Capítulo 27
−Rachel, Rachel. −escucho la voz de una mujer a lo lejos mientras sentía como movían su adolorido cuerpo.
Con mucho trabajo Rachel logro abrir los ojos por un breve momento, para ver a un grupo de personas alrededor de ella. Trataba de encontrar a William entre ellos, pero él no estaba ahí por lo que dejo de esforzarse y volvió a cerrar los ojos.
−Rachel, ¿puedes escucharme? −era la voz de la detective−. Vas a estar bien, ya estas a salvo.
−Es demasiada sangre, tenemos que parar el sangrado.
−¿Cómo carajos pudo pasar esto en nuestras propias narices? Hace diez minutos que estábamos con ella en la oficina.
Rachel escucho las voces y por más que intento, no logro abrir los ojos, de la misma manera que tampoco pudo evitar llorar al pensar que esa pesadilla todavía continuaba. Ahora tenía la certeza de que alguien quería deshacerse de ella. No sabía si sentirse contenta porque todavía estaba viva o lamentarse porque estaba segura de que no pararían hasta lograrlo.
−¿Ya llamaron una ambulancia?
−Viene en camino. −respondió Raúl.
Sintió calma al escuchar esas palabras, no sabía cuánto tiempo pasaba entre cada vez que podía escuchar las voces.
−¿Por qué está tardando tanto la ambulancia?
−Nos acaban de informar que la tormenta averió la carretera, no hay acceso hasta acá. −aseguro alguien.
−Súbanla a la cama con mucho cuidado. Según tenía entendido, entre el personal había alguien con conocimientos médicos.
−Averiguare quien es y lo traeré enseguida.−informo Raúl.
−¿Cómo fue que ese hombre llego hasta su habitación sin ser visto por nadie? −pregunto el detective.
−Eso mismo quisiera saber. −respondió Ariana.
Minutos después, uno de los colaboradores de producción llego a la habitación, el detective salió dejando Ariana para que asistiera. Lo primero que hicieron fue remover la ropa para buscar fracturas.
−Me informaron que no va a poder ser llevada al hospital más cercano.
−Así es.
−No parece tener facturas, sin embargo, la herida en la cabeza va a ocupar saturas, espero que con el pegamento tenga suficiente hasta que la vea un doctor. Le voy a inyectar un medicamento para ayudar a desinflamar y para el dolor, el cual la hará dormir por varias horas.
−Gracias.
Cerca del mediodía Rachel despertó, estaba acostada de lado y en el momento en que se acostó boca arriba un dolor de cabeza y punzadas en el rostro la obligaron inmediatamente a recordar los sucesos de la noche anterior. Al ver que era de día y que estaba en la cama se tranquilizó un poco.
−Me alegro de que hayas despertado. −hablo la detective.
−¿Quién era ese hombre... saben quién lo envió? −preguntó hablando con molestias y comprobando que tal como lo penso la noche anterior, le costaba trabajo hablar y moverse.
−¿Lo conocías?
−No pude ver su cara. −dijo al mismo tiempo que negó lentamente con la cabeza, y con trabajos se levantó de la cama.
−Deberías de esperar, no ha de tarde en venir la persona que te atendió ayer.
−Necesito ir al baño.
−¿Ocupas ayuda?
−Puedo sola, gracias.
Al entrar al baño, y verse en el espejo, sintió pesar al ver una parte de su rostro inflamado con hematomas y una venda en su cabeza. Todavía traía el pantalón que uso el día anterior, el cual no dudo en quitárselo para ponerlo en el cesto de basura; no quería tenerlo como recordatoria de lo que sucedió. Todo su cuerpo le dolía a pesar de tener moretones solo en algunas partes.
−¿Qué sucedió anoche? −inquirió Ariana cuando vio a Rachel regresar a la cama.
−Me duele mucho la cabeza. −dijo tocándose y quejándose casi enseguida.
−Te abriste la cabeza y te pusieron pegamento. No había manera de llevarte al hospital, cuando pase el ciclón y restauraren el camino, podremos ir a que te hagan una revisión completa.
−¿Qué paso anoche, podrías decirme como sucedió el ataque?
Cuando regrese de la oficina, note que la luz estaba apagada...recordé que la deje encendida...al ver que no prendía, pensé que el foco se había fundido... al ir a prender la luz del baño, vi una silueta. −no podía decir que penso que era William por temor a que la juzgara de loca, sobre todo después de haberles dado acceso a su archivo médico.
−¿Que tan lejos estabas de la puerta?
−Estaba casi a medio camino.
−¿Intentaste correr o pedir ayuda?
