- No me pienso casar con ella. - fui firme en mi decisión. Papá se encontraba delante mío, mi madre estaba abrazada a su brazo, tratando de detener cualquier movimiento que él realizara en contra mía o en otras palabras, deteniendo la posible masacre que él cometería al recibir la contradicción que le estaba dando.

- ¡Ho Seok! - me reprendió y nuevamente me negué. - ella es una mujer muy bonita, incluso estabas enamorado de ella cuando tenían catorce años...

- Padre, ¡Eso fue hace tres años atrás! - grité en mi defensa.

Un suspiro salió de los labios de mi progenitor y posteriormente se alejó del brazo de mi madre, así salir de nuestra casa, azotando la puerta al estar fuera.

- Ho Seok, hijo, deberías hacer caso a tu padre... - insistió mi madre con el típico tono preocupado.

Me negué.

- No me quiero casar con ella. - volví a repetir.

- Pero ella te quiere, además es una buena mujer y será una gran esposa y madre para tus hijos... - y ahí fue donde la responsabilidad del hombre en el cual me había convertido salió a flote. - Ya estás en la edad de cumplir con el rol de padre de familia. Nam lo hizo hace dos años atrás y no tuvo ninguna queja al casarse con EunJi.

Recordé a mi hermano mayor. Él tampoco quería casarse con Eun Ji, incluso me dijo que lo mejor era irse del pueblo y buscar su propio destino a que tener que estar con alguna mujer a la fuerza.

- Nam Joon es feliz con su esposa, tú puedes serlo al lado...

-No pienso hacerlo.- le interrumpí. Mamá parecía cansada de escuchar lo mismo, pero tenía que entenderme. Yo no quería nada con Nina, ella fue el amor de mi adolescencia, pero jamás sería mi presente.

Y apenas tuve la oportunidad de salir de casa, lo hice. Salí corriendo en dirección al bosque. Ya nadie me detendría, pues la mayoría de personas que me conocía en el pueblo sabía que siempre iba a reflexionar al bosque en plena "soledad".

Corrí todo lo que mis pies me permitieron y cuando me encontré demasiado lejos de todos, me detuve. Mi respiración agitada y mi corazón bombeando rápidamente era lo único que se escuchaba en ese momento, hasta que...

- Te lo dije. - y su voz no solo me asustó, sino también me colocó en alerta, pues estaba seguro de que todavía no había llegado al centro del bosque, incluso podría jurar que tan lejos del pueblo no me encontraba. - Ellos piensan casarte con ella.

Rápidamente levanté la mirada al buscarlo por todos lados y no encontrarlo en el suelo. Él estaba sentado en una rama del frondoso árbol que yacía delante mío. Traté de controlar mi agitada respiración antes de responder y al hacerlo, preferí quedarme callado. Ciertamente no me entendía, quería decirle muchas cosas a Tae Hyung, desde que dejara de espiar a mi familia hasta darle la completa razón, sin embargo me quedé callado y esperé a que el tiempo transcurriera.

Para cuando mi estómago sonó y el hambre se hizo insoportable, decidí entablar una conversación con aquel chico que siempre había soportado mis arranques de ira y muchas veces, escuchado mis quejas sobre el trato de mis padres para conmigo. Más que todo, decidí hablar con Tae para olvidar que mi cuerpo exigía alimento alguno y que ha estaba cansado de estar apoyado en ese árbol.

- ¿Estás mejor? - preguntó de la nada, entonces entendí que estaba haciéndolo de nuevo: me estaba leyendo la mente. - lo siento - y nuevamente lo hacía. Sin embargo negué con la cabeza y alcé la mirada para verlo, él seguía en la misma posición de hace unas horas atrás, no parecía haberse movido centímetro alguno o así lo vi yo.

- No me quiero casar con ella. No la amo. - susurré lo último, a pesar de saber que él me había escuchado o incluso leído la mente.

- ¿Entonces...? ¿A quién amas? - preguntó y estaba seguro de que él ya tenía una respuesta concreta, sin embargo esperó por mí.

Alcé mis hombros en un gesto desinteresado y convencional. Estaba muy seguro de que sentía algo muy fuerte por Tae, podía jurar que estaba enamorado de él y no solamente de su físico, pero saber que era brujo me hacía dudar de sobre manera, en especial por los hechizos, que según mi madre, ellos lanzaban sobre ti para nunca dejarte ir.

