Capítulo 2
Después de que visité a Kurokawa-san en el hospital, experimentamos una serie de cambios en nuestro estilo de vida.
Para empezar, gracias a la ayuda de Saburo-san volví a trabajar desde casa para asi tener más tiempo para vigilar a esta chica problemática.
Esto cambio nuestra dinámica, ya que antes del accidente, ella trataba de evitarme lo más que podía. Escapando de casa apenas despertaba y regresando antes del toque de queda.
Y cuando no podía salir, solo se encerraba en su habitación, para al día siguiente, volver a salir sin decir una palabra.
Era incómodo, pero respetaba las reglas de la casa, así que nunca dije nada al respecto.
Pero, ahora era diferente, una lesión en el hombro izquierdo y una fisura en el brazo derecho, hacen maravillas ¿No?
Sobre todo cuando cierta persona ignora las indicaciones del doctor e intenta lanzar un objeto a su preciado amigo, agravando su lesion y permaneciendo en el hospital más tiempo.
Haruka y yo, ni siquiera nos sorprendimos cuando el hospital nos avisó, solo rezabamos para que esto lo cubra el seguro.
Si antes podía al menos realizar tareas sencillas, ahora necesitaba asistencia hasta para no perder el equilibrio al caminar.
Aún así Kurokawa-san encontró la forma de aislarse en su habitación los primeros días.
Incluso trato de comer por su cuenta llevándose la comida al cuarto, pero luego de que se le cayera el plato dos veces a mitad de camino, se resigno a comer en el comedor, aunque solo después de que yo terminara.
Cosas simples como barrer su habitación o lavar su ropa también quedaron fuera de discusión.
Y aunque me miraba con odió, su orgullo no fue lo suficientemente grande como para negarse a qué le ayude.
Por suerte, ahora ya puede mover mejor su brazo izquierdo, por lo que obtuvo algo de independencia.
Sin embargo el cambio más resaltante fue, que el hecho de perder su celular y quedarse solo con las paredes blancas de su habitación fueron suficiente motivo para que empezara a explorar otras áreas de la casa, incluso cuando yo todavía estaba allí.
Pese a que esto parecía una oportunidad para retomar la comunicación, ella decidió ignorarme activamente todo lo que podía, solo dirigiéndome la palabra si era totalmente necesario, siempre usando un tono arrogante y fastidiado, al cual ya me he acostumbrado.
Todo esto lo sé gracias a que trabajó cerca al módem en la cocina, lo que me permite observar su rutina diaria incluso si no quiero.
Y hoy en especial, es el día en el que más la he visto sentada frente al televisor, siguiendo un maratón de una reconocida película de acción sobre autos y robos.
Yo por mi parte, me encontraba programando funciones para la página web que estaba desarrollando a pedido de Saburo-san, y su deseo de expandir su empresa en el lado informatico.
「 (Tomohiro) Ishida: Ya termine de agregar el catálogo, necesito que lo vincules a la base de datos 」
「 Nakamura: Yo me encargo senpai 」
Me relajo en mi silla mientras miro de reojo como Kurokawa-san seguía viendo la maratón de películas con brillos en los ojos.
Ahh~ desearía estar alli descansando, pero a cambio tengo que hacerme cargo de ésto:
「 Nakamura: Senpai, ¿Es normal que los datos se mezclen entre si? 」
「 Ishida: ¿¡Ahora que hiciste!? 」
Mire la pantalla con horror, mientras esperaba la respuesta de Nakamura-san, quien parecía querer escribir algo, para después borrarlo de nuevo, haciendo crecer mi ansiedad.
Espera... ¿No habra?
「 Ishida: Nakamura-san, ¿Hiciste la base de datos en el sistema que te indique? 」
Pude ver cómo mi asistente dejo de escribir para luego quedarse en silencio, por lo que volví a escribir.
「 Ishida: NAKAMURA-SAN 」
「 Nakamura: Yo creí que quizás podríamos usar un sistema más eficiente 」
「 Ishida: Creí que ya habíamos dejado en claro que las computadoras de la compañía no son capaces de manejar programas tan demandantes 」
「 Nakamura: Pero el sistema que use es reconocido por su potencia 」
「 Ishida: Y felicidades, acabas de meter un motor de fórmula 1 a un triciclo 」
Esto podría haberse evitado si tan solo usaramos la base de datos que hice previamente para el programa de inventario de la compañía.
Eso es lo que me hubiera gustado, pero el viejo me pidió encarecidamente que le diera una oportunidad a su sobrina, para que demuestre de lo que estaba echa.
Si, Miyu Nakamura era la sobrina de Saburo-san. Me enteré de ello justo después de haber tomado la decisión de trabajar desde casa.
Pero... Fui demasiado ingenuo al creer que la sobrina tendría la misma mentalidad que el abuelo, y ahora estoy sufriendo las consecuencias.
「 Nakamura: ¿que vamos a hacer? Senpai (╥﹏╥) 」
¿Vamos?
「 Ishida: Para empezar rehaz la base de datos usando el sistema que te indique y luego seguimos trabajando. Yo me tomaré un descansó. 」
「 Nakamura: Senpai estás bromeando ¿No es así? 」
「 Nakamura: Ya aprendí la lección 」
「 Nakamura: Senpai (⋋▂⋌) 」
Ahh~ que día de trabajo más productivo, merezco un descanso.
