PUNTO DE QUIEBRE - 14 -


Capítulo 13

Quietud

"En mis memorias marchitas, te pido perdón si acaso te herí..."

Luces rojas.

Eso es lo único que alcanzo a percibir. Luces rojas que se mueven, como una sirena. Mis ojos aún están cerrados pero puedo ver esa luz a través de mis párpados. Abro mis ojos, solo para quedar cegado entre la luz y el cúmulo de lágrimas que tengo en los ojos.

— ¡Rápido, llévenlo a cuidados intensivos! — grita alguien, mientras apenas en unos cuantos parpadeos puedo comenzar a definir las manchas obscuras que hay a mi alrededor.

Entonces comienzo a definir la imagen. Auxiliares médicos me han subido a una camilla, veo a OMS discutir con ONU sobre algo, cerca de una ambulancia, donde hay al menos 7 personas dentro con un sujeto allí. Después escucho un carrito de camilla a mi lado, y sé que hay un sujeto herido pero no puedo distinguir quien es. Solo que ONU se acerca a verlo.

— Por dios... — dice, haciendo sus alas de cristal, mirando de cerca. — ¿Qué ocurrió?

Veo a OMS mirándome de reojo y después fruncir el ceño.

— No tiene un ojo, ¿Qué no ves? Llévenlo a emergencias, ahora. Tenemos a la mayoría de los latinos heridos, y bueno, supongo que quieres saber lo que sabemos hasta ahora, así que, de este; Perdió un ojo, tiene puñaladas en el estómago, hay signos de violación y tortura en él. Además que estoy muy seguro de que no tengo que explicar que lo sodomizaron con el palo metido en el culo que tiene que ser cuidadosamente extraído. ¿O sí?

Creo que había sido la primera vez que OMS lucia más molesto que ONU. Supongo que es porque OMS está acostumbrado a vernos heridos, está acostumbrado a vernos en las peores, pero ONU no. Supongo que ver tanta sangre le afecto un poco. Al menos, sangre que él no provocó, sangre de algo que dañó más que sus castigos.

— ¿Qué país es? — preguntó inocente viéndolo. — No puedo ver sus colores con tanta sangre... y...

— Es Chile.

"Chile"

Habían dicho Chile, ¿Dijo que Chile perdió un ojo? ¿Eso dijo?

— ¡Chile! — grité con todo lo que podía su nombre, comenzando a moverme. Dijeron Chile, tengo que cuidar a Chile, ¿qué le han hecho a mi Chile?

— Está alterándose, por favor, controlemos a Alemania para subirlo a la ambulancia. — dijo OMS mientras veía como su gente preparaba una jeringa.

— ¡¿Qué le pasó a Chile?! — grité, pero OMS dirigió su mirada hacia mí, acariciando mi mejilla.

— ¿No lo sabes? Cada rasguño o pequeña herida que este en el cuerpo de Chile es tu culpa. Cuando te encontramos seguías torturándolo aunque se había desmayado. Sabes, es difícil ser un médico con ustedes, tengo que cuidar al psicópata también. Solo cállate y duérmete otro rato, Alemania, tú no eres mi principal prioridad aquí.

Y después de esas palabras, solo sentí un líquido entrar en mi brazo, y volví a caer al inicio. Luces rojas mientras todo se ponía obscuro de nuevo.

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Una respiración agitada fue lo que se acercó corriendo entre los pasillos del hospital.

Miró a muchos médicos moverse rápido entre habitaciones, cargando gasas ensangrentadas, vendas nuevas, suero, sangre, de todo. Nunca había visto el hospital de OMS tan lleno como en ese momento. Sintió pánico, tratando de pensar que pudo pasar, hasta ver a Suecia y España en sala de espera, mientras eran acompañados por Dinamarca y Finlandia.

Una respuesta, ellos podrían darle una respuesta a su ansiedad.

— ¿Dónde está? — dijo el ruso con desesperación tomando los hombros del sueco. — México, ¿Cómo esta? ¿Está bien? ¿Ya lo vieron? ¿Cómo esta USA? ¿Está herido? Por favor necesito...

