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Noviembre, 2020

Narra Dylan

-Ya voy de camino, Tommy- digo por el manos libres. Voy en el Jeep con la compra y ciertos papeles que vamos a tener que mirar después a fondo.

-Vale, mi amor. ¿Te acordaste del queso rayado, no? Te dije que hoy iba a hacer mis famosos espaguetis a la carbonara y necesito el queso rayado- dice Thomas y yo me río.

-Sí, cariño. Sí. El queso rayado, la nata, el jamón y el bacon. Espaguetis dijiste que teníamos, si al final no los tienes no lo vas a poder a hacer...- comento para ponerlo nervioso. Me ocupé de mirar que si había antes de salir.

-Mierda- dice para dejar caer el móvil al sofá. Escucho sus pasos corriendo hasta la cocina y me río a carcajadas. Minutos después vuelve resoplando- no me hace gracia, Dyl. Quiero una bonita cena y te juro que como tuviésemos que pedir pizza, te la iba a meter por el culo y después al pizzero.

-Hombre, podemos jugar al revés con ella- sonrío- pero sin el pizzero, tú y yo solos.

Veo en mi mente a Thomas sonreír.

-Mmmm, ¿de que manera? A lo mejor me interesa- dice divertido.

-Bueno, si te se aplicar el lubricante también te sabría aplicar el tomate- sonrío tomando el desvío hasta nuestra casa.

-Y si te espero desnudo en casa, ¿por donde lo pasarías? Mientras te desnudo podrías pasarlo por...

Suficiente.

-THOMAS- le grito para que no siga- estoy conduciendo por si no lo recuerdas.

Hemos cumplido nuestro primer aniversario de casados y con la simple imagen de verlo desnudo ya me pongo caliente. Realmente no sé cómo lo hace.

-Oh, venga. Puedes apartar cinco minutos, ¿no?- dice con voz ronca.

Mierda.

-Tommy, si llego a casa podríamos hacerlo más interesante- sonrío intentando convencerlo mientras atiendo a la carretera.

-Te echo de menos, no quiero esperar a que llegues a casa- rosma Thomas.

-Dime que no me vas a hacer tener un sex-phone contigo, Tommy- gimo lastimeramente.

-Solo un poquito- dice más alegre.

-Dios... no puede ser que siempre me convenzas con todo.

-En mi defensa diré que me lleva pasando lo mismo desde hace años- se justifica- pero íbamos por donde te esperaba desnudo. En nuestro sofá, con la... ¿pizza?

-No, mejor deja la pizza en paz- me río.

-Pues entonces solo estoy desnudo en el sofá y si cuando abres la puerta te quedas mirándome como haces siempre y me acerco sonriendo a ti para besarte y ayudarte con las bolsas no te alejarías de mí, ¿verdad?- dice inocente.

La temperatura del Jeep aumenta notablemente haciendo que me quite la chaqueta con cuidado sin soltar el volante.

-No- susurro carraspeando un poco- no, no me apartaría.

-Oh, bien. Entonces me acompañas a la cocina y yo coloco las cosas mientras tú...

-¿Sigues colocando las cosas desnudo?- suspiro.

Thomas se queda en silencio pero estoy seguro de que me está asintiendo a pesar de que sabe que no puedo verlo. Me remuevo un poco en el asiento para darle algo de espacio a mi pantalón que empieza a apretar.

-Mmmm... me parece que te voy a llegar hasta el sofá para empezar a besarte- digo- por los labios, bajando por el cuello, hasta el pecho, el ombligo, la pelvis...

-¿Y que más?- pregunta apurado.

-Me voy a quedar ahí un ratito, besando de arriba a abajo tu pelvis y tu ombligo- sonrío apretando el volante.

-Bien- comenta- entonces me toca a mí. Creo que primero voy a quitarte los pantalones porque te sobran bastante, no es justo que yo no tengo nada y tú lo tengas todo- gime levemente esperando unos segundos- sigo con el bóxer y después la camiseta.

-Te ayudo con el bóxer si quieres- sonrío desabrochándome los dos primeros botones de la camisa que me puse hoy.

-Sí, por favor- escucho unos leves jadeos.

-Y si roza mi entrepierna con la tuya después...

-Me parecería muy bien- dice con voz ronca y después de unos segundos se le escuchan unos gemidos leves.

Mierda, se está tocando. Mierda se está... El timbre interrumpe sus jadeos y mis pensamientos.

