Capítulo 5 - El regalo de este mundo

El árbol fue sacudido considerablemente, pues Jenner había decidido darle un cabezazo lo más fuerte que pudo. El resultado, pues…

—Aaaaah… —Se quejó, mientras se frotaba su frente—. Nota… Si puedo sufrir daño, aaaaaaah…

Jenner tambaleó un poco, pues ese cabezazo lo había aturdido. Siguió frotando en su frente, la cual tenía una parte roja por lo severo que fue el cabezazo. Aunque antes de seguir quejándose, un sonido llamo su atención.

Era un tono musical que Jenner reconoció en instantes, era el tono de llamada de su celular. Esto era extraño, pensó. No existía forma de que su celular pudiera recibir llamada alguna, era imposible en todos los sentidos.

No podía estar tranquilo del todo, así que fue rápidamente a su mochila, que había dejado en la entrada de la cueva, y sacó su celular de la pequeña bolsa donde lo había puesto. Y sin ver de quién era la llamada contestó.

—Diga…

—Oye, oye. No llevas ni medio día. ¿A caso ya quieres suicidarte?

Jenner quedó extrañado por esa voz, no por no saber quien era, sino por lo contrario. El alejó su celular de su oreja para poder ver el número de quién hablaba. Su sorpresa vino al confirmar quién era.

—Kami… ¿loli?—dijo, en un tono desconcertado, y volviendo a poner el celular en su oreja.

—¡Qué no me llames así! —Su grito fue tan fuertemente  que Jenner alejó el celular de su oreja.

—Entonces, ¿por qué te pusiste ese nombre en mi lista de contactos? —mencionó desinteresado, aunque rápidamente se dijo cuenta de algo, mientras seguía frotando su frente—. Espera, ¿qué estoy diciendo? Más bien, dime qué haces llamándome de la nada.

—¡Pensé que te estabas suicidando, al ver como estrellabas tu cabeza en ese árbol!

—¡¿Suicidandome?! Solo hacía un experimento.

Jenner y Kamiloli seguieron discutiendo, hasta que pasaron algunos minutos. Después de haber descargado todo, hablaron en un tono más tranquilo.

—¿Me vas a estar llamando seguido?

—Ni que valieras la pena. Solo lo hice por que pensé que querías quitarte la vida.

La actitud que Kamiloli mostraba a través del celular, no le importaba a Jenner en lo absoluto. Pues una duda surgió de su cabeza después de estar teniendo esta conversación.

—Oye Kamiloli, ¿que puedas usar tus poderes en mi celular, significa que yo también puedo hacerlo? Ya sabes, algo así como que pongas el mapa del mundo en mi GPS, o que lo cargue con magia, o que pueda usarlo para magnificar hechizos.

Jenner mencionó otras pequeñas cosas más, antes de terminar de hablar. Por su parte, Kamiloli no respondió a lo dicho por Jenner; dejando así, un silencio que no duró mucho.

—¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!

Solo su carcajada se escuchaba a través del teléfono, y Jenner no entendía que pasaba.

—¡Ja, ja, ja, ja! Quiero que me digas en donde escuchaste algo así ja,ja,ja,ja. Digo, solo un dios demasiado idiota haría algo tan estúpido como eso —dijo de una manera que hizo que Jenner se sintiera incomodo.

«Por primera vez, estamos de acuerdo en algo», pensó.

—Aunque bueno. Como compensación por no darte una habilidad, hice que todo lo que llevaste contigo fueran demasiado resistente. No es que las cosas como tu celular o laptop sean indestructibles, pero no te preocupes si se te llegan a caer o maltratar.

—Eso es algo alentador. Justamente pensaba en como cuidaría todas mis cosas en esta montaña —contestó Jenner, en tono sarcástico—. ¡Porque quiero saber qué pensabas mandándome a aquí! —gritó, furioso.

—Eso te ganas por burlarte de mi. Bueno, eso era todo. Sobrevive.

Jenner estaba a punto de hablar, pero Kamiloli cortó la llamada. Un amargo suspiro salió de él. Esto estaba haciéndose un hábito en él.

—Aun no me la creo... —Miró al cielo, esperando ver algún consuelo.

***

El resto del día solo trató Jenner, acostumbrándose a su nuevo cuerpo. Aunque tenía las habilidades, no es que haya llegado a este mundo dominándolas. Había hecho pruebas para empezar a conocer sus límites.

Ejercicios de resistencia, fuerza, velocidad, etc., Fueron algunas de las qué realizó exhaustivamente.

Ya estaba atardeciendo, y Jenner esperaba ansiosamente la noche. Pues quería ver lo que en la ciudad donde vivía no podía.

—Es tan hermoso —dijo maravillado.

La noche ya era dueña del cielo, y traía consigo una hermosa vista de las estrellas de este mundo. No había rastro de ninguna de las constelaciones que él conocía; todo era un nuevo mar nocturno para explorar y admirar. Estaba seguro que si quisiera, podría estar toda la noche observándolas. Lástima que no podía ser así.

—Bien, hora de ir a refugiarme. —Miró en dirección a la cueva, en donde se encontraba el huevo.

Entrando de nuevo, la sensación adentro de ella no estuvo exenta de comentarios.

—Vaya, hace frío aquí. Creo que debo buscar madera para prender un…

Jenner terminó su frase, por el hecho de recordar algo primordial. ¿A dónde se fue la calefacción que había al medio día?

Lo primero que se le vino a la mente fue lo que no esperaba ver, al menos no ahora. Decidió caminar cuidadosamente hasta donde se suponía que debía estar el huevo. Y ahí estaba, pero con un detalle más, ya estaba roto.

Los cristales daban luz suficiente para distinguir sin problemas lo que había salido del huevo. Jenner observó que la parte superior del cascarón cubría la cabeza de la cría que tenía en su interior; y viendo que tenía problemas para quitárselo, decidió ayudar a quitárselo.

Y ahí fue donde sus miradas se cruzaron. Jenner no hizo ningún movimiento, y la criatura que estaba dentro del huevo solo inclinó su cabeza.

Un pequeño gruñido salió de ella, fue el único sonido que provino, y Jenner por su parte, no tardó en identificar que tenía frente a él.

—Genial, esperaba poder verlos, aunque no creo que sería tan rápido. —Su tono mostraba, nervios—. Sí que eres un lindo dragón.

Otro gruñido, fue la respuesta que escuchó del pequeño dragón, pues se había abalanzado sobre Jenner.

Lamía y lamía su cara, mientras parecía que estaba feliz. Incluso mordía juguetonamente la cabeza de Jenner.

—Bien, mi primer día en este mundo, y ya soy un criador de dragones —dijo sin mucha pena.

Podía notarse que estaba alegre con este regalo de bienvenida que le proporcionó este nuevo mundo. Incluso, por un momento, pensó en que esto no era tan mala idea como creyó.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top