08|capítulo

➼|O C H O
Las noticias buenas no
siempre son las mejores

Dos semanas después

Durante estos días, había estado muy ocupado en mis clases y mi trabajo en el taller, lo que me había tenido sumergido en un mar de obligaciones, del cual dudaba mucho salir a flote, y enserio necesitaba llegar a la isla más cercana a la que me fascina llamar “liberación”, es decir viernes, porque la verdad es que los días han pasado más rápido que Kristoff diciendo tonterías segundo tras segundo, lo cual es extraño y casi imposible.

También, no es que estuve del todo bien que digamos, hace una semana Anna cumplió 25 años, y sí, sé que es absurdo y un tanto depresivo estar recordando el cumpleaños de tu ex, pero ¿Acaso puedo culparme?, es casi imposible hacerlo, y no puedo obligarme a olvidarlo aunque ese sea mi mayor deseo en el mundo, y ahora que sé que Anna siguió con su vida, me gustaría pensar que es la forma perfecta de hacerme entender que la vida sigue.

— ¿Cuál me queda mejor? — siseó Kristoff mostrando con ambas manos una camisa azul y una negra.

— Cualquiera, da igual. — respondió Eugene desde el sofá, a lo que Kriss sonrió victorioso. — de todas formas siempre te ves mal, y no, no es un cumplido. — y así, la sonrisa desapareció, y se convirtió en una cara de desprecio absoluto.

— ¿Acaso importa la camisa?— preguntó Jack saliendo de la cocina con una charola de pan con ajo.— digo, solo es una videollamada con Tadashi, no es que daremos una videoconferencia al presidente de Rusia.— dijo por último mientras dejaba la charola en una mesa. La verdad era, que desde que Tadashi se había ido del país había mantenido contacto con nosotros, y por consiguiente habíamos acordado una videollamada hoy viernes 17 de junio.

—  buen punto, aunque pensándolo bien, ¿Qué querrá decirnos?— dijo con curiosidad Kristoff mientras mordía uno de los panes que Jack había hecho.— ¡Demonios! Esto sabe genial, a veces quisiera ser Elsa.— dijo saboreando el panecillo, a lo que los demás reímos por tal comentario.

— Pues debe ser algo importante, nunca ponemos horario para las videollamadas.— agregué desde el desayunador.— Además, sea lo que sea, es raro.

— ¿Por qué lo dices?— alzó una de sus cejas el albino. No sabía que responder realmente, pero no sé, llámenme loco si quieren, pero siento algo raro.

— yo qué sé,quizás sea instinto…

— ¿De mujer?.— finalizó entre risas Eugene mientras me lanzaba un cojín en la cara.— No me digas que es cierto Haddock.

— idiota.— siseé con una sonrisa leve, mientras le tiraba el cojín nuevamente, pero con mayor fuerza. — No lo sé, es solo un presentimiento. — Agregué de último, mientras guardaba mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

— Ya cierren la boca mejor, ¿Por qué mejor no comemos?— preguntó Jack mostrando la mesa preparada con el festín que habíamos ayudado a arreglar.

— Eso no se pregunta por segunda vez anciano. — dijo Kriss mientras se dirigía a la mesa a paso rápido.

— Solo respira.— le susurré a Jack, al ver cómo la palabra anciano lo sacaba de sus tan vulnerables casillas.

— ¡Qué gran consejo! No lo había pensado en lo absoluto.— respondió con sarcasmo mientras nos dirigimos a la mesa antes de que Kristoff nos dejará sin comida.

Entonces todos fuimos a la mesa, nos sentamos y había deliciosa comida, como puré de patatas, costillas de cerdo a la barbacoa y una deliciosa ensalada a la naranja, así que cenamos y charlamos acerca de cómo la vida y sus pruebas sin sentido se disponen a volver locas a las personas, por lo que me declaro  un ejemplo viviente de ello. Luego pusimos una película para matar el tiempo mientras Tadashi se dignaba a hablar.

