Capítulo 34

>Que crees que deberíamos hacer?

>No lo sé... Esto no va bien.

>Lleva mucho tiempo sin ir bien.

>Deberíamos terminar con esto ya.

>Lo sé pero...

>Tengo miedo.

>Yo también pero, es lo mejor para ambos, para todos.

>Entonces?

>Terminemos con esto ahora.

>Como lo hacemos?

>No lo sé...

>Miyajicchi esa respuesta no me vale, algo tenemos que hacer con Midorimacchi!

>Pero que hacemos si no quiere hablar con nosotros! Tan solo nos dice que todo está bien y ya!

>Lo se... Estoy delante de su casa, voy a intentar a hablar con él...

>Seguro?

>Algo tenemos que hacer, no?

Cerré el teléfono y suspiré. Era obvio que algo teníamos que hacer con Midorima. Desde que volvió de ese viaje, se encerró en su casa, con la excusa de que tenía que estudiar para los exámenes finales, pero al terminar el curso, siguió igual, no salía de casa, no contestaba a nuestros mensajes o llamadas, y por si fuera poco, cuando lo presionábamos para que hablara con nosotros simplemente decía que todo estaba bien. ¡Era obvio que NADA estaba bien! Volviendo a suspirar, tape mis ojos con mi mano intentando calmarme. Pero entonces sentí unos brazos por mi cintura y unos dulces besos sobre mi cuello. Sonreí y destapé mi rostro, girando levemente este solo para recibir esos besos sobre mis labios.

-¿Te ocurre algo?- Preguntó Otsubo sin soltar mi cintura.

-No es nada.- Le sonreí levemente, haciendo que él torciera su labio sin creerme.

-¿Seguro que...- Mi teléfono sonó. Me había llegado un mensaje.

>Midorimacchi no me abre, Aominecchi y yo estamos intentando que nos abra.

-¿Es por Midorima?- Preguntó.

-Sí.- Suspiré.- ¿No le encuentras extraño últimamente? No sé cómo se comporta los días de preparatoria pero... Desde hace unos meses cuando estamos todos juntos o a ver los partidos de Shutoku... No lo sé, lo veo extraño. Kise está intentando hablar con él pero, por lo visto no tiene suerte.- Miré la pantalla de mi teléfono, esperando a ver si llegaba un nuevo mensaje.

-Sí... También noté que esta extraño pero.- Acarició levemente mi rostro, girándolo hacia él.- Deberías relajarte un poco.

-¿Eh?

-Esto más la universidad... Hay días que llegas agotado y...- Desvió la mirada algo sonrojado.- Me preocupa que te ocurra algo.- Sonreí al verle, y pasé mis brazos alrededor de su cuello, para así girarme hacia él y besar sus labios.

-Te pones tan tierno cuando haces eso.- Hundí mi rostro en su cuello, empezándolo a besar.

-Además...- Me separé algo de su cuello para mirar a su rostro.- Me tienes desatendido.- Dirigió sus labios hasta el lóbulo de mi oreja, empezando a morderlo.

-Así que ese es el problema.- Le sonreí con picardía, empezando a acariciar su torso por encima de la camisa. Pero no teléfono sonó de nuevo. Alargué mi mano hasta este, sin separarme de Otsubo, pero él siguió mi mano, cerrando el teléfono.

-Ya te dije que, necesitas relajarte, deja que Mama-Kise se encargue de todo.- No pude evitar reír, mientras sentía sus juguetones labios sobre mi cuello y hombros.

-Está bien...- Otsubo puso sus manos en mis muslos y se levantó cargándome. Yo pasé mis piernas por su cintura y mis brazos alrededor de su cuello, mientras seguía entretenido en besar su rostro.

Llegamos a la cama, yo sin darme cuenta aun seguía con mi teléfono en la mano, así que lo dejé sobre la mesita de al lado de la cama, y empecé a desatar su camisa. Otsubo hizo lo mismo con la mía, besando mi torso a medida que iba desabotonando los botones. Gemí levemente al sentir sus manos en mis caderas, una vez desatada la camisa, con las que comenzó a quitar mi pantalón. Llevó sus besos hasta mi pezón derecho, besándolo y lamiéndolo a su gusto hasta que lo dejo completamente rojo. Él sabía que odiaba que me mordiera ahí, así que nunca pasaba de lamerlos. Subió su mano hasta mi pezón izquierdo, empezando a masajearlo y consiguiendo que mis gemidos se hicieran aún más fuertes.

-O-Otsubo...- Jadeé.- D-Date prisa o...- Otsubo sabía que yo era extremadamente sensible en esa zona, y que podía llegar a terminar solo con sus besos y lamidas.

-Bien, bien, veo que estas ansioso.- Sonrió pícaramente mientras volvía a bajar por mi torso entre besos.