— ¡Callad crio! — gritó España mirándolo. — Toma aire y siéntate. Que estoy... — el español limpió sus lágrimas. — Que no ves que me lastimaron a todos, y tú llegas aquí para...

— España, Rusia solo está preocupado, no te desquites con alguien que no estaba presente. — dijo Suecia a lo que el español tomo un respiro.

— Iré por café. — dijo el español dando media vuelta para ir a la cafetería.

El corazón de Rusia se estrujó en el momento que vio ese rostro en España. Sabía que había pasado algo grave con solo ver esas lágrimas derramarse en su rostro. Fue allí donde sintió un enorme hueco en el estómago, ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaban todos? ¿Porqué?

— México no está bien. — Dijo Dinamarca llamando la atención al ruso. — Lo único que sabemos es que esta en emergencias con OMS.

— ¿Qué le pasó?

— Eso deberías preguntárselo a Suecia, ya que fue el único que vio todo eso. — respondió la nórdica, levantándose. — Acompáñame Noruega, quiero fumar un rato en lo que nos dan noticias.

— ¿Por qué yo? — se quejó el noruego mirándola.

— Porque eres el único idiota libre, vamos.

Después de ello, Suecia me miró y con la mano me indicó que me sentara a su lado. Lo hice y sentí el aire pesado que generaba todo esto. Lo hice, porque quería una respuesta de todo, pero al mismo tiempo, tenía un miedo enorme de escuchar la verdad, porque sabría que me dolería.

Suecia dio un suspiro, y comenzó a hablar, decretando así el inicio de una tortuosa platica.

— Antes de que nos llamen a donar, tengo que decirte que nadie está bien. Y cuando digo nadie, me refiero a que no solo los heridos están mal, también los que hirieron han dejado de ser ellos mismos. — dijo el sueco peinando un poco su cabello detrás de la oreja. — Regresé a la fiesta, había olvidado mi celular, y no me hubiera importado si fuera cualquier otra casa, pero era la de China así que era peligroso.

— Entiendo esa parte, China siempre ha sido...

— Alguien complicado, lo sé. No es mala persona pero es muy viejo y hará todo lo posible para volver a ser el que tenga la corona de oro. Como UK.

— Eso lo entiendo.

— Bueno, la cosa es que regresé, solo entraría por mis cosas y saldría pero fue todo lo contrario. Cuando regresé el salón de fiestas estaba vacío, había vidrios rotos, charcos de sangre, y un sinfín de desorden. Me preocupé, así que tomé mi celular que afortunadamente seguía donde lo había dejado y salí a los jardines. Sentí una vibra algo rara así que fui precavido, y... Bueno.

— ¿Qué?

— Parecía un festín. — dijo frunciendo el ceño — Sangre por todos lados, gritos, golpes. Fue allí cuando llame a la ONU, use la línea de emergencia dando mi posición, pero mi celular sonó así que vi cuando la mirada de China se clavó en mí, esa mirada con ... tenía una corona de oro en la cabeza. ¿Cómo diablos tenía una corona de oro? No es un imperio.

— ... ¿Estás seguro?

— Lo estoy, la tenía, la mayoría de los europeos y asiáticos que vi la tenían. Y entonces, me persiguió. Apenas me vio, me persiguió, así que corrí. Y me escondí entre unos arbustos, pero, entonces lo vi, un pequeño punto ciego en ese laberinto, un camino sin salida. Vi a México. Ya no tenía gran parte del cuello, y podía notar los huesos de su hombro, se lo estaba comiendo. Con una enorme corona de oro en su cabeza, USA se estaba comiendo a México.... — El suizo cerró los ojos para abrirlos de nuevo. — En el pasado, los imperios solían hacer eso cuando perdían el control, devorar a alguien para calmar su hambre por poder. Pensé que todo eso se había quedado atrás, un mal recuerdo que se llevan las aguas, pero no, de nuevo delante mis ojos, estaba pasando, un Imperio devorando todo a su paso.

— ...

— Sentí asco, y lo único que pude hacer fue tomar una roca, y estrellarla en la cabeza de USA para que lo soltara. Entonces, llegó ONU y escuché las alarmas, fue OMS quien vio primero a México. Lo atendió de inmediato, y comenzaron a traerlos a todos aquí. No solo están los heridos, también los demás. OMS dijo algo de "síndrome de abstinencia, locura, canibalismo, un frenesí..."

