Fiesta y... ¿Primos? #4
Miré entre los barrotes de la escalera esperando a que mi entrometida hermana devolviera el teléfono a su dueño.
"Si Gadiel viene hacia aquí, date por muerta"
—Gracias por los ánimos, se te quiere conciencia.
Susurro en voz baja mirando con atención mi gran y espaciosa sala mientras vigilaba la entrada principal.
No es por presumir pero no vengo de una familia nada pobre ni pequeña.
En el segundo piso habían seis habitaciones de las cuales tres estaban vacías pues mi hermana y yo dormíamos juntas al igual que los trillizos. La sala, cocina, comedor y la entrada principal se encontraban en el primer piso junto con el garaje y los dos autos de mis padres, autos que nunca estaban... Como ellos.
No los culpo, sé que mantener a cinco hijos no es nada fácil y mucho menos con dos más en camino. Pero me gustaría verlos mucho más que los Sábados y con suerte los Domingos.
—Basta. ¿Qué me creo?... No necesito estúpidos padres aquí, nunca están para mí. ¿De qué me serviría que "pasaran tiempo con nosotros"? Más criticas por cada paso que do..
—Lamento interrumpir tu rebelión de niña malcriada adolescente pero... ¿No habrás visto mi teléfono por aquí?
Me volteo lentamente para mirar al chico detrás de mí. Sus ojos oscuros están mirándome fijamente, en mi extraña posición en el inicio de las escaleras, con extrañes.
Empiezas muuuy bien nena.
—Este... Sí, mi hermana esta abajo buscándote para devolvértelo.
Él asiente y empieza a bajar las escaleras con velocidad para tratar de alejarse de mí lo antes posible, que triste para él que yo no sea una chica que me rinda fácil.
—Me llamo Lince... Un placer.
Él continúa bajando sin mirar en mi dirección.
—Gadiel.
Lo miro sin comprender.
¿Qué manera de ignorarme es esa?
Cuando vuelvo a poner mi atención en él está a solo unos pasos de entrar en la cocina. Bajo las escaleras corriendo para colgarme de su brazo y detenerlo.
—¿Ahora qué putas quieres?
Lo miro asombrada sin entender bien el porque de su actitud.
Y eso tengo planeado averiguarlo.
—¿Por qué me evitas?
—Sé el tipo de chica que eres... La perra, millonaria que no soporta un "no" por respuesta si se trata de un hombre, ¿Ya puedo seguir caminado?
—¿Por qué crees que soy así?
—Eso no te interesa.
Él se suelta y sigue caminando para luego entrar a la cocina, lo sigo y logro pararme en frente de él cortando su camino.
"¿Este qué se cree? Larguémonos"
Hago caso omiso y sigo insistiendo al chico tan bello que tengo delante de mí.
"Fe-o"
Be-llo.
—Claro que sí, puedo llegar a ser muy entrometida.
Me aparta sin tan siquiera mirarme para salir por una de las enormes puertas de vidrio en dirección a mí patio trasero.
Vuelvo a seguirlo hasta que logro hacer que se detenga de nuevo.
—Solo dímelo y me iré.
Admito que mi voz sonó mucho más suplicante y dolida que de la manera ruda en la que tenía planeado hablar, pero supongo que mi "pequeño acto de ternura", por error, conmovió un poco su fría mirada... O al menos eso espero.
—Gabriel es mi primo... Y sé perfectamente que él es solo uno de los muchos que han dormido en tu cama. Si eso no es ser una perra, no sé qué lo sea.
—Solo lo hice con él, el resto de lo que dijo es mentira.
-Acostarse con Gabriel ya deja clara como el agua la estupidez de una chica.
"Además de que ambas sabemos que no te haz acostado solo con él "
Se voltea y sigue caminando.
"¿Sabes algo? La verdad yo no les veo similitudes"
Este no es el momento ¿Vale?
