31
Narra Thomas
Llevamos unos 30 minutos en el coche besándonos.
Besos de todo tipo. Desde los que se necesitan, pasando por ''te he echado de menos'', hasta tener la necesidad de sentarme en las piernas de Dylan y evitar que la palanca de cambios nos moleste. DIOS, se sentía tan bien besarlo que ya ni me acordaba.
Sonrío en medio de un beso y Dylan se separa respirando rápido mirándome. Lo miro confundido.
-¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes?- me pregunta con una pequeña sonrisa. ¡Y qué bonita a pesar de ser tan pequeña!
-Por nada, ven aquí, sigamos- lo agarro del cuello y lo pego a mí de nuevo para darle un nuevo beso. De la fuerza parece que se levanta del asiento y yo tiro más de él hacia mí.
Necesito tanto sus besos. Los necesito más que respirar. ¿Quién necesita respirar teniendo los labios de Dylan?
-Tommy, Tommy- se ríe en mis labios y sonrío al sentir su risa justo en mi boca- cómo sigas así tirando de mí hacia tu asiento y me pongo contigo.
No me parece mala idea. Pero no lo digo. Simplemente sonrío y le atraigo de nuevo hacia mí. Nos besamos por unos minutos más hasta que de nuevo se vuelve a separar.
Maldita sea, Dylan, ¿quieres parar de separarte?
-Tommy... No es que no me gusten tus labios ni mucho menos, de hecho, me encantan, pero...- sonrío y me sonrojo- es muy tarde. Son cerca de las 4:30, debes llamar a Ava. Mañana a las 10:00 tenemos que grabar y te recuerdo que a las 21:00 te voy a buscar para lo que haremos hoy. Vayámonos al hotel- me sonríe y ruedo los ojos porque sé que tiene razón pero no quiero separarme de él.
-De acuerdo- resoplo y salgo del coche.
Dylan se pone a mi altura cerrando el coche, una vez está delante de mí lo miro confuso. Él mira para todos lo lados de la calle antes de pegarme a su cadera y besarme lentamente.
Me apoyo en el coche algo sorprendido y no tardo en responder al beso.
-Dylan... Dylan, para- me separo de él viendo que ni hablando se apartaba poniendo una mano en su pecho. Me coloco bien el pelo y la ropa- ¿y si hay alguien? ¿Y si nos estaban haciendo fotos sin que nos diéramos cuenta?
-Miré antes, Tommy. Las calles están desiertas. Y dime, ¿qué paparazzi va a estar a las 4:30 de la mañana en la puerta del hotel esperándonos? A nosotros. No es cómo si fuésemos Johnny Deep y Orlando Bloom- dice sonriendo. Me acaricia la mejilla y apoyo mi brazo en el techo del coche, me tiemblan las piernas de los nervios por si nos ven. Aunque también puede ser porque es la primera vez que me besa en la calle, cómo si no pasara nada y se siente muy bien.
-¿Acaso durante el beso estabas mirando para todos los lados? Que yo recuerde te vi cerrando los ojos.
-También tú- sonríe y me pellizca en la barriga. Sonrío sin poder evitarlo.
-Tómatelo en serio, Dylan, ¿y si nos ven?- le pregunto. Pero antes de poder añadir nada miro sus ojos que tienen un brillo extraño y se acerca a mí lentamente.
-Pues ninguno de los dos tiene novia, así que no estamos haciendo nada malo- susurra mientras se vuelve a acercar a mis labios- pero diremos, si nos pillan, que nos queremos y que no hay nada de malo en ello- está a punto de tocar mis labios, pero giro la cara nervioso mordiéndome el labio- el último, Tommy- lo miro dejando una distancia entre nuestros rostros- por favor.
Suspiro y le doy entrada a Dylan para besarme. Sonríe y cuándo sus labios tocan los míos llevo mis brazos a su cuello. Tira su lengua de la mía y reprimo un gemido, le sigo el juego durante unos segundos para después separarnos.
