28
Narra Dylan
Me levanto de buen humor. Estoy soltero y dispuesto a conseguir que Thomas vuelva a confiar en mí y se deje querer.
Voy al baño silbando mientras me quito la camiseta y el pantalón para ducharme.
Al salir, me visto. Y con la música puesta, decido escribirle una nota a Thomas. Hoy empiezan mis planes y viene Julia. Han pasado ya un par de días desde las rosas y es momento de empezar con todo.
Estoy seguro que Thomas no espera que haga nada, lo cual es ridículo. ¿Cómo no haría nada por volver con mi novio? Más cuándo parte de la culpa ha sido mía... Más que una parte, más bien.
Pero mejor para mí, así no se esperará nada que planee.
Voy hasta su habitación para dejarle la nota por debajo de la puerta.
Muy buenos días, Tommy, ¿que tal has dormido? Espero que bien y si has dormido mal... ¿Por qué es? ¿Lo sabes? Podríamos ir al médico y que te aconseje.
Vale, lo siento. He parecido un marido preocupado por llevar a su mujer al médico por su embarazo. Aunque no me disgusta tanto la idea...
¡Ten una buena mañana! Nos vemos para grabar, ya sabes. Me he levantado temprano para ir a una tienda a por las cosas de la comida, me dijeron que hay una tienda de comida que abre a las 4... ¡¡A las 4!! Aunque me viene bien, ya que entramos a grabar a las 6. Tengo dos horas y media para ir, comprar todo y volver.
Lo siento, me he enrollado mucho contándote mis cosas, es la costumbre.
Te quiere,
Dylan💜
Una vez dejada la nota bajo la puerta miro el móvil. Cuatro menos veinte de la madrugada, debo apurarme porque hay que comprar muchas cosas y esa tienda es como un mini centro comercial, pero son dos plantas nada más y siendo una única tienda.
Al llegar al vestíbulo, veo a una morena resplandeciente y sonriendo con unas gafas de sol.
-¡JULIA!
Corro hacia ella y la abrazo.
-Dylan ¡Cómo te he echado de menos! ¿Qué tal está mi hermanito pequeño?
-Dios, Julia. Yo también eché de menos. Hoy estoy bien, no sé, me he levantado de buenas, pero ayer estuve tan mal... Llevo varios días mal.
-¿Por lo de Thomas?- me pregunta mientras se pone las gafas en la cabeza.
-Sí- asiento y le miro confundido- oye, Julia, ¿por qué llevas gafas si todavía no ha amanecido?
-Se me olvidó la funda en casa y no podía guardarlas así en el bolso- se encoge se hombros como si fuera obvio.
Me río y la abrazo.
-Solucionaremos lo de Thomas, tranquilo. Somos O'Brien, no te olvides- me consuela.
Sonríe y me acaricia el pelo.
-Y juntos podremos con todo- sonrío mirándola con orgullo- oye, ¿me acompañas a una tienda de aquí al lado? Así te cuento el plan que tengo para Thomas y me ayudas.
Asiente enérgicamente y va a recepción a que le suban las maletas. Se queda 5 días y se trae dos maletas más el bolso y una mochila.
(...)
Narra Thomas
Me despierto algo deprimido. Voy al baño a lavarme la cara y a vestirme. Ya me ducharé antes irme a dormir.
Me visto con lentitud cuando miro hacia la puerta y veo un papel doblado a la mitad.
Me froto los ojos y me levanto a por la nota. Suspirando, me siento en la cama. Hoy no estoy para grabar, debería meterme en cama y no hacer nada.
Leyendo la nota me voy despejando y la acabo con la boca abierta. Carraspeo un poco y la vuelvo a leer ya más despierto.
Noto cómo me va saliendo una sonrisita tonta al leerlo todo. Y la releo otras tres veces.
Bueno, Dylan... Lo estás haciendo bastante bien si piensas que podremos volver a ser una pareja.
Lo que le dije a Dylan es verdad. Ya no nos veo saliendo juntos. No creo que nunca me llegue a querer como yo lo quiero y se merece a alguien como Britt, no como yo. ¿Después de todo lo que nos ha pasado de verdad piensa que seguiremos juntos? No creo que seamos tan fuertes.
Sin embargo... Miro para las flores, que ya están en dos jarrones. Miro para las notas que están al lado de cada una y miro para la nueva que pienso dejarla justo encima.
Hay un especie de escritorio al lado de la puerta donde tengo todo eso.
Para volver juntos va a tener que convencerme que vale la pena... Pero pienso darle unas muy buenas gracias por la nota.
(...)
Narra Dylan
Voy a girar hacia el ascensor cuando choco contra alguien echándome unos pasos hacia atrás. Es entonces cuando veo que es Thomas con quién choqué y que no fue un choque, es un abrazo.