— No es por nada pero, ¿Por qué demonios se separan si hay un espíritu suelto por ahí? ¿Quién diablos hace eso?— preguntó Kriss por décima vez.

— ¿Alguien que posee tu mismo coeficiente intelectual?— agregué alzando una de mis cejas.

— Cómico como siempre ¿Verdad?— musitó Kriss de forma irónica. — La próxima vez que apostemos, que sea por comer pastel o algo por el estilo. — añadió repentinamente. Se me olvidó mencionarles que  terminamos viendo una película de terror, y como Jack había terminado sus costillas en menos de 3 minutos, el derecho de elección se lo ganó él.—¿Cómo es que no engordas flacucho? Yo debo ir al gimnasio a botar todo lo que he comido esta noche— siseó al ver qué Jack se había comido como 6 costillas en 3 minutos.

— Me gusta llamarlo metabolismo Frost — bromeó, mientras alzaba ambas manos de manera dramática. En ese momento la laptop sonó indicando la llamada entrante vía Skype.

— ¡Hey Tad! ¿Cómo vas?— pregunté al ver al sujeto despeinado al otro lado de la pantalla.

— No tan bien como ustedes al parecer, ¿Qué hacían?— preguntó al ver la mesa desordenada que sobresalía en el marco de la pantalla.

— Es viernes, ya sabes…

— Si por supuesto, es viernes de locos. — sonrió de lado mientras sacudía un poco su cabello, y acomodaba mejor su pantalla. — Extraño eso en verdad chicos, no saben cuánta falta me hacen maniáticos extrovertidos.

— y nosotros a ti, europeo con cara de asiático torpe. — añadió Kriss sin filtro. Kristoff podría ser ser de todo en este mundo, pero aún loco y torpe, es buen amigo, y si no lo notas, necesitas graduación en tus anteojos.

— No le dejarás ir nunca ¿Verdad?

— Si ya lo sabes ¿Para qué preguntas? Es completamente innecesario. — le respondió mientras le guiñaba uno de sus ojos cafés, y Tadashi solo ladeó su cabeza ambos lados.

— ya mejor dinos, ¿Qué era lo “tan importante” que querías decirnos?— preguntó Jack imitando el timbre de voz de Tad, que más bien había sonado como un mal doblaje, que digo mal, pésimo.

— Chicos, la verdad es que los considero mis más grandes amigos, y aunque sé que solo convivimos por solo un mes, la verdad es que se convirtieron en personas realmente importantes para mi. No había conocido a nadie que se preocupara por alguien que apenas conocía .— dirigió su vista a mi. — Gracias Hiccup por salvarme el trasero aquella noche, eso jamás lo olvidaré.

— No tienes que amigo, me gustaría pensar que hubieras hecho lo mismo por mí.— le sonreí amablemente. — pero siendo realistas, nunca, y aunque hubiera estado más borracho que vivo, jamás en la vida  hubiera sacado el pañuelo, ¿Quién hace eso?

Todos rieron al acordarse de aquella noche tan peculiar. Querido Rompehuesos te lo debemos.

— Pero bien, quería decirles algo más importante.— se mostró nervioso e inquieto.

— y ya me sentía especial, sabía que lo bueno no duraría tanto  — añadió Kriss de manera chistosa. Ay ¿Este chico podría ser más ingenioso?

—¿Se acuerdan de que no sabía qué regalarle a mi novia para su cumpleaños?— todos asentimos ante la interrogante. — Pues, yo ya tenía planeado algo para ese día, pero no sabía si era apropiado.

— ¿Y qué te hizo cambiar de opinión? — preguntó Eugene.

— Pues, fue gracias a Hiccup que decidí armarme de valor y hacerlo sin importar que.

— ¿Qué hice yo? Si se puede saber.

