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Noviembre, 2021

Narra Thomas

-¡TOMMY! ¡TOMMY!- entra Dylan gritando.

-¿Qué te pasa, Dyl?- me río de él.

-Ve mirando casa nuevas- sonríe y me da un beso agarrándome por la cintura. Al darme cuenta de lo que dice sonrío en el beso y lo profundizo. Deja los papeles en la encimera.

-No me digas que...- pregunto al separarnos.

-SÍ, SÍ SÍ, SÍ. Acabamos de recibir la confirmación, la investigación ha acabado y se ve que nuestra entrevista a pesar de ser actores los convenció. ¡NOS VAN A DAR A LA NIÑA! Tenemos que ir al orfanato que nos indiquen- me agarra de la cintura y me eleva dándome una vuelta- vamos a tener una hija, Tommy. Va a ser nuestra, nuestra pequeña. Nuestra princesa. Necesitamos mirar casas, vamos a necesitar un casa muy grande, con jardín para los perros, para los niños... ¡oh! Y los juegos, tiene que haber una sala de juegos. Si queremos una habitación para cada uno tienen que ser 5, más dos baños. Y otro en nuestra habitación. Nuestra habitación tiene que ser nuestro refugio, tenemos que tener el vestidor de ahora y un baño para nosotros solos, la cocina dejémoslo para todos- se ríe- pero lo demás...

-A ver, a ver. Calma, Dyl- sonrío- vas muy rápido y te está dando la verborrea de Stiles de nuevo.

Dylan asiente y coge a Thomas de la mano para llevarlo al salón. Coge papel, boli y se sienta.

-Bien, empecemos- dice Dylan emocionado.

-Espera. Explícame bien que te dijo la de asuntos sociales- le pregunto.

-Bien, bien. A ver, no hablé con ella. Lo pone todo en los papeles... LOS PAPELES- exclama para ir a la cocina a por ellos y viene hablando con ellos en la mano- aquí dice que después de toda la investigación de nuestras personas y nuestro entorno más la entrevista que nos hicieron aquí mismo. Todos eso les ha dado resultado aceptando que somos una pareja válida y unos padres más que suficientes para cuidar a un niño pequeño. También dice aquí que a partir de ahora el proceso tardará a lo sumo un mes para actualizar los datos sobre nosotros y nuestro entorno pero ya no habrá que firmar nada más que la adopción en sí, ni siquiera nuevas entrevistas. A partir de esta pequeña solo habrá que esperar un mes a por el siguiente y firmar unos papeles. Iremos mañana al orfanato a mirar la niña que mas se adecue a lo que pensábamos.

-Vale, eso está genial- sonrío emocionado.

-¡Lo sé! Mañana nos llevaremos a la pequeña a casa, hay que explicarle bien nuestra situación. Quiénes somos y que somos sus nuevos papás y que no tiene mamá. Ni necesita, porque nos tiene a nosotros que haremos de los dos. También hay que decirle que va a tener más hermanitos y que en cuánto nos acostumbremos un poco a ella nos mudaremos a una casa más grande. Toma ve firmando estos papeles de confirmación que vamos mañana a recogerla. Porque quedamos en que la primera sería niña, ¿verdad?

-Sí, sí. La mayor será nuestra primera princesita- sonrío firmando los papeles.

-Bien, dejemos los papeles a un lado. Está todo resuelto, mañana la vamos a buscar y ya. ¿Qué vamos a decirle al llegar a casa?

-Pues que... somos sus nuevos papás, que nos encargaremos que sea muy feliz, que si necesita cualquier cosa aquí estamos, para que confíe en nosotros y nos cuente sus cosas, que le daremos todo el amor que tenemos, que nos mudaremos porque va a tener muchos hermanos y hermanas con los que jugar y que la casa será más grande. Y... ¿que más?- pregunto pensando en todo.

-Nada, creo yo. Iremos viendo- me roba un beso y me acerca el papel- la casa. Características.

-La cocina y dos baños además del nuestro propio- comienzo.

-De acuerdo, a ver. Cocina espaciosa- dice apuntándolo en el papel- ¿abierta o no al salón?

-Abierta, ¿no? Así podremos vigilar a los niños sentados en la mesa.

