-¿Por qué cortaste mi foto?

Preguntó con voz impasible, haciendo que la ojiazul palideciera a pesar de estar roja de tanto llorar.

Tenía que decidir entre confrontarlo en ese momento cuándo más débil estaba, o después cuando estuviera fuerte y capaz.

-Esque quería hacer un collage de fotos.

Contestó. Lo haría después, en ese estado sabía que si se disculpaba lo perdonaría. Él en cambio miró hacia el escritorio de la chica y miró como la cara de todas las fotografías donde aparecía él estaban apuñaladas con lápices, estando tan conmocionado por aquello que ni notó que incluso las fotos de "moda" de Adrien también estaban así.

-Oh... interesante.

Dijo sabiendo que algo estaba extraño en todo eso. Marinette sabía que los collage no se hacían despedazando fotos y además si se hicieran así, no apuñalaría solo su cara. Extrañado, Chat se recostó a su lado dejando su bastón a un lado de la cama y buscó su rostro, pero ella de inmediato se giró hacia la pared. ¿Qué estaba pasando?

-¿Por qué no me miras?

Preguntó con sus orejas gachas pero ella volvió a negar. Aún no estaba lista para confrontarlo.

-Esque... esque tengo un grano gigante.

Dijo sin pensar, sabiendo que ni aunque hubiese parado de llorar podría ocultar su rostro rojo e hinchado.

-Marinette, eres hermosa, pero no me enamoré de ti solo por tu belleza, sabes que te quiero con todo y granos.

Ella al escuchar sintió que las ganas de volver a llorar le regresaban, estando tan ocupada en despejar su mente para parar de llorar que no se dio cuenta cuando el héroe la había tomado de la cintura para levantarla levemente y hacerla girar.

Ella al sentir eso cerró los ojos, como si por cerrarlos él no vería la más grande prueba de que llevaba más de 4 horas llorando.

-Pero Marinette, no tienes ningún gra... ¡Estas llorando!

Asustado el gato la abrazó fuertemente mientras aún en eso limpiaba su rostro con las yemas de sus dedos. Ella en cambio intentó zafarse, no logrando retener la lágrima que intentó no soltar.

-¡No estoy llorando!

Exclamó con sus ojos llenos de lágrimas, pues el gran traidor la abrazaba como si la quisiera demasiado.
O
-Solo tengo una... una alergia en los ojos. Vete o te la pegaré.

El héroe entrecerró los ojos y miró dolor puro en su rojo rostro. ¿Qué le pasaba y por qué no le quería decir? Pero sobre todo, ¿por qué sentía que se le olvidaba algo muy grave?

-¿No ves bien? ¿Miraste denuevo al sol?

Preguntó limpiando otra de sus gruesas lágrimas a lo que ella volvió a negar con ese mismo tono de falsa calma.

-No, es meningitis. Eso mismo, ahora vete.

Contrario a su indicación, el transformado la cargó sobre su regazo haciendo que ella se recargara en él, colocandole sus manos alrededor de su cuello para que lo abrazara, hablando con suavidad.

-Princesa, es obvio que no tienes eso. Dime ya que tienes.

Ella le miró a sus verdes ojos que parecían tan sinceros y derrotada juntó su frente con la de él, suspirando mientras tomaba sus manos.

-Lo que tengo es que te quiero demasiado.

Dijo siendo en realidad un lamento, pues si no lo quisiera tanto, ya le habría dicho todo lo que tenía que decirle, habiendo terminado todo entre ellos.

El gato le sonrió sonrojandose levemente, cortando la poca distancia entre sus bocas y besó sus labios partidos con delicadeza, recordando de inmediato el beso que se habían dado en la tarde, en la cima de aquel edificio. Esperen ¿aquel edificio?

El rubio se congeló de repente al finalmente recordar lo que se le había olvidado. ¡Grandísimo tonto, la había besado cuando estaba transformada! ¡Estaba en problemas de ligas mayores! 
Continuara...

Ups, no terminé y no puedo dejarlos enojados, así que... se que mayo no tiene 33 días, pero fingiremos que si.

En fin, disfruten.