Capítulo 15: Cariño

Tae Hyung

Hablar con Ji Min estaba totalmente descartado de mi lista de quehaceres en todo este fin de semana e ir a visitarlo estaba totalmente prohibido desde aquel día. Él me dejo muy en claro que no quería verme en mucho tiempo y que posiblemente no quería hacerlo nunca, pero sabía que me terminaría buscando y no es por parecer presumido, pero sabía que él regresaría cuando se sintiera preparado para verme al rostro, tanto a mí como a Ho Seok.

— Ya levántate.— le exijo al peso muerto que ahora duerme en mi departamento.

Ho Seok se remueve y solo suelta un gemido de puro gusto al voltearse y darme la espalda. Gruño, fingiendo enojo, pero ni aún así se levanta, por lo que no dudo en golpear su espalda desnuda y tratar de levantarlo de esa forma. Pero él sigue sin despertar.

— Ho Seok, tienes que ir a trabajar.— digo en un susurro al acercarme a su oído. Otro gemido sale de sus labios y comienzo a creer que a este hombre solo le gusta el sexo, pues hasta en sueños lo piensa.

— Hoy no hay trabajo.— dice por fin.

— Pero yo tengo que ir a trabajar.— le recuerdo. — así que levántate, que no pienso dejarte en este barrio tan peligroso, niño mimado.— salgo de cama y busco con la mirada mi ropa interior, pero no veo nada más que la ropa de Ho Seok y alguno que otro zapato, también de él. — Si piensas seguir trayendo más ropa, te recomiendo que por lo menos la ordenes.— le recuerdo por décima quinta o tal vez, décima sexta vez.

Él no se mueve y tampoco creo que lo haga, pues como lo dijo: no hay trabajo para él y creo que nunca lo habrá, pues siempre se la pasa en mi departamento o dando vueltas por mi trabajo.

Ha pasado más de dos meses desde que decidí darle una oportunidad más al Ho Seok que está en estos momento acostado en mi cama y sin ganas de moverse. Ha pasado demasiado desde que Ji Min se alejó de mí, no sé mucho de él, más que está trabajando con Jin en su restaurante y ayudándolo a llevar su embarazo.

No puedo decir que también estoy trabajando con Jin, porque en realidad no es así y tampoco creo que habría aceptado la oferta si es que me la hubieran dado, pues prefería mil veces darle su espacio a Ji Min, tal y como ese día me pidió entre lágrimas, que tener un trabajo.

La primera cita que Ho Seok y yo tuvimos fue en un restaurante cerca a mi casa, aún recuerdo que su rostro se desfiguró al ver el aspecto del lugar, pero claro que todo cambió cuando entramos y probamos el ramen del lugar, el que por cierto es el más delicioso de todo Corea, a mi parecer. Las siguientes citas fueron diferentes, él escogía el lugar y pagaba por ambos, casi nunca me dejaba pagar y tampoco es que me importara mucho el dinero, pues mi larga estadía en este mundo me había enseñado que el dinero no era algo que me llevaría a la tumba y tampoco, algo que valga tanto como una amistad o una relación.

— Tienes que salir de mi cama, Ho Seok. No pienses que te quedarás todo el día ahí con el cuerpo sudado y lleno de flujos que realmente no me gustan mencionar por la mañana.— le advierto, mientras me encargo de secar todo mi cuerpo. Él no dice nada nuevamente y siento tantas ganas de patearlo o incluso, de voltear la cama para que de esa manera se mueva aunque sea un poco.

— Anoche no decías lo mismo mientras te la...

— ¡Ho Seok! — le gritó mientras me coloco ropa interior limpia.

Hace menos de un mes que comenzamos una vida sexual activa en esta relación, que tampoco puedo llamar oficialmente una relación, pues hasta ahora él no ha formalizado conmigo, y puedo decir que estar con Ho Seok es como tocar el cielo y a la vez el infierno, te lleva a ambas partes con solo rozar tu piel y mover sus caderas.

De pronto siento sus manos  calientes alrededor de mi cintura y no puedo evitar gemir al sentir una presión en dicha zona.

— Buenos días, cariño.— susurra comenzando a besar mi hombro desnudo.

