Capítulo 32

-¿Shintaro lo tienes todo?- Preguntó Himuro.

-S-Sí... Bu-Bueno no... L-La ropa, e-el pasaporte, el dinero, mi objeto de la suerte...

-Mido-Chin no creo que puedas subir eso al avión...

-¡Claro que puedo Murasakiba...-Con los nervios le di un manotazo a mi maleta y toda se desparramo por el suelo.- ¡Rayos!

-Shintaro deberías calmarte... Aún quedan tres horas para que salga el avión.

-L-Lo sé pero... - Himuro puso su mano en mi hombro.

-Takao se alegrara de verte ya verás.

-P-Pero no le dije nada y... Hace mucho que apenas podemos hablar.- Bajé la mirada.

-Nunca pensé que Mido-Chin se volvería un completo cursi...

-¡Cállate Murasakibara!

-¿Que dijiste?- Se levantó poniéndose delante de mí y agarrándome por el cuello de la camisa. Yo gruñí e hice lo mismo.

-Chicos calmaos...

-¡Empezó él!- Gritamos ambos a la vez. Himuro suspiro.

-Será mejor que recojas esto rápido o perderemos el avión.- Suspiré y recogí la ropa que antes se había caído.

Flashback.

Era unos días después de navidad, estábamos todos reunidos en casa de Kagami, cuando Kise lo empezó todo.

-¿Y Himurocchi vas a ir a ver a tu familia durante las fiestas?- Negó con la cabeza.

-Normalmente voy un fin de semana antes de que acabe el curso, seguramente iremos en marzo.- Miro hacia Murasakibara, quien se sonrojó levemente y desvió la mirada.

-Espera... Murasakibara va a...- Dijo Aomine señalándolo. Himuro asintió sonriendo.

-¡Felicidades Murasakibaracchi!- Se lanzó a abrazarlo, pero este lo parto de un solo movimiento.

-Me he perdido.- Dijo Miyaji.

-Yo igual.- Continuó Kagami.

-Murasakibaracchi va a conocer a los padres de Himurocchi.- Kise sonrió, sonrojando a Murasakibara y a Himuro.

-Buena suerte hermano, conociendo a tu padre...- Kagami rió levemente. Murasakibara por el comentario, se atragantó con el dulce que estaba tomando.

-¡Taiga!- Todos empezaron a reír salvo Murasakibara. Yo tan solo seguía escuchando la conversación sin decir nada ni estar muy atento.- Aunque hay otra cosa. Me regalaron dos billetes más aparte del mío. Puedo llevar a alguien más a parte de Atsushi.- Todo el mundo calló, yo tomé un sorbo de mi refresco sin darme cuenta, de que todas las miradas de la sala se habían posado en mí.

-¿Qué?- Pregunté con mi tono de voz habitual.

-¿Te gustaría venir Shintaro?- Himuro me miró sonriendo.

-¿C-Como?

-¿Quieres el otro billete? No vamos al mismo sitio donde vive Takao pero... Está a poco tiempo en autobús.- Sin llegar a creer lo que decía, abrí levemente la boca impresionado, ¿Era cierto lo que estaba diciendo? ¿De verdad podría volver a ver a Takao?

-¿D-De verdad no...

-¡Vamos Midorima! ¡No me digas que vas a llorar!- Aomine me gritó con una sonrisa pícara.

-¡Claro que no!- Le devolví el grito sonrojado, haciendo que todos se rieran levemente. Dirigí mi mirada hacia Himuro, quien seguía esperando la respuesta.- S-Sí... G-Gracias.

-No tienes por qué agradecerme por eso Shintaro.- Volvió a sonreír.

Fin del Flashback.

Ahora, ya en marzo, estaba acabando de preparar mi maleta. No le había dicho nada a mis padres, ni mucho menos a mi abuelo. Pues me habían prohibido gastar el más mínimo dinero en ir a ver a Takao, según ellos había la tecnología suficiente como para hablar con él sin la necesidad de ir a verle en persona.