Reaccionando después de un rato al agachar mi cabeza. Veo la suya enterrada en mi pecho, me sonrojo y pongo mis brazos alrededor de su cuello masajeándole la cabeza con mis dedos entre su pelo.
Me sonrojo sobretodo porque debe estar escuchando mi corazón latir desbocado y, por si no fuera poco, tengo que hacer fuerza para mantenerme en pie del tembleque que tengo por tenerlo cerca.
Sonrío mientras cierro mi agarre y le escucho suspirar. Nos separamos pero dejando nuestros rostros a milímetros. Thomas sube su cabeza para quedar a mi altura.
Siento su aliento e intento no mirarle a los labios ni a lo ojos, así que opto por cerrarlos y disfrutar de su cercanía.
Hacía tanto que no estábamos así de cerca... Bajo mis brazos a su cadera y empiezo a hacer círculo con mis dedos en su espalda, por encima de la camiseta.
-Solo quería darte las gracias- se separa de mí suspirando.
Yo jadeo un poco.
-Con gracias así puedes agradecerme tanto como quieras, Tommy.
Sonrío intentando calmar mi corazón y un poco mi respiración.
Da un pequeño empujón en mi hombro.
-No te creas, O'Brien. Esto no cambia nada. Solo quería darte las gracias, sigo pensando lo mismo que ayer.
-Pero, ¿por qué piensas que no podríamos volver? ¿De verdad piensas que no te quiero? ¿O es que no me quieres?- pregunto lo último con miedo.
-No creo que me quieras tanto como yo a ti y no pienso que podríamos volver a estar juntos. ¿Cómo sabes que aguantaremos todo lo que nos venga? ¿De verdad somos tan fuertes?
-¿Sabes qué, Thomas? Creo que dices que me quieres porque te has acostumbrado a decirlo, pero tienes que volver a sentirlo. Yo no he dejado de alterarme cuando estás cerca. ¡Y sí! Es obvio que pienso que podremos con todo, porque no quiero separarme de ti y no pienso dejar que nadie ni nada lo haga.
Lo dejo sin habla justo cuando nos llama Wes y me voy junto él.
Hoy va a ser un día largo que espero que valga la pena porque todo está en manos de Julia. Y yo mismo me voy a encargar de que Thomas vuelva a sentir que me quiere.
Pasamos todo el día grabando para volver a las nueve de la noche al hotel. Cuando todos estábamos entrando en el vestíbulo todos se separan. Veo a Julia de pie con unos papeles y el teléfono en la mano. La miro y me sonríe levantando el dedo. Solo quedamos los protagonistas allí cuando noto que Thomas se va hacia la puerta.
Pero le agarro de la mano y lo paro. Me mira sorprendido, hago fuerza y lo acerco un poco a mí.
-Tenemos una cena pendiente pero como no estamos juntos he pensado que sería menos incómodo si vamos con todos. Julia se ha estado encargando de organizar todo. Solo tenemos que ir a dónde nos diga y disfrutar de la cena- le suelto la mano al verlo algo paralizado.
-No estoy vestido, ni duchado para ir a ningún sitio Dylan. Tendré que subir a cambiarme- se cruza de brazos.
-Tommy, venga- le suplico y me mira con algo de pena- creo que Julia habrá tenido eso en cuenta y no hará falta nada. Además, tú estás guapo te pongas como te pongas.
Lo miro y veo como resopla. Va junto Will sin dirigirme la palabra siquiera.
Will me mira viendo que Thomas acaba de escapar de mí y me mira confuso. Yo solo lo miro suspirando y se ponen a hablar.
-Bueno, Julia, ¿qué tienes pensado?- le pregunta Ki sonriendo. Ahora Thomas está con Kaya tomados del brazo.
Pero bueno, Kaya es Kaya.
-Vamos a comer fuera, al aire libre. Hay un descampado limpio cerca de aquí dónde he organizado todo. En 10 minutos, que es lo que tardamos en llegar, tendremos la comida en el plato así que venga, ya estamos saliendo.
Todos van hacia la salida menos Thomas que se queda porque Julia lo llama. Yo los miro con algo de miedo y al pasar escucho a Julia.
-Siempre serás mi cuñado favorito, Thomas.
Sonrío automáticamente. No sé qué demonios hice para merecer una hermana mayor tan buena como la que tengo.
Justo cuando salgo y me junto con los demás, veo a Thomas detrás de Julia, que nos sonríe diciéndonos que caminemos recto. Los dejo a todos pasar primero para quedarme a solas con Thomas.
-¿Esto forma parte de tu plan, Dylan?- pregunta después de cinco largos minutos yendo juntos en silencio.
-Sí- sonrío levemente- pero no te engañes, Thomas. Tengo más cosas pensadas, sobretodo más escapadas como estas.
-¿Quién te dice a ti que aceptaré?- lo miro y veo que aprieta los labios tratando de reprimir una sonrisa.
