Capítulo 16: No

Tae Hyung

Mis nervios son muy notorios, al igual que los temblores en mi cuerpo. No sé cómo detener todo esto o mejor dicho, cómo detener a Ho Seok, quien está sumamente convencido de que es tiempo de conocer a sus padres.

— Ya tranquilízate, bebé — susurra él, tomando con su mano libre la mía y dándome una sonrisa llena de confianza cuando el semáforo se coloca en rojo. — ellos te amarán y no dudes de aquello.

— P-pues yo no veo nada de lo que ellos puedan amar.— digo con algo de fastidio. Todo esto no estaría pasando si a mi tonto novio (o qué sé yo) no se le hubiera ocurrido la grandísima idea de aparcar en frente de mi trabajo y decirme que suba. Ni siquiera tuve tiempo de cambiarme o de arreglarme.

— Eres bello y con simplemente ser tú, sé que ellos te amarán.— Ho Seok está tan confiado en sus palabras, que por un momento siento confianza en mí mismo, pero esta solo dura poco, pues el semáforo se coloca en verde y el auto avanzan reduciendo los minutos que faltan para el gran encuentro.

No contesto nada y tampoco le hablo a Ho Seok durante todo el camino, hasta que su auto se detiene al frente de una gran casa, que por cierto se ubica en una zona de familias privilegiadas, en su mayoría, millonarias. Un suspiro sale de mis labios y Ho Seok no hace nada más que sostener con fuerza mi mano y decirme que me ama y que la opinión de sus padres no influenciará en sus sentimientos.

Él es el primero en salir y aunque quiero salir por mi propia cuenta y evitar que me trate como a una chica, no lo hago, pues mis articulaciones se han quedado inmóviles y mi mente no procesa nada.

Cuando Ho Seok me abre la puerta del auto y estira su mano, me siento tan estúpido y tan demográfico, en especial porque yo no soy una niña, soy un chico que podía salir por su propia cuenta, pero que no lo hizo por temor.

Sin rechistar, tomo la mano de Ho Seok y estoy pensando en salir del auto, pero el cinturón me lo impide y no puedo sonreír, a pesar de que ha sido chistoso, ya que en menos de diez segundos estaré al frente de una mujer y de un hombre que posiblemente no me aprobarán y acabarán por arrojarme de sus vidas y de la de Ho Seok.

Cuando desabrocho, por fin, el cinturón del auto, me siento preparado o eso es lo que quiero creer mientras avanzo junto a Ho Seok.

Muerdo mi labio inferior cuando Ho Seok toca el timbre y creo que me haré daño cuando pasos se escuchan desde el otro lado.

— ¡Seokie! — grita una señora de mediana edad mientras lo abraza, ignorándome olímpicamente y logrando que mi mano se separara de la de Ho Seok.

Cuando su abrazo termina, ella me mira y aunque me ofrece una sonrisa, muy en el fondo está pensando que soy un oportunista y una zorra de pacotilla. Solo correspondo al abrazo que me das y al separarnos, nos dice que pasemos.

Entramos a la casa y cuando pienso avanzar, ella me pide, exageradamente amable para mi gusto, que me limpie los zapatos. Es entonces que observa mi vestimenta y comienza a reírse mentalmente. Esto de leer mentes no me gustaba del todo por este tipo de cosas.

— La cena estará lista dentro de veinte minutos. Vamos a la sala de estar, tu padre quiere conocer a tu... — ella me mira de pies a cabeza y sigue sin pronunciar algo que pueda excusarla de su tan horrible y evidente gesto.

— Él es Tae Hyung, mamá, mi novio.— e incluso yo soy el asombrado, pues por primera vez dice algo, que era evidente, en voz fuerte y en frente de su familia.

— Vamos a la sala de estar — dice sin más. Sin embargo, puedo leer su mente y creo que no es necesario mencionar la sarta de lisuras que me está diciendo.

Al entrar a la sala de estar me detengo y Ho Seok también lo hace.

— ¿Qué sucede? — pregunta la madre de mi novio.

— ¿Tengo que limpiarme los zapatos aquí también?

Ho Seok no evita reír y el señor que está detrás de su periódico también lo hace, mientras que la madre de mi novio me mira con más odio del que su cuerpo pudiera albergar.

— No querido, eso solo se hace en la entrada de la casa, deberías saberlo. Tu familia debe habértelo enseñado.— y entonces sus palabras son como cuchillos.

Sonrio apenas y bajo la mirada sin decir nada más.

Ho Seok y yo entramos a la sala de estar y nos sentamos al frente de su padre, que ahora ha dejado a un lado su diario y nos mira sonriente.