Cerré mi laptop y estire mi cuerpo.
Estos últimos días habian sido agotadores, espero que el regreso a clases disminuya mi carga de trabajo.
Miré hacia el reloj de la pared, aún era temprano para cenar y la verdad es que no tengo hambre.
Regreso mi mirada hacia la sala de estar donde Kurokawa-san se estaba diviertiendo.
Ahora que lo pienso, ella siempre había detestado esas películas, prefería géneros más tranquilos como el romance o las comedias.
Muchas veces intenté convencerla de darles una oportunidad pero siempre se negó.
Y Ahora, las disfruta como toda una amante del género.
¿Será también a causa de él?
No es como si me molestará, he tenido mucho tiempo para pensar sobre ello. En su momento me dolió bastante, ahora solo lo veo como una piedra en el camino, que ya supere.
No obstante, me gustaría que dejara de tratarme como si fuera su enemigo, nunca hice nada para ganarme su odio, y mientras mas lo pienso, más irracional se vuelve todo.
Me gustaría que pudiéramos llevarnos como antes o que al menos podamos tolerarnos.
Escucho mi teléfono vibrar y reviso las notificaciones, la mayoría eran mensajes de Nakamura-san quien parecía tener muchos problemas.
Talvez debería ayudarla y... ¡Vaya! Termino mi turno.
"Lo siento Nakamura-san, sigamos trabajando el Lunes", fue el mensaje que envie antes de desconectar todo.
Camino lentamente hacia la sala y me senté en el sofa al lado de Kurokawa-san.
Nuestra sala era lo suficientemente grande como para tener más de un sofá, así que no tenía que preocuparme por invadir el espacio personal de esta chica.
Mire de reojo para ver su reacción, pero no contaba con que ella también me estaba observando.
—¿Qué? —preguntó, sin ocultar su incomodidad, dándome una mirada aspera.
—A mi también me gusta esta película — Me encogi hombros y mantuve una actitud tranquila—, no hay problema si te acompaño ¿No?
Kurokawa-san solo regreso su vista al televisor, resoplando con disgusto, pero dandome el camino libre.
Igual su expresión de descontento no duró mucho, pues la película se encargó de transformar aquello en una mirada brillante y llena de emociones.
«Solo en momentos así, se ve como antes», pensé mientras la miraba de reojo.
La película siguió avanzando hasta llegar a los créditos finales.
Mentiría si dijera que estuve concentrado en la película todo el tiempo.
Kurokawa-san parecía satisfecha y ansiosa por la siguiente película, tanto que incluso dejo salir un:
—¡Que emoción! No puedo esperar.
Aunque rápidamente se dió cuenta de su descuidó y se calló.
¿Acaso tiene algun problema en mostrar otras emociones frente a mi, que no sean disgusto?
—Es verdad, la que sigue es la película más popular de la saga —agregué intentando iniciar una conversación.
— No me dirijas la palabra.
La respuesta de ella fue tajante, haciendo que el aire se congelará por un instante.
—Vamos... No te pongas así, seguimos siendo amigos —dije, tratando de tomar un papel más comprensivo—. Creí que detestabas las películas de acción, me alegra saber que alguien más en casa las disfruta.
Quise decir algo más pero me detuve al sentir el aura de agresividad que provenía de Kurokawa-san.
Molesta, se puso de pie y salió de la habitación dando fuertes pisadas, mientras murmuraba palabras ininteligibles.
En el momento que escuche la puerta de su habitación cerrarse, supe que ya no regresaría a la sala. Por lo que apague la televisión y me tumbe nuevamente en el sofá.
Si así es como iban a ser las cosas, solo me quedaba resignarme y tratar de llevar las cosas en paz hasta que nos graduemos de la preparatoria.
El sol ya se estaba ocultando por lo que salí de la casa a comprar algunos artículos de limpieza en la tienda de conveniencia.
Todavía quedaban algunos artículos en casa, pero prefería relajarme caminando un poco, que mejor excusa que ir de compras.
Usando lo que traía puesto desde la mañana comencé a caminar por las calles, encontrándome con algunos vecinos con los cuales intercambie algunas palabras antes de seguir mi camino.
Soy una persona muy querida en el vecindario, me había hecho una reputación intachable en la zona, todo para que nadie cuestionara mi independencia.
Gracias a eso me pude dar el lujo de ahuyentar a esa escoria en aquella ocasión.
Sabía que los vecinos estarían de mi lado en cualquier declaración, tal vez también sea por eso que a Kurokawa-san nunca se le ocurrió hacer un escándalo público al respecto.
Estoy orgulloso de ti, yo del pasado.
Al cabo de unos minutos llegué a mi destinó, una tienda de conveniencia que se había vuelto mi lugar más frecuentado desde que sucedió aquel incidente.
Entrando a pasó lento, miro de reojo hacia la caja, conocía a la empleada, una madre de familia muy amable, de ser posible quería pasar a saludar.
Sin embargo, aquel rostro familiar no estaba allí. En la caja, ahora había una chica joven de cabello negro revisando su celular con una expresión de aburrimiento genuino.
