Capítulo 4 - Probando lo que obtuvo
El huevo que estaba frente a Jenner, era difícil de procesar. La única razón por la que no salía corriendo lleno de miedo, era porque pensó que este tipo de situaciones ya no deberían sorprenderle. Todo se debía al simple hecho de que ahora se encontraba en otro mundo.
Le preocupó que lo que sea que haya puesto este huevo, cuya altura pasaba el metro y medio, siguiera en los alrededores.
—Creo que no necesito ser biólogo de criaturas fantásticas para saber que seas lo que seas… —Su cara se tornó algo pálida—. Tú mami, debe ser algo con lo que no quisiera encontrarme cara a cara.
Había algo que estaba incomodando a Jenner.
Antes de llegar, había hecho una ligera desviación en la cueva. Entonces, ¿cómo podía seguir viendo tan perfectamente si la luz no debería llegar hasta acá?, o al menos, la visibilidad tendría que estar limitada. Tal vez era partes de sus habilidades otorgadas, pensó, pero lo descartó en el instante en que algo entro en su visión.
—¿Cristales? —Inclinó su cabeza, algo intrigado.
Varios cristales estaban esparcidos en las paredes y el techo natural de la cueva. Estos eran blancos y por algún motivo emitían luz.
Jenner tocó uno de los tantos que había, y notó que la luz no generaba calor como una bombilla. Esto ocasionó que una pequeña sonrisa se formara en él.
«Sin dudas es un mundo de fantasía».
Confirmando que la luz provenía efectivamente de los cristales, pasó a lo siguiente.
—Puedo sentir que tu eres el causante del aumento de temperatura.
Jenner comenzaba a sudar un poco, pues a medida que se acercaba, más calor sentía. Era como si el huevo fuera una flama en si. La temperatura en el exterior debía ser de unos diecinueve grados, pero en el interior podría decir que estaban fácil a unos cuarenta.
Comenzó a inspeccionar el huevo y lo que lo rodeaba.
Aunque antes de venir a este mundo era una persona que se la pasaba la mayor parte del tiempo tras un ordenador, en su niñez, salía seguido a campar con su padre. Él era un experto en técnicas de supervivencia, por ende, Jenner tenía una idea de como sobrevivir y entender su entorno.
—Este sitio lleva un tiempo abandonado.
La razón principal para llegar a esa conclusión se debía a que no había señal alguna de que algo o alguien hubiera estado aquí en mucho tiempo. Eso podía significar que a la madre de este huevo tal vez le pudo pasar algo.
—No, no es que le haya pasado algo. Es que fue dejado aquí a propósito y ya no regresaron.
La curiosidad en Jenner creció a medida que se seguía analizando la cueva. No había señales de que algo estuviera habitando aquí. Otra cosa que no encajaba era que lo que sea que puso ese huevo tendría que ser grande, pero nuestro joven no podía imaginar algo de ese tamaño entrando en esta cueva cuya altura era unos 2.5m de alto por unos 3m de ancho.
—Incluso si hubiera entrado forzosamente, hubieran quedado marcas que mostraran eso —dijo, mientras inspeccionaba la cueva hasta regresar a la entrada.
Incluso si observaba el exterior, no existían indicios de que algo o alguien estuviera habitando esta cueva.
Pasados unos minutos, Jenner había decidido desistir sobre el como ese huevo llegó ahí. Y aunque lo que haría era algo temerario, él ya había tomado una decisión.
—Este parece un buen lugar para refugiarme. —Con una gran sonrisa, mencionó esas palabras—. Y aunque no quiero. Si la madre de ese huevo aparece, tendré poner a prueba las habilidades que Kamiloli me dio. Creo que es un buen momento para probarlas.
Observó un árbol con un tronco de descomunal grosor, y se acercó hasta estar frente a el. Su altura debía ser minimo de unos treinta metros.
Antes de poner manos a la obra, Jenner quiso hacer otras pequeñas pruebas primero.
Él había intentado imitar una pose de karate que había visto en televisión. Estiró su pierna izquierda mientras inclinaba su cuerpo, para ver hasta donde llegaba ahora su flexibilidad. El resultado fue mejor del lo que pensó, pudo elevar su pierna con tanta facilidad, que es como si llevará años practicando.
No tenía conocimientos de artes marciales, solo imitó la pose que había visto; y, aunque no fuera perfecta, era increíble para alguien como él hacer eso.
Después de comprobar su flexibilidad quiso probar otra cosa.
—Espero que esto funcione. —Se dijo a si mismo, mientras comenzó a dar unos pequeños saltos.
Los saltos cada vez eran con mayor fuerza, hasta que en uno tomó todo el impulso que pudo y saltó.
—¡JODER! —gritó asustado.
Sin darse cuenta, había saltado unos siete metros de altura. No había sido suficiente para estar por encima de los árboles, pero eso no estaba ahora en la mente de Jenner.
El nervio le hizo olvidarse de todo, y lo único que entraba en su visión, era el suelo que cada vez se veía más cerca. Y por pura inercia, puso sus brazos sobre su cabeza, para protegerla
Cuando cayó al suelo, la manera en que lo hizo haría pensar a cualquiera que tendría severos daños.
—Ay, ay, ay, ay, ay. ¡Mi espalda! ¡Creo que me rompí la espalda!
Jenner giró y giró en suelo, mientras seguía gritando que se había roto la espalda. Después de unos instantes se detuvo.
Comenzó a observar su alrededor, pensando en si había atraído a algún animal u otra cosa por el desorden que estaba haciendo.
—Sabia que esto pasaría. Pero no importa como lo vea, no puedo acostumbrar a mi sentido común tan rápido.
La reacción de Jenner había sido por simple sentido común. ¿Qué otra cosa debía hacer si vienes de un mundo donde gente termina con graves daños al caer estrepitosamente de esa manera? El hecho de sentir dolor los primeros instantes, no era más que una mera ilusión causado por su cerebro.
—Me pregunto que tan resistente seré.
Jenner se dio unas palmadas en su cara, y se puso de pie de un solo movimiento. Esto lo sorprendió, el parámetro de Sentidos volvía a hacer su trabajo una vez más.
Él ya había fijado su objetivo. Caminó y se puso frente al árbol con el inmenso tronco que había visto antes. Lo que iba a intentar, lo tenía algo nervioso por alguna razón.
—Tal vez esto sea algo de lo más estúpido que hayas hecho. No se compara a cuando corriste desnudo por la biblioteca tras perder esa apuesta, pero está bastante cerca. —Forzó una sonrisa
Al terminar de decir eso, inhaló profundamente y gritó.
—¡Esto es por tu propio bien! ¡Aaaaaaah!…
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