****-****
—A ver si entendí bien. ¿Te gusta el raro de la clase? Y no es ni de los raros inteligentes, es de esos raros que por vivir en una realidad virtual no saben ni donde están de pie en está dimensión.
Natalia está de pie firme delante de mi mirándome burlona. Era alta y de piel morena, ojos oscuros y el cabello rizado y negro por media espalda. Era bonita en su extraña manera, o al menos eso creían los chicos.
"Yo no le veo lo..."
Ca-lla-te
—Yo la verdad lo veo lindo.
Ella se voltea para buscar entre su armario el vestido más corto que logro encontrar. Si yo era una perra ella era el alfa de la manada.
—Nena, nena, nena. ¿Tienes la más mínima idea de lo qué eso le hará a tu reputación?
"Esta se paso, le dijo "eso" a Gadiel, nuestro Gadiel"
¡Ja! Entonces admites que nos gusta.
"Claro que no, es un... Agh..."
De igual manera decido hacer caso a mi confundida conciencia y defender a Gadiel, después de todo a pesar de que me dijo perra y eso... ¿Cómo culparlo? A fin de cuentas tiene razón, me comporte como un perra en celo y pague caro por ello.
Solo espero que no sepa toda la verdad.
—Él no se ve como un chico tan...
—No te atrevas a terminar esa frase, que asco me das.
—Creí que habíamos jurado que siempre nos apoyaríamos con los chicos que nos gustan.
—Exacto, chicos. Pero eso no es un chico... Además, recuerdas tu asquerosa fase de "bisexual".
Vale lo tenía que admitir. Ella era muy... ¿Como decirlo?
Homófoba, racista, egoísta, presumida, odiosa y mala. Se creía lo mejor de lo mejor.
Pero fue la única que se quedo en la malas rachas que he vivido. Como cuando Gabriel me dejo o cuando papá no mi quiso comprar mi propio auto.
"Se largo cuando supo que ibas a ser madre, se largo cuando te diste cuaenta de que eres..."
¡Callate, yo no soy así! No puedo serlo, no esta bien
"La única que cree eso, eres tu... Y la vaca parlante delante de ti."
—¿Sabes que linda? Sé como olvidar este.. Pequeño hecho.
Su manera de decirlo asqueada me distrae de mis pensamientos.. No creo que el que me guste Gadiel sea algo malo, lo conocí hoy no es como que ya lo ame.
—¿Cómo?
—Pues una fiesta. Nada mejor que una fiesta en casa del hermano mayor de Gabriel.— Ella se quita la ropa para ponerse el vestido azul miniatura que tenía desde hace tanto en la mano sobre la lencería que llevaba hoy.— Nada que un poco de alcohol y un poco de marihuana no arreglen.
—Te dije que no quería volver a fumar esa cosa.
—Sí y también dijiste que querías guardar tu primera vez para tu noche de boda y lo hiciste en el baño de damas del colegio. Ahora ponte esto y vamos a disfrutar de la vida. ¡Somo muy jóvenes para quedarnos en casa!
Lanza un vestido sobre la cama casi tan corto como el de ella junto con unos tacones enormes de aguja y una bolsa llena de maquillaje.
"¿De verdad te disfrazaras de prostituta barata de nuevo solo para quedar bien con esta cosa?"
Miro a Natalia que me sonríe con sus ojos llenos de odio hacia la vida.
Si quiero seguir siendo popular, sí... Además, ellas las tiene... ¡Y gratis!
Tomo las cosas y camino hacia su baño.
"Cada día me doy más cuenta de que tengo mucha razón al creer que eres una chica muy manipulable. A este ritmo te vas a matar."
—Al menos habré tenido una muy buena vida.
"¿En verdad crees que esto es vida?"
Ignoro a mi conciencia y empiezo a aplicar la base sobre mi rostro pálido, que suerte que siempre haya un poco de mi maquillaje en este lugar.
Esta será una noche épica.
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