Capítulo siete
—Entonces, me estás diciendo que hay un perro moribundo en la casa de tu vecino y ¿planeas volver a entrar para cuidarlo?—. Jimin frunció el ceño e hizo una mueca— Deberías ignorarlo o diles a tus padres. Tu madre puede hacer algo ¿no? Con todo ese asunto de ser abogada y eso.
—Jimin, si les digo ellos sabrán que entré a una casa ilegalmente y de verdad no quiero pensar en sus reacciones ni mucho menos el posible castigo que querrán darme—. Suspiró y se sentó en el pequeño mueble que había en la habitación de su amigo.
—Bueno, el castigo es lo de menos, incluso es mejor que arriesgarte a qué el dueño de la casa te encuentre. Además ¿En qué momento entrarías? Si dices que tienes que ir a tu patio trasero para saltarte la barda y llegar a la ventana del sótano. Hacer todo eso no sería de lo más sigiloso.
Taehyung odió darle la razón a Jimin en ese momento pero no iba a desistir de su decisión, estaba seguro de querer ayudar a ese pobre perro de cualquier manera.
—Voy a hacerlo, Jimin. Tengo un plan, al parecer el dueño de la casa vive solo, Jisung y su hermano me dijeron que es un hombre soltero y sin hijos, supongo que ser tan inhumano ha alejado a las personas cómo para querer formar una familia. Me dijeron también que se aparece por la mañana y cómo yo no estoy a esas horas por mis clases jamás podré coincidir con él. Ni mis padres pueden dar con él.
—Al grano, Tae. ¿Qué planeas? ¿Qué me quieres decir con esto?—. Cruzó sus brazos sintiéndose ansioso por la respuesta de su amigo.
—El caso es que las únicas horas en las que él está es en la mañana, y por obvias razones sé que por las noches nunca aparece. Puedo escabullirme por el balcón de mi habitación y llegar desde ahí fácilmente a mi objetivo—. Explicó viendo cómo a Jimin se le deformaba la cara con una mueca haciéndolo suspirar— Supongo que entendiste.
—Me ha quedado completamente claro, lo que no entiendo es porqué te arriesgarías tanto por un perro que posiblemente muera en cualquier momento—. Y ahí iba el negativismo del chico.
—Jimin, no podría soportar saber que pude hacer algo y no lo hice.
Iba a invadir una casa ajena con la idea de salvar a un animal tan bonito cómo lo era aquel perro de raza doberman, definitivamente era razón suficiente para arriesgarse, tenía la seguridad por fin de hacer algo para arreglar la situación sólo... bueno, quizás no tan sólo.
—Quisiera que me ayudes por favor—. Lo miró haciendo ojitos.
—No me acercaré a un perro jamás, Taehyung. No sabes las enfermedades que puede traer encima con el estado en el que me dijiste que se encuentra. Además sabes que no le tengo confianza a estar cerca de uno—. Jimin apuntó mirándolo con reproche.
—Este perro no te hizo nada, Minie, te he dicho que no todos son iguales. Deberías dejar tus traumas de infancia, hazlo por mi, te prometo que no te hará nada—. Por primera vez estaba intentando usar todos sus encantos de convencimiento.
—No, un perro y yo no podemos estar cerca, es nuestra naturaleza y-...—Se cortó abruptamente cómo dándose cuenta de algo— Es decir... ya sabes, ¡Tú no tienes un trauma con los perros! Ellos no te han seguido para querer comerte vivo cómo conmigo cuando era un niño—. Se quejó.
—Eso pasó hace años, además en su estado no podrá ni ladrarte.
Jimin suspiró rendido mirándolo fijamente, apretó sus labios para después hablar:
—Será un favor que te cobraré en grande.
Taehyung brincó satisfecho y abrazó a su querido amigo, era hora de avanzar si quería salvar y cuidar al animal enjaulado en la casa del vecino.
.
.
.
—Amor, ¿Quieres ir al cine mañana?—. Eunji lo abrazó por la cintura mientras él preparaba huevos revueltos en la cocina.
—Lo siento, mi niña, mañana debo reunirme con mis compañeros. Hemos quedado en hacer el trabajo de ciencias juntos—. Hizo una mueca. Apagó la estufa y dándose la vuelta sonrió un poquito— ¿Qué tal el miércoles?
—Debo terminar el trabajo de español con Hyuna—. Hizo un puchero y bajó sus hombros con desánimo.
Hyuna era esa chica que había llegado siendo nueva y que no se despegó de su novia nunca más, Eunji se quejaba de vez en cuando.
—El fin de semana podemos salir—. Sugirió despeinando un poco los cabellos suaves de ella.
—¡Si! Mejor, tendríamos más tiempo. Extraño verte todos los días en la hora de receso.
Taehyung sonrió y tras eso se dispuso a servir lo que había preparado para ambos, estaban en casa de la chica puesto que los padres de ésta se encontraban fuera por temas de trabajo, el chico no estaba tan seguro pero no preguntó mucho.
.
.
.