Fue entonces que el timbre de la entrada sonó y nuestras miradas se cruzaron.
Se ve igual de joven que yo, y por algún motivo su cara se me hace familiar.
Al parecer esa chica también creyó lo mismo, pues entrecerró sus ojos para verme bien, antes de guardar su celular y atender a un cliente que iba a pagar sus comprar.
Trate de ignorar este suceso, y me dirigí al pasillo de limpieza para coger lo que necesitaba, incluído unas frituras para mí.
Pero, ya de camino a la caja, no pude evitar pensar en que aquella chica de cabello negro, se me hacía conocida
Por un momento creí que era de mi clase, pero descarte la idea al instante dado que nuestra preparatoria prohíbe los trabajos de medio tiempo, incluso en vacaciones.
Aunque bueno, no es como si yo tuviera derecho a opinar.
Una vez en caja, pague por los artículos, pero antes de retirarme, senti la necesidad de preguntar cualquier cosa, como si una fuerza extraña me empujara.
—Disculpa, pero sabes ¿Qué pasó con Okada-san?
Lo dije, le acabo de preguntar a una completa extraña por otra trabajadora de la tienda.
La chica abrió sus ojos y me miró con una expresión de "no esperaba que me fueses a hablar", antes de fruncir el ceño y responderme:
—Que trabajemos en la misma tienda no significa que conozca los detalles de la vida de mis compañeros.
—Ah, si, lo entiendo, perdón por tomar su tiempo...
—Pero si te refieres a la Okada, se cambió al turno de la mañana, ahora que su hijo entro a primaria.
«Te hubieras ahorrado tu queja si igual me ibas a dar la respuesta»
Mire a esta chica sin saber cómo reaccionar, por lo que ella se recostó sobre sus brazos y pensó en algo antes de volver a hablar.
—Tienes una cara familiar ¿No nos hemos visto antes?
—No lo creo, te recordaría.
Al escuchar mi respuesta, pude ver un ligero rastro de decepción en su rostro.
No, en serio, si te hubiera visto antes, te recordaría, después de todo, soy bueno para recordar rostros.
De pronto una alerta sonó en mi teléfono.
Al revisarlo, había una notificación de la cámara de seguridad, al parecer Kurokawa-san había salido al patio.
—Que grosero, miras tu celular mientras hablas con una chica linda.
—Veo que tienes una autoestima muy sana.
«Está chica es muy confianzuda»
Con esa idea en mente, guarde mi celular con ligera sospecha mientras pensaba en que hacía Kurokawa-san llendo al patio.
Expresión que no pasó desapercibida por la chica, quien ladeo la cabeza intentando leer mis expresiones.
—Mmm... Esa cara, estás en un lío ¿Verdad?
—No te enseñaron a no ser entrometida, señorita.
—Lo dice el chico que me preguntó por la vida privada de mi compañera de trabajo.
—Tsk, tienes un punto.
En este momento, solo quería regresar a casa. En serio, que difícil es tratar con chicas.
Espera... Ella es una chica, talvez podría ser una pieza clave en la incógnita de como arreglar mi relación con Kurokawa-san.
Además, contarle esto a un extrañó, te quita la carga de pensar en las consecuencias de tus palabras.
—Bueno, señorito cliente si no tiene más compras que hacer, que tenga un buen d-
—Espera, ¿Podrías ayudarme con una situación?
Interrupi a la chica, a lo que ella soltó una sonrisa triunfante.
—Claro, ¿Que es lo que te aqueja?
Decidí darle un versión muy resumida y censurada de mi situación con mi amiga de la infancia.
—Ya veo, te peleaste con tu amiga y quieres que te perdone.
—S-Si
Claramente ese no era el caso, pero contar más que esto, era recibir la misma respuesta que me dió Haruka en su momento.
La chica estuvo meditando por unos segundos con la mirada perdida, antes de darme su respuesta con total seguridad.
—Comprale su dulce favorito.
—Perdon por tomar su tiempo, hasta luego.
«Efectivamente, perdí mi tiempo, me voy»
Claramente algo tan simple no iba a funcionar ni en un millón de años.
Me di media vuelta y comencé a caminar hacia la salida cuando fui detenido por el grito de la chica.
—¡Espera! ¿Porque te estás llendo? ¡Oye! No actúes como si te hubiera estafado.
Detuve mis pasos y me gire hacia la chica indignada, para responderle:
—Es imposible que algo tan simple pueda funcionar, y menos un dulce.
—Es porque es simple, que es más efectivo.
Replicó la chica de inmediato, lo que captó mi atención.
—Solo escúchame ¿Si? Que pensarías si has peleado con tu amigo y al día siguiente te regala un auto para pedir tu disculpa.
—Tu ejemplo está muy desproporcionado, y ¿Por qué un carro? Todavía no tengo edad para conducir uno.
—¡Solo responde! —interrumpio la chica frunciendo aún más el ceño. Es tu culpa por preguntar eso, no te enojes conmigo.
Pensé un poco en su pregunta, aunque ya tenía clara mi respuesta.
—Pensaria que está tratando de comprar mi perdón...
Y en ese momento comprendí a lo que se refería con regalar algo simple.
Al notar mi iluminación, ella solo asintio feliz de haber demostrado su punto.