- Mejor olvídalo. - dijo, tal vez porque no contesté rápido o porque había leído mi mente y supo sobre mis dudas. - me tengo que ir y tú tienes que ir a comer.

Iba a decirle que no pensaba volver al pueblo, no hoy, tal vez tampoco mañana, pero él no me dió tiempo de hacerlo, pues en un rápido movimiento o posiblemente con el uso de sus poderes, desapareció. Me quedé solo en el bosque, sin su compañía e incluso sin la la mía, pues en un momento perdí la noción del tiempo o de lo que me rodeaba. Estaba profundizando mucho en mis sentimientos y en mi actuar. No sabía si estaba bien casarme con Nina y dejar a Tae Hyung o negarme a esa boda hasta el último momento.

Cuando el atardecer llegó y el bosque se hizo un poco más tenebroso, decidí volver, no porque quisiera, sino por el temor a que algún animal salvaje estuviera andando por ahí.

Nam Joon fue el primero en recibirme al entrar a casa. En la mesa se encontraban mis dos hermanos menores, quienes se colocaron de pie al verme y no tardaron en correr hacía mi, igual que Nam. Todos preguntaron si me encontraba bien, incluso Eun Ji, quién siempre fue la menos preocupada por nosotros, a pesar de pertenecer a la familia de su esposo.

Papá no se pronunció, ni siquiera me vió, solo se marchó cuando todos se alejaron y creo que pensó que aquello me dolería, pero no lo hizo. Papá era el de menos importancia para mí, tal vez en un pasado fue el hombre al cual admiré mucho, pero ahora solo podía verlo como el destructor de mis sueños y de mi libertad.

- Deberías hacerle caso a papá. Él solo quiere lo mejor para ti. - siempre esperé escuchar aquellas palabras de alguno de mis hermanos menores, pero escucharlo de Nam fue algo... inesperado. Él se suponía que estaba de mi lado y ahora solo me sonreía tras decir una tontería grande. Sin embargo, agradecía encontrarnos fuera de nuestra casa, pues así todo lo que diría no sería escuchado por alguien más que no sea mi hermano mayor.

- ¿Alguna vez has sentido volar? - le pregunté de repente, cambiando de tema y evitando que de mi boca solo salieran contradicciones. Él rápidamente negó y creo ver algo de temor en su mirada al pensar que me había vuelto loco. Reí por aquello. - ¿Nunca has sentido algo muy extraño en tu interior al estar con Eun Ji? - él nuevamente negó y la curiosidad pudo más que yo. - Algunas veces me siento raro. - confesé. - siento algo muy raro dentro mío, pero no es algo malo... es algo parecido a placer, pero no el placer sexual, sino el placer de sentirte bien contigo mismo. - me quedé pensando un momento más y luego continué. - Se siente realmente bien ver cómo puedes ser tú mismo y ser aceptado a la vez, ¿Cierto? - Nam Joon estuvo atento a cada una de mis palabras y asintió. - ¿Puede alguna persona gustar de otra y a la vez pensar que tal ves está... hechizado? - Nam abrió sus ojos en par y luego rió.

- No te he entendido absolutamente nada y eso que te he prestado atención, Ho Seok, pero solo te puedo decir que el tiempo te da la oportunidad de descubrir el amor verdadero. Tal vez hoy no gustes de Nina, pero en un futuro sentirás volar al estar con ella. Ahora solo puedo decir que estás loco.

Y realmente Nam no me había entendido, pero yo sí.

- No. - le di la contra. - Yo estoy enamorado. - susurré. Creo que él no me escuchó, pero no me importó.

Tan rápido como pude, salí corriendo nuevamente hacia el bosque, sin importar que los centinelas me dijeran que no podía hacerlo. No me importó nada en ese momento, solo el querer ver a Tae Hyung y decirle que ya no dudaba de él o que ya no pensaba que había lanzado algún embrujo sobre mí. Lo que sentía por él era puro y sincero... era amor.

[✨]

Hola bebés, nuevamente gracias por la aceptación que le están brindando al libro y espero que no le borren al igual que lo hicieron con mi O.S. Ahora solo ruego porque mis obras no sean eliminadas. No podría aguantarlo :(

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