Lince's POV

Abro los ojos con lentitud tratando de descifrar en donde estoy. El recuerdo de lo sucedido hace que mis manos suden... El dolor en mi cabeza no ha disminuido. Luego noto que estoy atada a una silla.

-No grites.

Levanto la mirada asombrada tratando de entender algo de lo que pasa.

"¿Nos secuestra y aún así quiere que no gritemos?"

Tomo aire con todas mis fuerzas y grito tan fuerte como jamás lo he hecho antes en mi vida.

-Sigues siendo tu.

El chico de ojos grises delante de mi parece más alegre que sorprendido.

-¡Jared, suéltame!

-Deja que te expliquemos, luego tu escogerás si quedarte por las buenas o por las malas.

Miro asustada el lugar en que me encuentro. Es una cabaña iluminada y muy hermosa, de dos pisos; salas y cocinas amplias las cuales no son divididas por paredes, unas grandes puertas de cristal se alzan imponentes antes mi.

-Quiero a mis niños, suéltame...

No puedo decir que mi voz es imponente o fuerte como mínimo, solo es una suplica desesperada por volver con mis hijos. Una suplica por que me dejen ir.

-Lince... ¿Tuviste un..? ¿Tienes hijos?

Gadiel habla con un hilo de voz apareciendo delante de mi. Asiento con lagrimas en los ojos , sollozando.

-Solo quiero a mis niños, déjenme ir.

-Podemos ir por ellos si quieres.- Jack habla detrás de mi y con solo escuchar su voz se que es él.- Estamos a tres horas en auto, no es mucho.

-NO... No, por favor no le quinten a los niños. Moriría sin ellos, los ama.

Miro por el rabillo del ojo a Gadiel levantar una mano en señal a los demás en la habitación de que lo dejen hablar a él. El chico se coloca en frente de mi acuclillándoce para quedar a la altura de mi rostro para poder verme a los ojos.

-¿No temes por ellos, Linz?

-Él los ama, los cuida, los protege... Son su todo y él el de ellos, no los alejes Gadiel.

Lo miro con los ojos empañados de lagrimas apareciendo la hermosura de sus ojos verdes. Pero no puedo, no puedo amarlo con todo mi corazón. Mi corazón pertenece a mis niños en primer lugar.

"Primero somos madres, luego madres y si queda espacio madres. Lo demás puede esperar."

Lo amo. Pero mis niños me necesitan.

-Tengo que irme, Gadiel. Déjame ir... Por favor, no por mi... Hazlo por Luz y Gadiel.

-Gaaa...¿Gadiel?

Siento como el rojo se apodera de mis mejillas y mis manos empiezan a sudar. Me dedico a solo asentir con las lagrimas aún rodando por mi rostro cristalinas y quemando como ácido.

"Se fuerte Lince, por Luz y Gadiel. Ellos lo valen. Di adiós y vete."

-Déjame ir.

Miro como sus ojos se cristalizan dejándome lo suficientemente sorprendida como para cortar mi llanto de golpe. Sus ojos se vena de un tono más claro por el rojo de sus ojos y sus mejillas empiezan a mojarse por las lagrimas. Él de verdad me ama, de verdad me extraña... Y lo peor es que yo también lo extraño a él.

-Hagamos un trato... ¿Te parece?- Une su frente con la mía levantando mi rostro con sus manos varoniles y suaves de dedos largos de pianista. No puedo evitar cerrar los ojos para tratar de recordar su magnifico aroma, aroma que había olvidado hace ya algunos años.- Quédate, un solo día, conmigo. Solo uno, para poder demostrarte lo perfecta que eres. para poder demostrarte lo mucho que puedo amarte Linz. Para demostrarte que mis palabras no eran de dientes para afuera, para demostrarte que de verdad te amo.

Las lagrimas corren con mayor velocidad por mis mejillas y pequeños pero audibles sollozos son escuchados por todo el rotundo silencio de al cabaña.

-Gadiel, yo...

Él me interrumpe posando sus labios sobre los míos con delicadeza y amor, dándome mi primer beso en más de tres años. Mi primer ultimo beso con con el chico al que amo.

Escucho con claridad los sollozos cuando él se separa de mi lado para luego ver una maraña de cabello pelirrojo correr en frente de mi para alejarse de la escena.

"Espera. ¿Cárol es una de los secuestradores?"

-Gadiel, esto... Mis niños me necesitan.

-Pero yo te necesito.

-Pero Mike...

Él me mira con dolor poniéndose en pie y apoyando sus manos a cada lado de su cadera quedando de una manera varonil a pesar de su postura.

-Acepta mi propuesta, Lince. Por favor, luego escogerás que quieres hacer... Solo dame una oportunidad de recordarte lo que puedo hacerte sentir, te lo ruego.

Miro sus ojos de suplica aún preocupada por muchas cosas.

¿Donde está mi hermana? ¿Podré tener a mis hijos cerca? ¿Mike podrá solo? ¿Me dejará irme con Gadiel? ¿Estará Cárol bien? ¿Mimi tendrá razón?

La verdad es que a todas esas preguntas no encontré respuestas. Mas encontré el cariño que llevo tantas noches deseando, el beso que llevo tanto soñando. Encontré a Gadiel y mi egoísmo no me permitirme...

-Me quedaré.- Un susurro es lo que escapa de mi garganta pero al parecer es suficiente como para que una brillante sonrisa se dibuje en el rostro del chico delante de mí.- Pero no más que unas horas. debo volver con mi familia.

-Pero Lince... Nosotros somos la familia.

-Pero ya no son mi prioridad. Tengo niños que cuidar, un esposo que me ama... Tengo que volver.

"Le haces daño. Es tu hermano... Es Jack."

Es mejor así, lejos de mi sufrirán menos. Deben aceptar la idea de que ya no soy libre.

"Sabes que por más daño que le hagas jamás se irán. Son muy idiotas... Ohhh te aman demasiado."

No deberían amarme, no hago más que daño a quienes lo hacen.

"¡LINCE!"

¡Cállate! No es correcto... Ellos no deben hacerlo.

"Pero lo hacen..."

-No hay nada que discutir. Solo les daré una ultima tarde. No puedo hacer más que eso.

Trato de sonar fría pero no logro hacer anda más que llorar al pronunciar las palabras.

Años perdida para luego ser encontrada en el momento en que el tesoro ya está muy dañado para ser útil. Es como pegar el número ganador en el tiquete de la lotería de la semana entrante siendo el boleto de la semana entrante, una falsa ilusión de alegría y fortuna.

"Si te irás y sufrirás de nuevo por voluntad propia, al menos aprovecha la tarde bella que al vida te regala. No son muchas y hay que aprender a disfrutarlas."

Lo haré Mimi.

"¿Ves qué no era tan difícil darme la razón?"