-Bien pensado- ríe Dylan- como copien mi personalidad se meterán en muchos líos.

-Recemos para que tengan la mía- me río y sigo- apunta en el salón encargar una mesa para toda la familia, la tuya, la mía y los niños. Para las navidades sobretodo, que son en un mes por cierto, aunque no seamos numerosas para estas.

Dylan asiente y lo apunta todo.

-Bien, ¿que más?- pregunta de nuevo.

-Nuestra habitación. Cama enorme, vestidor, baño y... ¿Un balcón? ¿Te parece?

-Sí, muy buena idea, Julieta. Cuando vuelva de un duro día grabando treparé hasta tu balcón para estar unos últimos minutos juntos- se burla Dylan.

-Gilipollas- me río- las habitaciones de los niños- Dylan sigue apuntando- cinco, una por cada hijo/a. ¿Necesitaremos habitación de invitados?

-Eso creo- se encoge de hombros.

-Pues apúntala también. ¿Solo falta la habitación de juegos no?

-Sep- dice Dylan mirando la lista- el jardín grande también.

Acabo y lo mira todo bien.

-Perfecto- digo sonriendo.

-Me voy a dejárselo a algún agente inmobiliario y a dejar los papeles a los de asuntos sociales.

-Dyl, acuérdate de decirle que busque en Los Ángeles. No queremos irnos lejos, aquí está casi todo el mundo.

Dylan asiente y viene a darme un beso.

-Te quiero- le digo.

-Te amo- responde divertido.

-Te amo- río viéndole salir al garaje- ¡PON QUE NECESITAMOS UN GARAJE GRANDE!

-¡YO TAMBIÉN ME ACABO DE ACORDAR!- dice riendo sacando el papel.

Me río y voy a la habitación a llamar a Ava para contarle las novedades.

Al día siguiente

-¿Estás nervioso?- le pregunto a Dylan en el Jeep. Está agarrando el volante bastante fuerte.

-Un poco- relaja en agarre al escucharme.

-Yo también- admito mirando sonriéndole- ¿sabes que pensé? Que necesitamos otro coche a parte del Jeep, uno familiar.

-Sí, seguramente- dice mirando para el Jeep- este pequeño no va a poder con 5 más- lo acaricia con cariño y yo me río.

Finalmente, llegamos al orfanato indicado. Llamamos a la puerta y nos abre una chica morenita que nos sonríe.

-¿Son Dylan O'Brien y Thomas Sangster?

Nosotros asentimos a la chica y nos deja pasar. Nos tomamos de la mano caminando por el pasillo.

-La puerta del final. Es donde está el despacho de la encargada- nos indica la chica.

-Gracias- sonríe Dylan.

Llegamos al despacho y una señora mayor de pelo blanco nos recibe con una sonrisa.

-Sentaros. cielos. Sentaros, debéis estar como un manojo de nervios. Yo lo estaría- nos dice comprensiva.

Yo asiento sonriéndole. Ya me cae bien esta mujer.

-¿Querían una niña, no?

-De cinco años más o menos, si puede ser- comenta Dylan. Yo sonrío.

-Claro. Tenemos una niña de 5 años que se llama Lucy, es rubia, de ojos marrones y alta. Es bastante estudiosa aunque le cuesta un poco, pero se esfuerza más que nadie aquí. Y es amable con todos.

-¿Podríamos verla?- pregunto tímido.

-Claro, cielo. Venid conmigo- se levanta y pasa a una habitación de detrás de su despacho.

Yo miro a Dylan e intento respirar tranquilo.

-Lucy, cariño, ¿quieres venir?- dice al entrar. Una rubia se acerca sonriendo. Parece la sonrisa de Dylan.

-Dígame, señorita- contesta sonriente.

-Estos dos chicos guapos querían hablar contigo- explica.

-Oh, bien- sonríe- ¡hola! Me llamo Lucy y tengo 5 años- dice contenta. Yo me agacho para mirarla a los ojos.

-Hola, Lucy. Yo soy Thomas- le ofrezco mi mano y suelta un risita mirándome para después darme la mano y sacudirla- este de aquí es mi esposo, Dylan. Es un poco tonto, pero le acabarás cogiendo cariño con el tiempo. Ten paciencia.

