Capítulo 8
~No esperes el momento PERFECTO... toma el momento y vuélvelo perfecto~
−Gracias bonita −aseguro atrayéndola a su lado para abrazarla y besarla. − Vas a ver que no te vas a arrepentir. −dijo mientras continuaron caminando abrazados y felices los dos. Rachel no estaba muy segura de ello, pero era viernes y por suerte al día siguiente no tenía planes para el fin de semana, por lo que se propuso olvidarse del trabajo que no pudo realizar y disfrutar el momento.
Entre risas William y Rachel se dirigieron a abordar el avión. Al entra una sobre cargo los recibió; para Rachel no pasó desapercibida la sonrisa forzada y fingida que le dio a ella antes de tomar la maleta de mano que llevaba.
− Nos vamos a sentar aquí, pero primero quiero presentarte mi socio, quien además es buen amigo y hermano del alma. − dijo William con entusiasmo. Rachel al escuchar aquellas palabras, inmediatamente pensó en Lore y en lo importante que era para ella.
− Roberto, ella es Rachel Andrade; mi diseñadora favorita y va a ser mi acompañante en la inauguración del hotel. − el socio la vio brevemente antes de extender su mano, al momento que volteo a ver a William con una sonrisa de complicidad; para después atraerla hacia él para darle un abrazo y un beso tal como si fuera una conocida de ambos.
− Roberto Gonzales, un placer conocerte Rachel. Ya veo porque tienes a mi socio vuelto loco, además de ser muy talentosa, eres muy hermosa.
− No me delates, − le recrimino William a Roberto riendo antes de tomar a Rachel por la cintura para irse a sus asientos.
−Mucho gusto Roberto. −se despidió antes de comenzar a caminar.
Cuando tomaron asiento, William se acercó para darle beso antes de tomar el cinturón de seguridad para ayudarla abrocharlo y después volvió a besarla.
− ¿Sabes que puedo hacer sola, ¿verdad? − pregunto ella encantada de tenerlo tan cerca de ella y de perderse en el verde de sus ojos.
− ¿Si sabes que cualquier excusa es buena para estar cerca de ti y volver a saborear esos labios que me vuelven loco?
Rachel le iba a responder que no lo sabía, pero el sonrojo en su rostro y la risa de William al verla así, la hizo olvidar lo que iba a decirle.
Después de una prolongada sesión de besos, William se disculpó de antemano con Rachel porque no iba poder darle la atención que merecía, porque prefería hacerse cargo de algunos asuntos mientras volaban para poder aprovechar mejor el tiempo cuando llegaran a su destino. En el transcurso del vuelo cuando William estaba ocupado hablando por teléfono o revisando emails, Rachel aprovechaba para continuar trabajando en su diseño o comunicarse con Lorena o con su asistente para hacer algunos cambios a la agenda de ese día. El resto del tiempo cuando no estaban comiéndose a besos, mantenían una amena platica y eran muy pocos los momentos en que ambos guardaban silencio para mirarse mutuamente mientras mantenían sus manos entrelazadas. Ninguno de los dos sabía que les depara el destino, pero ambos estaban ansiosos por descubrirlo.
William noto un poco nerviosa a Rachel cuando el avión comenzó a descender; también fue notorio que estuvo más callada y pensativa desde el momento en que bajaron del avión. Se preguntaba si el comentario que le hizo sobre el hecho de no poder esperar a estar solos, la había puesto así.
− ¿Qué pasó... qué te tiene intranquila? − la vio a punto de negar con su cabeza al mismo tiempo que sonrió nerviosa. − Y no me digas que nada porque no soy tonto. − le aclaro deteniéndose sus pasos para colocar sus manos sobre sus hombros de ella para que lo mirara.
Rachel no quería ser infantil, pero odiaba no tener el control de la situación. Sabía que, al aceptar ir con William a pasar el fin de semana a su lado, lo más probable era que terminarían juntos; sin embargo, no lo conocía lo suficiente como para sentirse cómoda compartiendo una misma habitación.
"Qué pasaría si no eran compatibles sexualmente, seria incómodo para ambos seguir en la misma habitación".
Esa duda había cruzado la mente de Rachel por los últimos treinta minutos, gracias a los momentos bochornosos que tuvo con su expareja las pocas veces que intentaron tener intimidad. Se moriría de pena si le volviera a pasar algo similar con William. Aunque pensándolo mejor, dudaba mucho que alguna mujer pasara un mal rato a su lado; tenía la corazonada de que era todo un maestro en la cama, y no tenía la menor duda de que a su lado la pasaría de lo mejor. Por lo tanto, ahora que las posibilidades de terminar frustrada y sintiéndose humillada era casi nulas. Ahora lo que le preocupaba era que no tuviera la experiencia necesaria para complacerlo a él. A pesar de que había durado tres años con su primer novio, solo estuvieron juntos un par de veces antes de que se fuera y no volviera a saber de él. Le llevo mucho tiempo superarlo; razón por la cual no volvió a involucrarse sentimentalmente hasta que conoció a su ex, con quien tuvieron esporádicos intentos de encuentros sexuales los últimos meses de su relación. En ese preciso momento al sentirse agobiada por las dudas; creía que Lore sí tenía razón cuando le decía que se refugiaba en el trabajo para no arriesgarse a que la volvieran a lastimarla.
