Capítulo 32: Venganza
Ho Seok
Empujé a Na Eun una vez que la puerta se abrió y poco me importó si se encontraba sola o con invitados, aunque a juzgar por el silencio del departamento, sabía que se encontraba sola.
— ¿Qué rayos te sucede? — gritó cuando la sujeté del brazo y la llevé a rastras hasta su sala de estar. Poco me importaba la puerta que se había quedado abierta o incluso, lastimarla. — ¡SUÉLTAME! ¡Voy a llamar a seguridad, Ho Seok! ¡Mier...
No la dejé terminar, pues al llegar a la sala de estar, no dudé ningún segundo en lanzarla al sofá. Escuché un quejido de su parte, pero eso era nada a comparación de lo que le hizo a Tae Hyung, por lo que poco me importó su dolor.
— ¡Te voy a denunciar por agresión física! — gritó, tratando de levantarse, pero no sé lo permití.— ¡Apártate! — trató de golpearme, pero sujeté sus manos y entonces se veía tan indefensa, como lo estuvo Tae Hyung cuando ella lo atacó.— ¡Tengo cámaras y pruebas de que estás agrediéndome, así que aléjate ya mismo!
— ¡El que te va a denunciar soy yo! — le grité, empujándola de nuevo. Ella cayó al sofá y aunque nuevamente soltó otro quejido, no me sentí culpable.
— ¿Estás drogado o qué?
— ¡Al contrario, Na Eun, me estoy controlando para no golpearte! — fui tan directo y frígido que en su mirada descubrí algo de temor. — ¡Me estoy controlando para no hacerte lo mismo que le hiciste a Tae Hyung! ¡No sabes cuánto me estoy controlando para no agarrar tu cuello y dejarte sin aire! — mis manos se hicieron puño y toda la sangre se iba directamente hacia esa zona. Estaba tan enojado que podía hacer cualquier cosa para vengarme de esta zorra.
Na Eun se hizo la idiota por unos cuantos segundos, pero luego comenzó a reír y entonces supe que en verdad ella lo había lastimado. Ella continuo riendo aún cuando le dije que se detuviera y solo cuando la sujeté del antebrazo, calló y mostró su verdadera cara.
— ¡SUÉLTAME! — me empujó con fuerza, pero en estos momentos lo que ella consideraba un golpe, yo lo sentía como un roce.
— ¡Te juro que te vas a morir en la cárcel, porque ten por seguro que no descansaré hasta verte en dónde perteneces!
Iba a retirarme, pues los minutos corrían y mi paciencia se agotaba, y lo que menos quería hacer era terminar en la cárcel por una basura como ella. Pero Na Eun no se quedó callada...
— ¿Qué pruebas tienes?
Su sola pregunta me hizo hervir la sangre y regresar a la boca del lobo.
— ¡Sus tobillos están rotos! ¡Está llevando un maldito yeso y las cámaras del edificio te sitúan a la hora exacta, maldita zorra! — Nunca le había alzado la voz a una mujer y mucho menos, le había gritado a alguna... hasta el día de hoy.
— Él no tiene los tobillos rotos — dijo con simpleza, como si estuviera hablando del clima y no de algo tan delicado como la salud de mi esposo.
— Eres un zorra.— susurré. Quería retirarme, pero Na Eun no quería cerrar su boca.
— Revísale las piernas, quítale el yeso y oblígalo a caminar. — en esta ocasión su voz sonó tan venenosa como la mordida de una serpiente. — No me mires con esa cara de estúpido, Ho Seok. Él ha vivido más de cinco siglos y estás tratándome de decir que en todos se tiempo nunca se hizo daño alguno.
— ¿De qué estás hablando?
— Eres un idiota, cariño.— susurró, acercándose y apoyamos sus manos en mi pecho.— Tae Hyung tiene el poder de regenerarse, su cuerpo no puede sufrir daño alguno y si lo hace, este vuelve a su estado actual después de un día, como máximo.
Abrí mi ojos en par y no por la nueva noticia que había recibido de Tae Hyung, sino porque Na Eun sabía sobre su maldición. Lo sabía.
— Sí... — musitó, alzando su rostro y mirándome como en todas las ocasiones en las que nos acostamos. — Lo sé, cariño, sé que Tae Hyung es un brujo, que se puede regenerar, que nunca morirá hasta que amé de verdad y eso es porque yo lo maldije. — lo último sonó como un arrullo macabro.
Me alejé tan pronto como pude, para encontrarme con su sonrisa llena de burla.
— ¿C-cómo fuiste capaz? — apenas fui consciente de lo que había preguntado cuando ella ya se encontraba con el rostro serio.