-Vamos- me agarra de los hombros mirando para la calle y camina medio pegado a mí- y recuerda llamar a Ava.
-Sí, mamá...- resoplo y me río. Lo noto reír y se pone a mi lado. Llegamos a la puerta y me deja entrar primero sujetándome la puerta. Le saco la lengua y le doy un pequeño empujón al pasar.
Solo lo veo sonreír. Me encanta cuándo se parece tanto a Stiles con su sarcasmo y sus bromas. Al no notarlo a mi lado, me giro para ver dónde está.
Lo veo en la puerta mirando por sus bolsillos y me acerco a él.
-¿Qué te falta, Dyl?
Me mira unos segundos abriendo un poco los ojos y me da su móvil y las llaves del coche. Es entonces cuándo me doy cuenta.
-Mierda, en serio, me debió de caer cuándo estábamos en la manta. En el coche no quedaba nada. Mierda, mierda, mierda, joder, Wes me mata. A saber cómo puedo conseguir una nueva llave.
-No pasa nada, hoy duermes conmigo y mañana revisamos el coche. Si no está ahí, hablamos con Wes y le explicamos todo.
Su rostro enrojece rápidamente y me cuesta retener la risa. ¿Se habrá puesto así por decirle que duerma conmigo?
-Eh... no, Tommy. Puedo dormir en el coche tranquilo.
-No seas tonto, pasa para arriba- le agarro del brazo y lo llevo hasta el ascensor.
Sonrío y subimos en silencio. Una vez entramos en la habitación me desvisto y me pongo el pijama. Le envío un mensaje rápido a Ava para que sepa que llegué y que no me moleste. Veo a Dylan en la cama mirando el móvil escribiendo todo el rato.
-¿Qué escribes, Dyl? ¿La biblia? ¿No dormirás con la ropa puesta, no?- pregunto intentando no reírme. En verdad es una pequeña tortura, pero me hace gracia. Mira para mí y traga saliva.
-No, no, claro que no. Estaba esperando a que acabases- me meto en el lado izquierdo de la cama sabiendo que le gusta el derecho. Me sonríe.
-Bueno, ya acabé. Puedes desvestirte- le sonrío.
Pasan unos segundos en los que deja sus cosas en la mesilla junto el cinturón, se sienta en la cama para quitarse los zapatos y se levanta para dejarlos dónde la puerta junto los calcetines.
Ahora que lo pienso, nunca dormimos en mi habitación con la intención de dormir. Es extraño ver cómo de desviste delante de mí cómo si lo hiciera todos los días. Me refiero a que es una bonita vista antes de irme a dormir.
-Oh, es verdad- me levanto para ir al armario, le saco un pantalón y una camiseta- ponte esto mañana. No vas a ir con lo de hoy.
Asiente sin mirarme.
¿No se habrá enfadado, verdad?
Sonrío y me vuelvo a meter en la cama disfrutando del espectáculo de verlo quitándose la camiseta y el pantalón. Al quedar solo en bóxer trago saliva y miro para la puerta de la terraza mientras se acuesta a mi lado.
-Gracias, Thomas.
-¿Gracias por qué?
-Por dejarme dormir aquí. Contigo. No creo que el coche fuese cómodo para dormir.
Oh, entonces no está enfadado, bien. Asiento sonriendo.
-Sirve mejor para otras cosas- sonríe y yo me sonrojo recordando todo lo que hicimos antes y todo lo que pretendía hacer. Miro para él poniéndome de lado. Me atrae a su lado y sonrío.
Acaricio unos segundos su mejilla y lo veo cerrar los ojos. Me acerco a sus labios y los beso suavemente, doy una caricia lenta a su lengua y me separo.
-Buenas noches, Dyl- sonrío.
-Buenas noches- me devuelve la sonrisa.
