CAPÍTULO 16: ¿Quién es Derek?
—¿Emm...qué? ¿Quién es Derek? —inquirió curiosa la niña.
No tenía idea de qué responderle. En mis planes no estaba contarle la fatídica historia de mi novio e hija fallecidos. Quería dejar el pasado atrás y comenzar de nuevo, con Luna.
—Sobri, íbamos a comprar helado, ¿no? Pues vamos —reaccionó Ally, tomándola de la mano.
—Sí, pero primero díganme quién es Derek —objetó la rubita.
—Vayamos a comprar el helado y luego te digo quién es, ¿ok? —le propuse, nerviosa.
Frunció ligeramente los labios y seguidamente asintió. Miré a Ally, compartiendo con ella expresiones de alivio y nos pusimos en marcha. Si hace un rato no aprobaba la idea del helado, ahora estaba totalmente de acuerdo.
Lo que al principio sería una corta visita a un carrito de helados, se convirtió en un largo trayecto con destino a una heladería. En el camino le contamos a Luna miles de nuestras historias de la niñez, debíamos hacerla olvidar el «tema de Derek» hasta que se me ocurriera una forma adecuada para contarle.
Llegando a la heladería, nos sentamos en una mesa, mi amiga frente a mí y mi hija a mi lado. Tomamos la colorida carta para elegir un sabor, ya Ally los había dicho anteriormente, pero allí había más variedad y múltiples opciones. Una amable camarera vino a atendernos, pidiendo nuestra orden.
—Yo sigo queriendo vainilla, pero con chispas de chocolate y un bizcocho para acompañar —pidió Ally.
—Yo quiero la Bomba de fresa, con sirope de menta y galletas.
—¿Tú qué quieres, Luna? —le preguntó Allison.
—Yo quiero un gran helado de chocolate, con chispas de chocolate, virutas de chocolate y sirope de chocolate. ¡Ah! También quiero galletas de chocolate —ordenó la pequeña, enterneciéndonos.
—Vaya, parece que aquí tenemos a una amante del chocolate —sonrió la camarera.
—Con todas las letras —rió Ally, pellizcándole levemente un cachete a Luna.
—Ya mismo les traigo su orden —anunció la camarera y acto seguido se fue.
—¿Quién es Derek? —preguntó Luna de nuevo justo cuando creímos que había olvidado el tema.
—Te dijimos que te contaríamos después de tomar el helado —repuso Ally, pensando más rápido que yo.
—Pero tenemos tiempo a que me cuenten en lo que nos traen los helados —insistió la rubita.
—¿Para cuándo esos helados? —grité a algunos camareros.
—Gina, por favor —me regañó Ally.
—¿Quién es Derek? —preguntó la rubita otra vez.
—Sobri, ella te contará en algún momento, pero no ahora —le dijo Ally a mi niña.
—Ok... —respondió la pequeña, resignada.
Al poco rato nos trajeron los helados y, como esperaba, el chocolate la mantuvo lo suficientemente ocupada como para que no volviera a tocar el tema. Dejé que el postre frío endulzara mi paladar y mis pensamientos, una sensación amarga se instaló en mi pecho desde que mi pequeña se empecinó en saber la identidad de mi difunto novio.
Al culminar —después de limpiarle la carita repleta de chocolate a Lunita—, decidimos regresar a casa y pasamos la tarde con mi amiga, la cual por cierto se había tomado muy en serio su título de tía y prometió consentir a su sobrina siempre que hubiese un hueco en su agenda para pasar tiempo con ella.
En cada ocasión que tenía la pequeña hacía la misma pregunta: ''¿Quién es Derek?''; era la frase del día y me estaba volviendo loca. No quería contarle, mayormente porque no tenía idea de cómo hacerlo, así que con ayuda de Ally la distraje durante todo el día para hacerla olvidar el tema. Grave error, esquivar un tema aumenta la curiosidad en los niños, eso lo aprendí hoy.
—Buenas noches, rubita —besé su frente, arropándola un poco más, ya estaba preparada para dormir, GRACIAS A DIOS.
