¡Lo siento ! #5

La música alta hace que mi cabeza de cientos de vueltas, el olor a humo me marea y las personas traspiradas son más de las que esperaba encontra.

Mi amiga camina moviendo sus grandes caderas entre los chicos que enfocan la mirada en su trasero.

"Pervertidos"

Vamos, son solo chicos en busca de diversión...

"No, solo quieren sexo fácil"

Exacto, diversión.

Avanzo detrás de ella para tratar de ubicarme en el lugar y el entorno.

Debo admitir que cuando me ofreció venir aquí no estaba muy segura, pero ahora que veo el lugar....

"La pasaras mal por la mañana"

Tomo un vaso que tiene un chico en su mano, a fin de cuentas esta demasiado ocupado vomitando como para notarlo.

¿Qué tal si te apago un rato?

Bebo con rapidez el contenido del embace sintiendo el calor bajar por mi garganta y al parecer esto no tiene solo alcohol.

¿Se puede poner aún mejor?

Miro hacia adelante, desorientada,  en busca de la  perra de Natalia quien ya no está al alcance de mi vista.

"¿Por qué te sorprendes? Nunca se queda, ya encontró con quien encostrase o esta drogada en alguna esquina en lo que la follan cinco tip..."

Camino coqueta, mientras la necia de mi conciencia se dedica a molestar, en dirección a una chica rubia en brazier y una mini-falda que permite a todos ver lo que "se supone" nadie debería verle a una chica de trece años.

Ella me mira lujuriosa y se acerca unos cuanto pasos en mi dirección.

"¡Ilegal!"

Tomo el cigarrillo de su mano mirando la desilusión de la chica en sus rostro, puedo notar claramente que no era lo que esperaba y también dudo que le haga gracia que alguien fume su marihuana.

Llevo el cigarro a mi boca llenadola de humo a la vez que se llenan  mis pulmones.

Pues que se aguante la ley.

Espero quieta en mi lugar unos segundos mientras dejo salir un poco de humo de entre mis labios seduciendo a la muchacha delante de mi. No obtengo respuesta de ninguna pequeña voz en mi mente, nada más que un susurro que me dice que lo que estoy haciendo no esta nada bien.

Nada que no arreglen unos cuantos más de estos.

Me digo mirando el pequeño cigarrillo aun en mi mano.

Unas manos se colocan sobre mi cintura mientras unos labios juguetones rozan mi cuello.

Me quedo quieta esperando a que el chico siga avanzando, llega a mi mandíbula dejando suaves caricias sobre mi mejilla y sonriendo claramente ante mis ojos cerrados y mis labios entre abiertos.

Lentamente baja sus manos hasta alcanzar la orilla de mi corto vestido y empezar a subirlo por mis piernas, cadera y por ultimo sacarlo por mi cabeza.

Olvido el hecho de que estoy casi desnuda en frente de una gran multitud sintiendo los labios del chico enfocados en mis hombros, pocos segundos después otra boca se une a la diversión.

Abro los ojos para encontrarme con la niña besando mi estomago y subiendo poco a poco para llegar hasta mi pecho.

Subo el cigarrillo hasta mis labios de nuevo para acabar con lo poco que queda.

No recuerdo nada más de lo que paso unos minutos después de eso.

****-****

Abro los ojos con cuidado tratando de que no se destruyan con la luz, mi labios se sienten resecos y podría jurara que si un barril de agua aparece delante de mi me lo bebería en menos de unos segundos.

Trato de sentarme en mi lugar pero un gran peso sobre mi vientre me obliga a mantenerme quita y mirara en su dirección.

Natalia está sobre mi totalmente desnuda, como el resto de las personas que están a mi alrededor.

"No me sorprendería que aquí hayan más de treinta personas sin ropa y entrelazadas."

La corro hasta quitarla del todo de mi para poder enderezar mi adolorida espalda.

¿Donde demonios estoy...?

Trato de ubicarme en el entorno tratando de buscar algo que me haga sentirme orientada a excepcion de Natalia, desnuda en el suelo, lo cual la verdad no me reconforta nada.

Estoy en medio de la sala de estar de algún lugar, es blanca en su totalidad (muebles imcluidos) a excepción del televisor y la alfombra gris. Después de eso, no sé nada más del sitio en donde me encuentro.

Miro mi cuerpo desnudo y lleno de marcas por culpa de bocas  y uñas por toda mi pálida piel, mi cabeza da vueltas y mi estomago trata de regresar todo su contenido, el cual dudo que sea mucho.

Observo mi alrededor en busca de un baño, mi ropa o una cara, SOBRIA, familiar para mis ojos y por desgracia encuentro lo que buscaba.

Gadiel esta recostado a una de las paredes blancas mirando la escena boquiabierto y tratando de encajar todas la piezas, unos segundos después enfoca su vista en alguien en especial y relaja del todo su cuerpo comprendiendo lo sucedido.

Miro en la dirección en que se enfocan sus ojos para encontrar al dueño de la fiesta, el hermano mayor de Gabriel, con unas bragas en su cabeza y siete sostenes en cada mano, al parecer.

Cuando levanto la mirada Gadiel está delante de mi tendiendo una camiseta azul grande y una mirada de decepción.

—Admito que no esperaba nada mejor que esto de ti.

Tomo la camiseta y la pongo sobre mi cabeza para luego introducir mis brazos en ella, por suerte es lo suficientemente grande como para cubrirme por completo.

Mis ojos se dirigen en su dirección con la mirada que pone un cachorro cuando le regañan sus dueños, espero que entienda mi pequeña suplica de perdón.

Él solo me tiende su mano y la tomo con gusto.

Al menos esto es algo.

"Sabes que no lo mereces"

Lo sé. Pero déjame ser feliz por ahora






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