Capítulo cinco
—Deberías independizarte.
Taehyung alzó sus ojos de su teléfono para mirar a su amigo de forma extrañada.
—Tengo dieciocho años, Jimin—. Rodó los ojos, aquí iban de nuevo.
—Edad perfecta para independizarse, ¿No crees?—. El pelirosa se miró en el espejo mientras arreglaba su outfit del día.
—No, definitivamente. ¿Qué te hace pensar que quiero hacerlo?
—Mmh, pues veamos ¿quieres que te enumere todas las razones? Uno, no tienes amigos más que yo ¿Por qué? Por la forma de pensar de tu padre, dos, no te dejan hacer cosas que normalmente chicos de tu edad hacen, ya sabes, salir, disfrutar, si sales es o con tu novia o conmigo ¿Dónde está lo divertido en eso? Oh sí, no hay nada de diversión —. Se giró mirándolo frunciendo su ceño.
—Es divertido salir con mi novia—. Miró indignado al más bajo— Y contigo también.
—Ese no es el punto. El punto es que tus padres te restringen muchas cosas ¿No crees? Dime ¿Por qué tu hermana tiene más libertades que tú?. Y salir conmigo ¿Qué? Solo somos dos, si quiero llevar a alguien más tú no puedes ni mantener una charla de más de dos palabras ¿Y tú hermana? SunHee literalmente conoce a todos los de su facultad ¿Entiendes de lo que hablo?—. Se cruzó de brazos y alzó sus cejas al preguntar.
—No es eso, ella no va a fiestas cómo tú mencionas, sale porque es necesario, en cambio yo aún no...-
—Excusas, excusas y más excusas. De todas maneras algo que me molesta mucho es que yo también estoy metido, tener que fingir con tu familia es difícil pero todo sea por tí —. Su sonrisa se ensanchó mientras agachaba su cabeza hacia Taehyung quien se sentaba en su cama.
—Sabes cómo es la situación con ellos, estamos bien, estoy bien con eso.
—Claramente no, tu padre es medio anticuado, poco falta para que te diga que debes llegar virgen al altar —. Bufó alejándose volviendo su atención al espejo— Mi consejo es que empieces a ahorrar por si acaso, quizás cambies de opinión.
El más alto afirmó su postura sobre la cama y miró detenidamente a su amigo, hace un tiempo habían tenido la misma conversación y Jimin hizo el mismo comentario. De hecho Taehyung si había pensado en ocasiones sobre aquello pero se aseguraba así mismo que su padre tenía razón en todo, él solo quería lo mejor para él.
—Dejemos de hablar sobre eso ¿De acuerdo?—. Quiso evitar el tema, no quería que discutieran por un tema como ese— ¿Esta noche puedo dormir contigo? Necesito tener las horas adecuadas de sueño.
—No me digas que el mendigo perro sigue molestando—. Volvió a girar su cuerpo para quedar frente a frente con el pelinegro.
—No hables en ese tono, suena cómo si lo odiaras.
—¿Tú no? Yo ya habría mandando a ese perro muy lejos, prácticamente daña tu salud, patético —. Su naricita se arrugó con molestia.
Taehyung levantó la comisura de sus labios intentando sonreír, desde que se conocieron su amigo había dejado claro que los perros le fastidiaban, no los toleraba cerca.
—Debe estar enfermo, sus dueños son unos inconscientes. Ni siquiera la señora de limpieza ha hecho algo, te juro que he intentando de todo para solucionarlo, Jisung me recomendó cambiar de habitación pero no quiero eso, quiero seguir ahí —. Pasó su mano izquierda por su cabello alborotado.
—¿Por qué no entras a esa casa? Dices que el dueño nunca está, podrías simplemente asegurarte sobre la condición del animal o ver qué le sucede.
—Lo que me dices fácilmente me hará ganar un boleto a la cárcel por invasión a la propiedad —. Resopló subiéndo sus pies a la cama y acomodandose cómo indio.
—Ah, TaeTae, siempre tan correcto, no rompes ni una sola regla. Yo creo que es la única salida. Después de todo tu habitación está demasiado cerca, podrías usar el árbol y entrar por la ventana, piénsalo—. Jimin le sonrió dulcemente.
Obviamente no había nada que pensar, era demasiado arriesgado y tonto.
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Era sábado en la noche, los señores Kim habían ido a su cita de esposos cómo de costumbre y SunHee se encontraba en su habitación quizás ya profundamente dormida.
Taehyung continuaba viendo hacia el techo escuchando una vez más al perro, cerró sus ojos evaluando lo que pensaba hacer. Las ideas de Jimin eran malas y nunca terminaban de buena manera pero en ese momento el pelinegro realmente estaba desesperado viendo que no podía hacer algo más.
Incluso quiso llamar a la perrera, si, había pensado en esa opción, protección de animales y todas esas cosas pero su padre intervino.