— Pero qué lindo jovencito, Ho Seok.— dice el señor delante de nosotros. — Eres demasiado hermoso y ya veo por qué mi hijo quería formalizar contigo. Si yo fuera él, hace rato me hubiera casado y tenido hijos contigo. — me sonrojo por completo y Ho Seok solo ríe mientras le dice que no exagere.

La señora Jung se sienta al lado de su esposo y comienza a bombardearme de preguntas, desde mis padres hasta el lugar de mi nacimiento y por último, qué tipo de trabajo tengo.

Ho Seok habla por mí y aunque no quiero que sea así, él no se detiene, en especial al decir que soy mesero en una cafetería que recientemente han abierto. Su madre se atraganta con el té, que había servido para sí misma, y me mira con más odio que antes.

— N-no entiendo... ¿No tienes empresas o algún puesto importante en la sociedad? — pregunta ella, esperando despreciar me de esa forma, pero lo que no sabes que sé más de la historia de nuestro país que los mismos profesores de Historia universal. Sin embargo, me abstengo de decirle eso y solo niego.

Ella ríe y mira a Ho Seok, haciéndole una seña para que se coloquen de pie y salgan de la sala de estar. Mi novio se disculpa y sale junto a su madre cuando esta también se disculpa.

Me quedé totalmente en soledad junto al padre de mi novio y no veo cómo empezar o por dónde.

— Me agradas, Tae Hyung. — empieza él. Yo me sorprendo y agradezco en voz bajas. — Me importa muy poco que seas un camarero o un cantante de metro, lo que me importa en verdad es la felicidad de mi hijo y si él es feliz al lado de tan preciosa joyita como tú, pues no dudes en que te recibiré con brazos abiertos... a pesar de que mi esposa sea una paranoica.

Comenzamos a reír juntos y me siento en confianza cuando él comienza a preguntar sobre mis gustos y casualmente sobre algo de historia.

Para cuando Ho Seok y su madre regresan, el señor Jung y yo estamos sumergidos en un debate sobre el café o el té. Es increíble cómo puedo cambiar de tema tan radicalmente y como ese hombre me sigue la corriente.

— Ya está la cena — anuncia la esposa de tan admirable hombre.

El señor Jung se coloca de pie, al igual que yo, y caminamos juntos hasta el comedor. Ho Seok nos sigue detrás y cuando nos sentamos, puedo percatarme de su rostro. Está serio, eso no es algo bueno y aunque quiero leerle la mente, me niego a hacerlo, en especial porque eso es algo personal que él solo me lo dirá cuando sea su tiempo.

Empezamos bien con la cena, el señor Jung saca a relucir temas muy interesante durante la cena y cuando estamos por probar el postre, Ho Seok se coloca de pie, interrumpiendo a su padre y asustando a su madre.

— Mamá, papá, para mí, ustedes son muy importantes, por lo que los quería presentes en este día.

Veo miedo en los ojos de la señora Jung y curiosidad en la mirada del señor Jung y creo que también hay curiosidad en mi mirada, pues pensé que esta cena solo sería eso: una cena y ya.

— Tae Hyung, cariño, sé que tenemos poco tiempo de haber iniciado una relación y puede que sea demasiado apresurado, pero contigo me siento bien y no quiero perder nunca ese sentimiento. Te amo.

Y aunque sé por dónde va la cosa, me hago el tonto, mientras disfruto del miedo de la señora Jung, vieja arpía.

— En frente de ustedes, padres, quiero preguntarte... — y apartando la silla para arrodillarse, saca una cajita de terciopelo y lo abre, mostrando un anillo muy bonito.— ¿Quieres ser mi esposo, Tae Hyung? ¿Quieres acompañarme por el resto de mi vida?

En esta ocasión no puedo evitar leer su mente y aunque trato de encontrar algún truco, en su cabeza no hay nada más que la palabra boda y amor.

— ¡Ho Seok, no puedes hacer esto! — grita su madre y por más que quiero decirle que sí solo para ver la cara deformada de la señora Jung, no lo hago.

No... no puedo hacerlo, Ho Seok.— y sin esperar, me levanto y agradezco, para luego salir corriendo de aquella casa.

Yo amaba a Ho Seok, pero al antiguo, al que espiaba, aquel que me sonreía, que me susurraba palabras dulces después de hacer el amor... aquel que se llevó mi castidad.





[✨]

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Maratón 1/10

Esta maratón se llevará acabo durante todo el día, así que no esperen capítulos tan seguidos, bebés. Prometo traer los diez capítulos, pero paciencia ante todo.

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