-Espera, Dyl. A lo mejor solo es el cartero- dice Thomas. Escucho la cremallera de su pantalón. Abro la ventanilla necesitado, tengo las mejillas y las orejas rojas.

-¿El cartero por la tarde? ¿Ves? Por eso no puedes provocarme, Thomas. Podría interrumpirnos cualquiera- dejo que entre el aire.

-¡Britt!- grita Thomas y yo me sobresalto en el asiento, desde la boda no supe mucho de ella. Solo que estaba rodando su serie y con varios contratos viajando.

-Hola, Thomas. Venía a veros a Dylan y a ti- la escucho. Thomas debe tapar el micrófono porque dejo de escuchar.

-Te dejo, Dyl. Britt acaba de llegar. Te amo- dice rápidamente.

-Y yo- digo rápidamente antes de que me cuelgue. Resoplo y apuro un poco el camino a casa.

Diez minutos después aparco en el garaje y entro al salón donde Britt y Thomas están riendo mientras toman algunas patatas de bolsa.

-Hey. Britt. Qué bueno verte- le digo sonriendo.

-Lo mismo digo, Dylan. Thomas y tú estáis muy guapos. Y tenéis la casa preciosa- se levanta y camino hacia ella para abrazarla.

Me siento al lado de Thomas mientras nos sentamos. Y le doy un corto beso en los labios

-Voy a colocar la compra en la alacena y os dejo solos para que habléis- nos dice Thomas sonriendo, acaricio su mano con disimulo mientras se levanta.

-Gracias, Tom- sonríe.

-¿No necesitas ayuda, Tommy?- pregunto deseando darle otro beso.

-No. Tranquilo, macho man. Habla con Britt, vuelvo en seguida.

Asiento y me concentro en Britt.

-¿Que tal? ¿Que tal has estado estos meses? Lo último que supe de ti fue hace una semana diciendo que te ibas a Francia a grabar algo.

-Promociones para una nueva película, pero todo normal. Mi vida está siendo igual de tranquila que siempre- sonríe Britt- ¿qué tal la tuya?

-Muy bien, todo va genial. Me están contratando bastante y Thomas igual. Parece que estamos yendo para arriba.

-Oye, Dylan...- comienza Britt- siento muchísimo no haber ido a la boda. Vi vídeos y fotos en Instagram y la verdad es que ibais guapísimos. Seguro que fue un día muy especial para los dos y me da rabia habérmelo perdido.

-Eh- le sonrío- no pasa nada, Britt. No podías y ya.

-Bueno, sí. No podía, pero tampoco quería. Me ha costado mucho asumir que no me quieres ya de la misma manera, pero ya lo he aceptado. No te he olvidado del todo pero todo a su tiempo supongo- se encoge de hombros.

Ahora estoy algo incómodo, pensaba que lo habría superado hace tiempo.

-Sí, bueno... llevamos ya un año casados y realmente somos felices. Nunca pensé que la felicidad me pudiera durar tanto. Nunca me canso de Thomas, de ninguna de sus manías, de ninguna de sus tonterías, ni de su forma de ser. Sin duda es el hombre de mi vida- sonrío.

Britt me devuelve la sonrisa y acaricia mi mano.

-Nunca pensé que te escucharía decir eso, Dylan. Y me alegro mucho de que lo estés haciendo y de que sea con Thomas.

Thomas entra en el salón mirándonos y sonríe.

-¿Quieres algo más, Britt?- pregunta Thomas.

-No, no, Thomas. Muchas gracias, fue un placer hablar contigo y con Dylan. Me tenéis para cualquier cosa. A partir de ahora estaré pendientes de vosotros- dice Britt sonriendo y levantándose. Yo me levanto extrañado.

-¿Ya te vas?- pregunto- solo hemos hablado 5 minutos.

-Sí, lo siento. Solo quería pasar a saludaros, a daros mi enhorabuena por la boda y a disculparme por no ir.

Thomas asiente y la acompaña a la puerta. Le da un fuerte abrazo mientras que yo me acerco y al separarse le doy otro a Britt.

-Te mantendremos al tanto de nuestras cosas. Mi número es el mismo- digo sonriendo- cuando tengas cualquier novedad me envías un audio o me hablas.

-Lo haré- promete Britt.

Se va y nada más cerrar la puerta me tiro a los brazos de Thomas dándole un largo beso.