Ally se había marchado después de cenar, y entre ese lapso de tiempo y ahora Luna me preguntó quién es Derek unas setenta veces más. Ahora por fin se dormiría y yo podría pensar en una manera de hacerla olvidar este asunto.
—¿Quién es Derek? —preguntó por centésima o milésima vez, la verdad es que ya perdí la cuenta.
—Luna, ya hablamos de esto.
—No, no hemos hablado nada y por eso quiero saber. ¿Quién es Derek?
Inhalé y exhalé profundamente. Me tenía irritada con esa tonta pregunta, pero no me enojaría con ella ni le gritaría solo por curiosear acerca de un tema del cual me incomoda hablar.
—Tienes razón.
—¿Entonces me lo dirás? —sonrió.
—No —su sonrisa desapareció con mi respuesta.
—¿Por qué no quieres decirme? —pataleó un poco.
Era el momento de ponerme un poco ruda.
—Ey, señorita. Nada de pataletas ni malas caras —la reprendí autoritariamente, pero sin llegar a ser agresiva, fue el consejo que me dio la psicóloga.
Se encogió un poco, adoptando posición fetal e hizo un pequeño puchero.
—Lo siento, Gina —musitó.
—Bien, así me gusta.
—Entonces no me vas a contar, ¿cierto? —dijo poniendo ojitos de cordero, eso fue chantaje emocional de categoría.
—No pongas ojitos de cordero —reí.
Al contrario, le agregó un puchero y llevó sus manitas a sus mejillas, convirtiéndose en la niña más adorable que había visto en mi vida. Lo pensé un segundo, mirándolo desde otra perspectiva no tenía nada de malo que Luna lo supiera. Derek no es un mal recuerdo, es el mejor que tengo, y contarle a la rubita sería una buena forma de demostrarle que confío en ella y que puede confiar en mí también.
—Bien, te contaré. Pero no hoy, mañana.
—¿Por qué?
—Porque es una larga historia y tú tienes que dormir.
—Está bien. Hasta mañana, Gina —murmuró, acurrucándose.
—Dulces sueños, rubita.
Le di un beso en la frente y salí de la habitación. Necesitaba organizar mis ideas y no era para nada fácil. Tenía un punto a mi favor, mañana Luna estaría con los Richardson y yo muy concentrada ejecutando la nueva idea en la empresa.
Sin más dilación, fui directo a dormir. Necesitaba dejar de pensar, pasar página y, si era necesario, cambiar de libro. Derek siempre tendrá un espacio enorme en mi corazón, pero...ahora tengo a Luna y debo ver por ella. Llevo años estancada en un pozo lleno de recuerdos, pesadillas, atormentada por no llegar a alcanzar la felicidad...y ahora que esa pequeña que dormía en la otra habitación le había dado algo de luz a mi vida, no caería allí de nuevo.
A la mañana siguiente la pregunta seguía siendo su tema de conversación favorito. Y omitir, mi verbo del día. En serio lo preguntaba a todas horas y después de cada frase; cuando despertó: ''Buenos días. ¿Quién es Derek?'', cuando desayunamos: ''Me encantan los panqueques. ¿Quién es Derek?''. Incluso cuando llegamos a casa de los Richardson le preguntó a Amy, por suerte Peter ya se había ido a trabajar, de lo contrario le habría contado accidentalmente.
Saliendo de allí, me dirigí a la empresa. Desde que entré los vi a todos muy ansiosos, seguramente Irina había corrido la voz de nuestro proyecto para la Fashion Week. Al llegar a mi oficina, ahí estaba ella. Sobre mi escritorio habían un montón de revistas, recortes de artículos de modas pasadas y bocetos de nuestros diseñadores. En el lado derecho de la habitación habían unas perchas con ropa vintage y en el lado izquierdo maniquíes tanto adultos como infantiles luciendo vestidos de madres e hijas a juego.
—No se puede negar que mi equipo de trabajo es de excelencia, sobre todo mi socia —sonreí guiñándole un ojo a Iri que, hasta ese entonces, no había notado mi presencia.