—Hijo, no hagas nada, apenas cumpliremos el mes de habernos mudado, sé que se está volviendo un problema serio pero no queremos llevarnos mal con nadie de los vecinos. Yo mismo me encargaré de hablar con los de al lado, no te preocupes.
Aquellas fueron las palabras que había usado el jueves pero parece ser que tampoco tuvo éxito y no quería desobedecerlo por lo que no había acudido a algún centro de rescate de animales.
Entrar a una casa ajena tampoco es algo que él aprobaría. Pensó frustrado.
Respiró hondo y con la mente en blanco fue a cerrar la puerta de su habitación con seguro para poder hacer lo que pensaba.
Abrió las puertas hacia el balcón y caminó hasta el barandal, se aseguró de tener su teléfono en el bolsillo y empezó a inspeccionar, simplemente debía ver si esa ventana estaba abierta, si lo estaba tendría que entrar y si no, al menos lo intentó.
Bastó unos minutos para que Taehyung estuviera trepando ágilmente aquel gran árbol y poder llegar al extremo, podía ver la calle desde ahí, las ramas lo tapaban convenientemente, de todas maneras no había nadie que pasara por ahí. Cuando estuvo cerca de la ventana estiró uno de sus brazos para verificar si estaba con seguro.
Mordió su labio inferior celebrando internamente que la ventana estaba abierta, abrió con cuidado desde su posición y con un poco de dificultad logró meter la parte superior de su cuerpo adentro, se arrastró y terminó en el suelo de esa habitación. Rápidamente sacó su teléfono para encender la linterna, miró atentamente la decoración y color de las paredes, se veía bastante elegante, la cama matrimonial ocupaba un espacio considerable, había un ropero con puertas corredizas bien acomodado a un costado cerca de una puerta que intuyó era el baño.
Se dirigió a la puerta de salida en busca del origen del sonido que lo estuvo atormentando hace semanas, no prendió ninguna luz por precaución, su única iluminación era la linterna de su celular.
Bajó las escaleras lo más silenciosamente posible, podía decir que la casa era bonita, por lo poco que estaba viendo, bien amoblada, un olor a limpio y todo ordenado. Pero no quería hacer un recorrido simplemente buscaba un solo objetivo.
El volumen de los quejidos disminuyó así que tuvo que agudizar sus sentidos para poder ubicar de dónde provenían, avanzó un poco cuando se percató de una puerta casi debajo de las escaleras ¿Aquello era un sótano? Pasó saliva ruidosamente sintiéndose nervioso.
Respiró hondo y abrió la entrada encontrándose con más escaleras las cuales usó para bajar lentamente, no estaba seguro de lo que encontraría pero sentía una sensación extraña en el estómago producto de la ansiedad.
Alumbró todo lo que pudo con la luz que proyectaba su celular, escuchó un movimiento brusco y metal haciendo ruido, arrugó su nariz al sentir un mal olor, a ese punto ya estaba asustado y se arrepentía por hacerle caso a Jimin, buscó rápido un interruptor, tanta oscuridad lo estaba sofocando. Cuando lo encontró no dudo en apretar, los focos amarillos se encendieron y tuvo que cerrar sus ojos para acostumbrarse un poco a la repentina iluminación.
Lo que vió lo dejó sin habla, había un perro negro demasiado grande frente a él, una jaula lo rodeaba y una cadena en su cuello lo sostenía en un rincón, la jaula era de un tamaño suficiente para que un animal de ese porte pudiese pararse y caminar unos cuántos pasos.
El perro lo miraba aterrado, se encogía en el lugar, Taehyung notó su cuerpo delgaducho y sus ojos con muchas lagañas, su estado era deplorable.
—Dios mío, ¿Qué clase de ser humano puede tenerte en estas condiciones?—. El chico se aproximó un poco más y notó cómo el can retrocedía aún más, el pobre estaba temblando y aquello hizo que un nudo en la garganta se formara— Tranquilo.. o ¿tranquila?, joder... No te asustes, no te haré daño, está bien, está bien.
Taehyung tomó aire, aquello que presenció le estaba afectando, era demasiado sensible. También lo había dejado en shock, de todas las cosas que esperaba encontrar nunca imaginó algo así.
El animal empezó a soltar leves chillidos, en sus ojitos Taehyung podía ver miedo y tristeza, realmente no estaba preparado para ver algo cómo eso.
NA: hola, hola ¿Cómo están?
Por fin pude acabar de escribir este
capitulo, no estaba convencida del
todo, incluso hay otra versión que
nunca verá la luz jajaja
Espero lo estén disfrutando tanto
cómo yo mientras lo escribo.
La raza de perro de Jungkook es doberman,
quiero aclarar. Esto es todo, muchas
gracias por leer.
Atte: Licht ˙❥˙
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