Capítulo 11 « Interrogantes »

—Si, ya vi otro problema. — dijo Slug retirando una de las tapas de la máquina la cuál se encontraba undida. Al retirarla se pudo apreciar instantáneamente las partes quemadas. — Aquí, — Señaló. — estos cables están mal conectados, por eso colapsa el límite de energía, hay que volver a armar esta parte o conseguir una pieza nueva, es peligroso dejarla así y solo retirar los cables dañados, puede estallar o algo parecido.

Gracias capitán obvio

Pensé mientras retiraba unos cables del lugar para poder apreciar mejor el daño, odiaba cuando este tipo tenía razón, y lo peor es que era yo.
El ambiente entre mi contraparte y yo era tenso, por más que tratábamos de llevarnos bien no había forma de compaginar, si yo realizaba una observación él inmediatamente la corregía con algo más y todo volvía a convertirse en un debate interno por saber quién era el más capacitado para resolver el problema con la máquina. Por suerte, contábamos contigo cómo mediadora para la situación.

—¿Saben de que tengo ganas? De unos taquitos —comentaste sacándome de mis pensamientos.

—No digas eso que no he desayunado —Expresé

— ¿Qué son los "taquitos"? —dijo Slug, quien se acercó a la máquina para observar mejor el circuito dañado

—¡¿Qué?! Tiempo, tiempo ¡¿Cómo que no sabes qué son?! —negó — ¡¿En qué clase de mundo vives?! —se encogió de hombros— y ahora me vas a decir que México es potencia mundial de dónde vienes

—Pues, de hecho lo es —respondío incrédulo, eso solo captó más tu atención.

—¿A qué hora se oculta el sol en tu mundo?

—A las 7

—¿Aún conservamos Texas?

—¿En qué momento le quitaron Texas a México?

—Wow, demasiada información. —Llevaste ambas manos a tu cabeza con asombro— Está muy chingón todo en tu mundo pero hay un claro error que no lo hace perfecto. —aquel comentario solo hizo que dejara su labor y te mirara desconcertado — No puedo dejar que alguien no pruebe los tacos, mañana cuando llegue te traeré una orden.

Soltó una risa sarcástica y contestó con un “Lo que tú digas” dando por terminado el tema.
Tú sonreiste.

—Ey, ¿Qué hay de mi? —comenté fingiendo un acto de celos.

—¿Cómo iba a olvidarme de ti bolsita?

***

Dos días transcurrieron después de aquel acuerdo entre los tres y aunque odiaba admitirlo habíamos tenido un avance considerable con el experimento gracias a la ayuda de Slug, éramos un gran equipo después de todo, aún con los claros choques de personalidad. El tipo era agradable cuándo se lo proponía y aún más si se trataba de hablar sobre hiperfijaciones, al parecer mientras a mí me encantaba coleccionar aviones a él le encantaban los trenes.

Era algo cambiante, en un momento podía ser un pequeño niño entusiasta de la ciencia y al siguiente un adolescente resentido con la vida.

—¿Está lista la nueva placa? —demandó Slug, al mismo tiempo que se acercaba hasta la mesa de trabajo donde te encontrabas ensamblando.

—Ya casi caracol, solo necesito terminar de soldar esta última parte —respondiste, imitando su tono autoritario cómo burla, lo que inevitablemente me provocó una risa.

Por alguna extraña razón era mucho más dócil cuándo se trataba de ti y tus rápidas contestaciones y eso era un gran cambio comparado con la forma en la que él se dirigía hacia mí.

—¿Podrías darte prisa? Es para hoy

—¿Y tú podrías bajarle a tú arroz un momento? Aquí el único que me manda es mi bolsita de churros

Esas últimas palabras hicieron que mi corazón diera un vuelco. No importa la forma en que me llamaras, siempre sonaba lindo si provenía de tus labios.

—¿Siempre es así de molesta? —gruñó Slug buscando llamar mi atención e ignorando por completo tu presencia.