—¡Buenos días! —sonrió.
—Me encanta cuando la planificas todo a la perfección y me sorprendes así.
Caminé hacia las perchas, fijándome en una blusa de encaje que estuvo muy de moda en 2013.
—Es mi trabajo hacer que tu magia fluya.
—Yo no lo llamaría magia, pero sin duda alguna mi inspiración está cobrando vida.
Y no mentía para nada.
La moda es mi pasión, desde siempre. En la universidad estudié diseño de modas en talleres conjuntamente con mi carrera de administración de empresas, lo cual tiene bastante que ver con el éxito de Glamour & Women. Solía diseñar en mi época universitaria y debo decir que era muy buena en ello, pero después del accidente...digamos que mi musa murió y me enfoqué en el mundo de la moda de manera general, desistiendo del diseño. Aun así, cuando la inspiración aparece, me encanta rodearme de todo lo que tenga que ver con la idea, y en vista de que estoy rodeada de un equipo muy talentoso, siempre arrasamos.
—No lo dudo. Ahora te dejo con tu aura creativa —anunció antes de salir de la oficina, cerrando la puerta tras de ella.
Suspiré y despejé mi mente para concentrarme únicamente en mi trabajo, debía sacar de mi cabeza a Luna y su pregunta de la semana, al menos hasta esta tarde. Comencé primeramente leyendo los artículos, para mí es de vital importancia informarme acerca del estilo, tendencia o tema que voy a utilizar para crear con base, añadiéndole, obviamente, mi toque original. Luego seguí con la ropa vintage, eran maravillosos, incluso algunos eran viejos diseños de cuando Glamour & Women inició. Por otro lado las prendas de los maniquíes eran perfectos, excepto por el hecho de que carecían del estilo seleccionado, pero como ayuda para los bocetos eran justo lo que necesitaba.
Al terminar mi sesión de evaluación, convoqué a una reunión con mi equipo, constituído por seis integrantes. Monique, mi diseñadora francesa, muy apegada al estilo bohemio. Francis, estilista profesional, especialista en maquillaje y peluquería. Denisse, mi publicista experta en moda y marketing. Nancy, mi asesora de imagen y experta en redes sociales. Gabe, redactor, periodista y columnista especializado en artículos sobre la Alta Costura. Y por último pero no menos importante Irina, que además de ser mi socia y mano derecha es graduada con honores de la Universidad de Nueva York con grandes influencias y contactos en más de cuatro capitales de la moda.
Me senté en mi silla, con la gran pantalla a mis espaldas que solemos utilizar para las presentaciones de los nuevos proyectos y demás. Mi equipo por su parte estaba sentado en sus respectivos asientos de la larga y rectangular mesa de juntas color blanco perla.
—Bien, chicos, ya todos saben el motivo por el cual los convoqué esta reunión y como saben, no disponemos de mucho tiempo, así que...escucho propuestas —anuncié con mi mejor sonrisa, lo cual a la mayoría les pareció extraño, pero no los juzgo, no he sonreído demasiado en los últimos siete años.
Nancy levantó la mano, pidiendo permiso para hablar, y le cedí la palabra con mi típico gesto de mover mi mano abierta a modo de invitación acompañado de una media sonrisa.
—Pues, en las últimas temporadas muchas modas antiguas como las de los 80's y los 90's han resurgido con mucha fuerza, sobre todo entre el público juvenil, pero estas modas son retro y nuestro punto es el vintage —expuso Nancy, mostrándonos en la pantalla algunas de estas modas retro que han regresado un poco más modernizadas.
—Bien, eso está perfecto. Ahora lo que me interesa es explotar nuestro punto.
—Ahí es donde entro yo —intervino Monique.
—Adelante, madame.
—El vintage se define por ser antiguo, pero sin llegar a ser retro. De años pasados, pero no del todo pasado de moda, sino que van mejorando con los años y aumentando su popularidad.