El pelinegro sostuvo una barra de jabón para ponerla en una mochila pequeña dónde tenía algunos contenedores con comida, era martes en la noche aún, recién volvía de la casa de los mellizos dónde se la pasó demasiado bien. Aunque al principio su padre dudó en dejarlo ir tuvo que aceptar porque estaba demasiado ocupado en algunos asuntos de trabajo.
Taehyung se preguntaba si ser director era mucha responsabilidad pero al ser un colegio de niños ricos cómo lo era el High School Chosun suponía que su padre se estaba esforzando mucho, tanto que en ese momento no se encontraba en casa.
Su hermana debía hacer un trabajo para la universidad y pidió permiso de dormir con una amiga, de ahí iría a clases al día siguiente. Su madre estaba en la sala pero seguro ya se iría a su despacho a seguir con su trabajo en el caso misterioso del que estaba a cargo, Taehyung no se entrometia en los asuntos profesionales de sus progenitores.
Cerró la puerta con el seguro y repitió todo lo que el sábado había hecho. Era casi media noche, solo faltaban diez minutos. Al poder llegar a la sala pudo ver algunas cajas puestas cerca de la entrada las cuales no estaban la primera vez que entró.
No escuchaba los lloriqueos esa noche así que estaba preocupado. Cuando llegó al lugar vió al perro, estaba ahí con la respiración pausada, entonces cayó en cuenta de que se encontraba dormido, seguía en las mismas condiciones de las que vió el sábado.
Encendió la luz y aquello hizo que las cadenas sonaran repentinamente, el perro dió un respingo despertando velozmente, sus ojos se encontraron y una vez más vislumbró el dolor y miedo en ellos.
—Hola...—. No sabía qué decir para que el animal no se altera, esperaba que al menos empezara a chillar cómo la última vez pero en vez solo lo observaba encogiéndose en su lugar apoyado en sus patas delanteras— No quiero herirte, simplemente deseo ayudarte—. Se acercó lentamente con cuidado de no tocar nada o sacar algo de su lugar que lo dejara en evidencia.
Taehyung se puso de cuclillas y sonrió de forma tranquilizadora, necesito transmitirle confianza.
—Soy Taehyung, vivo al lado... Acabo de mudarme y...—. Se detuvo, realmente no sabía cómo proceder pero tenía que ser rápido para poder irse antes que alguien lo descubra— ¿Tienes hambre? Mira, te traje esto, mi madre lo preparó para la cena, también compré comida especialmente para perros.
De su mochila sacó la comida que tenía guardada, abrió los contenedores y los empujó por el suelo hasta chocarlos con las rejas de la jaula, pero se dió cuenta de algo, la abertura de los barrotes era más angostas de lo que creyó así que era difícil que el animal pudiese comer.
Con un suspiro se acercó más aún estando de cuclillas.
—Te lo daré con la mano ¿No me muerdas, bien?—. Apretó sus labios nervioso.
Empezó por el arroz, agarró un pequeño bollo y lo acercó, el doberman seguí en un rincón pero su naricita empezó a olfatear el delicioso olor.
—No tengas miedo, te juro que no es nada malo, debes comer.
El perro miró inseguro por muchos segundos y entonces lentamente se levantó por completo para caminar algo cojo hasta la mano de Taehyung, volvió a olfatear y con sigilo abrió la boca para sostener el arroz.
El chico soltó el aire que había retenido y repitió la acción con todas las porciones de comida, incluso con las croquetas.
—También traje agua pero no sé si puedas beberla así...
Agarró la botella que sacó de su mochila y la destapó, la alzó un poco más arriba apoyando el pico lo más que pudo en la jaula. El perro levantó la cabeza levemente y Taehyung inclinó el envase haciendo que el can pudiese dar lenguatazos mientras bebía por el pequeño agujero de dónde salía el agua.
—Buen chico, buen chico, eso es—. No pudo evitar sentirse feliz, quería acariciarlo pero no podía, no aún porque lo asustaría.
Minutos después de haber tenido todo dentro de la mochila sacó el jabón que también llevó, la otra noche había dado con las llaves del candado de la ventana, lo supo porque había probado con ellas para abrirla, así que tenía la idea de sacarle una copia. Sostuve la llave y la presionó fuertemente contra el jabón dejando una huella clara en él, luego de hacerlo limpió la llave y la.puso en su lugar.
—Volveré pronto, quiero rescatarte—. Sonrió observándolo.
El perro aún con miedo en los ojos sintió un leve alivio, no sabía de donde había salido aquel chico de bonita sonrisa ¿Acaso era un ángel? Si alguien cómo él existía entonces los ángeles también lo hacían, estaba viendo uno en ese momento, había ido a darle de comer y decirle que iba a salvarlo.
—Estarás bien.
Y con eso Taehyung salió del lugar dejando todo cómo estaba.
NA: De a poco podremos ver un desarrollo
más profundo, se vienen cositas.
Muchas gracias por leer, las lecturas
han subido cómo espuma.
Estoy muy feliz, en mi cabeza
ya creé muchos escenarios para
el libro, ojalá disfruten el avance.
Atte: Licht ˙❥˙
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top