Dylan me da un golpe en el hombro sonriendo y se agacha también.

-¿Ya la estás poniendo en mi contra, Tommy?- le ofrece también su mano y la pequeña sonriente la acepta encantada.

-Son divertidos peleando- ríe- hemos visto aquí padres y madres que peleaban, pero ellos eran muy serios.

-Bueno, nosotros nos queremos mucho, mucho, mucho y ahora ya casi no peleamos en serio. Esto era de broma.

La niña asiente entendiendo.

-Iré preparando su historial y los papeles- dice la encargada para retirarse.

-¿Ya sabes que te vienes con nosotros?- pregunto mirándola.

-Ajá, me lo imaginé cuando la señorita me trajo a mí aquí sola- sonríe- por un momento pensé que me echaría la bronca- nos confiesa.

-¿Por qué?- pregunta Dylan sonriendo.

-Le pegué un chicle en el pelo a una niña que me llamó tonta. Yo no soy ninguna tonta- susurra orgullosa para que la señorita no la escuche.

Dylan rompe en carcajadas y yo sonrío, le levanta la mano para que le choquen los cinco.

-Eres de las mías, pequeña- la niña le choca las cinco.

-¿Te importa que te coja, cielo?- le pregunto levantándome.

Ella niega divertida y alza los brazos. La levanto cogiéndola en el colo.

-Tú tienes mis ojos- le dice a Dylan.

-Y tú tienes mi pelo- le digo yo.

Sonrío y nos dirigimos con ella hasta el despacho.

-Oh, bien. Veo que has hecho buenas migas con tus nuevos papás.

La niña siente escondiendo su cara en mi cuello y abrazándome. Sonrío y la aprieto contra mí. ¿Esto tan hermoso es la paternidad?

Dylan agarra mi cintura poniéndose a mi lado. Firma los papeles y coge el historial médico de la niña. Yo le paso a Lucy a la señorita.

-Adiós, pequeña. Seguro que estás muy bien con estos chicos. Sacarás muy buenas notas en tu nuevo cole y harás muchas amigos.

-Gracias, señorita. Por todo y felicidades adelantadas. Sé que su cumpleaños es en Diciembre- sonríe y la abraza. Firmo y al darle los papeles me devuelve a nuestra hija.

Nos despedimos y nos montamos en el Jeep.

-Me gusta el color, pero ¿no es un coche muy viejo?- pregunta una vez estamos todos sentados.

Dylan ríe y yo sonrío.

-Es de tu padre. Te contaremos la historia otro día, ahora queríamos informarte de algunas cosas.

-Oh, vale- dice poniendo atención.

-Ahora nos dirigimos a nuestra casa, pero no estaremos mucho porque queremos que tengas muchos hermanos.

-¿Muchos?- pregunta ilusionada.

-Cuatro- asiente Dylan.

-¡Me parece muy bien! Podré jugar con ellos si no tengo amigos en la escuela.

-Seguro que tendrás amigos- sonríe Dylan mirándola por el retrovisor- tendrás amigos y hermanos.

-Bien- parece contenta.

-Hay una cosa...- miro para Dylan de reojo y me da apoyo con la mirada- y es que no vas a tener mamá- me giro en el asiento para mirarla- seremos dos papás que hacen de mamá y de papá.

-Vale- se encoge de hombros.

-Y a lo mejor muchos de tus compañeros se burlan por eso.

-¿Por no tener mamá?- pregunta confundida.

-Y por tener dos papás. Hay gente que no acepta a dos mamás o dos papás- digo con cuidado.

-Sois mis papás. Nadie se va a meter con vosotros- dice simplemente. Yo sonrío orgulloso.

Ya es nuestra niña.

-Bien, Me alegro de que pienses así, princesa- le digo y parece que le gusta el mote porque sonríe feliz.

-También queríamos decirte que empezarás el colegio el año que viene en Enero. Queremos disfrutar de estar contigo estos dos meses que quedan de año.

Lucy asiente y sonríe.

