Durante toda mi vida he intentado mantener una actitud positiva y alegre ante todo, a pesar de lo que me ha pasado.

Pero llega un punto en el que ya no se puede seguir sosteniendo esa mentira, en el que ya no puedes fingir ser lo que no eres.

Y desde que tengo memoria he tenido que mentir, gracias a los sucesos devastadores que llegan a mi vida.

Por eso siempre me terminó preguntando...

¿Por qué?

¿Por qué me pasa esto a mí? ¿por qué me duele tanto? ¿por qué mi corazón se siente así?

¿Soy yo la culpable? ¿debí intentar ser mejor? ¿no me esforcé lo suficiente?

¿Qué fue lo que hice mal? ¿acaso yo soy ese mal en realidad? ¿es por es que me sucedió esto?

Creí que todo estaba bien, que eramos felices, pero no era cierto...

Era todo una farsa.

Yo di todo de mí. en esa relación, en esa amistad...

En esta vida.

¿Pero de qué sirvió?

Ella me engañó, lo estuvo haciendo durante todo el tiempo que estuvimos juntas y con tantas personas que me hizo quedar en ridículo frente a todos.

Mis amigas lo supieron todo este tiempo y nunca se preocuparon por mis sentimientos, probablemente porque formaban parte de la lista de amantes de mi novia. Pero también hablaban de mí a mis espaldas, jamás les agrade.

Todo comenzó a decaer para mí, las únicas personas que tenía me habían fallado.

¿De qué servía seguir entonces?

Ellas no se preocuparon por mí, y no lo harían jamás.

Mi vida se había arruinado...

Una vez más.

Porque no era la primera vez que me pasaba.

No era la primera vez que las personas en las que confiaba me fallaban y traicionaban.

No era la primera vez que creía que podía ser realmente feliz.

Me cansé de estar huyendo, de creer que podría tener algo mejor, de creer que podría tener un poco de la felicidad de la que veo que tienen todos.

Porque el problema soy yo.

No estaba en esta vida para amar, ser querida y ser feliz.

Estaba para sufrir, solo sufrir, y estar sola.

Entonces...

¿Por qué me sentía así?

Ellas no me querían, ellas me hicieron daño.

¿Por qué debía sufrir por ellas?

Me arruinaron.

Y seguirían su vida sin sentir culpa de haberlo hecho.

Por eso debía hacerlo.

Por eso debía acabar con esa felicidad para que estuviéramos a mano.

Pero ahora que lo había hecho... Me sentía culpable.

No les debía absolutamente nada.

Ellas... se lo merecen.

Ellas... Se lo merecían.

Ellas merecían morir.

Me hicieron sufrir.

Y ahora lo pagarían en el infierno o a la mierda a donde vayan las personas como ellas, si es que existía.

Ya no podían hacerme daño, habían pagado.

Pero, me seguía sintiendo así...

Mal.

¿Acaso... asesinarlas no era suficiente? ¿no me hizo sentir mejor como creí que lo haría?

¿Por qué sucedía ahora? ¿por qué no las anteriores veces que lo hice? ¿será porque pensé que ya no volvería a pasar y que podría ser feliz por fin?

Pero no fue así.

Y no me arrepiento, aunque aún así me siento mal...

Pero...

Tal vez es porque no las extrañe.

Creo... que es porque siento que no recibieron lo suficiente.

Ya están muertas, pero yo sigo viva.

Sufriendo.

Todas las personas que me hicieron daño ya no se iban a preocupar por sufrir en vida.

Pero yo sí.

Desearía que sufrieran más, que sintieran lo que yo sentí cuando me dañaron. Matarlas no es suficiente sufrimiento para ellas.

Pero ya no puedo deshacer lo que hice, y tampoco puedo seguir huyendo.

Probablemente muera pronto también por lo que hice.

Pase lo que pase...

Estoy bien, estoy bien con que sufrieran al morir en mis manos.

Pero inconforme de que no lo hayan hecho lo suficiente.

No estoy loca.

Ellas me traicionaron, y nadie que me traicione seguirá con vida.

Me rompieron el corazón, yo les devuelvo el favor.

Lo que hice estuvo mal, lo sé.

Pero esto es lo único que he conocido y conoceré.

Sé que en esta vida ni en cualquiera podré ser feliz.

Sé que en cada una las personas a mi alrededor me abandonaran como mi familia lo hizo y me traicionaron como las parejas y amigas que he tenido lo han hecho.

Porque no puedo ser feliz.

Porque mi destino es este...

Ser infeliz.

Pinkie Pie.

