Parte unica
Adrien sentía que el aire le costaba llegar a sus pulmones. Y aunque Plagg asustado trataba de ayudarlo a recobrar la calma, parecía inútil.
El chico se estaba poniendo cada vez más rojo, mientras se rascaba la garganta como si buscara que el aire pasara de alguna forma.
—Vamos, di mi nombre —le suplicó el Kwami—. Adrien, por favor, perdóname, no debí decir eso...
Entonces, Adrien lo miró con los ojos llenos de lágrimas y la boca abierta, con ambas manos en su cuello, Plagg se puso de tras de él y empezó a golpearlo. Cuando finalmente Adrien respiró profundamente, cayó al suelo.
—Adrien...
—Plagg —dijo con mucha dificultad, sentía la boca seca, pero ahora solo quería escapar de ahí—, transfórmame.
Cuando el traje de Chat Noir lo cubrió por completo, tomó su vara para escapar de su habitación, solo quería correr y que el viento de la tarde le pegara en la cara hasta que estuviera lo suficiente agotado para no pensar en nada más.
Pero su carrera desenfrenada se vio truncada cuando el hilo del yoyo de Ladybug lo detuvo.
«No, ella no» se lamentó tratando de soltarse del hilo, pero la superheroina por algún motivo hoy le ganaba en fuerza.
—¿Chaton? ¿Qué pasa? —le evitó la mirada, no quería verla, no ahora, quizás mejor nunca.
—Nada, Ladybug, ¿me sueltas?
Ella apretó los labios y buscó la mirada esquiva de su compañero.
—¿Qué hablamos de contarnos todo? —le recordó y Chat Noir bajó los hombros cansado y derrotado. Preso de la promesa que le hizo hacer a su compañera cuando descubrieron sus identidades secretas.
—Suéltame —le dijo—, te contaré.
Desconfiada, Ladybug lo soltó, haciendo que Chat Noir cayera, apretando los puños contra el techo en el que estaban.
—¿Kitty? —se agachó hacia él, apoyando su mano en la espalda del héroe—. ¿Qué paso?
—Mi padre, eso pasó —le respondió—. No me había dado cuenta de que está jugando conmigo hasta que Plagg lo mencionó y todo tuvo tanto sentido que me dio una crisis, necesitaba escapar.
Ladybug observó hacia todos lados, lanzó su yoyo y tomó a su compañero, llevándolo hacia la terraza del Montparnasse, si se sentía ahogado, un lugar bien alto era lo ideal. Sobre todo, que no era concurrido a esa hora del día.
—¿Qué hizo tu padre ahora? —le preguntó. Chat Noir la miró apretando los labios, cerró sus ojos y apoyó su frente en el hombro de la superheroina.
—Me ha pedido que lo llamé "Papá" —cuando Ladybug iba a comenzar a decir algo, él continuó—. Antes era así, ¿sabes? Él era muy cercano conmigo, siempre lo llama papá, pero cuando levantó la barrera entre nosotros por lo que le pasó a mi mamá, me pidió que lo llamara Padre.
—Pero...
—Ahora, me pidió que lo vuelva a llamar "papá" pero cada vez que se enoja me pide que vuelva a decirle "padre" pensé que fue solo esa vez, cuando pasó lo del plan de Nino, pero ha estado pasando más de la cuenta. Y Plagg me lo dijo. "Tu padre está jugando emocionalmente contigo" No quería creerlo, ¡Es mi papá! Está siendo el padre que perdí junto a mi madre, pero me puse a pensar en sus otras frases... Es como si esperara que le dijera "Odio el Alliance, quiero volver a ser modelo para que los quites del mercado"
—¿Es broma?
—Ojalá no —dijo, mirándola—. Me ha dicho que solo tengo que decirle si me molesta y volverá todo a como era antes. Es decir, yo modelando.
—Pero...
—Lo sé, Plagg me dijo que sentía que estaba jugando conmigo para conseguir que volviera a modelar, que me dio libertad hasta ver a donde aguantaba con todos los Alliance siguiéndome afectando aun más que cuando era modelo.
—Adrien —susurró, envolviéndolo con sus brazos.
—¿Por qué me quieres, Marinette? —le preguntó sin responderle el abrazo—. ¿Qué ves de bueno en mí? —Ladybug miró a su compañero sintiéndose aturdida— No sabes que decir, ¿eh? —comentó amargamente, quitándose los brazos de la chica de encima.
—Ni siquiera me diste tiempo para hablar —protestó Ladybug poniéndose de pie—. Ni te muevas —le advirtió antes de lanzar su yoyo y salir de ahí.
Chat Noir suspiró y dejó caer su cabeza.
...