Me despierto a las 9:30, me levanto y me quito la camiseta del pijama justo cuándo veo a Dylan fumando en la terraza semi desnudo. Solo tiene una toalla. Trago saliva y voy con él.
-¿Tienes uno para mí?- le pregunto sonriendo apoyado en la puerta.
-Claro, sabes que sí- se apoya en la barandilla y se agacha a la pared de atrás a por la cajetilla. No puedo evitar mirarlo de arriba a abajo cuando se irgue- como en los viejos tiempos.
-A veces me gustan más estos tiempos que los otros- me acerco a él y me pongo delante. Se queda callado mirándome y le quito un cigarrillo.
Sonrío y enciende el mechero prendiendo el cigarrillo. Lo guarda en la cajetilla y la tira dónde estaba, mientras doy una calada me agarra de la cadera y me pega a la suya. Me río y le coloco bien la toalla que se le estaba soltando. Noto como se estremece.
Si fuéramos novios me habría pegado aún más, si se pudiese, a él y le habría quitado la toalla para envolvernos a los dos. Doy otra calada pero esta vez más profunda, sintiendo el humo en mi garganta. Pongo el cigarrillo entre mis dedos y envuelvo a Dylan con mis brazos con cuidado de no quemarlo, él hace lo mismo conmigo pero por la cintura.
Nos acercamos para darnos un beso. Solo juntamos nuestros labios por unos segundos y nos separamos. Sonreímos los dos y nos separamos un poco, me apoyo en la pared atrás observándolo. Nos quedamos allí hasta que acabamos con nuestros cigarrillos correspondientes. Tendríamos que decir algo, explicar lo de ayer pero parece que no hace falta. De repente se quita la toalla y la deja apoyada en la barandilla de la terraza.
Lo agarro de la mano y lo atraigo a mí.
-Eres un tramposo- me río.
-Se llama ser previsor- me da otro pequeño beso y entra en la habitación dispuesto a vestirse.
Él muy capullo llevaba por debajo el bóxer. Se estaba acabando de poner la camiseta cuándo entro.
-Oye, Dylan... sobre lo que dije ayer de que no estábamos juntos...
-Lo tengo claro, Thomas. Gracias- pero no fue borde, simplemente sonrió- fue un desliz y ya. Por lo menos tenemos pequeños deslices.
-¡A mí me gustó ese desliz! Y el del coche, todos ellos, cuando llegamos al hotel y el de la calle y el de buenas noches. Y el de ahora también, no me arrepiento, es solo...
Ayer dije eso solo para molestar, después añadí lo de "no nos hemos pedido salir" para que pillase que si me lo pedía le diría que sí.
-A mi también me gustaron, dejemos eso. Ya lo hablaremos, ¿vale?- me sonríe y se acerca la mesilla.
-Espera, ¿te vas a ir?- le pregunto al verlo como deja todo a un lado cogiendo su móvil. Me entra la ansiedad como cuándo me dejara solo después de follar aquel día.
-No. No hasta que estás listo para salir- sigue con esa sonrisa que tanto me gusta.
Me doy cuenta que estoy soltando aire. ¿En qué momento lo retuve? Mis hombros se relajan y una ola de calor inunda mi pecho.
-De acuerdo, tardo 10 minutos- le sonrío, me meto en el baño a ducharme y pongo la ropa en el suelo. Él solo asiente y se tira en la cama.
Cuándo estoy listo bajamos al vestíbulo, faltan Will y Ki para poder marcharnos. Kaya al vernos nos sonríe y mira a Dylan de arriba a abajo.
-Le queda bien tu ropa a Dylan, Tom. Te recomiendo dejársela más- susurra en mi oído riéndose cuándo salimos hacia el set. Me sonrojo y voy con Dylan.
