Capítulo 34: Silencio
Ji Min
Mi sonrisa se amplió cuando la vi retorcerse en el suelo, pidiendo por clemencia... esa misma clemencia que pidió Tae Hyung cuando estaba cansado de vivir, de sufrir por las personas que más quería y a las que perdía.
— Pensé que serías más inteligente, Nana. — ella frunció su ceño y a pesar de estar convulsionando, se podía notar en su mirada el odio, ese odio que sentía por su verdadero nombre. — Pensé que no estarías tan desesperada en obtener todo lo que Tae Hyung poseía como para no leer todo el contrato. — Reí, mientras ella comenzaba a arrojar sangre.
Me sentía mal por sentir lástima por una zorra como ella, por una bruja de segunda.
— Tal vez haya pasado un año, pero el karma existe y todo lo que creaste se está derrumbando.
— M-maldito... — susurró, botando aun más sangre.
Me sentí tan bien al verla sufrir, al verla sucumbir del dolor... ese dolor que nunca sintió y que ahora se estaba cobrando demás.
— Debiste saber que cuando Tae Hyung muriera, tú también lo harías. Debiste en verdad ser un poco más inteligente y pensar mejor en lo que le pediste a mi yo del pasado. — Reí cuando la vi abrir sus ojos en par y quedarse de esa forma.
— Ho Seok dice que te espera en el cementerio. — YoonGi entró a la habitación y solo rodé los ojos, quitándole la manzana que estaba comiendo y que había robado de la casa de esta mujer.
— Deja es manzana, YoonGi, no quiero que comas nada que provenga de esta casa o de ese... cadáver.
Miré por última vez a Na Eun y tomé la mano de YoonGi para salir del departamento de esta zorra.
No podía creer que ella estuviera tan desesperada en ese tiempo, ni siquiera me acuerdo de su rostro. Lo único que recuerdo vagamente es a una mujer desesperada y en medio de lágrimas entrando a mi casa y luego, viéndola firmar un contrato... que la condenaría a los fuegos del infierno por el resto de su vida.
[✨]
Cargué a MinMin cuando la vi, ella estaba sonriendo, sin saber en donde estábamos exactamente. Ho Seok se encontraba de pie, dándome la espalda. Había pasado un año desde la muerte de Tae Hyung y aunque fue difícil, él supo salir adelante junto a MinMin, mi sobrina.
— ¿Cómo te está yendo en tus clases de piano, bebé?
— Muy bien tío JiMin. — MinMin no era como los demás niños, ella aprendió a hablar a los cinco meses y caminó a los seis. Ho Seok y yo nos encontrábamos sorprendidos, pues ella no presentaba ningún indicio de ser alguna bruja, pero sí parecía ser superdotada.
— Me alegro, bebé.— me situé al lado de Ho Seok, él solo miraba la lápida de Tae Hyung y a diferencia de seis meses atrás, ahora ya no lloraba, solo se le quedaba viendo por un largo rato. — ¿Cómo estás?
Ho Seok se encogió de hombros y se arrodilló para cambiar las rosas marchitas por unas nuevas. MinMin y yo observamos en todo momento, sin embargo, no dijimos nada, solo compartimos su silencio. Ese silencio que decía más que mil palabras.
[✨]
Imagen en multimedia:
https://pin.it/d2blabl4icutj4
Solo falta el epílogo, bebés.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top