Una ven en el aeropuerto, me hicieron facturar el oso de peluche que era mi lucky ítem de hoy, ya que según el personal del aeropuerto "era demasiado grande como para llevarlo de equipaje de mano." Pero era necesario que fuera así, Cáncer estaba decimo, y necesitaba la mayor suerte posible. En el avión, los asientos iban de tres en tres, así que yo me senté junto a la ventana y Himuro.

Después del largo vuelo de trece horas donde tuve que aguantar que cada cinco minutos Himuro y Murasakibara estuvieran diciéndose carantoñas, al fin llegamos a Nueva York. Cuando llegamos era de noche, así que fuimos a un hotel cercano donde cogimos dos habitaciones, una individual para mí y una para Murasakibara y Himuro. Al ser solo dos días, decidimos quedarnos en aquel hotel durante ese tiempo.

Al día siguiente, por la mañana, Murasakibara y Himuro se levantaron temprano ya que la casa de los padres de Himuro estaba treinta minutos en taxi y tenían que estar allí antes del mediodía. Yo, por mi lado, apenas pude dormir, tenía demasiadas preguntas sin respuesta en mi mente, ¿Y si Takao no quería verme? ¿Y si hoy no estaba en su casa? O... ¿Que pasaría si él ha encontrado a alguien mejor? Negué con la cabeza. No era momento de pensar en todo eso. Takao me había dicho varias veces la calle donde vivía, aunque yo no le había dicho que vendría a Nueva York, tenía miedo de que él no quisiera que viniera o... Algo peor.

Antes de salir del hotel miré mi teléfono, buscando la predicción de Oha Asa.

Cáncer doceavo: Actúas según tus impulsos, y eso puede llevarte por mal camino. Piensa siempre antes de actuar. Tu objeto de la suerte es: Un objeto relacionado con los gatos.

-Esto debe de ser una broma...- Pensé con una gota de sudor bajando por la frente. No solo estaba doceavo, si no que además mi objeto de la suerte tenía que ver con los gatos, ¡Odio los gatos! Di un fuerte suspiro.- A lo mejor no fue tan buena idea venir aquí...- Pensé sentado en la orilla de la cama. Tal vez sería mejor si me quedara aquí todo el día, y cuando Himuro y Murasakibara volviesen decir simplemente que Takao no estaba en casa o había salido durante todo el fin de semana.

-No puedo hacer eso... Quiero ver a Takao.- Susurré apretando mis puños. Me levanté de la cama, cogiendo mi teléfono y la llave electrónica de la habitación y salí del hotel.

Antes de ir hacia el hogar de Takao, pasé por una pequeña tienda que encontré por el camino, donde vendían varios artículos diferentes, entre ellos unos llaveros en forma de gato.

-Espero que con esto sirva.- Apreté el llavero en mi puño y empecé a andar, dirección a la parada de autobús más cercano para poder ir donde vive Takao.

Después de casi una hora de viaje y varios cambios de vehículo, llegué a la que era la calle donde vivía Takao.- ¿Realmente está bien esto?- No podía dejar de pensar en esa pregunta. Si volvía a ver a Takao, lo más seguro es que al principio todo iría bien, durante este fin de semana Takao y yo volveríamos a estar como antes, volveríamos a disfrutar el uno del otro, pero, ¿Que pasaría cuando me tuviera que ir? ¿Volvería a ser como hace un año? ¿Takao volvería a llorar? ¿Yo volvería a llorar? ¿Volveríamos a sufrir como cuando nos separamos hace un año? Todo eso volvería a pasar ¿Cierto?- Takao no merece esto.- Pensé con la mirada baja. Paré en seco, dispuesto a dar media, hasta que subí la mirada viendo el número de la casa donde estaba parado. Número doce... ¡¿Número doce?! ¡Ese era el número de Takao! Di varios suspiros, relajándome un poco más a cada uno se ellos. Entré lentamente al jardín hasta llegar a la puerta de entrada, me paré delante de esta. Volví a suspirar y acerqué mi mano hacia el timbre para llamar, hasta que varias risas me interrumpieron. Mi corazón latía demasiado rápido, ya estaba nervioso y apenas podía dar un paso sin sentir como todo mi estómago se descomponía. Por si fuera poco parecía que Takao tenía una especia de fiesta en casa, ¿Y si le molestaba? Decidí asomarme por una ventana sin que nadie me viera, y allí estaba. Su hermosa sonrisa, un leve sonrojo, sus brillantes ojos azules, seguía tan hermoso como cuando se fue.