Sonrío viendo a Dylan a mi lado riendo con los demás. Doy un pequeño suspiro y me acomodo en su hombro. Él sonríe mirándome unos segundos, de fondo, escucho a Ki rosmar sobre nosotros. Me río de él mientras atraigo la boca de Dylan a la mía. Total, para los demás nunca rompimos. Podemos besarnos las veces que queramos.
De noche, Dylan viene a buscarme para ir a dónde tenía pensado hoy. Al llegar casi me parece increíble. Me ha traído a una feria, con su orquesta y todo. Lo cojo de la mano feliz y lo llevo entre las atracciones mirándolo todo.
-De acuerdo, de acuerdo. Calma, Tommy. Y ni se te ocurra soltarme, que no es que haya mucha gente pero te puedes perder.
-Que sí, que sí, apura. Lo primero que quiero hacer es ir a por algodón de azúcar.
Solo lo veo sonreír y tiro de él hasta un puesto que está algo apartado.
-¿Me pone uno grande?- sonrío mientras miro como Dylan saca la cartera- ah no, ¿piensas que me lo vas a pagar tú? ¡Qué iluso eres, Dyl!
-Claro que sí. Te invito yo, pago yo- le tiende un par de dólares al señor antes de que pueda hacer nada- gracias- le sonríe mientras se aleja tirando de mí y cogiendo el algodón de azúcar.
Pongo un puchero y Dylan se para a mirarme.
-Ten. Tú algodón de azúcar- me tiende la gran masa rosa que lleva en la mano.
Le sonrío y lo cojo probando un trozo.
-¡Oh dios! Está buenísimo- gimo probando otro trozo- cómo lo echaba de menos.
-¿Ya mí no me vas a dar?- se acerca peligrosamente.
-¡NO!- digo riendo y me escapo corriendo hasta pegarme a una pared detrás de un camión pensando que no me ve.
Pero aparece delante de mí, intento moverme pero solo llego a apartarme del camión. Me agarra y me pega a la pared, se separa mirándome.
-¿No me vas a dar nada, Tommy?- sonríe y de nuevo se acerca a mí. No sé si será de correr, pero se le notan más de lo normal las venas en los brazos, sin decir nada ni apartar la vista de sus brazos, trago saliva. Benditas películas.
-Mmmm... te lo doy a cambio de algo- le digo cuándo está lo suficiente distancia para poder cogerlo de la camisa.
-¿De qué?- alarga la mano para coger un trozo, pero lo aparto poniendo mi brazo cerca de la pared.
-Ah, ah, ah- negué con la cabeza divertido- dije que quería algo a cambio.
-Y yo te pregunté y todavía no me respondiste, Thomas- sonríe. Ahora que estamos a centímetros le susurro.
-¿Qué tal un beso? O mejor- me pongo pensativo- uno por cada trozo que quieras.
-¿Por un millón de besos me lo das todo?- pregunta, noto el doble sentido en su susurro y sonrío.
-Un millón no me llegan, son muy pocos, pero... me siento bueno- moja sus labios poniéndolos en mi cuello- podemos empezar por un millón y luego ir aumentando.
Sonríe y muerde un trocito de mi cuello.
-Vale, vale. Ya lo pillo, Dylan. Tienes hambre- río moviendo mi cuello para que no me muerda más. Cojo un trozo.
-Te toca- le sonrío y lo pongo en mi boca. Al ver su sonrisa ya me encanta haber tenido esa idea.
-De acuerdo- se acerca a mí y me lo quita después de lamer mis labios. Siento que voy a desfallecer cuándo lo hace. Lo mete en su boca y me besa, noto cómo traga el trozo de algodón de azúcar para después meter su lengua en mi boca. Pone sus manos en mis hombros para pegarme más a la pared y pegarse más a mí. Cuido que no le pase nada al algodón de azúcar.
Como otro trozo antes de reírme al ver la cara de Dylan.
-Este no me lo has dejado probar- responde enfadado pero con una sonrisa.