— Esa tarde en la pizzería dijiste que no me diera por vencido, que el amor te hace hacer cosas estúpidas, y me declaro un ejemplo de ello. Supongo que no hay momento para el amor ¿O sí?.— explicó con una felicidad más inmensa que mis ganas de escribir en este momento sobre el amor y su desdén.— Así que chicos,  le propuse matrimonio a mi novia el día de su cumpleaños…

— ¿Y…?— añadimos todos al unísono. Rayos parecíamos las chicas en un maratón de compras.

— Ella aceptó.

Todos nos quedamos boquiabiertos, eso era una gran noticia y me había halagado en grande que mis consejos le hayan guiado a esa decisión, puesto que para un escritor es formidable escuchar que sus palabras sirven de motivación, ya que no siempre es el dinero, muchas veces lo más gratificante es saber que logras incidir en la vida de las personas de manera fenomenal.

— hermano, eso es una gran noticia. — le felicitó Jack en grande. — al parecer eso es muy importante para ti, se nota en tu cara y en todo lo que haces Tadashi.

— si, fue una gran decisión. Pero estoy más que alegre con ello, me siento tan feliz y satisfecho.

Yo solo sonreí, ¿Será que algo así podría pasarme a mí aún?— Es increíble, espero que la pases genial Tadashi, te mereces lo mejor, tanto tú como tú chica.

— ¿Y cuándo es la boda?— preguntó Eugene expectante.

— El primer sábado de agosto, y era de eso lo que quería hablar más bien. — soltó con nerviosismo.

— ¿Más sorpresas?.— abrió como platos los ojos.— Estos europeos y sus tradiciones.— añadió finalmente Kristoff de manera dramática.

— Lo cierto es que ya han hecho las invitaciones a la boda. Mis padres y la familia de mi novia, son bastante conservadores y han pensado en todo como ven. — agregó Tadashi jugando con una lapicera que tenía al lado.— La cuestión es que de New York vendrán amigas de ella, y a mí me encantaría que ustedes me  acompañaran en todo este proceso chicos.

En ese momento los chicos voltean a verme como si yo tuviera la última palabra.— Pues Tadashi, yo…nosotros…más bien.

— piensenlo, lo menos que deseo es ser un inconveniente con sus trabajos u horarios.

— En Estados Unidos es casi verano, es una vacación asegurada chicos, creo que podríamos hacer tiempo en nuestra agenda.— sugirió Jack a lo que los demás asintieron con naturalidad.

— Como dije, piensenlo chicos, pero creo que mañana por la mañana en su horario, les estaría llegando la invitación, pueden revisar todo si desean y me avisan si vendrían.— recalcó Tadashi revisamos algunos números en un cuaderno que tenía al lado.— Me gustaría que conocieran a mi novia, se hospedarían en mi casa y no habría necesidad de un hotel en absoluto.

Todos nos miramos unos a otros pensando en qué responder, pero tal y como Tad mencionó,  por lo menos necesitábamos dos días para poder decidir y dejar todo en orden por aquí.

— Haremos todo lo posible, pero te avisamos.— agregué con una sonrisa a lo que se mostró totalmente satisfecho.

Después de tamaña bomba que Tadashi nos había soltado, seguimos hablando de estupideces, y no lo digo de manera sobrevalorada, lo digo de manera literal, como por ejemplo “¿Qué es mejor, un hámster o una ardilla?” o ¿Por qué Kristoff tenía el cabello sedoso si no “usaba acondicionador”?.

Luego nos despedimos y la llamada finalizó, prometiendo que leeríamos la invitación que él mandaba al día siguiente. Los chicos se fueron del apartamento, Jack y yo ordenamos un poco y nos fuimos a dormir cada uno  a su respectiva habitación.

                             ×

— ¡Buenos días! — le saludé a Jack quien tomaba su habitual jugo de naranja mañanero. ¿A eso le llamaba bebida despertadora?, Quería presentarle a mi expreso para que se diera cuenta lo que era una bebida mañanera.

