Capítulo 11: Maldito
Ho Seok
Mi sonrisa fue tan grande cuando no recibí una negativa de su parte y lo fue aun más cuando salí de la cafetería rumbo a la oficina. Tenía mucho trabajo y a pesar de ser el heredero de la compañía de mi padre y por tanto tener un futuro prometedor y asegurado, tenía que comenzar a responsabilizarme en vez de evadir todo este tema.
El comercio y las exportaciones jamás me gustó, mucho menos el tener que socializar con mucha gente, pero mi deber como el heredero de la compañía de mi padre era estar presente en juntas y hablar con cientos de nuestros socios, que a decir verdad, no tenía ni el más mínimo interés de conocer.
Al llegar a la oficina, me encontré con Na Eun y mi hermana mayor, ambas hablaban cómodamente en la recepción de la empresa mientras un café descansaba en la mesa de vidrio central. Ellas reían mientras miraban el celular de mi hermana, posiblemente viendo alguna foto ridícula de mi sobrino en traje de baño o del esposo de JiWoo.
No pregunté qué estaba haciendo Na Eun en nuestra empresa, al contrario, la ignoré durante todo el día que se mantuvo al lado de mi hermana y posteriormente, al lado de mi padre. Ella solía ser una visitante muy frecuente en la empresa cuando éramos novios, sin embargo, poco después de terminar, decidimos que sus visitas eran innecesarias y que su presencia, también lo era.
- Deberías intentarlo de nuevo con Na Eun... - la voz de mi hermana me sacó de mis pensamientos, aquellos que solo estaban dirigidos a Tae Hyung y a nuestra cita esta tarde. - Hoy vino a hablar personalmente conmigo...
- Ya le dije que no podré ser su acompañante.- dije sin remordimiento alguno y por sobre todo, interrumpiendo a mi hermana.
Sentí la penetrante mirada de JiWoo encima de mí, pero hice caso omiso y salí de la cafetería de la empresa antes de que ella comenzara a darme charlas de reconciliación o de parejas.
Estar todo el día metido en una oficina, revisando papeles que no entendía y viendo las fotos de las próximos modelos que desfilarían nuestra marca de ropa interior no era de mi total interés, pero ahí me encontraba y juraba que si no fuera por la felicidad y ansiedad que sentía desde que salí de la cafetería me hubiera retirado de este lugar.
Cuando el reloj marcó las cuatro y media de la tarde, decidí salir de la oficina, dejar prácticamente todos los papeles arrojados en mi escritorio y correr hacia el estacionamiento. Estaba a punto de subir del lugar cuando Na Eun se apareció sorpresivamente delante de mi auto, por poco y la atropello.
- No encuentro las llaves de mi auto.
Quise creerle, pero era imposible, al igual que era totalmente ridículo que siguiera en la empresa cuando hace más de tres horas atrás había terminado de hablar con mi hermana y con mi padre, este último era muy condescendiente con ella y la apreciaba al igual que una hija.
- Na Eun no tengo tiempo.- le dije una vez que saque mi cabeza por la ventana del auto.
Ella no se movió, tampoco me contestó y tras recibir una mirada dura, decidí quitar el seguro y esperar a que ella entrara.
Traté de llegar lo más rápido posible a su departamento y al hacerlo, ella insistió en que subiéramos para beber una copa, a modo de celebración por el contrato que había firmado con mi padre para modelar nuestra marca.
Decir que me negué más de cinco veces sería poco, pues prácticamente lo hice durante todo el tiempo en que ella no quiso bajar del auto. Sin embargo, cuando tomó mi rostro entre sus manos y sus ojos se clavaron en los míos, no tarde en asentir como un estúpido. En el preciso momento en que nuestro labios chocaron me olvidé de Tae Hyung, incluso del espectáculo que habré armado cuando salimos del auto y nuestros labios se buscaron nuevamente.
Decir lo que hicimos en su departamento estaría de sobra, pues cualquier persona que nos vio pudo deducirlo por sí misma.
[✨]
Desperté pasada las diez de la mañana y en esta ocasión, Na Eun no se encontraba en la cama tampoco en su departamento y lo agradecía en demasía, pues para este momento lo único que pude hacer fue coger mi ropa, vestirme y salir corriendo del lugar.
En esta ocasión sí me había acordado de Tae Hyung y de nuestra cita que no pudo ser.
Llegué al estacionamiento y encendí mi auto, saliendo del lugar de inmediato en dirección a la cafetería, que a estas horas ya se encontraba atendiendo al público.
Entré como loco al lugar y me senté en una mesa libre para dos personas. Esperé largos minutos hasta que lo vi. Tae Hyung no me dio el Buenos días que acostumbraba decirle a cada cliente y en vez de eso, solo pidió mi orden.
- Lo siento tanto, sé que no hay excusa para los que te hice, pero te pido...
- En la caja lo pueden atender.- fue lo único que dijo antes de dar media vuelta y tratar de irse. Sí, tratar, pues mi mano fue más rápida y sostuve su brazo antes de que él se marchara por completo.
- Te juro que tengo una buena excusa.- dije a pesar de saber que tener sexo con Na Eun no era aúna excusa, mucho menos, una buena.
Él carraspeó y zafándose de mi agarre, huyó, pero no me quedé atrás. No deje de insistir, a pesar de que él se mantenía al margen y atendiendo a los clientes como si yo existiera.
- Tae Hyung, por favor, perdóname.- fue mi último intento. Él se detuvo antes de entrar a la barra y comenzar a preparar alguna que otra bebida.
Él no volteó, tampoco se preocupó porque alguien del lugar lo escuchara cuando me aseguro que llamaría a la policía por mi asquerosa obsesión.
No lo entendí y a pesar de que quise adentrarme a la barra y detenerlo, no lo logré, en especial porque el chico bajito de ayer me detuvo y me exigió que me retirara.
- Déjame pasar, tengo que hablar con Tae Hyung.
- Llamaré a la policía. - me advirtió ese chico, pero no hice caso y traté de apartarlo para pasar, pero solo bastó con tocar su hombro para que él lanzara el primer golpe.
Juro que me dolió horrores la mejilla y gran parte de la mandíbula, pero tampoco dejé que me golpearan, porque apenas me reincorpore para contestarle el golpe.
No sé cuánto desorden hicimos o quién habrá llamado a la policía, pero al darme cuenta, dos sujetos de uniforme me sujetaban de los brazos, mientras otros tres hacían lo mismo con ese chico bajito.
- ¡Eres un maldito! - me gritó él antes de que lo sacaran del local.
No entendí su rabia o su reaccionar hasta que lo vi con mis propios ojos. Tae Hyung estaba sentado a su lado, tratando de calmarlo mientras que Eun policía parecía darle una sentencia.
Por una milésima de segundos, nuestras miradas cruzaron y sentí que nos estábamos diciendo todo con ese simple gesto, sin embargo, cuando él volvió a prestarle atención a su amigo bajito sentí que no habíamos avanzando nada.
[✨]
Imagen en multimedia:
https://pin.it/ecrqivlaewnwm4
Nota:
Capítulo extra porque yolo ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top