−No, sí. −se contradijo, algo que no le gusto a Ariana.
−¿Si, o no?
−No en ese momento.
−¿Hasta qué hora lo hiciste?
−Hasta que vi el hombre caminar hacia mí y que tenía cubierto el rostro.
−¿Qué paso después?
−Fue cuando corrí a la puerta que estaba abierta..., pero me sujeto por detrás y la cerro... grité, él cubrió mi boca y lo mordí...,fue cuando me aventó al piso y me dio el primer golpe en la cara. −terminó de relatar sin percatarse de como temblaba su cuerpo al recordar lo ocurrido.
Rachel concluyó de relatar lo que sucedió mientras Ariana hacia algunas anotaciones en su libreta.
−¿Por qué no intentaste huir en el momento en el que vista la silueta?
−¿Importa? −preguntó volteando a verla, ya que en su relato mantuvo la vista fija en un solo lugar.
−Si. Necesito preguntarte algo y que seas honesta conmigo.
− "No sé porque presiento que no va a ser nada bueno, en fin", Adelante, pregunta.
−¿Has estado con alguien en el tiempo que has estado en la casa?
−Perdón, no entiendo tu pregunta. Puedes ser más específica.
−¿Has tenido intimidad con alguien mientras estabas en la casa?
−¿Te refieres a tener sexo?
−Sí, a eso me refiero.
−No veo como eso sea relevante, pero no. No he tenido sexo con nadie. "En mucho tiempo". −aseguró pensando lo último.
−¿Estás segura?
−¿Por qué habría de mentir? −inquirió un poco molesta porque no le creía.
−Sólo contesta y por favor se sincera, no te voy a juzgar.
−Ya te dije que no. La única persona con la me gustaría estar, está desaparecido y después de saber lo que supe de él y esa mujer, créeme que si lo tengo enfrente no va a ser precisamente para tener intimidad.
−Si no has estado con nadie, ¿puedes explicarme por qué aseguran que escucharon gemidos en tu habitación?
−Eso es absurdo, la última vez que estuve con alguien fue con William, la mañana del día de la boda. No he vuelto a estar con nadie en todo este tiempo, ¿de verdad me crees capaz de meter a alguien a la habitación que compartí con William, sabiendo que esta todo esa bola de buitres aquí en la casa? −quiso saber molesta.
−Entiendo tu enfado, pero no la tomes conmigo, únicamente hago mi trabajo.
−¿Cómo quieres que me sienta? ¿Qué clase de mujer creen que soy?
− Ese hombre asegura que ustedes tenían encuentros, que la máscara fue parte de un juego de roles y que ayer tuvieron un desacuerdo.
Rachel no podía creer lo que acaba de escuchar, era inaudito que creyera esa estupidez. Estaba claro que no iba a creer nada de lo que dijera, ni tenía los ánimos de intentar convencerla de lo contrario.
−Tengo mucho dolor. ¿Serias tan amable de dejarme sola?
−Claro. Rachel no fue mi intención ofenderte, era necesario que lo supieras. −mencionó antes de salir de la habitación.
Rachel no se sentía ofendida, lo que estaba era sorprendida e indignada por la maldad de las algunas personas. Lo peor era que con el ciclón lo más probable era que se fueran a retrasar todo y que tuviera que permanecer más tiempo ahí, lo cual no auguraba nada bueno.
Poco después de que la detective salió, entro Julia con algo de comida, y la persona que la atendió, después de que ingirió la papilla que le llevaron, el asistente de doctor la volvió a inyectar. Rachel les pidió que le pusieran seguro a la puerta para poder descansar sin temor a que alguien entrara mientras ella dormía.
El ciclón continuo y los siguiente dos días, Rachel no salió de su habitación. Se la pasaba la mayor parte del tiempo acostada o sentada en la cama leyendo, por ratos caminaba por la habitación o salía la balcón. Julia continuaba llevándole los alimentos, los cuales a veces sólo probaba y otras sentía que no era suficiente lo que le llevaban. También, hablo con los de producción y los detectives para relatar lo que había sucedido el día de la boda.
−¿Hay algo que pueda hacer por usted, señora? −pregunto Raúl, uno de las varias veces que fue a verla.
−Si.
−Dígame, estoy para servirle.
−Ofrécele dinero a ese hombre, dile que le doy el doble de lo que le pagaron. −pidió ganándose una mirada de sorpresa de él, la cual trato de ocultar de inmediato−. Trata de sacarle información antes de que se lo lleven, necesito saber quién me quiere hacer daño antes de que sea demasiado tarde.