-¿Seguro que no?- beso sus labios y meto mi lengua en su boca buscando la suya. Sonreímos y nos separamos un poco.
Seguimos con las risas y las bromas, cuándo nos acabamos el algodón de azúcar Dylan arremete contra mis labios sin piedad. Suelto un gemido y me agarro a sus hombros. Muerde mi labio inferior haciendo que me arquee.
En ese momento me agarra de los muslos y me levanta enrollando mis piernas en su cadera. Me empotra contra la pared y disfruto del contacto. Jadeo y busco su boca para besarlo de nuevo. Mientras nos besamos pone sus manos en mi culo, yo las tengo en su espalda arañándolo como no hice nunca.
Aprieta mi culo de vez en cuando haciendo que suelte un gemido y me mueva, provocando con esto que nuestros miembros se rocen.
-Dyl- jadeo sintiendo como deja besos húmedos por mi cuello- Dyl- lo llamo, pero no me hace caso y pega un mordisco en mi hombro- cómo no pares vamos a tener que acabar en el baño de algún bar o en algunos arbustos y no... no...
No puedo continuar notando cómo marca un poco más abajo de la clavícula mi piel con un chupón. Entonces para y el gemido que iba a soltar se esfuma.
-Tienes toda la razón, Tommy. Lo siento. Me estaba dejando llevar mucho y no debería.
-No, no. Debes- me río intentando calmar mis nervios- puedes y debes, pero aquí y ahora...
Miro para todas partes por si alguien nos estaba mirando.
-No, tienes razón. Podríamos traumatizar a los niños o algo- ríe y después de darme otro pequeño beso me deja en el suelo- vamos a la orquesta, ¿te parece? Podré sacarte a bailar- sonríe. Recojo el palo del algodón de azúcar del suelo y lo tiro a la papelera de al lado.
Nos damos la mano entrelazando nuestros dedos y vamos por las atracciones mirándolas. La orquesta está justo al final del camino. Llego a una a la que quiero montarme. Dyl me la paga y cuando bajo ya no está.
Miro preocupado a todos los lados hasta que después de dos minutos buscándolo, lo encuentro.
-¿Dónde narices habías ido, garlopo?- le doy un abrazo y cuando quiere liberarse de mi agarre lo aprieto más fuerte.
-Lo siento, Tommy. Creí ver un peluche que te gustaría, pero era demasiado feo- se ríe.
Yo suspiro y después de abrazarlo más fuerte me corresponde y nos soltamos. Afianzo nuestro agarre con los dedos.
-Ni se te ocurra volver a irte.
-Nunca más- me sonríe y tira de mí hacia la orquesta.
Nos paramos a varios metros de la caseta de sonido que tenían a mitad de camino hacia el escenario, se ven a todos los mayores bailar y a los niños jugar en las primeras filas del escenario. Dylan se apoya en el tronco de pie y me acerca a él, rodea mi cintura y nos quedamos abrazados de cara al escenario.
-Toma, tu nota de hoy- sonrío y me tiento en darme la vuelta y mirarle a los ojos pero simplemente la leo.
Querido Tommy,
Lo de ayer fue genial, fue increíble, fue maravilloso, fue estupendo y fue cualquier adjetivo bueno que se te ocurra. No solo reímos, si no que nos sinceramos por fin con todo, ahora que no nos ocultamos nada estoy mucho más feliz de lo que pensaba que estaría. Al despertarme a tu lado como antes y sentir tan reconfortante el hecho de estar contigo fue increíble. Espero que hoy sea igual de genial que ayer, o mejor.
Te quiere
Dylan💜
"Ahora que no nos ocultamos nada". Borro mi sonrisa y noto un nudo mi garganta. Giro la cabeza para atrás y mirarlo pero le veo concentrado en la orquesta.
-Dyl, en cuánto a lo de no ocultarnos nada...- me tapa la boca con la mano y me susurra al oído.