—¿Ejemplo de ello? —interrogó Irina que comenzaba a hacer apuntes.
—Converse. Todos estamos de acuerdo en que esa marca es inmortal. Son un símbolo teenager y sin importar cuantos años pasen o las otras marcas de calzado que le hagan competencia, simplemente no pasan de moda a pesar del paso de los años. Han modernizado sus diseños, pero las zapatillas clásicas no han perdido ni perderán popularidad.
—Genial, me encanta —me recargué en mi asiento—. Eso es justo a lo que quiero llegar en el estilo, veo que ya lo tienen. Entonces vamos a la segunda parte, moda de madres e hijas.
—La popularidad de este tipo de tendencia ha aumentado muchísimo —comentó Denisse—, sobre todo porque mezcla el estilo adulto y a veces un poco conservador de las madres con los looks infantiles y divertidos de las hijas, creando un parecido entre ambas, pero respetando las edades y la indumentaria de cada cual.
—Obviamente lo buscaste en internet, pero me encanta que te informes tan bien —bromeé y por primera vez en muchos años en aquella sala de juntas se escucharon risas genuinas. En serio estaba hecha una amargada.
—Lo siento, Srta. Parker —se disculpó Denisse, algo sonrojada.
—No tienes nada de qué disculparte, aquí todos somos expertos gracias a nuestros estudios de campo y buscar en internet es parte del trabajo. Además, no voy a juzgarte por ser eficiente.
Mi mini discurso pareció haberlos sorprendido a todos, incluso un poco a Irina. Debo admitirlo, no he sido la jefa más accesible y mucho menos cariñosa. Me gusta que las cosas se hagan bien aunque nunca llegué a ser ese tipo de presidentas insoportablemente explotadoras como Miranda Priestly de The Devil Wears Prada, pero tampoco expresé lo a gusto que me siento rodeada de un team de esta categoría.
—Wow, emmm...gracias, Srta. Parker —dijo algo nerviosa Denisse.
—Chicos...lo siento —suspiré.
—¿Qué? —dijeron todos al unísono.
—Lo siento. He sido la jefa más frívola y distante del planeta. Nunca me había parado a pensar que de vez en cuando necesitan unas palmaditas en la espalda por todo el esfuerzo que durante los últimos cinco años han hecho para hacer crecer esta empresa. Glamour & Women no sería nada, absolutamente nada si no contara con su maravillosa ayuda y desempeño. Estoy...muy orgullosa de todos ustedes y de cada trabajador de aquí y...me comprometo a ser más abierta y cercana. De verdad...muchas gracias por estar aquí, equipo.
Un silencio irónicamente ensordecedor se apoderó del lugar, junto a expresiones faciales que no mostraban nada. No sabía cómo tomármelo, pero...
—¡Oh my God! ¡No puedo creer que lo haya dicho al fin! —chilló Francis, mientras corría a abrazarme.
—Sabía que debajo de ese helado corazón había una mujer dulce y cálida —se sumó Gabe y con él el resto.
Fue bastante emotivo y me hizo preguntarme por qué permití que mi tristeza prolongada y mi seco ánimo eclipsara mi relación con la gente a mi alrededor, especialmente por el hecho de que estoy rodeada de personas extraordinarias. Luego de abrazos, besos, frases motivadoras y una que otra lagrimilla, volvimos al hilo de la reunión.
—Bien, Francis, ¿por qué estilo crees que deberíamos optar en el aspecto de la peluquería?
—También existen peinados vintage, así que en mi opinión creo que deberíamos optar por los clásicos: cabello suelto con ondas, flequillos y trenzas, agregándoles el toque moderno, claro.
—Adoro esa idea. Y en cuanto a el maquillaje, sé que no tengo que preguntarte.
—Bien, en cuanto a la publicidad me gustaría hacer una pequeña sugerencia —agregó Denisse.
—Tú eres la publicista, así que adelante.
—No nos falta mucho para la Fashion Week, de hecho falta tan poco que esta idea podríamos reservarla para la próxima, pero estoy segura de que tendremos algo fresco para entonces —continuó.