—Pero ¿Porqué dulces?
O será acaso que todo esté tiempo, los dulces han tenido un poder secreto que he ignorado.
—Porqué son ricos ¿No lo crees?
—Ah claro, eso tiene sentido.
Regrésame mis expectativas por favor.
—¿¡Porqué luces decepcionado!? Cuando me peleó con mi hermanito, siempre le compro su dulce favorito y así se calma ¿Bien?
La chica se había enojado ligeramente pero rápidamente retomó su ánimo anterior.
Aunque el saber que su experiencia se basaba completamente en sus interacciones con su hermano menor, me hizo perder la confianza en ella de nuevo.
Pero ya habíamos llegado hasta aqui, solo quedaba seguir avanzando.
Así que su dulce favorito ¿Eh?
No fue difícil encontrar aquel recuerdo del dulce que Ayame siempre me pedía al salir de compras.
Me excuse un momento y fui a la nevera para luego regresar con un pote de helado de una marca muy conocida.
Lo dejo sobre la caja y la chica lo escanea mientras murmura:
—Tu amiga tiene gustos un tanto... Infantiles.
«Me pregunto si seguirá siendo así»
Sacudí mi cabeza para disipar mis pensamientos y continúe la conversación.
—Y ¿Habrá algo más que se pueda hacer?
Dudo que un helado pueda hacerle frente a mi situación, talvez un plan B sería de mucha ayuda.
La dependiente frente a mi se sumergió en sus pensamientos nuevamente antes de recoger su largo cabello detrás de su oreja y agregar:
—Recordarle un objeto o pasatiempo que tengan en común, eso moverá su pasado, por lo que afectará su presente, haciendola sentir culpable por no hablarte.
—En pocas palabras, manipulación psicológica.
—No es manipulación si el objetivo no se da cuenta, Tomohiro-kun.
Termino su frase con una sonrisa traviesa.
En serio, está chica... Espera, Me acaba de llamar por mi nombre, ¿Verdad?
La miré atónito, preguntándome cómo sabía mi nombre.
Y ella entendió mi duda, pues contesto al instante.
—Eres muy popular en el vecindario vecino, no te sorprendas —dijo, encongiendose de hombros—. Entonces, recapitulando, estás peleado con tu amiga, que es ni más ni menos que Ayame Kurokawa y quieres reconciliarte.
Su sonrisa confiada solo me dijo que ella estaba enterada de quién era yo, todo el tiempo.
No puede ser, pero es la primera vez que la veo, y desde que entre a la preparatoria ya no salgo a hacer labores comunitarias con los vecinos para que alguien me conozca, y aún si ese fuera el caso, Ayame nunca me acompañaba, como para que sepa que es mi amiga.
—¿Quien eres? —me las arregle para murmurar aquella pregunta, manteniendo mi mirada fija en ella.
—Una simple cajera aburrida, con mucho tiempo libre, acaso no ves como no ha venido nadie en todo el tiempo que hemos estado hablando.
—Es cierto, debe ser porque este lugar está algo oculto... Oye, no me cambies de tema.
La chica se rió disimuladamente.
—Puedes llamarme Nogami, sin honoríficos está bien.
Mientras la chica sonreía, yo trataba de ubicar el nombre en algún recuerdo.
Porseacaso intenté mirar su gafete de reojo pero ella inteligentemente lo cubrió con su mano.
«Es probable que sea una apodo», pensé.
~ RING ~
¿Otra notificación de la cámara? Será mejor que me vaya.
—Bueno, N-Nogami, ya me tengo que ir, déjame comprarte algo para agradecerte.
Ella abrió sus ojos ligeramente sorprendida, lo que la hacía ver un poco más linda.
—No es necesario que me des algo, pero si insistes.
¿Eh? Creo que me equivoqué que con esta chica, es más bondadosa de lo que creí.
—Me gustaría un pan relleno de chocolate con leche Kitkat de edición limitada.
—¡Eso es un robo!
—Entonces no te importará que Kurokawa-san se entere de nuestra pequeña conversación.
—¿¡Ahora me extorsionas!?
Nogami se rió de mis expresiones hasta saciarse.
—Lo siento, lo siento, era una broma, me conformo con un-
Interumpi sus disculpas dejando un billete de 1000 yenes en el mostrador.
—Quedate con el cambio, adiós.
Después de eso, salí de inmediato, ignorando las réplicas de Nogami.
No es como si estuviera molesto con ella.
Levanté mi teléfono para ver la verdadera causa de mis acciones.
Era otra notificación de movimiento en la casa, sea lo que sea tenía que irme, ya.
—Debi haber venido en bicicleta —murmure mientras caminaba a paso veloz de regreso a casa.
☸☸☸
Mientras tanto en la tienda de conveniencia, la chica de antes sujetaba el billete de 1000 yenes, en su mano, con frustración.
—Ese tonto, solo estaba bromeando
La chica decidió no usar el billete y guardarlo para cuando el chico regresará algun día.
Mirando al techo del local, la chica suspiro, como si su fuente de diversión se hubiera esfumado.
—Aun así, Tomohiro y Ayame están peleados, nadie lo esperaría, guardaré este secreto solo para mí
Riendo disimuladamente, Nogami, como se hacía llamar, miro a la distancia espectante por lo que traería el futuro.