— Tienes que ducharte y buscar ropa limpia entre tanta ropa.— digo mientras mi vista va a parar al suelo y a sus prendas de días anteriores.

— Sabes que puedo mantenerte, ¿Cierto? — asiento sin dudarlo.— entonces deberías quedarte en cama conmigo, así podemos...

— Creo que estás pasando mucho tiempo con tu primo. — corto su rollo  a tiempo y me alejo.

Sé que Ho Seok tiene dinero, también una hermana y una familia de gran prestigio en el país, pero no pensaba dejar de trabajar solo porque él contaba con todo el dinero del mundo. Cada uno tenía que salir adelante por su propia cuenta.

— En realidad paso más tiempo contigo que con él.— siento sus pasos cerca de mí, demasiado cerca y me detengo de inmediato, dándome una vuelta y diciéndole con una mirada que se detenga. — ¡Tae Hyung! — se queja.— sabes que tu cuerpo es irresistible.

— Y tú sabes que yo soy capaz de golpearte si sigues intentando llevarme a la cama.— le advierto. Él se rinde y se sienta en la cama, aún con el cuerpo sudado y por sobre, aún sin ropa que cubra su desnudez.

— Odio que tengas que trabajar.— dice casi en un grito y no dudo en golpear su muslo y escuchar un quejido de su parte.

— Y yo odio que siempre intentes llevarme a la cama, pero nunca digo nada.

— Amas que te haga el amor.— dice sin vergüenza alguna y sé para este momento, que Ho Seok no tiene filtro alguno.

— Ya basta niñito mimado.— le digo en un tono burlón.— tienes que ir a la empresa de tu padre y yo tengo que ir a trabajar.

— ¿Nuevamente estuviste leyendo mis conversaciones? — pregunta esta vez con más atención.

Sonrio y le guiño antes de acercarme y sentarme a horcajadas.

— Claro que no. — me acerco peligrosamente y susurro:— puedo leerte la mente, Hobi.

— Definitivamente estuviste leyendo mis mensajes.— dice con seguridad.

Comienzo a reír y me levanto de su regazo.

— Tienes que ir a visitar a tu familia, prácticamente te la pasas aquí y lo que menos quiero es causarte problemas.

Termino de vestirme para cuándo él comienza a colocarse la ropa interior. Al menos es un avance, me digo mentalmente.

— Papá no me quiere ver y mamá siempre anda en reuniones del té con las chismosas de sus amigas.

— ¿JiWoo?

— Ella está cuidando de sus hijos, ni siquiera se acuerda de que tiene un hermanito menor.

— ¿Estás celoso? — digo en broma.

Él bufa en respuesta y tras colocarse los pantalones se acerca.

— claro que no, creo que más bien le haré la competencia — acaricia lentamente mi vientre y de inmediato me alejo.

— ¡Estás loco! — le gritó mientras camino fuera de la habitación.

— ¡Loco por ti! — grita.

Ruedo los ojos en respuesta y me preparo mentalmente para escuchar las razones (tontas a decir verdad) por las que deberíamos tener hijos. Sin embargo, eso no sucede, pues de pronto lo veo salir de la habitación bien vestido y con el cabello mojado.

— ¿Tienes algo que hacer en la noche? — pregunta de repente, dejando su tema de los niños de lado.

— Recuperar el sueño que me quitas, tal vez.— digo antes de darle un sorbo a mi vaso de jugo de naranja.

— Lo digo enserio, Tae.

— Pues no.— digo con simpleza.

— Entonces vendré por ti.

— ¿A dónde iremos? — dejó de lado el juego de naranja y me cruzo de brazos, esperando escuchar alguno de sus disparates.

— Te presentaré a mis padres — dice con mucha simpleza y entonces abro mis ojos en par y me niego rotundamente.







[✨]

Maratón 2/2

ScarletMaritza, bebé, espero que te haya gustado estos dos capítulos y que estés descansando. Te adoro ❤

También espero que les haya gustado a ustedes, personitas hermosas. Así mismo, vayan preparándose, porque este fic tiene para más y de ahora en adelante, será felicidad ✨

Imagen en multimedia:

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