—Concuerdo —asentí.
—Por eso en lo que estaba pensando es en poner en marcha la campaña publicitaria ya, como una idea nueva y original de Glamour & Women. Comenzar en pequeño con diseños, sesiones de fotos y pasarelas para dar a conocer al público la nueva temática que estamos manejando y que se familiaricen con él.
—No es que sea mala idea, pero en ese caso...¿qué expondríamos en la New York Fashion Week?
—Una nueva línea. Algo totalmente exclusivo de Glamour & Women —concluyó.
—Yo creo que es buena idea —comentó Gabe—. O sea, en este mes y poco más podemos ir mostrando paulatinamente a Nueva York la nueva tendencia que creamos. Habrán entrevistas y artículos hablando de ello y luego en la Fashion Week...¡boom! La consolidación de todo nuestro trabajo en una línea de ropa exclusiva. Estaría en boca de todo el mundo.
—Incursionaríamos en la Moda Vintage para Madres e Hijas, comenzando a esparcirnos por el mercado y cuando presentemos la línea en la Fashion Week todo Nueva York creerá que era un simple preámbulo antes de presentar nuestro nuevo estilo —agregó Monique.
—Es cierto, podría funcionar. Es la estrategia de marketing perfecta —dijo Irina.
—¿Usted que cree, Srta. Parker? —preguntó Francis.
—¿Que qué creo? ¡Que es una idea fantabulosa! —chillé de orgullo.
—¿Fan-fantabu qué? —rió Iri.
—La combinación de fantástico y fabuloso, es algo así como la expresión característica de mi hija —aclaré.
—¿Tiene una hija? —preguntó Gabe, casi conmocionado.
—Sí, es mi hija de acogida y dentro de un par de meses podré comenzar el proceso de adopción. De hecho, a ella le deben esta fantabulosa idea.
—En ese caso ya es una digna heredera de esta empresa —sonrió Monique.
—Tal vez lo sea —sonreí más para mí que para el resto—. Ahora todos a trabajar, que tenemos un plan de marketing y unos diseños en marcha.
Me levanté de mi asiento y, después de mí, el resto del equipo. Caminé hasta la puerta y al abrirla recordé un detalle más que debía comunicar.
—¡Ah! Lo olvidaba. A partir de ahora nada de Srta. Parker. Llámenme simplemente Gina, es una orden.
Asintieron sonrientes y de igual forma volví a mi oficina. Llegando, me percaté de que había olvidado mi celular encima de mi escritorio. Entre mis notificaciones se encontraban varios mensajes de voz de Amy, pero en vista de que llevaba sin hablar con la rubita desde hace horas, supuse que ella fue quien los envió. No me molesté en ingresar a la app de mensajería, reproduje el primer audio y me dispuse a escucharlo.
—Hola Gina. Espero que tu idea esté yendo muy bien en la empresa. ¿Quién es Derek?
La segunda...
—Me lo estoy pasando genial con los Richardson. ¿Quién es Derek?
—Dios mío —reí en voz alta—. ¿Acaso no puede olvidarlo?
La tercera...
—Fuimos a Central Park y una ardilla glotona me robó un cacahuete. ¿Lo que ellas comían no eran nueces? A propósito, ¿quién es Derek?
—Es increíblemente insistente —reí otra vez—. Veamos qué dice en el cuarto audio aparte de la pregunta del siglo.
La próxima nota de voz se reprodujo por sí sola. Pensaba que se trataba de otro tierno mensaje de Luna, pero por desgracia no se trataba de ella...sino de mi madre.
—Gina, estoy harta de llamarte y que me ignores. No creas que pasaré por alto este comportamiento tan infantil tuyo. ¡Mañana mismo tomo un vuelo a Nueva York!
Mierda, preferiría mil veces escuchar de nuevo: "¿Quién es Derek?"
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Nuevo capítulooo!!!
Luna es capaz de alterar a cualquiera😂
¿Qué creen que pasará en el próximo cap?
Besos de Karina K.love😉
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