☸☸☸
No tarde mucho en llegar a casa, aunque ahora mi cuerpo se sentía pegajoso por el sudor.
De camino revise la camara de la puerta y del patio, por lo que llegue a ver, Kurokawa-san no metió a nadie a la casa, lo cual era bueno.
Lo malo es que al parecer se había dirigido al cobertizo dónde guarde las pertenencias que ella había desechado, por lo que me preocupaba su reacción.
Abrí la puerta lentamente y dejé mis zapatillas en el recibidor.
La falta de ruido, me indicaba que probablemente ya habia regresado a su habitación.
Sin embargo, un ruido fuerte proveniente de la cocina me alertó, por lo que corrí de inmediato a ver lo que había sucedido.
Al llegar, ví como Kurokawa-san estaba sosteniendo un trapo con una expresión en blanco, y en el suelo, una cubeta de agua sucia se había derramado.
Lo más seguro es que se le había caído, pero ¿Qué trataba de hacer?.
Instintivamente mire de reojo los muebles de la casa y pude notar como estaban brillando.
Kurokawa-san ¿Limpiando?, Eso es extrañó, pero guarde esa idea cuando ella volvió a reaccionar.
—¿Eh?¿Yo?¿Qué?
Visiblemente confundida, ví como levantaba su brazo para ver el trapo en su mano y después pasar su mirada por el suelo mojado.
Sin pensarlo dos veces, arrojo el trapo al lavadero y comenzó a caminar tambaleante hacia las escaleras.
—Espera —ella se giró a verme, pero yo no sabía que decirle, aunque ya sabía por dónde empezar—, gracias por ayudarme a limpiar.
Pude ver cómo su expresión lentamente regresaba a la normalidad, aún así me miraba extraño.
—Yo no hice nada, no me molestes.
¿Eh?
Quería replicar, claramente ella tenía hasta hace un rato, el trapo con el que limpio los muebles de la casa, pero decidí primero calmarla usando los consejos de Nogami.
—Dejemos eso para después, mira, te compré esto, es tu favorito.
De la bolsa saque un helado que por suerte aún se mantenía consistente y se lo entregué.
Ella solo lo recibió por reflejo, mientras pronunciaba mis últimas palabras.
—¿Mi favorito? —y si en la tarde ella estaba irritada, ahora sí se veía molesta— ¡No quiero nada de ti!
Acto seguido arrojo el helado, por suerte pude atraparlo y salvarlo, pero en ese lapso de tiempo, ella ya se había encerrado en su habitación.
Un suspiró salió de mi boca y regrese a la cocina a limpiar el desastre que había ocasionado Kurokawa-san.
Usando un trapeador, absorbi toda el agua, cuando un olor proveniente de los muebles llamo mi atención, un olor a...
—¿Yuzu?¹
Sorprendido, me acerque a los muebles para verificar si no era producto de mi imaginación.
«Si, todos los muebles huelen a Yuzu»
En ese momento entendí porque Kurokawa-san entro al cobertizo, allí era el único lugar donde estaba guardado el antiguo desinfectante que ella usaba para impregnar la casa de su aroma favorito.
—Cada vez actúa más rara, ella misma aparto su pasado con asco, porque el olor sería tan importante para ella ahora.
Mientras yo seguía cuestionandome, la hora de la cena había llegado.
Decidí preparar algo simple, llame unas cuantas veces a Kurokawa-san, pero al no haber respuesta separé sus platos y terminé de comer antes de subirlos junto al helado.
Usando una mesita con ruedas, deje la bandeja con la comida y el helado.
No obstante cuando estaba a punto de tocar la puerta de su habitación, recordé el otro consejo que me dió Nogami.
No perdía nada intentándolo, por lo que entre a mi habitación y recupere la consola con la que estaba jugando hace unos días.
No sería correcto decir que es mío, después de todo fue un regalo que Haruka le dió a su sobrina al entrar a preparatoria, así que es más como devolverlo a su dueño original, con la esperanza de que recuerde algo de los buenos tiempos del pasado.
Finalmente deje todo en la bandeja y llame a la puerta para después entrar a mi habitación.
No pasaron ni diez minutos cuando escuché como la puerta se abría y el carrito era arrastrado dentro de su habitación.
Puedo considerar esto, una pequeña victoria ¿Verdad?
En cuanto a esa chica.
—Nogami —la llame inconscientemente, mientras repasaba nuestra interacción de hace unas horas.
No es normal que alguien se ofrezca a ayudar a desconocidos... Bueno, ella si me conoce, no se de donde pero me conoce.
Me preocupa su mirada intrépida, se siente como si jugará conmigo de alguna manera, Ayudándome sin un motivo en particular más allá de su aburrimiento.
Ahh~ que agotador.
Solo restaba echarme en mi cama a esperar la llegada de un nuevo día.
Y aunque me gustaría decir que dormí bien, la verdad es que varios ruidos me despertaron una hora antes de mi ciclo habitual.
Desde la puerta se podía escuchar como la aspiradora pasaba por toda la casa, luego me pareció oír la lavadora y finalmente unos ruidos en la cocina, antes de que la puerta del cuarto de Kurokawa-san se cerrará nuevamente.