— ¿Qué como fui capaz? Y todavía lo preguntas.— soltó una risa irónica y trató de acercarse, pero me alejé. No la quería cerca, no quería nada que ver con ella. — No puedo creer que me tengas miedo, Ho Seok. Soy todo lo que quieres y necesitas, yo soy la mujer de tus sueños, tengo todos los rasgos que deseas en una mujer y aún así te enamoraste de él...
— No te entiendo y tampoco estoy buscando hacerlo, solo quiero que te alejes de mí... de no...
— ¿De ustedes?... — bajó su mirada y aproveché ese momento para salir de la casa de esta loca, sin embargo, me la encontré en la puerta. — Me amaste en el pasado, Ho Seok, me amabas, yo era tu destino, pero... pero él apareció y no querías casarte conmigo. — al alzar su mirada, fui consciente de las lágrimas que recorrían sus mejillas. — Todo lo hice por ti, por estar nuevamente contigo. Cambié todo para gustarte de nuevo y le eché esa maldición para hacerle pagar por todo lo que nos hizo... Yo no quería matarte, pero...
— ¿Qué?
Ella sonrio, en verdad sonrio, aún con lágrimas recorriendo sus mejillas y se acercó. Nuevamente me alejé y entonces su mirada cambió.
— ¡Es que acaso no lo entiendes! ¡Todo lo hice por ti, para ser felices en esta época, para gustarte y ser la esposa perfecta que nunca pude ser en el pasado!
Me quedé callado, me quedé completamente como un idiota al terminar de escucharla. Tae Hyung me había hablado de su maldición, pero nunca sobre la persona que se lo lanzó.
— ¿Entonces fuiste tú la que torturó a Tae Hyung por seis siglos? — Ella asintió en su desesperación y le di la oportunidad de tomar mi rostro entre sus manos, le di la última oportunidad. — ¿Tú le mandaste ese hechizo?
— Sí, pero todo tiene su explicación, todo fue...
— Te lo agradezco.— susurré, apartándome de inmediato de su tacto. — Te agradezco tanto que nos hayas unido nuevamente en esta vida y creo que eso es suficiente para saber que tú nunca fuiste mi destino, que nosotros no estamos destinados y que lo único que hiciste fue jugar a ser un todopoderoso, pero te salió mal y lo agradezco tanto. Adiós Na Eun. — la aparté de mi camino e iba a salir de su departamento, pero ella siguió susurrando en medio del llanto que lo hizo por amor. — No te equivoques, Na Eun, tú nunca lo hiciste por amor, lo hiciste por venganza y recuerda que las malas nunca ganan.
Salí del departamento y por más ganas que tuviera de denunciarla, ahora mismo solo sentía pena por ella.
[✨]
Al llegar a casa, me encontré a Ji Min y Tae Hyung en la sala de estar, ambos veían una película con palomitas. Quería hablar con mi esposo, pero sabía que no era el momento, por lo que solo besé a Tae antes de irme a acostar. Todo esto había sido tan agotador y me sentía tan confundido que no sabía qué le diría a Tae Hyung cuando habláramos.
Ji Min se retiró después de hacernos la cena y prometió que regresaría al día siguiente. Solo le agradecí por todo lo que había hecho y lo despedí.
Tae Hyung se encontraba comiendo, parecía sentirse cómodo en esa silla de ruedas, pero necesitaba confirmar lo que Na Eun me había dicho.
— Cariño. — susurré, llamado su atención de inmediato.
— ¿Qué sucede? — preguntó, mirándome solo por un minuto, antes de devolver su atención al plato de comida.
— Tae Hyung, sabes que puedes confiar mí, ¿Cierto? — tomé su mano y entonces se detuvo, dejó de comer. — ¿Por qué no me dijiste que tu cuerpo se regenera por sí solo? ¿Por qué no fuiste capaz de decírmelo? — me sentí sumamente un idiota y él lo supo al instante.
— ¿Q-qué?
— Cariño, no mientas, sé que es cierto y por favor, solo dime la verdad.
Tae Hyung mordió su labio inferior y finalmente asintió.
— Pensé que si te lo decía, creerías que soy un fenómeno o que nuestra hija lo sería.
Rápidamente tomé su rostro entre mis manos y planté muchos besos por este, hasta llegar a sus labios.
— No pienso nada de eso, bebé, al contrario, me alegra que ustedes estén bien y que en cualquier momento puedes proteger a nuestra hija.— mi mano descansó en su vientre por unos minutos y al sentir a mi hija moverse no pude estar más feliz. — Te amo, te amamos nena. — susurré, viendo el vientre de mi esposo con ternura... con el mismo amor que sentía por el chico de cabello rubio que se encontraba delante mío.
[✨]
Imagen en multimedia:
https://pin.it/i5xjuxmtfkmunu
Como avisé, terminaré con este fic y me concentraré en Pequeño y en las correcciones de mis otras historias. Gracias por el apoyo. 😚
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top