Marinette entró a su habitación hirviendo de la rabia, que hasta Tikki tuvo que pedirle que se tranquilizara. Aspiró profundamente y se relajó. Su Kwami tenía razón, lo que menos necesitaba Adrien ahora es enfrentarse a ella akumatizada tratando de destrozar a su padre.
Volvió a respirar profundamente y le pasó un macarrón para que comiera mientras buscaba el objeto buscado. Sonrió cuando lo encontró. Era un pequeño cuaderno negro que tenía un cierre al igual que la protección de su diario. Con eso en su mano, esperó que Tikki terminara de comer para volver con Chat Noir.
Para su suerte, el superhéroe no se había ido. Estaba ahí tan cabizbajo que todo su ser se sintió impotente. Casi podía ver los pensamientos nocivos en la cabeza del chico mientras veía la nada bajo sus pies.
—¡Hey! —lo llamó, haciendo que volviera— Gracias por esperar —se sentó a su lado y le entregó el cuaderno negro que traía con ella.
—¿Qué es esto?
—Las razones por las que te quiero —le dijo, volviendo a ofrecerle el cuaderno para que lo tomé.
Chat Noir lo tomó y observó que no se podía abrir. Pero antes de que dijera algo, Ladybug extendió una pequeña foto de ellos dos sobre el libro que hizo que se abriera.
—¿Quién sospecharía que una foto nuestra es una llave? —dijo divertida, y finalmente pudo ver una sonrisa en su compañero.
Con el libro abierto, Chat Noir empezó a pasar las hojas, podía ver frases y situaciones que ambos habían vivido, recordándole lo importante que había sido en cada una de esas batallas.
—Era un regalo que iba a hacerte por nuestro aniversario como héroes —ella le explicó, mientras él seguía revisando la información de ahí dentro—, cuando descubrimos nuestras identidades, empecé a agregarle razones de amar a Adrien, también, aun no hay muchas, pero creo que puedes leerlas —le contó. Haciendo que dejara de pasar por las hojas de borde negro y fuera a las de borde verde. Chat Noir sintió que sus ojos le picaban producto de las lágrimas que se le formaron al ver la caratula de esa parte.
"Razones por las que amo a Adrien Agreste"
Dio vuelta la pagina y no pudo evitar reírse por lo que se encontró.
Razón N°1: Es que es demasiado guapo para mi propia salud mental: Solo basta mirar lo hermoso que luce en esta foto que se ha sacado junto a mí. ¡La perfección remarcada en una polaroid"
Pero, lo más chistoso era que si bien él podía pensar que era una razón muy banal, el hecho era que aquella razón estaba acompañada de la foto más random que ambos se habían sacado haciendo muecas muy extrañas y llevando pelucas de colores neón.
Razón N°2: Puedo ser todo lo extraña que quiera y él aun es capaz de mirarme con ojitos de amor.
Aquella razón estaba acompañada de una foto donde Marinette estaba nerviosa explicando un asunto a unos estudiantes de años más avanzados y Adrien solo la miraba con todo el amor que solo él podía emitir.
Razón N°3: Es mi mayor fan. ¿Puedes creer que este chico talentosísimo es mi mayor fan? ¡Él ama mi trabajo! ¡Él cree en mi cuando ni yo misma me la creo! ¡Él puede tomarme del pozo más profundo y sacarme a flote!
Chat Noir apretó los labios cuando reconoció la letra de los papeles que adornaban esa hoja. Eran copias de los post-it que le dejaba a Marinette cuando ella estaba atareada en un proyecto, algunos incluso eran de antes de que ambos fueran pareja. Ella realmente había guardado todo.
Razón N°4: Adrien Agreste, el ángel de París, el chico más tierno, dulce y empático que conozco me ha elegido a mí. ¿Qué más puedo pedir?
Aquella hoja había muchos recortes de revistas y diarios donde alababan a su chico.
Razón N°5: Mi favorita: Adrien es ese chico maravilloso que me apoya, que es sensible y fiel. Ese chico que con sus abrazos puede volverme a parar. Ese chico que siempre está para mí, que nunca me ha dejado sola a pesar de todas mis fallas.
.
Ladybug observaba como Chat Noir luchaba contra las lágrimas cuando llegó a esa última hoja.
—A veces podemos equivocarnos, podemos ver todo oscuro, pero siempre estaremos ahí para el otro —le recordó—. Te quiero —le dijo—. Estoy enamorada de ti, de quien eres conmigo, de quien te estás convirtiendo. Te amo por estar siempre para mí, aun cuando a veces no lo merezca.
—Ladybug —dijo el chico, dejando el cuaderno a un lado para abrazarla con fuerza—, lo siento...
—No hay problema —dijo, acomodándose contra el hombro de su pareja—. Solo guarda ese diario, cuando te sientas agotado revísalo, así recuerdas que hay alguien que está loca por mí.
Chat Noir se separó de ella riéndose.
—Y yo estoy loco por ti.
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