Capítulo 20: Olvídalo

Tae Hyung

Me levanto con menos ánimos que el día anterior y aunque quiero ir al cuarto de baño y alistarme para ir a trabajar, simplemente no tengo las ganas suficientes, tampoco el ánimo necesario.

Me vuelvo a acostar en la cama y me cubro con las sábanas, mientras mi mirada se posa en el anillo, que se encuentra encima de la mesita de noche. Es tan hermoso y brilla con mucha intensidad, sin embargo, yo no puedo tenerlo, no soy merecedor de tal regalo.

Me quedo por más de media hora en la cama y cuando el reloj marca las ocho, sé que posiblemente estoy despedido. Sin embargo, ni aquello me da los ánimos que necesito para levantarme o salir.

Quiero cerrar los ojos, dormir un rato más, pero apenas los cierro, recuerdos me atacan, recuerdos de aquel día. Nuevamente me entran las ganas de llorar y estoy a punto de sucumbir a mis deseos cuando mi puerta es atacada a base de golpes fuertes.

Maldigo en voz baja, pero me levanto como puedo, yendo hacia el lugar y abriendo la puerta, pero ignorando por completo a la persona del otro lado. Estoy caminando de regreso a mi cama cuando una mano sujeta mi muñeca y ahí sí me atrevo a ver a la persona que ha irrumpido en mi casa. Es Ho Seok.

— Tienes que ir a trabajar, Tae Hyung. — es lo primero que dice y tal parece que es lo último que dirá, pues de repente me suelta. — Y-yo he llamado a tu jefe y le he dicho que te tomarás algunos días.

Trato de decirle algo, pero de mis labios no sale nada, ni siquiera un suspiro.

— Tae Hyung, no podemos seguir así, nuestra boda será pronto y yo... yo no quiero estar de esta manera en ese día tan importante para ambos.

Solo en ese momento reacciono y camino hacia la mesita de noche, tomando el anillo en mano y regresando hasta la entrada, dónde encuentro a Ho Seok en la misma posición.

Él me mira atento, incluso cuando tomo su mano y coloco el anillo con delicadeza encima de este.

— ¿Q-qué significa esto? — pregunta, riendo al final, como si fuera un chiste.

Trato de ser fuerte, pero las lágrimas se acumulan en mis ojos y bajo la cabeza.

— ¿Acaso estás... — afirmo con la cabeza antes de que termine. — P-pero pensé que... ¿Enserio estás seguro de esto?

A pesar de que quiero decirle que no, que necesito tiempo, mi cabeza se mueve por sí sola y afirma.

Él se acerca y cuando su tacto toca mi rostro y lo levanta, me siento tan expuesto.

— N-no podemos estar juntos... — susurro. — Y-yo no soy merecedor de ti y tampoco de tu corazón.— entre más hablo, más dolor siento en el pecho y más ganas tengo de llorar. Sé que Ho Seok se encuentra igual o peor que yo, pues en su mente solo hay palabras de amor y puedo sentir su temor. — Sólo olvidemos que esto pasó, olvídalo todo y sigamos con nuestras vidas. Estoy seguro que encontrarás a alguien me...

— ¿Mejor que tú? — completa y solo me queda asentir. — Pues para mí no hay nadie mejor que tú, Tae Hyung. Eres la única persona que me ha hecho sentir vivo en estos últimos tres meses, casi cuatro. Me has hecho demasiado feliz y jamás podría comparar cinco años con una persona que, según tú, es mejor, con los cuatro meses que hemos vivido. — su voz está recargada de dolor, rencor... odio.

Quiero desaparecer de su vista, dejar de ver sus ojos llenos de lágrimas y  a la vez, de impotencia. No quiero estar aquí.

— ¿En serio crees que te dejaré solo por esto? ¿Acaso estás pensando que podré conseguir a alguien mejor que tú? — sus preguntas me perturban y me dan tantas ganas de empujarlo, pero su tacto me lo impide. Quiero sentirlo lo más cerca posible antes de alejarme por completo.— Ahora contéstame, Tae, ¿Estás seguro de esto? — desvío la mirada y mis manos tratan de apartarlo, pero él lo impide. — Dímelo de una vez, porque si es así, me marcharé y te juro que no volveré... no regresaré por ti, aunque eso me rompa el corazón en mil pedazos.

Mi mente dice que no, pero de mis labios sale un sonoro sí. Ho Seok me suelta al escuchar mi respuesta y tomando mi mano con violencia, me entrega el anillo.

— Te lo regalo, cariño. — sus palabras siempre han sido como un arrullo, pero en esta ocasión me dañan. Me dañan demasiado. Pero no hago nada para acabar con el dolor, solo lo veo salir por la puerta, que muchas veces lo recibió a él y a mí en medio de un borrachera o de besos.



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Maratón 5/10

Dije que no habría sufrimiento, pero lo siento, todo esto es necesario para llegar al final que está programado para esta historia. ♥

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