— ...

— ¿Rusia?

Lo único que podía hacer era mirar al piso. ¿Si hubiera estado allí lo habría protegido? No, seguramente hubiera hecho algo peor que lo de USA. Pero eso no deja de lado que mi México estaba dañado, y no solo eso, que USA recibiría el peor dolor al saber lo que hizo. Ese dolor de saber, que lastimaste el otro extremo de tu conexión, que fracturaste una unión de siglos, que destruiste lo único que no queremos que se destruya.

El dolor de almas gemelas es enorme, y USA lo iba a vivir en carne propia.

— Rusia, Suecia, Noruega, Dinamarca, pasen a donar. — dijo uno de los auxiliares de OMS, haciéndonos pasar a todos a una sala, donde nos conectaban para extraer recursos. Pero creo que fue en ese momento en el que mi cerebro comenzó a trabajar de nuevo, porque mi boca se abrió mientras me levantaba y miraba a OMS, que acomodaba las intravenosas en Noruega.

— Llévame con México.

— ¿Qué?

— Soy el país más grande, tengo suficientes recursos para ayudarlo a mejorar más rápido. Si me conectas a él y mi sangre entra directo, podrán acelerar el proceso de sus heridas.

— uh...

Supongo que todos estaban desesperados por recursos, porque pude entrar sin ningún problema y aunque no podía verlo, OMS se acercó a mí y me sentó en un cómodo sofá. La habitación era enorme, y podía ver que la parte de la camilla estaba oculta con cortinas, así que no podía ver a México, pero no importaba, sabía que estaba allí. En el sofá, que se encontraba a un lado, OMS comenzó a conectarme, y yo solo buscaba un agujero para poder verlo, aunque sea un poco. Se que no debería importarme, me dije a mi mismo que no debería importarme, pero es así, quiero ver aunque sea su cabello.

— Cerramos las arterias expuestas, pero aun es un desastre, no puedes verlo. — dijo anticipándose a mi pregunta, sentándome y conectándome. — Sera un momento, si comienzas a sentir dolor, será tiempo de desconectarte, tampoco te podemos provocar una baja de recursos, Rusia.

— Esta bien. — contesté mirándolo.

Y me quedé allí, en el frio de esa sala, escuchando las máquinas, viendo como mi sangre era extraída, y peor aún, viendo como en el tubo pasaba de azul a rojo, viajando a lo largo para llegar a México. Esta también era otra de las razones por la cual no quería estar con los demás. Si Suecia veía eso en mi sangre, sabría quién soy. No puedo dejar que nadie lo sepa, no aún. Pero al mismo tiempo, mi sangre ayudara más a México.

— México... — dije al aire, por supuesto sin ninguna respuesta más que las maquinas. — Supongo que hablarte de algo ahora, suena tonto. Pero hay algo de ti que siempre me pareció interesante. Es la increíble resiliencia a los problemas que tienes. Creo que te lo había dicho antes, sobre que yo me hubiera suicidado si hubiese pasado lo que tú. Realmente soy muy débil mentalmente, porque solo encuentro una solución, la cual es matar mis problemas, creo que por eso tengo una gran fuerza militar, arreglo mis problemas con lo que tengo a la mano, y realmente nunca perdono a alguien que me hiere. Pero tú... tú estás más allá que las más simples expectativas de una persona con gran corazón. Perdonaste que mataran a tu madre, solo te culpas a ti mismo por tus errores, luchas por lo que quieres, tienes una gran relación con España y ... estoy completamente seguro de que perdonaras a USA por esto. Y creo que es por eso, que cuando te recuperes, en lugar de un sinfín de venganza, vas a querer ayudarnos. Porque México no brilla por su delincuencia, o por su violencia, o por su cultura, o por su extracto social. México brilla por el gran corazón que tienes. Espero te recuperes pronto... — y lo tenía en la lengua, las palabras que quería decir. Pero al mismo tiempo, ya no me sentía con el derecho de decirlas. Creo que tengo que cumplir con lo que prometí, solo irme de ti. — Espero te recuperes pronto, amigo.

