- ¡TODO ES TU CULPA! - gritaba el chico con gran rencor e irá.

- no, no es cierto - susurro la pelinegra.

- lo es, de no ser por ti, ellas vivieran! - las lágrimas caían en los rostros de ambos. - es tu culpa, es tu culpa. Vete

Lo único que necesitaba era un abrazo, de alguien que le dijera que todo estaría bien, cometió errores como todos. Pero sentía que moriría no quería ir con su padre porque sabía que estaba preparando el funeral de su madre.

- eres lo peor - escucho decir al joven antes de cerrarle la puerta en la cara.

Camino por las calles de Tokio llamando la atención debido a su aspecto. Llegó a su casa, tan callada debido a la ausencia de su madre. Abrió la puerta del despacho de su padre y lo vio totalmente perdido en sus recuerdos.

- papá - llamó.

Su padre la miro, dio una mirada enojada y la ignoró.

- lo siento -

- es tu culpa - esa voz llena de odio. - tuya, solo tuya, TUYA!

De momento a otro se vio en aquel auto junto a su madre hablaban tranquilamente hasta que ella llamo su atención, la luz brillante se hizo más fuerte sintió el impacto.

Las voces acusatorias se hacian mas fuertes.

- TU DEBISTE MORIR-

Despertó en medio de la noche, escucho los pasos apresurados de su padre e inmediatamente entro.

Al ver a su hija se acercó a ella y la abrazó, sabía que había vuelto a tener una pesadilla, le pareció extraño no las había tenido desde hace un tiempo.

- otra vez, lo mismo - susurro con voz entrecortada. -

- tranquila, solo es eso una pesadilla -.

Minutos después salió para dejarla descansar, pero no volvió a dormir temía volver a soñar con lo mismo. En su mesa de noche tenía un porta retrato, una fotografía que había sacado con Leonardo en una  de sus muchas citas, ambos sonriendo a la cámara muy felices.

Había otra junto a esa, una de su madre y ella. Leonardo le daba protección, amor, y seguridad.

Tenía miedo él confiaba en ella, de lo había demostrado de muchas formas, temía que si él se enteraba de sus errores se alejara.

No quería volver a caer, pero lo cierto era que lo amaba.

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Leonardo la esperaba con su bella sonrisa, lo miro de lejos. tan dulce y de buen corazón.

El la vio de lejos, algo no andaba bien.

- ¿Que ocurre? - pregunto poniendo sus manos en el rostro de ella.

- solo, tuve una mala noche - Leo la besó en la frente, ese gesto tan simple la hacia sentir amada y protegida.

- ¿Tuviste una pesadilla? - pregunto en tono dulce

- si - suspiró.

- hey! No estés triste o yo también me pondré triste, no me gusta que estés así. -

Saco un pequeño osito e hizo una voz graciosa mientras movía al osito como si tuviera vida propia.

- sonríe - susurro.

Karai soltó una risita al ver los intentos de su novio por hacerla reír.

- lo ves, te ves muy hermosa riendo. No te pongas triste o me enojare - sentencio.

Prometió llevarla a un lugar cuando terminarán las clases, pasaron entre clase y clase e incluso los regaños a la hora de entrenamiento por parte de Saki hacia Leo pudieron quitar el entusiasmo que tenía por llegar a su novia a ese lugar especial.

A las dos de la tarde ella lo esperaba en el parque. Leo llego y la besó. Karai había pedido que no llevará su Jeep.

- ¿Que rayos es eso ? - señaló la máquina monstrusa" como le había puesto en cuanto la vio

- es mi moto - una motocicleta color negro y rojo estaba frente a ellos.

- vamos, eso es peligroso - no era que le dieran miedo si no que se veía poco confiable - pero  está genial - cambio de opinión al verla mejor.

Katia lanzó un casco a él.

- tu condiciras - lanzó las llaves

- segura? -

- si, vamos - Leo puso su casco y subió a la moto seguido de Karai quien también se colocó un casco.

Karai abrazo a Leo por la cintura, Leo sonrió y puso en marcha.

Llegaron a un edificio, Leo la guío hasta el último piso.

- ¿piensas matarme?- Leo había puesto una venda en sus ojos. Karai sintió el aire.

- mm tal vez - sonrió

Leo quito la venda, Karai quedó sorprendida al ver la increíble vista desde esa altura era muy hermoso. Leo tenía unas cosas ahí arriba.

- esto es hermoso - susurro - y esto? Es tuyo ? - pregunto al ver un sofá y una galera repleta de flores.

- sip - la invito a centrarse

- y no tienes problemas? -

- no. Este complejo habitacional pertenece a mi padre. Así que no esta permitido el acceso hasta acá. Este es mi lugar especial, nunca había venido con nadie, hasta hoy - sonrió - quieria mostrarte lo este también podría ser el tuyo.

- gracias -

- ¿Que? ¿Porque? -

- por todo lo que haces por mí, eres todo lo que una chica desearía y yo... -

- tu nada, no quiero que pienses lo que sea que estás pensando. Karai - se puso de pie frente a ella  - Yo.. te amo -

Al fin esas palabras que se moría por decir habian salido de lo más profundo de su corazón

- se qué es pronto, pero es la verdad -

- yo también te amo - dio un rápido beso.

- dilo de nuevo - robo otro beso

- te amo, te amo - repartió besos por todo el rostro haciendo que ambos rieran.

Definitivamente debía confesarle todo. Ahora estaba segura que él lo entendería. Lo amaba y el a ella.

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