Capítulo 42

Casi había sido capaz de olvidar por todo lo que hemos pasado o estamos pasado, quiero decir, los problemas a nuestro alrededor parecen desaparecer ahora cuando estoy con Ethan. Ya el pasado no importaba y las preocupaciones se desvanecían al reunirnos. Empezamos a formar un vínculo entre ambos que se fortalecía día a día, y pronto actuamos como una pareja normal, que vivía en un cuento de hadas. Aarón tenía mucha razón, Ethan es cursi cuando está enamorado... pero eso es lo más tierno que me puso haber pasado.

Pero no todo puede ser perfecto.

A pesar de pasar tiempo juntos y ser felices en nuestra intimidad, la guerra con los vampiros aún seguía en su máximo esplendor. Pareciera interminable, todos los días se mandan lobos a detener el avance de los vampiros y solo unos cuantos son capaces de volver a salvo. Pero lo peor es que Ethan me había dicho que en unos días él tendrá que ir al frente, sospechábamos que finalmente el rey vampiro daría la cara en estos días y por fin podrá darle fin a la guerra... aunque no sabemos si para bien o para mal.

-¿En serio tienes que ir? -pregunté sentada en la cama que ahora era la nuestra.

-Tengo que hacerlo, si aparece allí podré matarlo de una vez por todas -respondió guardando un par de cosas en un bolso-. No puedo permitir que siga lastimando a la manada, mucho menos estando tú aquí.

Me levanté y me acerqué a él para abrazarlo por la espalda. Dejó de hacer lo que estaba haciendo por ello, me aferré a él y suspiré con pesar.

-No quiero que te vayas...

No respondió al instante, solo se dio vuelta y me abrazó de una forma tan cálida y reconfortante que me hizo suspirar.

-Antes solo hubiera podido soñar con escucharte decirme tal cosa -murmura por lo bajo.

-Pero ahora te lo estoy diciendo. No quiero que te vayas -repetí.

-Y no sabes cuanto me alegra escucharte decirlo. Haces que quiera dejarlo todo y hacer lo que me dices... pero si me quedo ellos vendrán, te pondrán en riesgo y no quiero que algo malo te pase -acaricia mi mejilla con su pulgar mientras me mira a los ojos con sinceridad.

-Tampoco quiero que algo te suceda a ti, ¿qué puedo hacer? Tú me proteges a mí todo el tiempo pero yo soy incapaz de hacerlo por ti -respondí frustrada y molesta conmigo misma por no saber defenderme.

-¿Crees que no haces nada por mí? El saber que existes me basta para buscar cualquier medio necesario para volver contigo.

-Una vez dijiste que mi existencia te molestaba y hacia débil... -recordé bajando la mirada.

-Y no sabes cuánto me arrepiento de mis palabras. Nunca debí decirlas...

-No te estoy reprochando nada, solo pienso que ¿y si tienes razón? ¿Y si protegerme es una distracción para tu propia seguridad?

No pude soportar mis emociones, siempre había sido mala controlándolas. Podía sentir mis mejillas humedecerse por las lágrimas que comenzaban a caer, Ethan me mira preocupado así que me carga y me hace enrollar mis piernas en su cintura.

-Hey, mi luna... no llores, por favor no lo hagas.

Me aferré a su cuello y traté de calmarme. Sentía sus besos tiernos en mi hombro y mi mejilla mientras escuchaba sus murmullos para consolarme. Se sentó en la cama conmigo encima y me hizo separarme para verme al rostro y limpiar mis lágrimas mientras me sonreía.

-Recuerdas mis palabras pero no recuerdas mis acciones. ¿Ya has olvidado la explosión en el refugio? Tú defendiendo a los civiles y yo confundido porque en lo único que podía pensar era en ti estando en riesgo.

Sorbí mi nariz mientras lo escuchaba, aunque saber que pensaba en mí en ese momento en el que ni siquiera me quería cerca... me hizo sentir mejor, con el rostro sonrojado.

-Cuando me rodearon y ya no tenía escapatoria creí que iba a morir, ya solo podía esperar a que mi vida terminara... pero tú fuiste la razón por la que no me había rendido. Gracias a ti es que aún estoy aquí, porque no podía dejar que te hicieran más daño. Ya no tenía fuerzas pero pensar en ti me las ha dado, me hiciste más fuerte.