Llena de dudas Rachel lo miro. No sabía si la aventura con William terminaría en el momento en que regresaran, pero sabía que, para lograr sentirse cómoda con él, necesitaría tener su espacio; aunque terminara durmiendo con él las dos noches. El simple hecho de tener su habitación le permitía tener un poco de control sobre ese viaje no planeado y la privacidad en casi de que la llegara a necesitar. Al verlo frente a ella esperando una respuesta, por un instante se perdió en esos hermosos ojos verdes y esos apetecibles labios, que terminaron formando una sonrisa que logro tranquilizar.
− Estoy encantada de estar aquí contigo y de ser tu acompañante para la inauguración de esta noche; pero no suelo hacer cosas sin planearlo, mucho menos aceptar pasar el fin de semana con alguien que apenas estoy conociendo. Por eso, me gustaría tener mi propia habitación... claro que yo la pagaría, tampoco quiero ser abusiva. −hablo finalmente, librándose de un gran peso, lo cual fue notorio al verla exhalar tranquila y con un semblante más relajado. A William no le sorprendió escuchar su petición. De hecho, le pareció adorable; le agrado saber que a pesar de la había invitado acompañarlo, ella prefería darle su espacio y tener el suyo también logrando tener un punto más a su favor. Le parecía gracioso que haya mencionado lo de pagar ella. Lo cual lo inquieto ya que lo primereo que pensó era si era una mujer arribista estaba fingiendo muy bien no serlo, pero algo en el fondo le decía que no era así. Si ese era el caso, entonces se preguntó con qué tipo de mequetrefes habrá salido para pensar aquello; o si solo habría salido con amigos donde cada uno paga su parte. Ya que los hombres como él; estaban acostumbrados a cubrir todos los gastos de sus invitadas. Se le quedo viendo con ternura y un poco sorprendido, tratando de ocultar una sonrisa por la ingenuidad o inocencia de ella.
− ¿Nunca habías pasado un fin de semana sola con un hombre?
− No. – respondió con un poco de pena por lo que su voz salió más baja, y su respuesta lo lleno a él de una extraña satisfacción y orgullo. Moria por hacerla suya, pero sabía que debería de ir despacio con ella y con mucha delicadeza tomo su rostro entre sus manos para unir sus labios.
− Gracias bonita, por decirme a mí que sí. Sobre la habitación no te preocupes, la suite que tengo reservada tiene dos habitaciones; cuando llegamos escoges la que quieras. ¿Al menos que prefieras tener una habitación para ti sola?
− No, esa está bien. − respondió con un semblante más tranquilo.
− Eres mi invitada, pero eres libre de acompañarme o no. Sin embargo, me gustaría mucho que me acompañes a la inauguración y a conocer un poco; recuerda que esta va a ser nuestra primera cita y ya tengo planes para pasarla de lo mejor. −menciono mirándola a los ojos, antes de proseguir su camino hacia el hotel; tomándola por la cintura.
−Eres un encanto de hombre.
− Y tú, una hermosura la cual pienso presumir en público y disfrutar en privado. − declaro casi en un susurro cerca de su oreja y después de ver su rostro de ella, soltando una carcajada.
Cuando llegaron al hotel después de cerrar la puerta de la habitación William la miraba con deseo, pero sabía que tenía que mantenerse alejado de ella, de lo contrario no saldrían de ahí. Después de que la acompañó a dejar sus cosas en la habitación, él se fue a ponerse algo más fresco; pero como ella no iba prepara para ese clima cálido, tardo más en decidir que ponerse. Cuando lo hizo dejo un pantalón de mezclilla y una blusa de tirantes sobre la cama y se dirigió al baño para enjuagar su cuerpo rápidamente y refrescarse.
−Falta mucho para que est... −William no termino de completar la pregunta porque se quedó sin palabras al verla salir del baño con solo un conjunto de lencería azul marino de un fino encaje casi transparente.
−No me hagas esto hermosa... estoy intentando ser un caballero contigo y cortejarte antes de hacerte mía, pero no me estas ayudando.
−Entonces sal y déjame que termine de cambiarme. −dijo como si fuera lo más obvio mientras comenzó a ponerse un pantalón de mezclilla.