−Vere que puedo hacer. −hablo para después salir.
Ese idea vino a su mente, al recordar que tenia acceso a la casa fuerte y que William tenía dinero ahí. En un principio penso en pedirles a los detectives que le permitieran hablar con ese hombre, pero nada mas de pensar que iba a volver a ver a estar enfrente al hombre que la ataco, se dio cuenta que no podría hacerlo. Sería inútil pedírselo a los detectives, por ello pensó en Raúl, después de todo no creía estar rompiendo ninguna ley.
Mas tarde ese mismo día, Ariana conversó con ella.
−Finalmente hablo el hombre que te ataco.
−Si me vas a decir sólo entro a robar o que era mi amante, no me interesa escucharte.
−Confesó que escucho a uno de los huéspedes mencionar que quizás era tu amante, de ahí tomo esa idea. Dijo que lo contactaron por teléfono para que tomara tu celular y tu computadora.
−Eso es mentira. Él me dijo que yo debí de haber muerto ese día.
−Eso no lo habías mencionado antes.−hablo sorprendida la detective.
−¿Para qué? Toman más en cuenta lo que diga cualquier otra persona incluyendo un vil delincuente, que lo que diga yo. −aseguró molesta.
−Lamento que piense eso.
−Yo lo lamento más. −dijo con pesar−. Alguien me quiere muerta, y no va a parar hasta conseguirlo. Déjame irme, déjame regresar a donde me sienta segura. Les devuelvo el dinero que me pagaron.
−No es por el dinero, se trata de tu seguridad. Aquí te podemos proteger, si te vas no tendrás protección y pondrás en peligro a las personas que te rodean.
−Tienes razón, no lo había pensado.
Después de casi una semana, finalmente el sol volvió a salir. Según tenía entendido Rachel, el día anterior habían comenzado el trabajo de limpieza y reconstrucción de las zonas afectadas por el ciclón, de igual manera continuaron con la producción.
Mientras Rachel hablaba con los detectives, ambos recibieron un mensaje y se quedaron viendo uno al otro para después ver con lastima a Rachel.
−¿Qué es lo que está pasando?
El detective iba a comenzar a hablar, pero Ariana le hizo la señal de que no lo hiciera.
−No se queden callados, ¿es sobre la investigación?
−No es nada concreto. Cuando lo sea te informamos.
Rachel sabía que no tenía caso insistir, fuera lo que fuera no le dirían nada.
−Por el momento vamos a necesitar un par de zapatos de William y un pantalón.
−¿William apareció? −pregunto sorprendida y feliz, sin poder creerlo.
−No.
−¿Entonces?
Los detectives voltearon a verse uno al otro.
−Con el deslave, aparecieron unos restos.−dijo el detective.
−¿Un cadáver o unos restos? −quiso saber.
−Unos restos, y todo parece indicar que es del señor Ferreira.
−¿Qué? No, no, es un error, no puede ser él. −dijo tambaleándose, negándose a llorar o aceptar lo que le decían.
−Tienen que hacer pruebas para determinar si era él o no.
−No puede ser él, ¿porque creen que es él?
−Por la ropa, en especial los zapatos y el reloj.
−Quiero verlo. −exigió.
−No va a ser posible, no por el momento.
Los detectives tomaron lo que necesitaban y se fueron. Mas tarde Rachel aprovecho para hablar con Raúl.
−¿Pudiste averiguar algo?
−Fue inútil. Se negó hablar. −hablo sin mirarla a los ojos, no se atrevió hacerlo al recordar lo que esa escoria de hombre le dijo "esa mujer y yo tenemos los días contados".
−¿Necesita algo? van a ir a comprar comida y algunas cosas que hacen falta.
−Necesito un celular. ¿Si les doy dinero podrán traerme uno?
−Por su puesto.
Rachel esperaba con ansias los resultados de ADN, tres días después, le dieron la noticia de que los restos eran de William. Estuvo a punto de desmayarse cuando se lo informaron, no lo hizo, pero si lloro desconsolada.
−Él no puede estar muerto. Eso es mentira. −dijo antes de subir a su habitación en donde roció el perfume de usaba William y en una playera de él, para después apretarla contra su pecho.
−Me prometiste que íbamos a estar juntos por siempre. No puedes... no puede ser verdad. -hablo llorando, negándose aceptar que era verdad.
−Creo que será mejor no decirle por el momento, que el hombre que la ataco fue asesinado. -dijo Ariana al detective.
Estamos muy cerca del final, gracias por continuar leyendo.
¿Qué creen que va a pasar?
Los quiero,
Lynn Baez
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top