—¿Y no tienes arrugas de tanto enojo? —

Cuestionaste en voz alta, dejando de lado la pistola para soldadura indicando que tu labor había terminado, al mismo tiempo que levantabas de un movimiento la careta que te protegía de las chispas.
Tu mirada era desafiante, y Slug no pasó por alto esa actitud, instantáneamente regresó su vista hacia donde había provenido ese comentario; observandote de pies a cabeza con una expresión neutral, que, aunque llevaba tres días de conocerlo, indicaba una próxima discusión sobre quién remataba más al otro con las palabras.

El silencio en la habitación hizo aparición por unos momentos y Slug caminó nuevamente a tu dirección para encararte. A decir verdad, no estaba sorprendido, no era la primera vez que surgía una típica “pelea” de ese tipo entre ambos.

—Aquí vamos de nuevo... —murmuré con diversión por el próximo round del día.

—¿Quién? —respondió Slug

—Tú — contestaste

—Te preguntó

Quise reír, era algo tonto pero siendo sincero consideraba eso cómo un argumento totalmente válido para cualquier discusión pero, ¿Qué clase de persona era si no apoyaba a mi interés amoroso desde la distancia?.
Y entonces, aprovechando que Slug me estaba dando la espalda, hice unas cuantas señas con las manos para llamar tu atención y que en cuanto logré tener no dudé en realizar unas cuantas señas obscenas que iban dirigidas hacia él. De alguna forma, sentí que eso te motivó, por lo que continuaste;

—El idiota que me contestó

—Y la vaca que me respondió

—Y el pendejo que me siguió

»Lo siento Slug, ganó

Ante eso último esperaba un insulto más, tal vez una mirada de reproche o un “cállate” sin embargo, ninguno llegó y en su lugar se vió remplazado por una risa sonora proveniente de él.

Ambos nos miramos extrañados, esperando una respuesta lógica después de eso pero sus únicas palabras fueron un: “Me caes bien”.

Las horas transcurrieron, hasta que finalmente dió por terminada tu jornada laboral, indicando que era tiempo de una pequeña pausa y acompañarte cómo se costumbre hasta la puerta. Se había hecho una rutina, pues me servía para hablar contigo en privado o bromear sobre alguna cosa que solo ambos entendíamos, tan solo unos instantes me eran suficientes.

—Bueno bolsitas, ya tengo que irme —hablaste mientras te retirabas la bata de laboratorio y la colocabas en el perchero.

—Hasta mañana —se despidió Slug, sin despegar la vista de la pequeña caja de energía que se encontraba reparando.

—¿Te acompaño? —pregunté torpemente

—Sabes que sí

Tus labios formaron una sonrisa, a la par que tus manos retiraban con cuidado la liga que sostenía tu cabello y esta desataba la coleta que traías por peinado
Me levanté de mi asiento, no sin antes reprogramar el sistema de autodefensa en el laboratorio con ayuda de la tableta que sostenía entre mis manos, si bien, era cierto que existía un trato de por medio con Slug respecto a ayudarle con volver a casa después de concluir la construcción de la máquina, pero eso no era razón suficiente para bajar la guardia.
Guardé el dispositivo en mi bata, y mis pies me encaminaron hasta donde te encontrabas, mi mirada se dirigió a mi contraparte, buscando asegurarme de que todo estaba en orden, posteriormente di un último vistazo a la máquina, lo que finalmente calmó mis pensamientos y me permitió salir con seguridad del laboratorio. Faltaría muy poco para que la máquina estuviera terminada, tan solo unos cuantos ajustes, pequeñas pruebas, calibración de la energía y Slug finalmente podría irse a casa, y todo volvería a la normalidad.

—¿Crees que esté lista para mañana? —tu voz interrumpió mis pensamientos.

—Si hago pijamada con el malhumorado que dejamos en el laboratorio lo más probable es que sí

—Sabes que me encantaría unirme, —dijiste divertida por el comentario— pero tengo que regresar a casa, cuidar a mi hermanita y comenzar a estudiar para los exámenes de admisión para la universidad que serán en 3 semanas.