Salí de mi habitación con ligera sospecha, solo para encontrarme con la casa limpia.
Aunque aún faltaba trapear, estaba claro que la mitad del trabajo ya había sido hecho.
Pero la mayor sorpresa me la lleve cuando al pasar por el comedor ví varios emparedados en un plato cubierto con un papel que decía "desayunó".
No solo eso, el helado que me lanzo ayer con tanta furia, ahora estaba completamente vacío y sin residuos, en la basura.
Y si antes todo esto era raro, ahora era espeluznante.
¿Estará intentando drogarme de nuevo?
No lo parece, los emparedados no tienen ningún elemento sospechoso, incluso tomé un pedazo pequeño para catar, y no había nada raro con él, incluso puedo jurar que tiene un sabor más nostálgico, que la comida de su plan fallido anterior.
Varias ideas corrieron por mi cabeza
Tal vez trataba de ganarse mi perdón, o quizás solo quiera que baje la guardia para apuñalarme por la espalda, e incluso tal vez solo quiera pedirme un favor usando buenas acciones como pagó.
Eso me hizo recordar, que la primera semana después de enterarme de su relación, ella misma vino a mi cuarto a pedirme dinero para comprar maquillaje.
Bueno... Pedir suena a que fue amable, en realidad pateo mi puerta y extendió su mano exigiendo el dinero que sus padres guardaron para ella.
Obviamente la rechacé en el acto, ese dinero era para financiar sus estudios y lo que se usaba para su dinero de bolsillo ya se lo había gastado.
Le dije que podía darle dinero si a cambio ayudaba con la limpieza de la casa, pero lo siguiente que supe de ella es que se fue mientras daba pisotones y murmuraba groserías que por suerte no recuerdo.
Así que si unó los cabos, es más probable que me quiera pedir algo.
Aunque por como han ido las cosas, no es que tenga muchas ganas de darle dinero, supongo que al menos lo consideraré.
Me encogí de hombros y comí los emparedados junto a una taza de café que yo mismo prepare.
Al mismo tiempo revisaba mi celular. Y exceptuando los mensajes SOS de Nakamura-san, no había nada más en mi lista de chats.
Solo para mantener la comunicación, le dejé un mensaje a Haruka y me dispuse a terminar de limpiar la casa.
Gracias a la ayuda de Kurokawa termine más rápido que la vez anterior, y ahora me encontraba en el sofá jugando en mi celular.
Nuevamente la puerta de arriba se abrió y escuché como unos pasos se dirigían hacia aquí.
Al levantar mi mirada pude ver a aquella chica que se estaba comportando raro desde ayer, pararse frente a mi con una expresión sutilmente amenazadora, como si se estuviera conteniendo.
—Necesito un celular
Vaya, entonces si me quería pedir algo, eso resuelve todo.
Regrese mi vista al celular mientras le respondía.
—Lo pensaré, dame unos días.
—¡Eres un—! ¿Eh?¿Lo vas a pensar?
¿A qué viene esa expresión incrédula?
Deje mi celular a un lado, para extender mis palabras.
—Si, lo voy a pensar, porque no soy ningún monstruo para privarte de tu celular, además necesitamos estar en contacto contigo para cualquier emergencia, hablaré con tu tía para adquirir un nuevo plan, te avisaré cuando suceda.
Hoy en día estar sin celular, es como mandar a un aventurero a una misión sin su arma.
En realidad incluso si no me lo pedía ya tenía planeado conseguirle otro, solo delegaria esa responsabilidad a Haruka-neesan.
En cuanto a Kurokawa tal parece que la impresión no la dejo reaccionar como quería y solo soltó un vago "Entiendo" mientras se sentaba en el sofá de al lado a ver televisión.
Pensé en decir algo al respecto sobre la limpieza o el desayuno, pero algo me decía que mencionar alguna de esas dos cosas, terminaría mal, así que opté por mantenerme en silencio.
Así fue hasta la hora del almuerzo, dónde después de terminar de comer, di el aviso para que ella viniera a la mesa.
Mantener este ambiente no era fácil, echó de menos los días donde ambos podíamos hablar de nuestras series favoritas, ver repeticiones de Terrace House² y debatir al respecto.
Cuando siento que me acostumbró, solo es porque estoy distraído en otras actividades, como el trabajo.
Tal vez debería llevar mis avances a Nogami, es posible que pueda darme otro consejo útil.
Espere a la tarde y me puse algo cómodo para salir.
—Voy a salir, regresare pronto
Ella no respondió, sin embargo, pude ver cómo juntaba sus cejas mientras me miraba de reojo.
«Si quieres decir algo, solo dilo», pensé mientras suspiraba y salía de la casa.
No pasó mucho tiempo, hasta que llegue a la tienda de conveniencia y ví el aburrido rostro de Nogami iluminarse para luego resoplar como si hubiera recordado algo malo.
—Hola Nogami quería decirte qué...
—Buenas tardes querido cliente, por políticas laborales, está estrictamente prohibido mantener conversaciones con los trabajadores, por favor realice sus compras con normalidad.
¿Eh? ¿Acaso está molesta conmigo? Ya tengo suficiente con un enigma en casa, no tengo energías para lidiar con otro.
De pronto ella comenzó a reír sin reservá, mientras me señalaba.