Sentí dolor después de una hora, así que OMS me retiró la aguja del brazo. Guiándome a una sala donde se encontraban todos los que habían donado. Vi a España dormido y a Suecia comiendo una manzana, decidí sentarme a su lado y descansar.

— Duerme un rato, pasaste mucho tiempo con México, deja tu cuerpo descansar. — dijo Suecia mirándome. — Posiblemente cuando despiertes te pedirán donar de nuevo, así que solo descansa.

— Bien.

Dije, mirando hacia la ventana, sintiendo los rayos de luz golpear mi rostro. Realmente siempre hay un arcoíris después de la tormenta...

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Los gritos en la sección roja estaban a la flor de piel.

El comunicado por parte de OMS había sido el siguiente.

"Los pacientes presentan un síndrome de abstinencia enorme, se han infligido daños a ellos mismos, rasguños y golpes contra las paredes de sus celdas médicas, he decidido ponerles camisas de fuerza para que no se hagan daño y mantenerlos en una habitación a prueba de que se hieran a sí mismos. Recolecté muestras de sangre y todos coinciden en tener en la sangre un elemento no conocido. Con las declaraciones de Alemania tengo entendido que este estado es producido por la droga GR. México se encuentra en un estado grave para poder siquiera despertar, y los latinos siguen en sanación. Al parecer, consumieron esta droga en grandes cantidades y provocó este efecto frenesí en sus mentes. Lo que queda de ellos ahora es un síndrome de abstinencia enorme. El único levemente cuerdo para hablar es UK y USA."

— FBI, quiero que vigiles el perímetro y lleves a USA a una sala de interrogatorio. Después de asegurarlo con esposas, quiero que te retires mientras yo hago mi trabajo. ¿Queda claro? — dijo la ONU comenzando a sacar unos guantes negros colocándoselos con delicadeza en sus manos.

— ONU, no creo que...

— ¿Eres acaso una organización que busca la paz? — preguntó la organización mirándolo. — ¿Eres acaso alguien relevante a nivel internacional? Porque si no lo eres, estas hablando de más, ¿No te parece?

— Yo...

— Eso pensé. Solo has lo que te digo, tráeme a USA.

— ¿Por qué USA? ¿Por qué no UK?

— Porque USA era el que jodió a México, y no lo jodió solo por la droga, hay algo más allí que quiero saber. UK es una pérdida de tiempo, no hablará, porque tú sabes. "Snitches Get Stitches". UK puede ser un jodido malnacido pero no hablará por más que lo torture, y USA, se romperá apenas sepa que México está en mal estado. Son tan predecibles con sus almas gemelas que me da algo de risa, marionetas manejables a mi antojo. En fin, tráelo, haz lo que dije, y lárgate a tu posición.

— ¿Realmente eres la organización de la paz? Pareces más ser el que disfruta la violencia. — dijo FBI retirándose de allí. O al menos eso quería, porque la ONU le sujeto el brazo antes de que se fuera.

— Es divertido no crees, hay tiempos para la paz, como hay tiempos para la guerra. Mi trabajo es asegurarme que el tiempo de paz dure un periodo muy largo, y la mejor forma de que esto pase, es hacer mini guerras, haciendo que saquen su odio de una forma diferente. — sonrió la organización, abrazando al Buró Federal por detrás. — Así que de vez en cuando, hago que se peleen por cosas monótonas que se que puedo solucionar, para que descarguen el odio y no lleguen a un punto de quiebre que no podre controlar... Voy a lastimar a USA, lo suficiente, para que este tan deprimido, que se mantenga calmo, y a UK en el proceso, cuando le diga lo que hice con USA. Y tú, un simple buró de un gobierno cualquiera no va a detenerme. No me importa si mis ingresos mayores provienen de USA, no es mi jefe, al contrario, yo soy el de él, así que me va a tocar darle una lección. ¿Entiendes?

— ONU te estas excediendo.

— No, estoy controlando, es mejor que me odien a mí, que se odien ellos mismos, a que creen un caos incontrolable. Por el bien común, es mi deber ser el monstruo de la guerra que ellos aplaquen con su buen comportamiento.

— ONU...