William se obligó a salir de la habitación en el momento en el que el pantalón se detuvo justamente debajo del trasero de ella, haciéndolo ver más redondo y apetecible. Rachel continúo vistiéndose y mientras lo hacía se carcajeo al recordar la cara que él puso cuándo la vio. Tomo la blusa para ponérsela y cuando tenía las manos elevadas sintió un mano de William sobre su costado, provocando que su cuerpo se erizara y casi enseguida sintió las manos de él sobre su abdomen al mismo tiempo que sus labios comenzaron a repartir pequeños besos sobre su cuello. Inmovilizándola, anulando cualquier pensamiento, pero llenándola sensaciones placenteras mientras la blusa fue arrojada al piso.
− ¿Te parece divertido, ponerme así? −pregunto al momento que sus manos se colocaron en su cadera para acercarla a su pelvis para que sintiera el efecto que provocaba en él.
− ¿Qué piensas hacer al respecto? −pregunto atrevida, dejándose llevar por el momento y la sensación mágica que provocaban sus manos al tocar su piel; las cuales comenzaron a dirigirse hacia sus senos.
− ¿Quieres sentir lo que puedo hacer, o mejor te lo describo? −respondió con la voz más ronca, elevando una mano hacia el rostro de ella para acercarla a sus labios y mientras que con la mano comenzó a acariciar uno de sus senos sobre la tela delgada del sujetador; apretándolo levemente para después acariciar el pezón erecto con las yemas de sus dedos. La tela del sujetador era tan delgada que podía disfrutar de su toque perfectamente; causando un jadeo involuntario. Provocando que la volteara para poder besarla y acariciar su cuerpo con más libertad; ella de inmediato lo atrajo colocando sus manos detrás de su cuello. El beso comenzó a ser más demandante y apasionada, pero William no tenía planes de concluir nada en ese momento; por lo cual comenzó a separarse de ella poco a poco al mismo tiempo que el beso comenzó a ser más lento.
−Hermosa, nada me haría más feliz que hacerte mía en este momento, pero tenemos que darnos prisa para ir a comprar lo que necesitas para esta noche y lo que vamos a necesitar para más tarde.
− ¿Estás hablando en serio? −pregunto sorprendida y un poco irritada.
−Créemelo que me duele más a mí que ti. −dijo con una mueca, mirando su entrepierna.
−Lo siento. −respondió sintiendo un poco de pena, pero apretando sus labios para no reírse.
−Yo no hermosa, me gusta ver cómo reacciona tu piel a mi tacto y no sabes cuanto ansió llevarte al límite. −le dijo tomando las manos de ella entre las de él. −De paso hacerte sufrir un poco por reírte de mí. −le dijo en secreto muy cerca de su oído, besándolo después.
−No me estoy riendo. −dijo tratando de defenderse y de ponerse seria, pero no lo logro por lo que se volteó para que no la viera reír.
−Acuérdate que el que ríe al último, ríe mejor. −dijo ahora el con una gran sonrisa.
−No se vale. −dijo seria, haciendo un puchero. William se derretía cada vez que ella hacia eso, y como le era casi imposible resistir las ganas de comérsela a besos; lo hizo.
Minutos después, William y Rachel salieron de la suite para buscar lo que necesitaban. Ella se dio prisa para escoger lo que necesitaría esa noche. Cuando ya tenían todo, hicieron una última parada en una tienda con ropa de playa, de donde salieron con atuendos para la playa, incluyendo zapatos deportivos para el agua, una mochila, y protector solar. Ella al ver todo lo que había tomado William, decidió llevar un traje de una pieza y un bikini para la alberca. De ahí se fueron directamente a su destino.
Cuando Rachel vio que se dirigían al parque de Xcaret no lo podía creer, siempre había querido ir y ahora sin planearlo finalmente estaba ahí y con William a su lado. Después de cambiarse de ropa, lo primero que hicieron fue ir a los ríos subterráneos. La experiencia de caminar por el sendero de vegetación frondosa que los llevaría al río era indescriptible. El aire se sentía más ligero y el lugar irradiaba una energía positiva tremenda, la cual brindaba una inmensa paz. Era casi imposible no sentir aquella vibra y pensar en las primeras personas que vivieron ahí y en el conocimiento que tenían. Rachel estaba encantada de estar ahí, rodeada de la naturaleza y el misticismo de ese lugar. Los pensamientos de ella eran muy distintos a los de William; para él lo más hermoso de ese lugar, caminaba a su lado con una bella sonrisa. Le alegraba verla disfrutar y tocar las diferentes texturas de lo que se encontraba en el camino, mientras él intentaba dejar de pensar en todas las cosas que deseaba hacerle a Rachel cuando fuera suya. Le era imposible no pensar en eso al no poder sacarse de su mente la imagen de ella saliendo del baño y vistiéndose, tampoco le ayudaba el verla con aquel traje; que a pesar de ser de una pieza, se veía sexy pero sin mostrar de más. Mientras estaban ahí fue un poco más fácil mantener sus manos alejadas de ella porque ambos llevaban puesto el chaleco salvavidas. Sin embargo, cuando salieron de ahí y se dirigieron a las playas y le fue casi imposible estar alejado de ella. Estaba disfrutando como nunca la compañía de una mujer, ya que no recordaba cuando fue la última vez que sintió que era realmente él. Lo único malo era que, por primera vez le molestaba que otros miraran con deseo a la mujer que caminaba a su lado. Se desconocía a sí mismo, eso no le pasaba con otras mujeres; antes entre más mostraran, más orgulloso se sentía; ahora solo deseaba cubrir el cuerpo de Rachel con un vestido largo. Hicieron un par de actividades en el parque antes de regresar al hotel con él tiempo necesario solo para arreglarse.