—Pinkie Pie, Pinkie Pie, Pinkie Pie. —repetía sin cesar.

La nombrada se mantenía callada y con la mirada clavada hacía el suelo.

—Pinkie Pie, ya leímos lo que escribiste hace rato. —seguían sin responder. — Puede que no hables ahora, pero lo tendrás que hacer en algún momento porque irás a juicio.

La oji-azul no contestó y prestó atención al noticiero que pasaban por la televisión que estaba en la sala de interrogación donde estaban, estaban hablando de su caso.

» Hace unas semanas comenzó una investigación policial acerca de los asesinatos de cinco adolescentes de la universidad Canterlot High, la principal sospecha ha sido arrestada hace unos días después de que una serie de pistas indicarán que ella era la culpable. Con esto, se han revelado pruebas en su contra sobre un asesinato a otros jóvenes ocurrido en el 2015, que hasta el día de hoy no se había encontrado culpables.

» Esto ha llamado la atención de la policía, ya que que durante el último siglo ha habido una cantidad alarmante de asesinatos a jóvenes de la misma edad en diferentes décadas, con este último siendo en los años noventa.

» Se cree que la presunta de 23 años de edad puede formar parte de una red criminal femenina que ha estado activo por tantos años, puesto que algunos de los asesinatos de esas décadas, incluso los de los noventa, se declararon culpables a mujeres jóvenes.

» Aún no se conoce las razones que tuvo la presunta para cometer tal masacre, así que las personas se siguen preguntando: ¿Por qué? ¿cuál habría sido la razón para que una joven haya cometido tal acto?

—No tardará tanto gracias a tu confesión, y te darán cadena perpetua, no te matarán como escribiste...—continuó hablando.

—Eso ya no importa, no importa lo que escribí...—murmuró sin mirarlo. — Pronto voy a morir...

—Ya te dije que no te matarán, al menos no lo haremos nosotros...

—Morí hace veintiseis años, volverá a pasar. —respondió tomando por sorpresa al oficial. — En el 94', tenía veintitrés años cuando me atraparon después asesinar a mi novio de ese entonces por engañarme también, y después me llevaron a la silla. Era la tercera vez que asesinaba. También me asesinaron después de atraparme en el 68' luego de asesinar a mi mejor amiga en la escuela y de enterarse que asesine a más personas, era la primera vez que mataba. Y en el 41', pero no me atraparon, terminé suicidandome un año después... tres años antes de volver a nacer.

—¿Pero qué estupideces dices?—preguntó algo asustado.

—Siempre que moría, tenía la misma edad y pasaban tres años antes de volver a nacer. Así que si muero ahora, volvería a nacer en el año 2022.

—Estás demente, eso es lo que sucede. —contestó incómodo por lo que decía y la mirada que tenía.

—Yo cometí todos esos asesinatos, reencarnaba cada vez que moría con un diferente aspecto, pero de una forma u otra terminaba con el mismo nombre... Así que era verdad. Jamás podré ser feliz, este es mi destino. Ahora lo recuerdo, ahora lo sé.

—Deja de delirar de una vez, lo que hiciste no es para alegrarte de esa forma, eres un monstruo que asesino sin razón.

—Si hubo una razón, ¿no leyó lo que escribí acaso?—preguntó una ceja alzada. — Mi razón fue por venganza, he estado matando por tanto años por venganza después de fallar en buscar la felicidad.

—Esa no es una razón valida, terminaste convirtiéndote en una persona peor que ellos. Ni siquiera sé porqué trato de razonar con alguien como tú. —soltó las hojas donde escribió aquello en la mesa. — Llamaré para que vengan de una vez por ti. —camino hacía la puerta sacando su radio.

Pinkie rodeó los ojos al ver que no entendió que lo dijo con sarcasmo. Volteó a ver las hojas sobre la mesa, las sujeto y le hecho un ojeada.

« Porque mi destino es este...

Ser infeliz. »

¿Por qué hacia todo esto? ¿por qué reencarnaba sólo para ser infeliz y matar?

¿Por qué...?

Abrió los ojos en grande cuando un recuerdo volvió a su cabeza. 

—Estuve haciendo eso por mucho tiempo, la primera vez que lo hice fue hace más de cien años, fue cuando... era la real yo. —pronunció en voz alta llamando la atención del policía. 

"La real yo"

—Lo... lo recuerdo. —balbuceo. — Mis padres y hermanas murieron después de un derrumbe que hubo en nuestra granja, le rogué a dios o cualquier ser capaz de traerlos de vuelta que lo hiciera...