— Hey ¿Qué hay viejo loco?— rió en bajo al ver mi cabello alborotado y que al parecer yo no había notado en lo absoluto.— Antes de todo arréglate ese cabello, y mira lo que llegó está mañana.— me mostró un montón de sobres dentro de una bolsa que el Sr. Wilson, el cartero acostumbraba a dejar al pie de la puerta.

— ¿Correo?— musité algo confundido. Cómo ya había mencionado sin mi café, mi cerebro se oponía a cooperar con el resto de mis sentidos.

— Si, pero por ahora mejor busca la invitación de la boda de Tadashi, si pretendemos ir con él, necesitamos eso para que nos respalde. — añadió dándome la mitad de sobres, mientras él revisaba el resto de la correspondencia.

Tomé entre mis manos los sobres, y había invitaciones para Jack de eventos empresariales, recibos de mi universidad, cuentas, más cuentas y  avisos de nuevas instalaciones que abrirán en la ciudad está semana; por último había dos sobres color crema bastante elegantes, por lo que intuí que eran las invitaciones a la boda, pero debía asegurarme.

— ¿No será esto de Elsa?

— Solo si planea casarse con alguien que no sea yo. — añadió rodando los ojos mientras me arrebataba los sobres. La verdad no es que sea estúpido, pero ese color de sobre no lo usa cualquiera, y Elsa era rara en ese aspecto. Una vez le quitó la corbata a Jack “porque no combinaba”.

— Lo lamento viejo, creo que no termino de despertarme.

— Eso noto. — sonrió de lado. — ¿Quieres que la lea en voz alta?— preguntó al ver qué yo comenzaba a beber mi tan preciado café mañanero.

— si insistes peliblanco con complejo de hombrecito.

Jack rodó lo ojos y se puso a leer en voz alta:

Estás cordialmente invitado a la boda que une nuestras más grandes familias en una sola…

— Tad tenía razón.— lo interrumpí.

— ¿En qué cosa exactamente?

— son muy tradicionales…— respondí dándole otro sorbo a mi bebida, a lo que Jack nuevamente se puso a leer.

En esta festividad tan importante, tienen el honor de invitarlo:

El señor Tadashi Hamada, y la
Señorita…

Detuvo su lectura.— ¿Sigues sin despertar Hiccup?— me preguntó con el semblante completamente helado.

— ¿Por qué?— agregué tenuemente.

Jack regresa a la lectura.— Repito nuevamente. En esta festividad tan importante, tienen el honor de invitarlo:

“El señor Tadashi Hamada, y la
Señorita Anna Smith a esta celebración”

¿Qué demonios? ¿Había escuchado bien?

— Hiccup…— habló Jack tenuemente al ver cómo mi cara había cambiado.

— pfff. — bufé sin darle importancia. — es otra Anna de seguro.— musité mientras pasaba mi mano por el cabello.— y otra Smith claramente. — dije por último para darle otro sorbo a mi café. — Diablos, necesito más café.

— ¡Hiccup!— gritó en alto señalando con su dedo índice una fotografía que traía grababa la invitación.— viejo, no creo que se trate de otra Anna, no se que decirte…

¿Y qué mierda iba a decirme él?

Tomé de un solo arrebato la invitación que Jack tenía en sus manos, y en efecto tal cual en mis peores pesadillas, ahí estaba la foto de inscripción, dónde aparecía un Tadashi contento, y una Anna muy feliz abrazándose con mucha ternura, tal y como lo hacía conmigo

— Hiccup…

— Es Anna.— susurré en bajo sin dejar de ver la fotografía de la invitación.

Joder, ¿Pero que mierdas está pasando?

Hola a todos
¿Saben?, Sería de gran ayuda sí recomendaran esta historia a personas que seguramente les interesaría leerla, sí es así, se los agradecería un montón.

So, gracias por leer y mantenerse al tanto de cada capítulo. No saben lo feliz que me pone leer cada comentario.

¡Bye bye!

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