— Ve y has tu trabajo. — y un leve empujón en su espalda, hizo que FBI comenzara a caminar.

Probablemente desobedecer a la ONU era mala idea, eso pensó el buró, pero, en el momento que se acercó a la celda de USA, y abrió la puerta, lo supo. El americano lo vio lleno de lágrimas acercándose a él, recargando su rostro en el pecho de FBI.

— Quiero verlo, tengo que decirle que lo lamento, por favor, por favor. Solo un momento, FBI, por favor. Toma todo de mí, destruye todo, solo déjame verlo 1 segundo. — sollozo el americano, donde se sentía el dolor de su alma en el aire.

FBI frunció el ceño y jaló al americano con él, quitándole la camisa de fuerza y poniéndole un improvisado uniforme de seguridad, guiándolo a través de los lugares, sin que nadie notara su rostro, ya que todos los médicos corrían de una habitación a otra, hasta que llegaron, la habitación de fondo, de puertas francesas, donde abrieron y notaron ambos esas máquinas, como ya se podía ver musculo en el cuerpo de México, y poco a poco la piel iba formándose para cicatrizar.

— Las conexiones de nervios, venas y arterias están sanadas, el musculo se ve bien y la piel está tardando ya que OMS la quita hasta ver que todo se esté formando como se debe abajo. No tenemos mucho tiempo, no despertará. Tienes un minuto, USA.

El americano se acercó a él, a esa camilla mirando a su dulce México, con el cabello rapado, lleno de vendas y tubos, gasas llenas de sangre a los costados, sangre entrando en su cuerpo, con el rostro hinchado y morado, al igual que el cuerpo. Cuando dio un paso más, sentía los gritos del mexicano de nuevo, el miedo que había en esos ojos únicos, el dolor que se presenció en ese momento.

— Metztli. — dijo el americano comenzando a dejar las lágrimas caer. — Lo siento. Se que nunca vas a querer verme de nuevo. Y que si llegas a perdonarme, se deberá a nuestro lazo como almas gemelas. Y ni siquiera es justo, recibir tu perdón de algo que no puedes controlar. Acepto nunca tener tu amor de nuevo, o tu mirada, y solo soñar con la sonrisa que pudiste darme, pero la he arrancado de tu cuerpo con mis acciones. Se que no te interesa, pero, dedicaré mi vida a hacerlo bien, lo prometo. Trataré de hacerlo bien, aunque me cueste todo. Se que no merezco ni un gramo de comprensión, así que mi amada luna, lo siento.

Y un simple beso en los labios, en lo que quedaba de ellos, en esos pedazos de carne hinchados en su boca, se juntaron con los suyos en un suave rose. Después simplemente se alejó, diciéndole adiós a su vida, adiós a lo que era, adiós a todo. Todo cambio ese día, en ese momento en el que lo vio allí, recostado sin más, sin poder moverse, o hablar. Sin poder mirarlo, todo allí acabó para él.

¿Qué más quiere la vida de mí, si ya no tengo nada? Se preguntó, siendo guiado con ONU a su destino.

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TRES DÍAS DESPÚES...

El chileno se deslumbró con la luz en el momento que abrió los ojos.

Su cuerpo estaba adolorido, y podía notar un médico a su lado izquierdo sacando datos de una máquina. Levantó una mano y adolorido la acercó a su rostro, sentía algo hinchado del lado derecho, y no podía ver nada, es más, ¿Por qué no puede ver nada con su ojo derecho?

— Basta. — dijo el médico mirándolo. — El vendaje estará allí hasta que cierre la herida, sigue goteando. Ya mandamos a producir tu nuevo ojo, será de vidrio por fuera para darle apariencia natural, y robótico por dentro donde lo conectaremos a tus nervios y recuperes la vista de ese lado.

— ¿Qué? ¿Me estas...?

— Tu ojo real es pérdida total, paso mucho tiempo lejos de ti. Arruinado en su totalidad, no hay manera de recuperarlo y ponerlo en tu rostro de nuevo. Lo lamento señor Chile.

— P— pero... Yo...

— Sus heridas del abdomen han cicatrizado aunque la hinchazón sigue en usted. En cuanto a sus genitales, están recuperados en su totalidad. Comenzará a sentir sensibilidad muy pronto.