Alllegar al hotel acordaron estar listos en una hora por lo que cada uno se dirigióa su habitación en cuanto entraron a la suite. William estuvo listo primero y estaba ansioso por ir a la habitación de Rachel con la excusa de preguntarle si necesitaba algo, pero al final decidió esperar hasta que ella saliera. Tal como acordaron ella estuvo lista antes de la hora y al verlo le regalo una sonrisa.
−Hermosa, te ves divina; voy a ser la envida de todos. −expreso antes de darle un beso delicado tratando se no arruinarle su labial. Pero la reacción de sus cuerpos cuando sus labios se unían lo hizo olvidarse de su propósito. Antes de que ambos se dieran cuenta, estaban devorándose con lujuria; la apertura de la pierna del vestido le dio acceso a la mano de él para acariciar su pierna y después dirigirla a su trasero para amasarlo a su gusto.
−William, tenemos que irnos. −dijo tratando volver en sí y deteniendo la mano de él en el momento que sintió que empezó a jugar con el borde de su panti; posiblemente con la intención de bajarla.
−Nos podemos quedar si quieres, no es tan importante que esté presente.
−Te están esperando, anda vámonos. −dijo con una mezcla de pesar y a la vez de alivio, mientras trataba de regularizar su respiración.
−No tienes ni la menor idea de cómo me pones con un simple beso y el toque de tu piel. – dijo entre risas y mientras la abrazo hasta que su respiración también se normalizo para después dirigirse a la celebración.
La inauguración transcurrió sin por menores, nada fuera de lo normal; a excepción de la llama de deseo que había entre William y Rachel. La cual creció con las caricas que le dio por debajo de la mesa, aprovechando la apertura de su vestido y los besos apasionados que se dieron cuando se escaparon a algún en donde no hubiera tantos espectadores. Rachel no sabía si William era así de cariñoso y atrevido con todas sus conquistas, tampoco si era común que varias personas le comentaran que hacían una bonita pareja. Lo cual al principio le extraño, pero dejo de hacerlo después de ver la actitud posesiva de él cuándo ella regreso del tocador. Pues no se separó de su lado en ningún momento, ni retiro su mano de la de ella o de su cintura y constantemente se detenía para besarla brevemente en los labios. Lo cual le pareció un poco gracioso, pues era como si estuviera marcando su territorio; dejando claro que ella iba con él. Creyó que era un gesto absurdo, pero estaba encantada de la atención que le daba; lo único malo era que no veía el momento de estar a solas con él.
Rachel no sabia que pasaba por la mente de él, pero ella necesitaba volver a sentir esos fervientes besos y sus fuertes brazos rodeándola y acercándola a su pecho sin dejar espacio entre ellos. Si ese hombre la hacía sentir aquellas sensaciones con unos simples besos y caricias, estando aún vestidos; no quería ni imaginar lo que la haría sentir cuando estuvieran a solas en su habitación, piel con piel. Corrección, tenía una idea de lo mucho que disfrutaría y no veía la hora de poder dar rienda suelta a la pasión y al deseo que los estaba consumiendo a ambos. Sabía que ese momento no se repetiría, por lo que se propuso disfrutarlo al máximo; sin esperar nada.
Rio subterraneo de Xcaret, en Mexico.
Disculpen la demora, este capítulo iba a ser un poco candente y es la parte en la que me tardo pensando en cómo hacer el momento perfecto y romántico, pero que no llegue a ser demasiado explícito. En fin, decidí dejarlo para el siguiente capitulo.
Gracias por continuar leyendo y por sus votos.
Muchas gracias a mis nuevos seguidores: ConsueloGuzman1, JimenaBjBj, AllisonHernandez213, y Loveymiel.
¡Saludos y bendiciones!
Jackie Baez
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