-C-Cállate... Yo...- En ese instante alguien llamó a mi teléfono.- ¡¿Quién interrumpe ahora?!

-Cógelo, yo sigo.- Bajó sus besos hasta mi cintura.

-N-No... Estaría loco si lo cogiera ahora... Si es importante ya volverán a llamar... S-Sigue.- Otsubo se deshizo de mis pantalones, y empezó a masajear mi entre pierna a la vez que besaba la parte baja de mi cintura.- A-Ah... T-Taisuke~- Empezó a bajar mi ropa interior, bajando a la vez sus labios, pero volvieron a llamar.- ¡Rayos!

-Cógelo tranquilo.- Subió sus besos de nuevo hasta mi cuello, mientras yo contestaba al teléfono.

-¡Kise mal momento! ¡Muy mal momento!

-M-Miyajicchi e-esto es malo...- Kise se notaba muy nervioso.

-¿Ocurrió algo con Midorima?- Otsubo se separó de mi cuello, mirándome ahora intentando seguir la conversación preocupado.

-¡S-Sí! ¡Estamos de camino al hospital del centro! ¡Es el único cercano a casa de Midorimacchi!- Al parecer, Otsubo escuchó eso último, ya que ambos nos levantamos de golpe y empezamos a vestirnos asustados.

-¡Vamos para allá!- Sin esperar contestación por parte de Kise, colgué el teléfono y terminé de vestirme.

-¿Te dijeron donde están?

-Sí, en el hospital cercano a la casa de Midorima.- Corrimos hasta el coche, y tan rápido como nos lo permitía el tráfico, fuimos hasta el hospital, encontrándonos con Kise en la entrada de este.

-¡Miyajicchi!

-¡Kise! ¡¿Se puede saber qué ocurrió?!

-C-Cuando llegamos... M-Midorimacchi no nos abría...

>>Aominecchi y yo empezamos a preocuparnos, porque por mucho que llamábamos no nos abrían. Estuvimos cinco minutos llamando, pero en ningún momento intentamos abrir, al girar el pomo la puerta estaba abierta.

-¿Midorimacchi? ¡Somos nosotros!- No hubo respuesta.

-Debe estar en su cuarto estudiando o algo...- Subimos hasta el cuarto de Midorimacchi, su puerta estaba cerrada, y al abrirla nos encontramos a Midorimacchi en el suelo. Ambos nos asustamos y corrimos a socorrerlo. Tenía muy poco pulso y estaba mucho más pálido de lo normal... Llamamos a una ambulancia y... Vinimos hasta aquí.

>>-A-Aun no nos han dicho nada de él... Tan solo pode contactar con la hermana de Midorimacchi... Dice que viene hacia aquí...-Kise parecía estar a punto de llorar, realmente estaba muy asustado.

-¿Avisaste a alguien más?- Asintió.

-A Akashicchi y Kurokocchi... Él dijo que avisaría a Murasakibaracchi.

-¿Os dejaron verlo?
-D-Dijeron que no podemos verle hasta que despierte o... Se aseguren de que ya no corre peligro.

-¿Y...

-¡Kise-Kun!- Se oyó un grito detrás nuestro.- ¡¿Saben algo ya de Midorima-Kun?!

-Aominecchi está dentro... Será mejor que vayamos.- Todos entramos en el hospital, Kise nos guió hasta Aomine, quien estaba sentado con los brazos cruzados mirando fijamente a una de las salas.

-Aun no dijeron nada.- Fue lo único que se limitó a decir.

Pasó media hora, aun nadie salía de la sala ni nadie nos decía nada, ni si quiera hablábamos entre nosotros. Oímos fuertes pisadas, viendo como una cabellera verde corría hacia nosotros.

-¡M-Miya-Chan! ¡Chicos!- Minori llegó corriendo hasta donde yo me encontraba.

-Por lo visto... Kise y Aomine se encontraron a Midorima desmayado en su habitación... Así que llamarón a una ambulancia.- Se notaba que Minori estaba muy nerviosa, así que intenté sonar lo más calmado que pude. Minori, con los ojos a punto de derramar lágrimas, se acercó a Aomine y Kise haciendo una reverencia.

-¡Muchas gracias por cuidar de Onii-Chan!- Gritó ya llorando.

-N-No tranquila... Hicimos lo que hubiera hecho cualquier persona normal.- Dijo Aomine.

-Minori, viste... ¿Algún comportamiento extraño en tu hermano?- Asintió.