— ... ¿Alemania?

— ¿Disculpe?

— Alemania, quiero ver a Alemania.

— Señor, el señor Alemania se encuentra detenido.

— ¡¿Qué no hablo español idiota?! ¡ALEMANIA, TRÁEME A ALEMANIA! ¡Trae su maldito trasero aquí! ¡AHORA! ¡AHORA!

Se escuchaba el sonido de las máquinas sonar por el aumento en la presión del chileno, mientras este furioso arrancaba el suero y las transfusiones de su cuerpo, levantándose para caer. Pero justo en ese momento, la ONU estuvo listo para atraparlo y recostarlo a la fuerza de nuevo.

— Estas haciendo un escándalo. — sonrió la organización. — Que bueno que despertaste por cierto.

— ¡¿Dónde tienen a ese weón conchatumadre?!

— ¿Alemania? FBI, tráelo.

— ¿Qué? — dijo el buró federal. — Esto no ayudará en nada...

— Tráelo, ahora. Si Chile quiere verlo con el único ojo bueno que le queda, es justo, tráelo. Alemania ha dejado de tener derechos o un trato especial. Además, le voy a complacer su deseo por el simple hecho de que es un pobre diablo que no tiene más que el odio que esta acumulando en este momento en su alma. Tal vez ese odio te impulse a ser una potencia, Chile, ¿Lo has considerado?

— ¡Calla hijo de puta! ¡Tráeme a ALEMANIA! — gritó histérico el chileno mirando a FBI.

— Tráelo FBI, no lo hagas esperar más. — contestó ONU.

— ... Si, señor.

Y sin más, pasaron los minutos mientras la ONU no dejaba de ver fijamente al chileno.

— ¿Qué tiene la droga GR? Afecta a todos menos a ustedes, ¿Sabes que es lo que México pone en ella? — preguntó curioso la organización.

— ¿Por qué no le preguntas a México, weon? Déjame en paz.

— Okey... está bien, pero sabes, de nada sirve protegerlo, al final voy a conseguir la verdad. Esa droga que es para humanos fue consumida por country. Así que se ha vuelto mi problema y lo descubriré tarde o temprano. Además tú deberías comenzar a tratar a todos mejor, Chile. Tu estrella, una marca origen, tu gobierno comenzara a desestabilizarse, muy pronto caerás en caos, así que, deberías tratar mejor al único que puede ayudarte.

— Tsk...

— ¡Chile!

El gritó del alemán hizo sonreír a la ONU quien dejó que se acercara al chileno. Porque sabía que iba a pasar, y lo que pasaría sería mejor que un regaño o castigo de él.

— Chile, Chile lo lamento... lo lamento muchísimo. Yo...

— Oh, lo lamentas, claro. — sonrió el chileno. — Claro, tu culpa me devolverá todo lo que perdí. Tu culpa me devolverá mi ojo, ¿cierto? — sonrió el chileno arrancándose los vendajes, revelando el hueco vacío en su rostro, con gasas por dentro. — ¿Crees qué me crezca hoy? Es una lástima que las marcas de origen no vuelvan a crecer como el resto de nosotros. Es una lástima que mi hermosa pupila de estrella sea una marca de origen y no pueda crecer de nuevo... Eres una mierda, Alemania. — dijo el chileno viéndolo. — Una vil mierda, no sé ni siquiera porque estas respirando, ¿Qué bueno has hecho para el mundo? Nada, toda tu familia siempre ha sido una mierda, y se supone que tenemos que aceptarlo. Solo quiero dejarte algo en claro, no quiero que te acerques a mí nunca más. Y si quieres hacerme un favor, para que puedas tener mi perdón, por favor, mátate, tu muerte será lo suficiente para que diga en tu tumba, que te perdono. Así que hazme ese favor Alemania, dámelo, mátate, deja que Alemania deje de existir y mata a toda tu línea sanguínea, prefiero sufrir eso, a el simple hecho de recordar que somos predestinados.

El alemán no hizo ningún ruido, o gesto, estaba en shock, sin poder decir nada, mirando como lo perdió todo tan rápido, no duro nada su felicidad...