-Te odio, que lo sepas- susurro separándome de él.

-Bueno, yo soy más malo. Nos odié a ti, a mí y un poco a Britt cuando la vi. Pero solo por unos segundos.

-Tú fuiste el provocador y Britt la que interrumpió, pero ella no tenía ni idea- me abraza por el cuello y lo cojo por la cadera pegándolo a mí. Caminamos así hasta el sofá.

-Bueno, siempre podemos seguir donde lo dejamos en el teléfono- sonríe Thomas besando mis labios.

-Mmm... no sé. No me has esperado desnudo- sonrío chupando partes de su cuello.

-Pienso que es más divertido si me la quitas tú- susurra Thomas buscando mis boca.

Jadeamos algo entusiasmados de nuevo.

-Para, para Tommy. Tenemos que hablar.

-Iugh- dice separándose- eso nunca es buena señal. ¿Me vas a dejar solo con un año de matrimonio?

-Imbécil- digo para besarlo y levantarme para ir al coche a por los papeles.

Al volver está sentado mirando para la nada. Me siento a su lado y acaricio su mejilla para hacer que reaccione.

Pongo unos papeles delante de él escondidos en una carpeta roja de plástico.

-¿Qué es esto?- pregunto acercando la mano para cogerlos, pero antes la retengo apretándola con fuerza.

-Es algo por lo que todavía habría que esperar cinco meses mientras nos investigan y arreglan todo, pero que por ahora solo necesitan nuestra confirmación.

Thomas me mira confundido. Aprieto un poco más su mano.

-Tommy, yo te amo ya lo sabes y aunque solo llevemos un año casados no podría estar más enamorado de ti y no podría dar mi vida por otra persona mejor que tú. Por eso mismo he organizado todos estos papeles, creo que ha llegado el momento de dar otro paso.

Thomas coge los documentos con cuidado ya con una expresión emocionada. Ya sabe de lo que hablo.

-Creo que seríamos muy buenos. Yo si algo tengo es una actitud divertida con todo y tú me complementas con la seriedad y la locura en el mismo punto. Los dos tenemos una buena educación, no estamos enganchados a nada más que el uno al otro y tenemos dinero para cuidarlos a todos. Nunca hemos tenido problemas con la justicia, no creo que hubiese problemas en adoptar a un par de niños o niñas. Realmente si queremos los tres pequeñajos que habíamos hablado tendríamos que mudarnos. Pero esta es una buena casa- digo mientras Thomas sigue mirando todos los papeles necesarios para enviar- la venderemos y compraremos una enorme con jardín y dos baños. Más unos nuestro propio, podemos trasladar nuestro vestidor y todo lo que tú quieras. Solo... tienes que firmar en la última hoja y hoy mismo mandaré a alguien para que los lleve inmediatamente a donde corresponde y....

Los labios de Thomas me interrumpen dejando caer los papeles al suelo. Me tumba en el sofá dejándome debajo, sonrío acariciando su cadera.

-Me parece todo demasiado perfecto- dice emocionado besando mis labios repetidas veces- demasiado perfecto...

-Entonces... ¿vas a firmar?- pregunto sonriendo.

-Claro que sí, el único motivo por el que todavía no he firmado la bendita hoja es porque quiero comerte a besos hasta cansarme. Sonrío y nos besamos por unos minutos.

-¿Entonces el/la primer/a será niño o niña?- pregunto quitándolo de encima alcanzándole un boli para firmar el papel.

-Niña, de primera quiero una niña. Lista y responsable que tenga el humor de su padre. Quiero que tenga tus ojos y tu nariz. ¡Oh! y tus lunares- sonríe firmando la última hoja.

-Bien. Pues me pido que sea rubia como tú- cojo el móvil abriendo whatsapp- avisaré a Julia para que se lleve los papeles.

-Bien porque la quiero ya en nuestra casa. Dios- me mira horrorizado- hay que empezar hoy mismo a mirar casas.

-Shh... Tommy- acaricia su mejilla- primero de todo. Vamos a subir a la habitación a celebrar que vamos a tener nuestra primera hija y que me haces el marido más feliz del mundo.

Sonríe sentándose en mis piernas sujetándose bien a mi cuerpo.

-Hazme lo que quieras- susurra en mis labios haciendo que me levante de golpe y que se ría mientras subimos las escaleras entre besos y sonrisas.

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