Capitulo I

POR SIEMPRE BESTIA

Muchos dijeron que el olvido es morir, eso significa que todos los que ya se han ido siguen vivos en nuestra mente, cuerpo, alma y corazón.

~Mizha

La crueldad del destino le jugaba otra mala pasada a la ojiazul, no podía, simplemente no podía recordar como había cambiado sus ojos por ese rojo y volver a su azul de un segundo a otro. La motivación tal vez o quizá era por que quería salvar su vida y fue algún tipo de sobrevivencia. Estaba cansada, cansada de no lograr lo que quería. “Olvidar”

Quizá si en algún punto de su vida ella no se hubiese casado con quien creyo podia llegar a ser feliz y no solo eso, la dejaria ser feliz aunque no fuese consigo.  Pero él no se dio por vencido y eso fue lo que cambió todo, ahora tres años después de la muerte de vegeta seguía siendo bulma la que lloraba cada noche, la que se recordaba a si misma su muerte, la que sabia que pronto lo vería de nuevo, vería ese color negro en sus ojos que la volvía loca, pero quería estar preparada para lo que viniese y con eso se refería a entrenar, entrenar y entrenar.

— Concentrate y deja que tu bestia se fusione con tu marca, — los cabellos negros del moreno caían sobre su cara dandole un toque de misterio cada que se refería a Bulma. — Eres de la realeza ahora y por tanto tienes que aprender a dominar a esa bestia sin perder el control, debes ayudarnos a proteger a los tuyos, si. Me refiero a los mortales.

— Nadie me habló de proteger a los humanos. — contestó confusa.

— Bulma, nosotros somos los encargados de que ellos vivan en la ignorancia, ¿Que crees que pasaría si los humanos se enteran de nuestra existencia?

— Muerte... — susurro tan suave la ojiazul.

— No, guerra. Adiós a todo lo que hemos construido, todo se acabaría en un santiamén. Ellos nos cazarían, nos buscarían si no mantenemos a raya a todos los de nuestra especie.

— Entiendo... Lo volveré a intentar.

Dicho eso, la mujer azul se volvió a concentrar. Observó como a los lejos su vista se volvía en blanco y negro, también como vegeta le rogara que se calmara que tratara de reaccionar y por endécima vez no pudo, simplemente no podía transformarse si aparecía vegeta rogándole control.

— Ve a descansar, eso a sido todo por hoy. — palmeo la espalda de Bulma en un intento de decir que lo lograría. — No pierdo la esperanza en ti azulita. — hablo con carisma, emprendiendo su camino a la salida.

— Ni yo en ti, Tarble. — respondió la ojiazul y se quedo ahí tratando de volver a respirar con normalidad, mientras observaba como Tarble salia de la habitación.

— Asi como él tampoco perdió la esperanza en ti, Bulma. — susurro para si mismo el moreno.

Bajo la fachada de la realeza o de pertenecer a ella, Bulma trataba de formar parte de ellos, de adaptarse y poder transformase cada vez que se le diera la gana. Pero no podía y estaba tratando de entrenar para poder ser parte de la verdadera realeza y eso implica del ejército de los guardianes o anixios como solía llamarse. Los que todos temían y en este caso a los que todos debían respeto así como seguir sus ordenes, a ellos se les otorgaba el poder divino para mantener la paz en el mundo.

Tal como Diós siempre lo había pedido, el humano ignorante lo prolongaría a un futuro seguro.

“Entre menos sepáis, mas vivierais, por qué saber también te otorga sabiduría para la que no estáis preparado.”

Debían proteger el secreto, su secreto. Solo así la paz prevalecería y tendrían mas oportunidad de vivir. Por eso ella entrenaba, al ser la única sobreviviente de la marca. La hacía especial en todos los sentidos.

Existía una vieja leyenda entre ellos se decía; que la sobreviviente de la marca podría llevar paz o su final. En todos los casos eso solo era una vieja leyenda hasta que ella sobrevivió.  Para una transformación se necesitaban de dos personas;  vegeta la había convertido por si mismo, sin saber si su sangre podría soportarlo. Algo que para su raza era el final si el legado no continuaba y no podría continuar si ella en este caso Bulma no se controlaba.

Ella era su legado y también su pequeña salvación, todo dependía del poder dominar a la bestia dentro de ella.

Que lograra dominar la marca que se prolongó en el instante en el que ella sobrevivió, justo al lado derecho de su ombligo.

— Tengo que lograrlo... — se hablaba a si misma, apenas y podía respirar cuando el color rojo se apodero de sus orbes azules.

Un rojo profundo y oscuro que consumía su alma, su bestia luchaba para no ser dominada por esa pequeña esfera de luz la cual llamaban “La marca” esa misma que la hacia perder el control. Un grito desgarrador salio de su garganta, sus colmillos se resaltaron, sus uñas crecieron y las venas se notaban a través de su piel.

Un pequeño delineado trazo el contorno de sus ojos, mientras sus largas pestañas crecían y le daban ese toque de perfección.

Las alarmas resonaron por todo el lugar, cuando un guardia se hizo presente.  — Princesa, debemos llevarla al cuarto de seguridad, nos atacan, vienen por usted. — el guardia al mantener su vista gacha, no se fijo en la transformación.

Poco a poco levantó su vista de la referencia que hacía, la sonrisa de supeoridad se mostro y las afiladas garras de la mujer azul levantaron su mentón.

— Juguemos... — susurro, sin pensarlo el guardia corrió hacia la salida, temiendo por su vida.

