9 cap 1
Al terminar de tomar el agua, Alemania se levantó de el sofá
- voy a ponerme algo de ropa, ya vuelvo, espérame - me dijo, yo asentí y dejando el vaso en la mesa de centro frente a mi me dediqué a observar su casa, tenía varios cuadros colgados en los cuales pude distinguir a parte de su familia y algunos paisajes en donde tenía un vago recuerdo de haber estado allí. Alemania bajaba las escaleras mientras se ponía lentamente su camisa, él vestía un pantalón negro ajustado que lo hacía ver bastante atractivo, unos zapatos de cuero de el mismo color y una camisa blanca que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, aunque algo holgada en los brazos.
- ¿te sientes mejor? - me preguntó acercándose a mi, aún no se abotonaba su camisa y noté que su pantalón tampoco estaba cerrado
- hace mucha calor aquí - le dije mirando hacia otro lado para desviar mi permanente mirada de su entrepierna
- si quieres podemos salir ¿planeas quedarte mucho tiempo? - preguntó mientras abotonaba su camisa frente a mi, yo volteé a verlo
- me quedaré hasta que encuentre un avión a mi capital - le respondí
- el próximo sale dentro de una semana, puedes quedarte aquí, no hay ningún problema - me dijo con una pequeña sonrisa, yo sonreí mientras me levantaba de el sofá
- entonces... ¿decías que podíamos salir no? Seria una muy buena idea además de que necesito hablar algo urgente contigo Alemania - le dije
- si es tan urgente podríamos hablar más cómodamente aquí- me dijo, yo asentí, él puso una mano en mi hombro y con la mirada me hizo entender que quería que lo siguiera, yo lo seguí y llegamos hasta el balcón de su casa, allí nos sentamos mientras disfrutábamos de el cálido ambiente de la mañana
- entonces ¿de que querías hablar? - me preguntó para después llevarse un vaso con limonada a la boca
- pues mira Ale, hace un tiempo México y Rusia llevaron un niño a mi casa para que yo lo cuidara y...
- ¿ya tienen un hijo? - me preguntó mientras me miraba sorprendido
- no es su hijo aweonao, deja que termine y hablai - dije, él asintió y me miró a los ojos - bueno, llevaron a un niño y el pequeño insiste en que eres su padre y estoy comenzando a creerle, es por eso que vine - le dije, me quedé callado esperando una respuesta de su parte
- pensé que él lo cuidaba - susurró con una mirada un tanto nostálgica, el viento jugaba con nuestros cabellos mientras nosotros estábamos en silencio mirándonos
- ¿quién? - pregunté al fin rompiendo aquellos segundos de silencio
- Finlandia - dijo desviando su mirada para centrarla en algún lugar que yo no lograba encontrar
- pero tu y él...
- ¿es extraño no? - me preguntó interrumpiendome, yo asentí mientras mi mirada se perdía entre el hermoso paisaje de Berlín
- tu hijo... ¿como se llama? - le pregunté volviendo a mirarlo
- Gerland, pero no es mi hijo, quizás Finn si quedó embarazado de mi pero eso no significa que también tenga que ser mi hijo - me respondió fríamente, yo no tuve respuesta para eso
- Alemania, yo no creo poder cuidarlo más, apenas me alcanza para mi - le dije mientras lo miraba, su mirada fría chocó con mi mirada
- yo tampoco puedo cuidarlo si es a lo que te refieres - me dijo, de pronto sacó un cigarro de su abrigo
- ¿desde cuando fumas? - le pregunté mientras lo veía encender el cigarrillo el cual se llevó a la boca
- desde hace tiempo ¿no sabías? - me preguntó, yo negué con la cabeza y él sacó otro - toma uno, sé que también sueles fumar
- no puedo aceptarlo Ale - le dije
- ¿como que no?
- si México se entera se va a enojar mucho conmigo, no le gusta que fume, nunca le ah gustado - le dije
- ¿y que importa? Él no está aquí ¿verdad? Solo fuma, en fin te quedaras toda la semana y él no se va a enterar de nada que pase entre los dos - me dijo acercandose lentamente y poniendo el cigarro en mi mano, yo algo nervioso por sus palabras acepté y rato después estaba fumando junto a él, Alemania parecía feliz al verme fumar, yo algo nervioso por su penetrante mirada desvíe la mía hacia las calles que ahora se encontraban vacías.
Más tarde después de comer algo, comenzó el problema para ver en donde dormiría
- te digo que está bien en el sofá - le dije por tercera vez, pero el burro seguía insistiendo con que no
- dormirás más cómodo en mi cama te lo aseguro - me dijo con una mirada un tanto orgullosa
- pero Alemania...
- si insistes tanto entonces lo vamos a jugar a piedra, papel o tijera, si tu ganas duermes en el sofá, si yo gano duermes en mi cama
- ¿y si quedamos iguales? - le pregunté con cierta inquietud
- ¿dormimos juntos?
- de seguro pierdes - le dije riendo aceptando su propuesta
- ya veremos - dijo junto a una pequeña risa, jugamos todo bien, solo me faltaba ganarle una sola vez más, pero no le gané y quedamos con igual puntaje, sus palabras vinieron a mi mente apenas cometí el error de hacer piedra
"¿Dormimos juntos?"
- por fin gané! - gritó Alemania emocionado, yo me asusté y solo grité por el susto
- no ganaste... quedamos iguales - le dije algo incómodo, él dejó de celebrar y puso una mano en mi hombro a lo cual yo reaccione mirándolo a los ojos teniendo que levantar la cabeza debido a su altura
- si quieres podemos...
- Alemania no, soy un hombre de palabra y voy a cumplir - le dije, él solo se limitó a seguir observándome y luego intentó disimular una sonrisa girando levemente su cabeza. Finalmente nos fuimos a la cama, intenté quedarme lo más alejado posible de él, cosa que me pareció una tortura debido al frío que hacía en ese momento
- ¿Chile estás bien? - me preguntó intentando encontrar mi mano bajo las sábanas, yo le pasé mi mano
- si ¿por qué? - pregunté mientras intentaba no temblar
- está muy fría - dijo refiriéndose a mi mano, sin mucho esfuerzo me acercó hasta él y me abrazó
-¿desde cuando estás tan cariñoso aweonao? - le dije apartandome un poco de su pecho para poder respirar
- siempre eh sido así contigo ¿o no? - me dijo para después reír
- tienes razón - le dije mientras sentía una mezcla de olores llegar hasta mi, entre su perfume y chocolate, estaba a punto de caer dormido cuando él llevó sus manos a mis piernas desnudas, no me sentí incómodo, fingí seguir dormido y solo dejé que siguiera con lo que estaba haciendo, al no recibir ninguna respuesta de mi parte, él no se dio a esperar y llevó rápidamente sus manos a mi trasero apretando suavemente mis nalgas, yo no pude evitarlo y solté un pequeño gemido de sorpresa como única respuesta hacia aquel suave apretón, lo escuché murmurar una risa antes de que hiciera lo siguiente.
°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°• Descripción gráfica de como Chile vio bajar a Alemania por las escaleras
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