-Shh, hablaremos más tarde de lo que quieras- y hace un gesto con la cabeza para qué mire a los de la orquesta.
-BUENO GENTE, ESPERO QUE OS LO ESTEIS PASANDO BIEN- grita el del micrófono- pero ahora tengo que dar dos pequeños mensajes que nos dejaron antes. El primero es felicitar a Ana que está hoy de cumple, ¡estrena los 21! No sé dónde estás, Ana pero muchas felicidades- empieza a aplaudir y con él todo el mundo- vamos a cantarle el cumpleaños feliz.
El público canta a todo pulmón y Dylan y yo sonreímos y aplaudimos cantando con todos.
-Y el segundo- dice después de unos segundos en silencio- el segundo es una nota de un chico.
Nos quedamos en silencio atentos.
-A T. Brodie de Thomas- comienza el señor y yo me separo rápidamente de Dylan unos metros mirándolo con los ojos muy abiertos.
No puede ser.
-Sé perfectamente que no puedo ser más estúpido. También sé que la he cagado mucho y que he metido la pata hasta el fondo, te he pedido el perdón que no merezco tantas veces como tú me has perdonado. Pero a mí no me llega, no me llega saber que te hice sentir así de mal y que no te recompensé de ninguna forma. Ya sé que parte lo he hecho como has estado viendo estos días, así que, llegó el día de ir a más. Brodie, te quiero como nunca quise a nadie, créeme. A muy pocas personas las pongo delante de ti y por eso mismo quería preguntarte lo mismo que te pregunté hace ya casi un mes. ¿Quieres ser mi novio? Volver a serlo. Y esta vez bien. Sé que discutiremos, sé que muchas veces no nos aguantaremos y que no querremos ni vernos. También sé que nos celaremos sin motivo, que pelearemos por tonterías y que nos arreglaremos fácilmente. Ahora viene lo más duro y quiero estar a tú lado cuándo todo suceda. ¿Qué dices? ¿Aceptas?
El de la orquesta aplaude y le siguen los del público. Yo no paro de mirar a Dylan que me mira con una pequeña sonrisa todavía apoyado en el árbol.
-Bueno, Brodie. No sé dónde estarás pero hacer una declaración así, delante de tanta gente no debe ser fácil. Enhorabuena, Thomas. Tienes mucho valor. Espero que Brodie te diga que sí y esteis juntos siempre.
Me acerco a Dylan lentamente y la gente aplaude. Cuándo estamos delante el uno del otro me doy cuenta que estoy sonriendo y de que seguro llevo así un rato largo.
-¿Entonces, Brodie? ¿Quieres ser mi novio de nuevo?- sonrío y asiento- lo siento, debe ser la vuelta de la música que no te he escuchado.
Niego riendo y me acerco a su oído.
-Claro que quiero ser tu novio otra vez, Dylan O'Brien.
Noto como se estremece y lo agarro de las mejillas para darnos un beso.
Poner vídeo en el minuto 33:30*
Me agarra de la mano y me lleva delante de la orquesta a bailar. Ponen una canción que a los adolescentes se ve que les gusta porque se ponen a gritar todos como locos. Yo me río y Dylan, que está algo serio, me agarra de la mano pegándome a él. Pone una de sus piernas en mi entrepierna rozándome y la otra al otro lado de una pierna también pegada a ésta.
Pega su cadera a la mía y agarra mi cintura. Yo solo pongo mi mano en su hombro y con la otra mano agarra la mía entrelazando nuestros dedos. Las deja un lado cerca de nuestros cuerpos. No hay un solo centímetro de separación entre nosotros. Trago saliva. Se mueve lentamente de lado a lado.
-Dyl... Yo no se bailar esto- le sonrío. Pega su frente a la mía.
-Tranquilo, tú, sígueme- susurra en mi oído para volver a juntas nuestras frentes- dos a la derecha, te paras y dos a la izquierda, te paras y dos pasos hacia mí, de nuevo te paras y dos hacia ti- dice mientras me guía, intento tragar el nudo que tengo en la garganta pero me es imposible- y así de nuevo hasta que acabe la canción.