Tallé mis ojos con mi brazo mientras soltaba otro sollozo, pero Ethan aparta mi mano para ser él quien limpiara mis lagrimas y besara mis mejillas.

-Así que no te preocupes por mí, volveré contigo aunque tenga que arrastrarme para hacerlo.

Me lancé a abrazarlo de nuevo, me pedía que no me preocupara pero aún así estaba asustada. Ambos caímos acostados en la cama conmigo aún aferrándome a su cuerpo. Ethan rodea mi cintura y me tranquiliza cuanto podía hasta quedarme dormida.

Esa había sido nuestra conversación por la noche. Una dolorosa y más larga despedida. Luego, en la mañana siguiente todos los guerreros estaban listos para irse. Acompañé a Ethan tomando su brazo que estaba cubierto por unos trozos de armadura de oro, la capa en su espalda flamea por el viento, demostraba su autoridad y grandeza. Él se separa de mi al ver a Nellie para ir a despedirse de ella. Vi a las chicas despidiéndose de sus Mates, ambas llorando y abrazándolos como si no los fueran a dejar ir.

-Zack, cuídate, por favor -pide Lorraine.

-Lo haré -responde en suspiros mientras no la quería soltar.

Él la mira y acaricia la marca en el cuello de ella como indicandole que aún tenían su vínculo y como contactarse a pesar de la distancia. Pasé la mirada a Aarón y Trish, quien sollozaba y él limpiaba sus lágrimas.

-Déjame ir contigo, puedo ayudar... -pide ella.

-Y es por eso que quiero que te quedes aquí. Sé que eres fuerte y al ser de una especie tan increíble y poderosa debes proteger la manada. Ayuda a nuestra luna y los demás a mantener a todos a salvo, Trish.

-Pero quiero protegerte a ti... -ella lo abraza con fuerza-. Tú me salvaste... ¿por qué no puedo hacer lo mismo?

Hice una mueca y bajé la mirada con tristeza, miré lo que traía en mis manos justo cuando Ethan volvió a acercarse a mí. Miró mis manos con curiosidad.

-Haz tenido eso desde que salimos, ¿qué es? -preguntó.

-Yo... pensaba dártelo en tu cumpleaños, Nellie me dijo que iba a ser en unos días -murmuré abriendo la caja-. No sabía si iba a gustarse, solo... lo vi y pensé en ti. Bueno yo...

Él tomó el collar de cuero que saqué de la caja y lo miró con una sonrisa, tenía un lobo aullando sobre una luna como dije. Se lo puso como si estuviera muy emocionado por usarlo.

-Me encanta... -murmura.

Volví a derrumbarme y sollocé. Él me atrajo rápidamente a sí y me abrazó, quería llevarmelo y encerrarlo en la misma celda que él a mí solo para que ni se fuera, y quizás vengarme un poco, pero más por lo primero.

-No te vayas... -pedí en un último intento.

-Mi luna...

-Debemos irnos -escuchamos atrás.

Todos ya se habían despedido de sus seres queridos y ya no podían perder más tiempo. Ethan asiente en respuesta y vuelve a mirarme.

-Lo siento.

Se separa de mí aunque ni queríamos hacerlo. Cuando nuestras manos dejaron de tocarse sentí un gran vacío en el pecho que fue horrible... él se acercó a los demás quienes comenzaban a avanzar hacia las afueras del territorio. Negué con la cabeza y corrí hacia él, que al escuchar mis pisadas se gira y yo me lancé a besar sus labios.

-Al menos si te vas... despídete bien -murmuré tratando de sonreír.

-Lo siento, mala mía.

Él me sonríe y me toma por la cintura para volver a besarme. Ambos con intensidad y sin importarnos la falta de aire. Pero pronto nos separamos y volvimos a alejarnos, Ethan va junto a sus guerreros y como el Alpha que es, los guía al frente.
Mis rodillas no lo soportaron y me dejé caer al suelo. No tenía ni idea de lo que iba a pasar allá, cuánto tiempo tardarían en volver o si alguna vez él volvería... Confío en su fuerza pero aún así temo por su vida.

Las chicas se unen a mí apoyando sus manos en mis hombros, mi hermano igualmente me abraza para darme ánimos a pesar de no agradarle Ethan. Me lancé sobre él buscando consuelo, me devolvió el abrazo y trató de calmarme. Aunque lo único que me calmaría ahora era Ethan... regresando victorioso de la guerra.

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