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Al ver al héroe irse por la mañana, Marinette sabía perfectamente que hacer: aplicar una carta de reversa. Le iba a hacer lo mismo que él le había hecho a ella.

En su interior sabía que eso solo era para darle más vueltas a cortar con él, aunque también sabía que si no se aprovechaba un poco, se arrepentiría después.

Durante el tiempo que estuvieron abrazados, que fue toda la noche, estuvo pensando y pensado con quien engañarlo. Nadie llegó a su mente por más que repasó el nombre de todos los adolescentes que conocía y eso en parte se debía a que estaba recostada sobre el pecho de la persona que más amaba en ese mundo, descubriendo entonces que no gustaba de nadie más que de su traidor novio. Con eso en mente llegó a una conclusión: no podía engañarlo con alguien más porque simplemente ella misma no podría soportarlo, así que lo engañaría con su identidad civil.

Así que se arregló con rapidez y cansancio, desayunó, salió y llegó a la escuela, encontrando a un ojeroso Adrien y a un alegre Nino, quienes platicaba con normalidad.

-Hola Nino, hola Adrien.

Saludó la ojiazul mientras le guiñaba un ojo al ojiverde, sintiendo él a su antes pálido rostro, enrojecer. ¿Acaso Marinette acababa de coquetear con Adrien cuando su novio era Chat Noir? Nah, ¿cierto?

-Wow, Marinette te guiñó el ojo, es obvio que le gustas.

Le dijo el moreno impactado de que al fin Marinette diera señales de su amor a su mejor amigo, mientras palmeaba al Agreste por la espalda, haciendo que al rubio le llegaran miles de pensamientos oscuros.

Si. Eso era parte de su venganza.
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Después de horas de clases y con la callada atmósfera, Adrien entendió todo. Marinette como venganza planeaba engañarlo con alguien más y sin saberlo había escogido a su novio en su identidad civil.

Que buena suerte dentro de su mala suerte.

No le quedaba más que seguir su juego. No podía arriesgarse a que escogiera a alguien más que no fuera él en cualquiera de sus dos identidades.  Así que en cuanto dio el timbre, Agreste aprovechó que Lila había tirado la lapicera de la ojiazul al pasar, habiéndo quedado para entonces pocas personas en el salón.

-Marinette.

La llamó el rubio con nervios mientras la ayudaba a recoger sus lápices, mirando como una sonrisa soñadora se instalaba en ella.

Los dos se estaban sonriendo como dos bobos a pesar de saber que se estaban traicionando consigos mismos y que se estaban lastimando.

-Yo eh....

Su rubia cabeza estaba en blanco. Su sonrisa no lo dejaba concentrarse y para colmo no había pensado en nada para decirle. 

-Ehh... ¿quieres salir conmigo?

Escupió sin más y ella se sonrojó levemente, teniendo las manos tomadas por haber recogido el mismo lapicero. La ojiazul asintió con la misma sonrisa de antes y con voz suave dijo.

-No, tengo novio.

Él sonrió casi suspirando, ignorando como Nino que estaba levantado a su lado, le tomaba el hombro y le miraba con total confusión. ¿Ese era el día de hablar al revés?

-Amigo, ya sueltala, te rechazó.

Le dijo mientras termina de recoger las cosas en un dos por tres, levantando al rubio quien se fue mirando a la ojiazul con un bobo movimiento en su palma.

Bien, eso no lo contaría como fracaso.

Continuara...

Saben, tengo sueño, estoy en presenciales y mugre SAT.

Disculpen la ortografía y redacción.

En fin, disfruten.

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