Había olvidado eso, claro que tenías cosas que hacer, por supuesto que después de que se completara el último pedido no iba a existir tiempo de calidad entre ambos. Eso me desanimó un poco, pues tendría que decirle adiós a la idea de invitarte a salir un día a escondidas de Black Hat, Demencia y 5.0.5, las semanas pasarían y hasta que llegaran los resultados de los exámenes estos definirían si te quedabas o le decías adiós a la compañía. Mi corazón y mente estaban divididos ante esa situación, una parte deseaba que te fueras y te alejaras de este lugar de mala muerte por tu bienestar, en cambio la otra rogaba por seguir viéndote todos los días. Era tu segunda oportunidad de aprobar después del año sabático que te habías tomado trabajando dentro de la organización, justo el tiempo cuando te conocí.

—Esta vez lo vas a lograr —fue lo único que salió de mi boca.

—Eso espero, esta es mi última oportunidad, y si no logro entrar, la verdad no sé que es lo que voy a hacer, no hay otra carrera que me apasione estudiar más —tu voz sonó derrotada, ¿Qué era justo decir en esos casos?

—Bueno, siempre puedes formar un currículum aquí. Yo te esperaré con los brazos abiertos. —bromeé. Justo en ese momento nos detuvimos en la entrada principal.

—Sabes que nada es para siempre Flug —me miraste a los ojos, ambos sabíamos que era algo inevitable, solo estábamos buscando posponer el tema. — y no creo que en mi carta de recomendación acepten la de un científico que trabaja para una malvada organización, —añadiste con diversión, buscando bajar la poca tensión que se había generado— eventualmente... Dejaré este trabajo.

Nuevamente el silencio torturoso reinó y la incógnita por saber que pasaría con nosotros se hizo presente, instalandose en mi cómo un miedo creciente al no tener idea o respuesta.

—Pero, pase lo que pase, no vamos a dejar de ser amigos ¿Verdad?

—Flug, yo no... — el sonido de un tono de llamada emergente interrumpió tus palabras y rápidamente de tu bolso buscaste el dispositivo que provocaba aquel sonido, para observar de mejor manera quien era el remitente. — Lo siento, ya tengo que irme. Te veo mañana.

Colocaste el teléfono móvil sobre tú oreja derecha, apresurandote a abrir la puerta para salir, dejándome solo en ese corredor con la duda carcomiendome por las palabras que ibas a decirme.

—Adiós —pronuncie al aire, aún desconcertado por las palabras compartidas con anterioridad, dando una vuelta sobre mis pasos y regresando nuevamente al laboratorio aún con eso inundando mi mente.

Tenía una especialidad en sobrepensar las cosas y esta vez no iba a ser la excepción; ¿Y si no estabas segura? ¿tarde o temprano nos íbamos a distanciar? ¿Realmente estaba dejando pasar el tiempo por ser un cobarde?
Tantas preguntas y solo tú sabías la respuesta.
Sin darme cuenta ingresé al laboratorio desorientado, lo cuál no pasó desapercibido por Slug quien río en cuanto notó el golpe que tuve contra el perchero, luego de que esté cayera y yo me sujetara la frente debido al repentino choque.

—Acaban de ponerlo —dijo sarcástico

—No me dí cuenta —expresé avergonzado, levantando el mueble y acomodando torpemente cada objeto que había caído nuevamente en su lugar.

—Veo que esa chica sacude tu mundo, —respondió con burla, se encontraba instalando la caja de energía en el costado de la máquina— honestamente no puedo creer que juntes tanto el trabajo con los sentimientos. — finalmente conectó algunos cables y cerró la pequeña puerta que le daba acceso a ese lugar. — Es tonto, y sabes que puede salir mal.

¿Quién mejor que yo mismo para saber que mi enamoramiento era un error? Siempre lo tenía presente y no era necesario recordármelo.

—¿Y tú qué tanto puedes saber? Luces cómo el tipico sujeto que le da asco escuchar sobre esos temas. —tomé asiento devuelta, buscando los planos del artefacto con la excusa de continuar trabajando.

—Tal vez lo suficiente para decirte que tengas cuidado

—Bueno, creo que es un riesgo que me está gustando tomar



Actualmente soy una estudiante de Gastronomía y en los últimos meses estuve a full con un viaje de estudio, evaluaciones, entregas y eventos, ahora que concluí mi semestre puedo seguir actualizando, una enorme disculpa ❤️👀

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