—¿Que pasa con esa cara? Es una broma.
—Tienes un sentido del humor, algo retorcido —respondí con una mirada en blanco.
Mientras Nogami recuperaba el aire, no pude evitar en pensar que mi teoría sobre que ella me usaba como su herramienta de entrenamiento, había acertado.
—Ya, ya, no te enojes, si te sirve de algo parte de lo que dije si es verdad
Nogami soltó una risa nerviosa, mirando la camara de seguridad, de reojo.
—La jefa me dió un aviso por conversar con los clientes más del tiempo debido, pero cuando supo que se trataba de ti, me dió un permiso a medias para hablar contigo. No serás un yakusa o algo así.
Parece que soy más conocido de lo que creí.
—Digamos que supe elaborar una buena imágen social.
Ohh, creo que mi ego está creciendo.
—Eso suena muy injusto —Nogami hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos—. Entonces, ¿Qué es lo que querías decirme?
—Ah, si, verás —explique detalladamente lo que sucedió hoy, omitiendo los detalles que delatarían mi mentira—...¿Que opinas? ¿Habrá algo más que pueda hacer?
Siendo sincero, si pudiera mejorar mi relación con Kurokawa antes del segundo semestre, estaría más que satisfecho.
No hay un motivo en particular, pero es mejor marcar una meta que dejarlo a la suerte.
Mire a Nogami quien aún parecía procesar lo que le había contado, aunque siento que en realidad se lo está imaginando, a veces sonríe o frunce el ceño como si estuviera viendo alguna clase de reality show, hasta que abrió los ojos.
—Parece que obtuviste un pequeño avance. Te diré exactamente lo que tienes que hacer ahora para que des el siguiente pasó.
Apoyándose en el mostrador, Nogami acerco su rostro muy cerca de mi.
Trague saliva por reflejó y me preparé para escuchar su consejo.
—Nada
Fue lo que salió de sus labios antes de sonreír de oreja a oreja.
¿Dijo nada? Creo que escuche mal.
—¿Algas?³
—No finjas que no me escuchaste, dije nada, solo no hagas nada.
Entonces si dijo nada, está chica tiene una habilidad extraordinaria para traicionar mis espectativas.
Nogami solo resopló y me señaló.
—De seguro pensaste que como el primer consejo funcionó, deberias buscar más, para aplicarlos cada día.
Una acusación directa, que de alguna manera logro que me sintiera culpable.
Desvíe la mirada, haciendo que Nogami suspirara y continuará hablando.
—Dale tiempo, ya sabes lo que dicen "el tiempo cura", solo se receptivo y abre tu mente a cualquier evento inesperado, así no te tomarán por sorpresa.
Finalizo, guiñando un ojo.
Darle tiempo, eh. Es como si volviéramos al punto de partida.
Suspiré levemente y recordé el cambio del día de hoy.
«Puedo creer en eso, al menos», me repetí internamente.
Saque mi mejor sonrisa y le agradecí a Nogami mientras me iba.
—¿A dónde crees que vas?
—¿Eh?
Me di la vuelta y me pregunté si había olvidado algo, pero ella solo señaló a la camara tras de ella.
—Recuerdas que me dieron un permiso a medias para hablar contigo. Verás, para que ese permiso funcione, tienes que comprar algo de la tienda, reglas son reglas.
—Claro, voy a tomar un...
En ese momento mi expresión se congelo.
Un sudor frío recorrió mi cuerpo, al momento de palpar mi bolsillo y no encontrar mi billetera.
«¡Mi billetera! Deje mi billetera en la mesa del comedor», recordé.
Ahhh, Nogami me está mirando fijamente.
—¿Olvidaste tu billetera? Te creía más responsable la verdad, usa ésto.
De sus manos, un cuadrado de papel voló hacia mi a gran velocidad chocando contra mi frente y callendo en mi mano.
Resulta que no era un papel, era un billete y no cualquier billete.
—¿No lo usaste?
—Ayer te dije que estaba bromeando, pero tú solo te fuiste corriendo y me dejaste eso.
—P-Perdón.
De verdad estaba apurado ayer, parece que la presione sin darme cuenta.
—Con tal de que no lo vuelvas a hacer.
Nogami esquivo mi mirada con un ligero rubor en sus mejillas.
—Entonces compraré dos panes rellenos de crema, porfavor.
—Ahh~ que envidia, aquí tienes... ¿Eh? ¿Uno es para mí?
Exclamó con los ojos bien abiertos, una mezcla de sorpresa y emoción iluminando su rostro. Sus labios se curvaron en una sonrisa juguetona mientras tomaba el pan que le entregué.
Parecía emocionada por la inesperada sorpresa y ansiosa por saborear el delicioso pan de crema.
—Esto es por los consejos que me diste, gracias
—N-N-No es nada, solo estaba aburrida y pensé que hablar contigo sería...
Nogami hablaba cada vez más bajo hasta que comenzo a murmurar mirando hacia cualquier lado menos a mí presencia.
Me incline hacia adelante para escucharla mejor, pero ella ya había terminado de hablar, y al girarse, nuestras miradas se cruzaron, haciendola retroceder de un salto.
—¡Gracias por el pan de crema!