Ella era peligrosa en ese instante, — aquí 1221 la princesa se transformo, repito la princesa se a transformado. — el soldado hablo a través de su radio a todos los que pudiesen escucharle. Mientras corría por su vida, sabia que si llegaba a la salida podría resguardarla en el cuarto de entrenamiento hasta que ella reaccionara o su energía le fuera consumida matándose a si misma.

— Corre, — hablo la Bulma. — y no te detengas...

Sonrió y en un parpadear estaba frente a la puerta obstaculizando el camino del soldado.

— Aquí el cuarto de entrenamiento, la princesa se salio de control. Repito necesito refuerzos. — volvió a hablar el soldado pero nadie parecía responder, todos estaban concentrados en salvarla sin saber que su vida peligra por si misma. — Maldición...

El rojo profundo de sus ojos asustaban a cualquiera. Debía controlarse y su bestia luchaba por no ser dominada. Dio un paso al frente dispuesta a ver sangre en sus uñas, su mente solo pensaba en asesinar y ya tenia una presa. 

Dio otro paso, otro más. El soldado cayo de espaldas sin despegar su vista de ese rojo inmenso. Bulma levanto su mano para bajarla con tal impulso que lo partiría en dos.

Sonrió antes de bajarla rápidamente, el soldado cerro sus ojos esperando el impacto cuando luego de un momento los abrió y vio a la ojiazul luchar por su vida. Sostenía su cabeza con ambas manos mientras la imagen de vegeta se repetía en su mente, esa sonrisa que la cautivo y de sus labios saliendo cada palabra.  »Controlate, no dejes que te consuma«

La voz dentro de su cabeza la hacia reaccionar, ahí estaba él hablándole. Parecía una especie de broma pero ahí estaba. Su visto volvió a ser normal mientras caía arrodillada sin perder el contacto visual con él, con vegeta.

— Estarás bien, — hablo de nuevo, mientras mas se acercaba su vista mejoraba, Tarble era el que le hablaba.

Su mente le había echo pasar otra mala jugada. O quizás era su bestia que lo había prolongado para reaccionar.

— Ayúdame a llevarla al cuarto de seguridad, — Se dirigió al soldado que aun seguía en el suelo, que se levantó paso sus brazos por debajo de su cuerpo y enroscó las manos de Bulma sobre su cuello.

Estaba tan débil que hasta le era difícil caminar, así que solo se dejaría guiar por el guardia.

— No la llevaras a ningún lado, ella vendrá conmigo. — la voz de otro hombre se escucho y el soldado solo detuvo su andar. — Sueltala...

— Atrás de mi soldado, — le impuso Tarble posicionándose frente a ellos. — Ella es la princesa, como te atreves  a venir aquí y reclamarla. — expuso con tanto pudor que Bulma pudo notarlo.

— Soy de la especie Angelical, puedo llevármela si se me da la gana. — contestó.

— No, si ya la han reclamado. — Respondió aun el la misma posición Tarble.

— ¿Quien?, El príncipe vegeta... — hizo una pausa, — Idiota, ella no fue reclamada en su vientre no hay legado y tampoco el olor de él, me entere que murió.

— Calla, y vete. — espetó Tarble. — llevatela soldado, — susurro hacia ellos.

Bulma, bajo de los brazos del soldado. Tratando de mantener estabilidad por si sola, por encima del hombro de Tarble observó a su reclamador.

— Bulma, vete. — volvió a hablar Tarble.

— Mi bella princesa, tu bestia reacciona ante mi, tu sangre acelera los latidos de tu corazón, yo puedo volverte a ser quien eras solo dame un legado y prometo no hacer nada a todos los que desees. — Una vez mas lo observó Bulma y Tarble solo se mantuvo frente a ella impidiendo su avancé y el del Arcangel.

»Eres mía, solo mía.« su mente proyectaba a un vegeta reclamándole. Ella lo sabía, él lo sabia. Ella ya había sido reclamada por el Príncipe de los Demonios-Vampiros. Y por ello ahora era princesa, debía enfrentarlo.

— Tarble, no te metas. Esto es entre él y yo. — La voz de Bulma sonó calmada, segura y firme.

— Creo que deberé llevarte por la fuerza, — apenas soltó aquello y se lanzo hacia ella, las alas del arcangel brillaron cuando las descendió.

Bulma salto para encontrarse con el arcangel, haciendo a un lado a Tarble. Mientras en su trayecto la transformación de su bestia se hizo presente, pero junto a ese rojizo de sus ojos...

Ambos se encontraron en el trayecto de su ataque, al igual que cayeron al suelo. Ninguno se movía hasta que el arcangel se levantó, observó a Tarble y sonrió, Las bellas alas del arcangel cayeron al suelo — volvere por el Diario, — espetó y el se esfumó como por arte de magia, huyendo de lo que fuese que poseía ella para haber cortado sus sagradas alas.

Bulma se levanto y en un susurró hablo, — Vegeta lo hizo...

Cayo al suelo y ambos fueron a su rescate, Convertirse agotaba su energía y consumía su alma.
Por ello necesitaba aprender a controlarse para poder pelear con todo aquel que quisiera reclamarla, ya que el llevar la marca la hacia ser codiciada y deseada. Pero también vulnerable y una asesina sin piedad.

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Continuará...

¿Y? Que les parecido el capítulo, dejeme sus comentarios y también su estrellita.

La historia se relatará desde su entrenamiento, ya el próximo capitulo acabara este relato de lo que hizo en el transcurso de los 121 años y atención por qué cada detalle te ayudara a comprender el final.

Gracias por las primeras 100 leídas, espero os guste y nos leemos.

Mizha ت

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