-Linz.

Su voz me hace abrir los ojos por unos mínimos segundos antes de volverlos a cerrar.

"¿Si vino?"

Yo que s... Tengo sueñ...

-No puedo creerlo.- Abro los ojos de golpe para encontrarme con los verdes ojos de Gadiel mirándome asombrado. -Si le diste mi lugar a la perra.

La gran habitación esta oscura por lo que solo puedo verlo por unos diminutos rayos de luna que entran en ella por entre las finas cortinas blancas de la ventana y las luces de se escabullen por debajo de la puerta en dirección al  pasillo.

-¿Como entraste?

-Es un secreto que jamas diré.

-¿Le dijiste a papá que te dejara entrar por medio de Jack cierto?

-¿Como...?

-No es la primera vez que pasa, que tu padre sea el dueño de un hospital privado tiene sus cosas buenas.

-Es un buen tipo, dice que me esconderá de la enfermera... La que esta embarazada, es muy necia ¿No lo crees?

-Hace lo mejor que puede para cuidar a la menor "temporal" de sus bebes...

-¿Ah?

-Es mi madre.

-Es una mujer encantadora- Samantha levanta su cabezota de mi almohada para bajar de la cama y estirar las patas y la espalda acompañadas por un gran bostezo, luego camina en dirección a la cesta donde se encuentran las Ratas blancas con su madre y el sexy de Frack, los saluda y vuelve a su lugar a mi lado. -¿Pasa así cada noche?

-Solo si Jack o Jared se lo encargan.- Lo miro tocando el sedoso cabello envidiable de Samantha.- No se va a quitar.

Él asiente con lentitud para luego sentarse en la silla al lado de la cama para después subir sus pies en la cama  y colocar los brazos detrás de su cabeza fingiendo comodidad. Samantha se limita a verlo por unos instantes antes de volver a cerrar los ojos y continuar roncando.

"Este pobre animal no respira bien... ¿Le has dicho a Jack que le opere la nariz..? Quizá se calle así"

-¿Y bien?

-¿Qué?

Gadiel me tomo desprevenida considerando la opción de operar a Samantha y tratando de fingir que no estaba derretida por su acto.

Papá es un hombre muy estricto y más aún si se trata de sus "bebitas" pero por alguna razón confió en Gadiel... Eso significa que lo ve como un buen chico.

"Lo va a matar igual si se casan."

Pero sin torturarlo antes de eso.

"A mi no me calza del todo esto."

-Jack dijo que querías hablar conmigo sobre por qué soy un fantasma y todo eso.

"Jo/der.

-Y... ¿Qué más dijo?

-No creo que quieras saberlo.

-¿Poooor qué?

-Que me desnudas con la mirada, que me violarías... No con esas palabras pero no me gusta usar un vocabulario vulgar en frente de una dama.

-Es un mentiroso.

-Lo se, lo conozco desde hace años.

-¿Como?

-Estas muy preguntona ¿eh?

-Lo siento...

-No me molesta, pero es injusto.

-¿Qué es injusto?

-El que solo tu tengas derecho a saber de mi.

Gadiel baja las piernas de la cama y se sienta apoyado al respaldar de la silla para mirarme con más claridad.

-¿Qué quieres saber?

-Espera, espera, espera... Donde hay orden esta Dios, quizás tu no creas en él pero yo sí así que... Una tu, una yo... ¿Te parece?

-Preguntas y respuestas en palabras humanas...

-Supongo que para un muggle es difícil entender en otras palabras.

Sé que sus palabras son fuertes en especial tratándose de un lector... Pero por alguna razón su sonrisa me tranquiliza y me da a entender que es solo una broma.

"A mi no me hace gracia. ¡Samantha, muerde!"

-Empieza tu.

"¡Hey!"

-Vale... ¿Por qué odias a Patch?

-Tris... descubrimos que es una hembra.

-Solo responde, tu me entendiste.