Seguido de esas palabras comenzó a devorar el pan dando grandes mordiscos.
Se veía tan incomoda, que solo me despedí y salí de la tienda.
«No hacer nada es el camino correcto», reflexione en ello mientras caminaba de regreso a casa.
Debo estar loco por querer cuidar a Kurokawa-san, pero es que simplemente algo me dice, que hay algo extraño en todo esto.
Es un novio suficiente motivo para odiar a un amigo que conoces casi toda tu vida, radicalizar tu personalidad al extremo.
Incluso llegué a pensar que había caído en un mundo paralelo por error.
Hay una pieza que no encaja aquí.
De repente unas gotas de agua me sacaron de mis pensamientos.
—¿Lluvia? El pronóstico dijo que estaría despejado.
Maldecí internamente, todavía quedaban 10 minutos de camino, por lo que acelere el paso para llegar a casa, mientras me cubría la cabeza.
Sería malo coger un resfriado a estas alturas, dejarle el trabajó a Nakamura-san, sería lo mismo que abrir la caja de Pandora.
Con esa idea en mente, use el resto de mis fuerzas para correr hasta mi casa.
Cansado y exhausto, me encontraba apoyado en la puerta mientras tomaba aire.
Cuando escuché una voz venir desde dentro de la casa.
—¿Hiro? ¿Mmm? No está, que alivio, necesito estar más atenta, casi...
La lluvia no me dejó escuchar más, pero escuche lo suficiente para que mi mente comenzará a divagar.
Pero si de algo estaba seguro, es que está sensación que siento, es la misma que cuando la ví en el hospital después del accidente.
Sin vacilar, abrí la puerta de golpe y lo primero que escuche fueron pasos acelerados en dirección a las escaleras, seguidos de una puerta cerrarse.
—Escapó
Murmuré, mientras caminaba a la sala, nada había sido movido, la tele estaba apagada, pero en el sofá, estaba la consola que le di a Kurokawa-san, encendida y en pleno juego.
«¿Le dió vergüenza que la viera jugar y por eso se fue?»
Varias conjeturas, pero ninguna respuesta.
Tome la consola y la revise, había una partida nueva bajo el nombre de mero.
Y como alguien que es un fanático acérrimo del juego, puedo deducir que recién paso del primer escenario y está atascada.
Es normal, si no me equivoco para pasar este puzzle tienes que ver el mapa del pueblo y notarás que este parece un código, al escanearlo te llevará una página del juego donde te explican cómo pasar el puzzle mediante un juego de acertijos.
Era muy rebuscado, pero los desarrolladores tenían esa rara costumbre de sus anteriores juegos.
Por suerte hay un código que te evita hacer todo este procedimiento.
Ups, lo ingresé por reflejo, espero que no se moleste por ésto, de seguro estaba atascada, así que estará agradecida... Supongo.
Mientras pensaba en subir y devolverle la consola, el recuerdo de su extrañó comportamiento y sus palabras me detuvieron.
«Hiro»
Hace tiempo que no escuchaba ese apodo.
Y eso solo confirmaba mis sospechas, por lo que decidí usar este aparato como cebo para saber que era lo que estaba pasando.
Deje la consola donde la encontré y comí algo ligero antes de irme a mi habitación, no tuve que preocuparme por Kurokawa-san, pues habían indicios de que ya había cenado antes que yo.
Mientras subía las escaleras, la puerta del cuarto de Kurokawa se abrió, ella salió con el mismo ceño fruncido y su aura intimidante.
—Muevete, estás en medio.
Ni siquiera espero mi respuesta, antes de pasar por mi lado empujandome.
—¡Oye! —quise replicar, pero ella ya se había encerrado en el baño dando un portazo.
Con las palabras en la boca, solo me metí en mi habitación, y dejé que el tiempo corra mientras revisaba mi celular.
- 12 AM -
Un ruido sonó desde el pasillo, era la puerta de Kurokawa-san, que se abría lentamente, seguido de unos pasos silenciosos que apenas pude captar.
Decidí esperar unos minutos antes de ir detrás de ella.
Sin hacer ruido, baje las escaleras y agudice mi oído.
Podía escuchar algunos murmullos mientras más me acercaba a la sala.
—Ahh~ que alivio, sigue aquí.
Al acercar mi cabeza al borde de la puerta, pude ver la figura de Kurokawa sosteniendo la consola y su brillante sonrisa iluminada por la pantalla de está.
Mi corazón latía fuerte por alguna razón, como si un gran sentimiento de nostalgia me invadiera.
Pero con ello, llegaron las dudas.
—¿Eh? Pase el nivel, pero yo no fuí... Ohh, Hiro-kun ese tonto, debió pasarlo por mi, jeje, siempre tan amable.
La chica que está en la sala no es Kurokawa-san, ¿Quien es ella?
Sabía que algo no estaba bien.
¿Debo confrontarla? No, yo también estoy en falta por espiarla.
Mientras pensaba en ello, mire de nuevo a la sala y ví a Kurokawa-san mirar hacia donde yo estaba con una expresión atónita, sus ojos temblaban violentamente, antes de pegar un grito al cielo.
—¡Kyaaaaaaaaa!
Estoy muerto...
Solo me quedaba reír para mis adentros, conteniendo los nervios que me invadían.
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