-Dos últimas cosas- dice Dylan, la niña presta atención de nuevo- queremos que confíes en nosotros. Nosotros ya te queremos y lo vamos a hacer siempre porque eres nuestra niña- Dylan y su capacidad para pensar, sentir y decir lo mismo que yo- así que si quieres hablar, contarnos algo puedes y si simplemente quieres comernos a besos también puedes. Nosotros nos lo hacemos a menudo- sonríe y le doy un golpe en el hombro.

-¡DYL!

Ella se ríe.

-¿Y la otra?- pregunta sonriendo.

-¿Quieres dormir hoy con nosotros?- pregunta finalmente leyéndome la mente de nuevo.

La niña asiente contenta.

-Pensé que no querrías dormir sola en una casa desconocida la primera noche. Después te enseñaremos cómo es todo.

-Muchas gracias, papis- sonríe y una ola de calor arrasa con mi cuerpo al escucharle el papis.

-Deja de leerme la mente- le susurro a Dylan robándole un beso rápido.

Dylan sonríe feliz.

Abril, 2022

-¡Papi! ¡Papi!- grita Lucy al entrar.

-¡Tommy! ¡Tommy!- grita igual Dylan.

-¿Que habéis hecho, terremotos?- digo poniendo la comida en la mesa.

-Es que papá te tiene una sorpresa- sonríe Lucy dándome un beso en le mejilla y sentándose en su silla.

-Hola, mi amor- me dice sonriendo dándome un beso.

-Hola- sonrío besándolo de nuevo. Nos encontramos con una niña con los ojos bien abiertos mirándonos.

-No entiendo por qué a mis compañeros les da asco ver a sus padres y madres besándose, a mí me parece muy bonito.

-Eso es porque eres la chica más inteligente de todos y todas- le sonrío dándole un beso en la cabeza- ¿qué sorpresa me tienes, Dyl?

-Una sorpresa que tiene solo un añito, cumplió tres días después de Lucy- nuestra pequeña ya tiene 6- se llama Alex, es castaño de ojos azules y está en el mismo orfanato que el que fue el de Lucy. Tenemos que ir a buscarlo hoy.

Abro la boca sorprendido.

-¿No dijimos que esperaríamos a hacer un año con Lucy en casa?

-Lo sé, lo sé. Pero un agente encontró una casa con esas características en Diciembre y desde entonces la he estado preparando. Lucy se ha acoplado muy bien a nosotros y al colegio. Ya tiene su grupito de amigos y está muy contenta con los profesores- le acaricia la cabeza y la pequeña sonríe colocando bien su corona y comiendo los macarrones con tomate.

-¿De verdad?- pregunto emocionado- ¿hoy ya podremos tenerlo?

-Correcto y podemos mudarnos a la nueva casa cuando quieras. Solo habría que llevar nuestras cosas personales. Lucy me ayudó con la decoración, pero si algo no te gusta lo cambias y ya.

-¿La semana que viene te parece bien?- sonrío- hoy tenemos a nuestro nuevo pequeño y a la siguiente semana nos mudamos.

-Me parece genial y queda más cerca del cole de los niños.

-¿Un añito solo dijiste que tenía el bebé?

-Sí- sonríe.

-Dios, voy a babear con él- sonrío embobado.

-Y yo contigo teniéndolo en brazos. Si ya babeé con la pequeña Lucy imagínate con un bebé de un año- dice con los ojos brillantes.

-A ti te quedará mejor el bebé.

-¿Sabes que sí tiene Alex nuestro?- dice Dylan divertido.

-¿El que?- me levanto para sentarme en sus piernas.

-Mis lunares. Tienes muchos por la cara y el cuerpo- pone sus manos en mi cadera para no dejarme caer.

-Eso sí es maravilloso- sonrío besándolo lentamente hasta que nos damos cuenta que de nuevo Lucy nos mira con los ojos muy abiertos.

-Me sigue pareciendo bonito- se encoge de hombros.

Dylan se ríe y yo sonrío para darle un beso en la cabeza a nuestra pequeña. Me siento para seguir comiendo preparado para recibir a Alex a la familia.

-Come, princesa. Después iremos a conocer a tu hermano- le digo a Lucy.

Paso a paso la familia va creciendo.

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