— Saquen a Alemania de aquí, es suficiente. — dijo la ONU. — Nada que le fuera a hacer yo, lo dañará más que esas palabras, así que. Felicidades, Alemania, es la primera vez que te veía feliz con alguien, y lo arruinaste, como tu abuelo, como tu padre, como toda tu familia, arruinando su único momento de ser felices. Que divina comedia es tu línea sanguínea... Sáquenlo de mi vista.

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"¿Me amarías en el próximo amanecer que nos ilumine?"

Los ojos del mexicano se abrieron 5 días después de lo ocurrido, tenía cicatrices aún frescas, pero afortunadamente tenía un cuerpo que ya no estaba expuesto. Sintió los rayos del sol golpear su rostro, de un amanecer nuevo y calmo. Miró alrededor y vio a su padre, España, dormido en un pequeño catre, descansando. Del otro lado, vio algo que le sorprendió. Un Rusia dormido en una silla, mientras se cubría con su abrigo.

Sonrió por eso. Para después aclarar su garganta, cosa que hizo despertar de golpe al español.

— ¿México? — dijo mirándolo. — Mi México, ¿Cómo estás, chaval? ¿Te sientes mejor? No abriste los ojos en cinco días, me estaba muriendo de preocupación, no me hagas esto tío, no puedo con tales emociones y...

— Estoy bien, España. — sonrió suavemente el latino. — Mis...

— Están bien, en camillas pero todos despertaron, y algunos están en terapia ahora. Eras el único que no habría sus ojos. — dijo el español acariciándole el cabello. — Ay México... no sabes cómo me alegra verte despierto.

— Y a mí me alegra verte, no pensé... que diría eso pronto... — dijo el mexicano aclarando su garganta de nuevo. — ¿Agua?

— Si. — dijo rápido el español tomando un poco, ayudándolo a beber. — Tus cuerdas vocales son nuevas, y tu cuello sigue recuperándose así que, si sientes ardor en la garganta, OMS dijo que era por ello. No debe tardar en volver, pero quiero decirte desde ahora que los cuidaré, me mudaré con Perú o contigo, para tenerlos a todos en un lado y cuidarlos, además de que les prepararé de comer, sé que tú y Perú siempre pelean por eso, pero no olviden de donde sacaron la sazón.

— Siempre me ha gustado tu comida. — sonrió el mexicano.

— ¿México?

Y ambos, tanto el español como el mexicano voltearon sus miradas al ruso, que se levantó y acercó de golpe, mirándolo.

— Te he dicho que vayas a tu casa Rusia, ya México no necesita más sangre que le dones. Yo puedo donarles a todos los chicos.

Pero aunque el español estaba hablando, la mirada lila y la de galaxias se juntaron mirándose, sin ninguna expresión. Hasta que el mexicano decidió hablar.

— Mi padre dice que se quedará conmigo, hasta que me recupere por completo. — dijo el mexicano. — Somos muchos latinos.

— Lo sé. — dijo el ruso. — Pero siento que se divertirán, si están juntos, podrán apoyarse entre todos.

— Es un gran trabajo. Así que creo que he decidido algo, Rusia, ven a mi casa a cuidarme, te pagaré para que estés allí hasta que me recupere.

La mirada seria del mexicano impacto a ambos, tanto al español y el ruso que se miraron entre ellos y después al mexicano de nuevo uniéndose ambos en una misma pregunta.

— ¿Qué?

No había razón para saber que planeaba el mexicano en ese momento, pero aunque las negativas de España fueron enormes, aun así, el ruso acabó con una maleta llegando a tierras mexicanas después de que México fue trasladado a su hogar. Y con algo de miedo, tal vez nerviosismo, tal vez dolor, tal vez duda, porque no sabía que le esperaba, al momento de atravesar esa hermosa puerta tallada a mano, enorme y lujosa, una belleza artesanal que aguardaba ser abierta para iniciarle algo que ni el ruso, ni el mexicano esperaban.

Tal vez, darle paso al inicio de un todo. 

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ACLARACIONES:

- Marcas de origen: son aquellas marcas de nacimiento que no se pueden remplazar si las pierden.

Nos vemos en el siguiente cap :D! 

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