-D-Desde hace más o menos cuatro meses... Apenas come ni sale de su habitación, dice que necesita estudiar. Nuestros padres no suelen estar mucho en casa igual que mi abuelo. Hará cosa de dos meses, mama empezó a notar que algo le pasaba a Onii-Chan, así que le obligó a salir de su cuarto y comer algo más, pero tuvo que salir de viaje con mi padre y mi abuelo hace tres semanas... Yo intentaba que Onii-Chan saliese pero... E-Era imposible y no me hacía caso, a-así que dejé que fuera a su ritmo... Y-Yo... E-Es culpa mía tendría que haber hecho algo p-para ayudarle...- Minori empezó a llorar con más fuerza, apenas podía hablar por sus lágrimas y lo muy nerviosa que estaba. Rápidamente la abracé intentando calmarla inútilmente.- L-Lo siento... O-Os estoy causando problemas... P-Podéis iros y-yo os avisare cuando Onii-Chan e-este bien... E-Espero...

-No digas estupideces, ¡Qué clase de personas seriamos si os dejáramos aquí solos!- Grité haciendo que se separara algo de mí.

-Toma.- Dijo Otsubo entregándole un pañuelo.- Las chicas lindas no deben llorar ¿Si?

-G-Gracia.- Con los ojos y las mejillas rojas, se limpió las lágrimas.

Las horas fueron pasando, no sé cuánto llevábamos ahí, creo que más de una hora en la que nadie había dicho nada, todo era demasiado tenso como para decir algo. Cada cierto tiempo Minori se iba, para así poder llamar a sus padres y así intentar localizarlos, todas las veces fue en vano.

-¿Pudiste?- Pregunté al verla llegar, negó con la cabeza.

-Miyajicchi... ¿Crees que deberíamos avisar a él?- Suspiré.

-No lo sé... ¿Cuánto hace que no hablas con él?

-Una o dos semanas... Puede que un mes.

-Lo mismo que yo.- Hice una breve pausa.- ¿Sabes cuánto hace que no habla Midorima con él?

-No lo sé...-También suspiró.- Siempre fue muy reservado para hablar de él.

-Me perdí en la conversación.- Dijo Aomine.

-No es nada.- Hablamos Kise y yo a la vez. Aomine nos miró con desconfianza

Pasaron las horas, aun nadie salía. Al ser de noche, todos empezaron a dormirse, Kuroko y Kagami dormían apoyados el uno en el otro, Murasakibara dormía sobre la cabeza de Himuro, quien aún intentaba luchar contra el sueño, Akashi mantenía su brazo alrededor de la cintura de Furihata mientras este dormía en su brazo, Kise estaba dormido apoyado en el hombro de Aomine, y al otro lado de este dormía Minori, aun con las mejillas algo rojas. Yo de momento, aun no tenía demasiado sueño, mientras Otsubo se había ido a buscar algo de beber.

-Toma.- Levanté algo la mirada, viendo un vaso de plástico con café dentro.- Bebe algo llevas sin moverte al menos treinta minutos.- Sonreí con ternura al ver a Otsubo, aceptando el café y llevando el vaso hasta mis labios.

-Gracias.

-No es nada.- También me sonrió, sentados a mi lado.- Deberías dormir un poco... Desde que llegamos no has cerrado los ojos.

-Si no hay nadie despierto... No veremos si sale el doctor.- Otsubo me miro enternecido, acarició mi pelo y besó mi frente, logrando que me sonrojara.

-Te has puesto rojo.- Sonrió juntando nuestras frentes.

-C-Cállate idiota...- Susurré desviando la mirada.

-¡Dejad los cariñitos para cuando estéis en casa!- Gruño Aomine.

-No tengo la culpa de que Kise se dor...

-¿Familiares de Midorima Shintaro?- Al oír esto todos nos levantamos, incluido los que dormían.

-S-Sí.- Tartamudeó Minori.

-Ya despertó el señor Shintaro.

-¿P-Podemos pasar a verle?

-A dicho textualmente, "Primero quiero ver a los dos rubios."- Kise y yo nos miramos, éramos los único rubios de la sala.- Supongo que serán ustedes, pase.-Abrió la puerta.- ¿Es usted familiar suyo?- Preguntó hacia Minori.

-S-Su hermana.

-Supongo que usted podrá comunicarle a sus padres sobre su estado...- No llegamos a oír nada más, pues Kise y yo entramos en la sala, viendo a un Midorima sentado perfectamente sobre la cama.

-¿M-Midorimacchi? ¿Cómo estás?

-Estoy bien.

-¡¿Cómo vas a estar bien?! ¡Te has desmayado y has estado casi toda la noche en observación!- Grité casi abalanzándome contra él.

-Pero estoy bien, me dijeron que los primeros en traerme fueron Kise y Aomine, gracias.

-N-No tienes porque...