-Oh- me río levemente de su actitud- un pajarito.
Sonrío y le doy un par de codazos en el brazo. Se separa de mí sonriendo.
-¿Sabes que vamos a cenar?- pregunta después de otro pequeño rato en silencio.
Son silencios cómodos de todas formas, sé que está pensando en todo esto.
-No, estoy tan a ciegas como tú. Se me ocurrió la cena y compré algunas cosas pero todo lo demás lo dejé en manos de Julia. Después de darle una idea general ella se encargó de todo. Tengo que estar 100% concentrado para grabar y últimamente me cuesta.
Asiente.
-A mí también.
Nuevamente el silencio se apodera de la situación. Miro de reojo su pelo desordenado por trabajar durante todo el día. Sus labios están algo resecos, seguro que no queda mucho para que pase su lengua para mojarlos. Miro la forma de su nariz y sus pequeños mofletes algo rosados. Y sí, ahí está, se moja un poco los labios y vuelve a la posición de antes cruzando los brazos.
Sonrío inconscientemente hasta que gira su cabeza hacia mí y observo sus ojos chocolate directamente. En ese momento, ensancho mi sonrisa.
-¿Tengo algo en la cara?- pregunta con una media sonrisa.
-La misma belleza de siempre- contestó simplemente con una pequeña sonrisa.
Veo que se pone rojo y me río de él. Escucho las exclamaciones de los demás. Miro a mi alrededor y veo como Julia se lo ha currado de verdad.
Hay una mesa para los nueve. Sillas negras con un buen respaldo. Mantel blanco con sus cubiertos para cada uno y toda la comida tapada encima de la mesa. Numerosos farolillos rodean la mesa con cables que van hasta un árbol, desde dónde se ve el agua, dónde hay más de estos farolillos. A una buena distancia del árbol, hay una hoguera y nueve hamacas. Debajo de cada una hay una manta.
Lo cojo de la mano y arrastro a Thomas a la mesa para que se siente a mi lado.
Sonriendo, todos nos sentamos a la mesa mientras halagamos a Julia por todo su trabajo. Empezamos a destapar la comida y a engullirla. Después de un día de trabajo lo mejor es una buena comida y descansar. Y viendo que hay un pequeño plato de nuggets, veo que Julia ha pensado en todo.
Al acabar, todos estábamos a reventar. Nos quedamos un rato en la silla haciendo bromas y hablando. La cena ha ido de lujo y hasta Thomas se ha reído de algunas de mis bromas.
-Todo está genial, Julia. Y la comida riquísima- dijo Thomas recostándose en su silla sonriendo- no comía tan bien desde hace varios días ya...
Lo miro algo preocupado.
-Es verdad, Tommy. Ven- me levanto y le tiendo la mano.
La toma sin pensarlo y cuando abre los ojos nos quedamos estáticos mirándonos a los ojos. Termina por levantarse y acompañarme.
Voy al árbol y nos apoyamos mirando al agua. Desde aquí se ven tan bien las estrellas...
-Esto es precioso- digo al final de un rato en silencio.
-Dylan, yo...
Lo interrumpo poniendo un dedo en sus labios. Se queda con la boca abierta mirándome y me pongo entre sus piernas delante de él. Noto como traga saliva y pongo una de mis manos en su pecho.
Sonrío al ver que que sus latidos van muy rápido.
-No tienes que decir nada, Tommy. Yo le pedí a Julia que hiciese esto porque quiero que vuelvas a quererme y porque de alguna manera tengo que recompensarte todo lo que he hecho.
-Escucha, Dylan... lo de las flores, las tarjetas, las disculpas, todo lo que tengas pensado...
-No quiero que me digas que no lo haga. Porque no te voy a hacer caso, Thomas. Hasta que logre que volvemos a estar juntos no voy a parar.
Veo como sonríe levemente y me mira directo a los ojos. Nos miramos durante unos segundos fijamente dándome cuenta de que me estoy acercando cada vez un poco más y que Thomas tiene ese pequeño brillo en los ojos chocolate que tanto me gustan.
Justo nos llama Kaya para que no sentemos con ellos en las hamacas. Miro para dónde están y sonrío. Miro de nuevo a Thomas. Que después de mirar para ellos, vuelve a mirar para mí y mira para nuestra distancia. Suspira y sonríe un poco.
¿Será que se estaba dejando?
Le ofrezco mi mano que acepta con esa misma sonrisa y vamos juntos hasta las hamacas donde nos han dejado dos. Una al lado la una de la otra.
Y esto se empieza a parecer un poco a las primeras hogueras que hicimos en la primera película.
Al igual que en la primera, miro a Thomas sonriendo. Quién se está riendo de las tonterías de Ki.
Me doy cuenta el sentimiento de ilusión que tengo dentro como de aquellas primeras hogueras no ha cambiado nada.
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