29.- Reconquistarte
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Dicen que el corazón a veces se cansa, se gasta, se rompe...
En especial cuando varias veces pasa por situaciones o decepciones que no merece estar viviendo continuamente...
Y yo por un momento había pensado que 'no me pasaría a mi'... no creí que algún día lo estaría viviendo...
Y me cansaría de sentir todo eso que sentía.
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29.- Reconquistarte.
¿Por qué no te enamoras de quién muera por tus labios?
Del que haga cualquier cosa para no verte llorando.
De alguien que se ponga a temblar si estás enfrente.
¿Por qué siempre te enredas con el que no te conviene?
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Esa noche había sido especialmente larga para él... más cuando Ronaldo le había dicho todas esas cosas que había esperado pero no sé lo habían dicho como imaginaba.
"No quiero perderte, eres lo más valioso que tengo".
"Y si he de ganarme tu perdón".
"Si he de conquistarte de nuevo".
"Te juro que lo haré".
Aunque una cosa es decirlo, y otra muy diferente hacerlo... tomando en cuenta que puede que al principio Ronaldo este decidido a decir las cosas pero es muy diferente a hacerlo.
Esa noche Javier había soñado con un bebé... Ronaldo lo tenía en sus brazos y su expresión de felicidad era una sin igual, nunca le había visto esa sonrisa en su cara, su mirada tenía un brillo que no había visto antes.
Esa felicidad que jamás él le daría.
Y a su lado, la persona que amaba profundamente: Lionel Messi...
Inquieto por el sueño, Javier se removió en la cama y acabo despertando en medio de la noche. Vio su reloj, todavía no eran ni las 3 de la mañana. Volteó y a su lado Ronaldo dormía tranquilamente. Se volvió a acostar pero al cabo de un rato el mismo sueño se había repetido por lo que siendo casi las 4 de la mañana, Hernández se levantó sin hacer ruido y bajo por un vaso con agua a la cocina.
No podía sacarse esa imagen de Ronaldo de la mente.
Dejo el vaso en la encimera y suspiró profundamente, enseguida sintió como alguien lo abrazaba por detrás.
— ¿Amor?.— Ronaldo lo abrazó.
— ¿Qué pasa?.— Javier preguntó.
— Eso quisiera saber.— Continúo.— Te despertaste hace un rato y luego otra vez ahora, ¿esta todo bien?
Al parecer el Portugués se había percatado de la primera vez que el sueño lo despertó.
— Si, estoy bien.— Aunque su voz fue insegura.
— ¿Seguro?.— No le creía.
— Si...
Pero cuando se giro para verlo y sonreía aparentando las cosas, la mirada de Ronaldo le hizo decir la verdad. Javier se aferró a abrazarlo y por eso el otro le había correspondido acariciando suavemente su espalda.
— Solo estoy preocupado, es todo.
— ¿De qué?
— Del bebé... que puede ser tuyo.— Javier bajo la mirada.— Solamente, siento un poco de inquietud.
Miedo más bien.
— Pero...— Eso preocupo a Ronaldo.
— Se que un bebé, es una gran responsabilidad... y me da miedo que digas que, estarás conmigo pero que al final...
Por eso Ronaldo no le dejo continuar, lo abrazó nuevamente acariciándole la espalda.
— De verdad perdóname por todo el daño que te hice.
— A veces me preguntó si soy el indicado para ti...— Javier suspiró evitando llorar.— Yo no soy la gran cosa, y existen personas mejores que yo...
— Pero nadie como tú para entenderme...— Ronaldo sonrió.— De verdad, eres maravilloso y lo más importante que tengo.
"No quiero perderte".
Se habían dado un beso y Ronaldo lo cargo en brazos para subir nuevamente a la habitación a tratar de dormir, Javier descansaba intentando conciliar el sueño aferrado al pecho de Ronaldo, él por su parte le acariciaba la cabeza para que se relajara y se durmiera.
Finalmente Javier acabo por dormirse entre sus brazos y cuando llegó la mañana fue el último en despertar.
Ya era tarde y ya habían desayunado en casa por lo que cuando Javier se levantó se dio un baño y se terminó por arreglar. Con todo lo que había sucedido al final Ronaldo había cancelado sus planes respecto a viajar para realizar lo de aquel comercial. Había preferido quedarse con Javier y decir que todavía se sentía mal debido a lo que le había ocurrido en Qatar. Por eso fueron comprensibles y propusieron posponer las cosas.
— ¿Mamá?.— Javier bajo las escaleras y no escucho a nadie.
No había nadie en casa lo que se le había hecho extraño, pues Ronaldo no sale mucho ya que llaman la atención y era lo que menos querían. Pero al ver qué no había nadie en casa, habían salido todos al parecer.
Se acercó a buscar algo en el refrigerador para prepararse y comenzó a desayunar un tanto extrañado, quizás su mamá o su abuela habían salido y Ronaldo fue con ellas, o su papá había salido a atender algo y su yerno lo acompaño. Pero era lindo para Ronaldo cuando la familia de Javier lo incluía en sus actividades. Seguramente eso había pasado.
Al cabo de un rato mientras terminaba de desayunar. Se escuchó el timbre de la puerta.
— ¿Javier Hernández?.— La emoción del mensajero se hizo notar.
— ¿Si?
— Tengo una entrega para usted.— Prosigió el muchacho mostrándo una tableta.— ¿Puede firmar de recibido?
— Si, claro.— Aunque eso le sorprendió al Chicharito.
Enseguida varias personas se acercaron a dejarle dentro de la sala enormes arreglos florales de rosas rojas que significaban amor verdadero y otras flores de color, es decir tulipanes amarillos que significan: perdón.
— Pero...— Javier apenas y dijo algo.
Más cuando habían logrado meter un enorme oso de peluche que con trabajo cupo por la puerta.
— De su admirador secreto.— Sonrió el muchacho y se despidieron con una buena propina.
— No mames Cris...— Murmuró Javier tratando de que el peluche no le cayera encima. Sabía que era el dichoso 'admirador secreto'.
Pero era bonito de cierto modo, en especial cuando sabía lo que significaban las flores de color amarillo.
Un rato después, habían llegado su madre, Ronaldo y Doña Lucha. El Portugués las había acompañado a hacer unas compras y servía que también se soltaba más a conducir el auto.
— ¿Te gustó mi detalle?.— Ronaldo sonrió.
— Te mamaste...— Javier le rodeo el cuello con los brazos.— Gracias Cris.
— Te dije que te quiero reconquistar.— Le dio un beso.— Y que me perdones...
— Pues está funcionando...— Javier sonrió.
— ¿Ahora donde pondremos todas estas flores?.— La Señora Silvia vio los arreglos.
— Y el oso.— La abuelita de Javier le dio un bastonazo y enseguida el peluche se le vino encima.
— ¡Abuela...!— Enseguida Ronaldo y Javier se acercaron a ayudarle.
Pero Javier estaba encantado con su regalo. Confiaba en que las cosas iban a estar bien entre ellos pese a su pequeña inseguridad.
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