-¿Y ahora nos dirás el motivo real por que nos hiciste entrar primero?- Desvió la mirada hacia la ventana de la habitación, fingiendo no haber oído la pregunta.- ¿Es por Takao, cierto?- Mordió su labio inferior.

-M-Miyajicchi...

-¿Midorima que pasó con Takao?- Pregunté firme.

-¿No os iréis hasta que os lo cuente no?- Negué con la cabeza.- Está bien.- Suspiró. Midorima nos contó todo lo que pasó con Takao en ese viaje, como lo había visto abrazándose a otra chica y como había huido de ahí, como desde entonces decidió solo pensar en los estudios, como recordaba la imagen de aquella chica cada vez que veía un mensaje nuevo de Takao, y como poco a poco, todo eso hizo que todo le importara cada vez menos.

-¡¿Acaso eres idiota Midorima?!- Grité agarrando a Midorima.- ¡¿Tú sigues enamorado de Takao?!- De golpe quedamos en silencio, Midorima desvió de nuevo la mirada hacia la ventana, apretando sus puños con fuerza y apretando también sus dientes.

-Claro que sí.- Susurró con tristeza aun sin mirarnos.

-¡¿Entonces porque no le preguntas directamente?! ¡¿Prefieres estar así?! ¡¿En una cama de hospital sin hacer nada?! ¡No seas idiota!

-M-Miyajicchi cálmate...

-¡No quiero calmarme! ¡Quiero que dejé de ser un tsundere orgulloso por una vez y arregle esto!- No pude más, y me dirigí hacia la puerta.- ¿Supongo que no vas a avisar a Takao de esto verdad?- Negó con la cabeza.- Me lo imaginaba.- Salí de la sala, y con un solo movimiento de mano indiqué a Otsubo que nos íbamos.

Pasamos todo el trayecto en silencio, hasta que llegamos a casa. Ahí cogí mi teléfono, dispuesto hacer lo que aquel tsundere peli verde no pensaba hacer, avisar a Takao.

-¿Miyaji que vas a hacer?

-Avisar a Takao de que su tsundere novio está en el hospital.

-¿Midorima quiere eso?

-Dijo que no lo avisaría.

-Entonces deberías...

-Voy a avisarle.- Otsubo suspiró.

-No creo que debas entrometerte.

-¿Y qué hago? ¿Me quedó de brazos cursados viendo cómo rompen? ¿Hago como todos?

-Miyaji... Debes dejar de intentar arreglar todo.- Miró hacia el suelo.- Si tienen que romper, romperán.

-Pero puedo evitarlo.- Volví a coger el teléfono.

-¡Miyaji!- Otsubo agarró mi muñeca.- ¡No puedes hacer eso! ¡Date cuenta de que es su relación!- Otsubo suspiró, calmándose un poco.- ¿Porque es tan importante para ti?- Bajé la mirada tensando mis puños.

-Porque le debo una muy grande a Takao.

-¿Q-Que...

-¿No te das cuenta verdad? Piensa un poco, realmente si no fuera por Takao, ¿Piensas que te hubieras llegado a declararme?- Miré fijamente a Otsubo, quien se quedó totalmente descolocado soltando poco a poco mi muñeca.- ¿Ves? Es por eso, gracias que él, de alguna forma, me ayudó a tener el valor suficiente para acércame a ti. M-Muchas veces pienso... Que si no fuera por ellos tu y yo ahora... N-No estaríamos saliendo y yo...- De un momento a otro no veía nada, tan solo sentía esa calidez que tanto me calmaba siempre. Me abracé a Otsubo, hundiéndome un poco más en su torso, sintiendo como acariciaba mi pelo.

-Le das... Muchas vueltas a todo.- Se separó y juntó nuestras frentes, limpiando mis mejillas de lágrimas, ¿En qué momento había empezado a llorar? Mientras dejaba suaves besos sobre mis labios.- Solo intenta calmarte, estas muy alterado ahora.- Me sonrió, calmadme aún más con su sonrisa. Rápidamente lancé a abarcarle, como si en cambio de casi veinte años tan solo fuera un niño de cinco años asustado, acabando de calmarme en sus brazos.

-¿Que haría yo sin ti?- Susurré contra su torso.

-Lo mismo que yo sin ti, nada.- Otsubo me cargó en sus brazos, llevándome lentamente hasta el dormitorio, dejándome sobre lacada.- Ahora solo cálmate.- Se recostó a mi lado abrazándome.- Seguro que Midorima tomará la decisión correcta.

-E-Eso espero...- Sin poder resistir más, caí rendido en los brazos de Morfeo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Hola~ Espero que les gustara el cap., aun no ser narrado por ninguno de los dos protagonistas :/ Pero bueno... No habría sabido como narrar este cao desde el punto de vista de Midorima así que...

No tengo más que decir salvo, muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo capítulo~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top