—Traigan ayuda de inmediato, está delirando. —llamó el oficial en su radio sin prestarle mucha atención. Solamente quería que se callara, todo lo que decía le daba escalofríos aunque supiera que era falso.

—Fue entonces... cuando las vi. —continuó. — A ellas...

Varios recuerdos inundaron su mente.

« —¡Sí, por favor ayúdenme! ¡haré lo que sea!

—U-Ustedes... ¿c-cómo p-pudieron...?

—¿P-Por... ¿¡POR QUÉ!?
—¿Por qué no...?

—Entonces... ¿es un trato?
—... Es un trato.

—Nos vemos, vieja amiga.»

—Fueron ellas... ellas me condenaron, ¿y a cambio de qué? ¿de qué?—cerró los puños con furia. — No estuve haciendo esto por esa estupidez de venganza y ser feliz, ¡FUE POR ELLAS! ¡Me hicieron hacer esas atrocidades! ¡Ahora moriré en poco tiempo y ellas... ellas...!

Y lo entendió.

—Me hicieron daño. —susurró y observó al oficial.

—¿Por qué tardan tanto en llegar?—se quejó el policía, que estaba más que incómodo y aterrado.

Éste optó por salir de una vez cuando sintió un objeto frío y filoso en su cuello.

Fue tan rápida que no escuchó como se levantaba y se acercaba a él, y aunque lo hubiese hecho lo máximo que podía hacer era sacar su arma y apuntarle porque reflejos y experiencia en combate no tenía.

—Discúlpeme, esto no es su culpa, ni de las personas que asesine por lo que ellas me hicieron. Solo me usaron sin importarles las personas que dañaría, ni el daño que me causarían a mí. Pero no me iré de este mundo sin vengarme de quienes me hicieron daño, y esta vez será con quienes ocasionaron todo esto.

En lugar de encajarle el cuchillo que sacó de su cabello para amenazarlo, sujeto su cabeza y la golpeó con la pared para noquearlo.

Lo dejó caer al suelo y guardó el cuchillo.

—Sé que me están escuchando... chicas. Y ya recuerdo todo, TODO. Sé la verdad... Y quiero que sepan algo: Esto no se quedará así, voy a vengarme por lo que han hecho, voy a cazarlas y las haré pagar, ¡haré pagar a cada una! Después las siete podremos irnos al infierno en paz, ¡pero haré lo que esté de mi parte para hacerlas sufrir!—exclamó con furia.

Después de gritar aquello, de un abrir de ojos ya no se encontraba en esa habitación, estaba en una celeste sin nada adentro y que parecía interminable.

—¿Por qué, Pinkie Pie?

Escuchó una voz, era de una de ellas.

—¿Por qué no?—sonrió falsamente.

Varias risas sonaron, ocasionando que borrará su sonrisa.

—¿Esa es tu respuesta? Déjanos decirte algo también: No harás nada, y tampoco recordarás nada de nuevo.

—¿De nuevo? ¿qué...?—intentó voltearse, pero detrás de ella se encontró con la pelirosada.

—Perdón.

—¿Por...—ésta giro su cabeza, haciendo que Pinkie cayera al suelo al perder la vida de inmediato. — qué...?

Había muerto de nuevo.

Las seis chicas se acercaron a mirarla en el suelo.

—¿Creen que ya sufrió lo suficiente?

—No. —respondieron las demás.

—Sí, yo tampoco... Pero disfruten, en veintiséis años se cumplirán doscientos años desde lo que pasó, y tal vez, sólo tal vez... Podamos perdonarla.

Tres años después.

—¿Quién podría ser a estas horas, por el amor de dios?—cuestionó la mujer de mayor edad con cansancio, se terminó de poner la bata y fue hacía hacía la entrada del orfanato.

Abrió la puerta con cuidado, sintió un escalofrío cuando la fuerte brisa que había por la lluvia entró. No vio a nadie, bajó la mirada y se alarmó cuando vio a un bebé en una canasta.

—¡Dios mío!

Se apresuró a cargarla para meterla, no sabía cuánto tiempo había estado ahí pero con ese clima era sumamente peligroso que un bebé estuviese afuera.

Pidió ayuda inmediatamente y la llevó a una habitación para revisar que esté bien.

—¿Quién podría hacer esto? Ni siquiera esperaron a que la lluviera pasará, pero que desalmados. —murmuró verificado que no le haya pasado nada.

Por suerte no fue así, y la bebé dormía con una tranquilidad increíble.

—¿Mmm...?—vio que en su pequeña muñeca había una pulsera con un nombre. — ¿Pinkie Pie? ¿así te llamas, bonita?—acarició su mano. — Tranquila, ahora estarás a salvo.