a punto de regresar a sus labios, pero su imagen vino a mi mente. Jane. Iba a continuar a pesar de eso, a pesar de que no era sano. La besé, metí mi lengua en su boca... Pero sus besos se volvieron irremplazables. No pude seguir.

Maldición. Estaba perdido.

♾♾

Cuando buscaba a Jane, hasta donde antes vivía, me gustaba como era yo junto a ella, olvidaba lo que dejaba por un par de horas para ser feliz. Odié la idea de tenerla aquí en mi escuela, donde todos me conocían, todos sabían de mí, tal vez con algo de exageración en sus historias, pero al final verdad. Si Jane se detenía a preguntar se enteraría.

No se lo contaría yo, soy muy cobarde para hacerlo, para admitirlo, para ser honesto con ella y decirle que soy el hijo del hombre que su familia odia. Pero la necesito, así que también soy egoísta.

Iba a buscarla después de clases, pero todo estaba jodido. Alguien me había tomado una fotografía en el auto de Miley mientras nos tocábamos ¡Dios! Era una mierda muy difícil de limpiar.

—¿Qué haces por aquí?—peinaba su cerquillo—. El tío me pidió que te acompañara por Sean.

Andrea era otro maldito problema, además de ser la única que sabía mi historia con Jane. Se lo había contado hace años.

Ella y yo fuimos nuestra primera vez.

— Estoy buscando a Jane—admití.

La había visto salir de los baños muy apresurada.

—Creo que se iría con Daren, un chico de nuestra clase.—soltó—. Él también la buscaba.

Apreté mis puños. ¿Otra vez ese imbécil? Parece una puta mosca encima de ella.

Iría tras ella.

Andrea me detuvo sosteniéndome del cinturón y tirándome hacia ella, bajo las escaleras que estaban sobre el baño de chicas. Sus manos rodaron por mi pecho hasta mi abdomen.

—¿Puedo pasar por tu casa hoy?—preguntó.

Recordé las veces que yo iba a la suya y nos masturbabamos, o cuando ella viene a la mía y...

—No Andrea.—suspiré acalorado—. Te dije que ya no haríamos eso.

Su cuerpo parecía tensarse ¿Estaba enojada?

—¿Es por ella?—preguntó frunciendo el entrecejo, ocultando su enojo en la pregunta de la cual ya sabía respuesta.

—Porque somos primos—susurré.

No iba a explicárselo de nuevo, la amaba, pero no como ella quisiera, no aunque se pudiera y por eso no seguiría haciéndole daño, era otra de mis promesas.

Qué jodido estaba.

Me fui dejándola ahí, salí a buscar a Jane. Lo que venía haciendo desde el inicio. No la encontré por la escuela, tampoco en la biblioteca con El muñeco plástico como suelen estar. Así que fui a su casa, sabía que me perdonaría besarla, jugaría con eso, diría alguna idiotez y ella me disculparía...

—¿Por qué sales de su casa?—pregunté abrumado.

El rubio salía por la comida china que dejaban en su puerta. Me miró pero no parecía asombrado de que estuviera ahí ¿Lo sabía? ¿Sabía que yo tenía lago que ver con Jane?

Sonrió.

—Solía hacerme la misma pregunta.—lo dijo en un susurro, como si se lo estuviera diciendo a él mismo—. Sé que la vigilas cuando está conmigo.—admitió, confundiéndome—. Es divertido, ella es muy ingenua, no merece que...

No lo dejé terminar, mi impulso actuó, propinándole un fuerte golpe en la cara ¿Sabía que los seguía? Y aún así estaba con ella "¿Divertido?"  Él me miraba con ferocidad mientras lo taladraba con mi mirada igual de furioso.

¡Qué mierda!

El grito de ella me tomó por sorpresa, parecía recién salida del baño, con el cabello húmedo. Muchas cosas pasaron por mi cabeza. Me miraba como si no me reconociera.

Le grité. Me gritó. Dije cosas.

Lo había cagado todo.

¿Ella podría perdonarme por esto?
...........
Hola! ¿Qué creen que Jane está pensando hacer?

Les llamó la atención el secreto que Kenny guardaba? El cual sólo compartió con nosotros.

En fin. He estado un poco enferma (me lesioné haciendo deporte) así que mañana tal vez no haya capítulo. Aún lo estoy editando para ustedes.
Besos y abrazos.

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