Él mira mi mano con detención antes de tomarla con la suya inclinándose hacia adelante, mi nueva piel arde pero me lo dejo a pesar del dolor, dejo que se quede cerca a pesar de que su contacto me hace daño...  

Porque me duele mucho más que este lejos de mi.

"Cur-si"

-De pequeñas, cuando llegaron los hurones Sara pasaba todo el día con ellos... Y me olvido a mi. Sé que es tonto pelear con un animal pero... Ella me robo mi lugar.

Gadiel baja la mirada y asiente.

-No lo es, todos queremos ser los únicos en las vida de las personas a las que amamos. Vas tu.

-¿Por qué?

-¿Por qué qué?

-¿Por qué eres TAN tiernamente idiota?

-Esa no cuenta.

-Para mi tiene mucho significado.

Gadiel suelta mi mano y apoya sus codos sobre sus piernas abiertas separando su espalda del respaldar de la silla.  

Samantha baja de la cama y se recuesta en el suelo jadeando por el calor.

Pero yo tengo frío, a pesar de las quemaduras, a pesar de los injertos de piel, a pesar de que el aire quema al entrar en mi por mi lastimada garganta... Siento frío y dolor, un vacío que solo puede llenar quien lo inicio.. Gadiel.

Pero él no me quiere.

-¿Sabes que día es hoy?

Lo dice sin levantar la mirada de manera pensativa.

"¡NO, LLEVO DÍAS EN ESTO Y NADIE ME DICE!"

Me limito a negar con la cabeza.

Gadiel se levanta de su sitio y se sienta en el lugar que ocupaba antes Samantha tomando mi barbilla con su mano derecha y apoyando su peso en su brazo izquierdo.

-27 de Diciembre... Lunes 27 de Diciembre.

Su voz es cálida, solo un suspiro pero me hace estremecerme... Se acerca con cuidado a mi y me da un corto beso en los labios.

"No lo deje..."

Él se aleja mirándome con ternura y algo de nervios, yo no puedo hacer nada más que mirarlo con asombro y ternura.

-Hace ya dieciocho años nacieron dos niñas maravillosas para llenar este mundo de alegría con su belleza. Pero una de ellas se encargo de enamorarme... Lince, tu me enamoraste.- Lo dice con clama aún con los ojos cerrados.- Sé que no es el mejor obsequio del mundo, pero es lo más que te puedo dar Linz... Solo tengo para darte mi tiempo, mi vida.

Una lagrima baja por mi mejilla al sentir su frente contra la mía.

-No hagas esto.

-¿Por qué no?

-Porque yo no soy una chica buena para ti Gadiel. 

"Vamos, hazlo. Es por su bien."

-Mereces a una mujer que sepa como ser mujer, que no necesite drogas... Para..- Lagrimas bajan por mis mejillas pero tengo que ser firme, es por él... Por su bien.- Para sentirse querida.

-Yo sé que tu no eres así Lince, sé que puedes cambiar.

-No Gadiel, no puedo. No quiero esto.

-¿No quieres esto  o no me quieres a mi?

"No le hagas daño."

Solo así va estar seguro, debemos dinero a gente peligrosa... No puedo amarlo.

"Lince no."

-No, no te quiero. ¿Por qué lo haría?

Él se aleja para ponerse en pie.

-Lo siento. No creí... No creí que fueras así.

-Por favor no lo digas.

Él camina hacia la puerta, y lo dice sin mirarme antes de salir de manera firme pero con esa caballerosidad  que solo él tiene de hablar, algo que se ve poco ahora en los hombres.

-No creí que serías igual a todas la otras perras que estuvieron  con Gabriel y Mike... Pero veo que me equivoque. Lamento no poder ser el tipo de hombre que quieres, lamento sí saber como querer a una chica, lamento que quieras a un idiota que te golpee y use... Lince, lamento que no podré olvidarte.