Acaricia mi mejilla antes de volver a mi cadera para pegarme más a él, noto cómo aguanta la respiración. Estando así no paramos de rozarnos y no sé si aguantaré mucho.
Aprieta un poco mi espalda y seguimos moviéndonos al compás.
-Relájate, Thomas. Solo estamos bailando- sonríe. Para él es fácil, tiene los ojos cerrados y me guía.
Asiento y acerca su boca un poco para besar la mía, sin dejar de movernos lentamente nos besamos. Sonrío y nada más separarnos le doy otro, adoro sentir tantas cosas estando así de cerca de él y besándonos.
-¿Cuándo organizaste lo de la orquesta?- pregunto hablando en su oído, con el volumen de la música es imposible susurrar.
-Cuándo desaparecí mientras te montabas en aquella atracción. Era el momento justo para dejar la nota al cantante, sabía que lo hacían porque ya vi en otras orquestas que lo hacían.
-Te odio- reí en sus labios. De repente me coge me da una vuelta y nos ponemos en la misma posición de antes para seguir la canción.
-Me quieres- sonríe antes de besarme.
-Más bien- sonrío yo también y volver a juntar mis labios con los suyos.
Para nuestros pasos para solo balancearnos, hace que bajemos casi hasta el suelo. Subimos y al estar en una posición normal se separa algo de mí y junta nuestras caderas con fuerza volviéndonos a pegar cómo para que no pase el aire. Con esto me muerdo el labio, en esa misma posición nos movemos un poco el uno contra el otro. Volvemos de nuevo a los pasos de antes.
Seguimos bailando lento con algunos besos y caricias, los últimos segundos solo nos balanceamos lentamente el uno contra el otro. Al acabar la canción nos separamos y me coloco bien el pantalón para disimular. Joder con el bailecito...
-Vamos a casa, anda. Esta música no es la nuestra- reímos los dos y salimos de la orquesta de la mano.
-Si parecía ser la tuya tal y cómo me guiabas- me sonrojo. Estuvimos notando la erección del otro todo el baile. Aún encima era notable. Es, notable.
-Lo vi hacer en un vídeo pero nunca lo bailé. Ha sido genial tener mi primera vez contigo- lo último me lo susurró al oído y puso toda mi piel de gallina.
Sonrío un poco aumentando el calor de mis mejillas y lo empujo de mí. Se coloca al lado y me vuelve a dar la mano.
-¿Hoy te quedas conmigo también, no?- pregunto en el coche abriendo la ventanilla.
-Pero si ya tengo una nueva tarjeta, Tommy- se ríe.
-Da igual. Duerme conmigo, Dyl- pongo una de mis manos en la suyas en el volante.
-De acuerdo, de acuerdo. No me mires con esa cara de perrito si no quieres que te la bese.
-Solo un poco- le sonrío.
-Ah pues eso solo tienes que pedirlo- sonríe divertido.
-¿Tendría que decirlo?- pregunto siguiéndole el juego.
-Claro, mira es muy fácil: Hola novio, hola novio, ¿puedes besarme la cara? Claro, mi amor- doy una carcajada y miro para la ventanilla.
-Ah bueno, si es decir eso sí.
-Dilo.
-¿El qué?
-Lo de mi novio me llega- dice sonriendo.
-¿El qué? ¿Que eres mi novio?
Cierra los ojos sonriendo.
-Acabas de hacer a tu novio muy feliz- me río y niego con la cabeza- por si no fuera poco lo feliz que me haces día a día.
Me acerco a él y le doy un beso sonoro y largo en la mejilla. Sonrío y me siento bien en el coche.
Se sonroja y me río de él.
"MI NOVIO" juraría que hasta suena mejor que la primera vez.
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