-Bakao... No cambiaste nada.- Sonreí aun mirándole. En su casa había dos personas que no conocía, pues no parecían ser esos chicos de los que tanto me hablaba. De alguna forma eso hizo que me sintiera inseguro. En pocos segundos apareció otra persona, una chica de pelo castaño oscuro y liso, le llegaba casi a la cintura, se sentó junto a Takao, permitiéndome ver sus ojos verdes, no iba a negarlo, era bastante bonita. De un momento a otro, Takao pasó su brazo por los hombros de la chica, acercándola más a él y consiguiendo que ella se sonrojara. Sentí un pinchazo en el corazón, ¿Porque Takao había hecho eso? Acaso ella era su... ¿Novia? No, no podía ser, ¿Verdad? A quien quiero engañar, Takao era alguien dulce, bueno, amable, siempre con una sonrisa, a la vez que uno de los chicos más tiernos que podías ver, era normal que encontrara a alguien que se enamorara de él y... Que él se enamorara de ella. Mordí mi labio inferior, observando de nuevo esa sonrisa que tenía.

-Lo siento Takao... De verdad lo siento, pero no puedo más.- Apreté aún más mis labios, sintiendo como algunas lágrimas ya empezaban a salir de mis ojos. Si Takao era feliz con ella, yo estaría feliz ¿No?- Espero que... Seas feliz con ella.- En ese momento, Takao miró hacia la ventana donde estaba yo. Su rostro cambió de golpe, estaba totalmente desconcertado y sus ojos empezaron a cristalizarse.

-¡¿S-Shin-Chan?!- Me levanté de golpe y empecé a correr. No podía dejar que me viera, si no ambos volveríamos a sufrir, al menos yo, ya que parecía que él había encontrado a otra. Seguí corriendo tanto como mis piernas me lo permitían, limpiando las lágrimas que aun caían con la manga de mi camisa. Oía los pasos de alguien corriendo detrás mío, no sabía si era Takao pero no podía permitirme el luje de mirar atrás. Sin disminuir la velocidad giré por una esquina, topándome de frente con alguien y haciendo que todas sus cosas cayeran.

-V-Vaya disculpe.- Sin mirar contra quien choqué, empecé a recoger con rapidez las varias bolsas de patatas y latas de refrescos que habían caído por el suelo.

-¡¿Shintaro-Kun?!- Gritó la voz de la persona contra la que había chocado, una voz que conocía.

-¿Ka-Kaori?- Subí la mirada y efectivamente era ella, esa voz era nada más y nada menos que la voz de la hermana de Takao.

-¿Q-Que haces aquí? ¿Ka-Kazu sabe que estas aquí? Y-Yo...- Tapé su boca antes de dejarla continuar.

-Tu no me has visto ¿Si?

-P-Pero...

-Takao no puede enterarse de que he estado aquí, no quiero que vuelva a sufrir, no ahora que él esta... Con otra.- Dije lo último casi en un susurro.

-Pe-Pero Kazu...

-¡Por favor! ¡No quiero hacer sufrir de nuevo a Takao!- Junté mis manos para pedírselo. Ella asintió aun aturdida por lo que acababa de pasar. Me levanté y me disculpe una última vez por haberme chocado, y volví a correr.

Cuando llegué al hotel, me encerré en mi habitación.

No quería ver a nadie.

No quería hablar con nadie.

Tan solo necesitaba olvidar todo lo que había pasado hoy.

Cerré los ojos, aún era por la tarde, como mucho eran las cinco de la tarde y aun no había comido. Pero no tenía hambre. Realmente no sentía nada más que un profundo dolor. Creo que Himuro o Murasakibara llamaron un par de veces a la puerta, no les abrí, no había razón para abrirles. Creo que también me llamaron varias veces, por la misma razón no les contesté. Ni si quiera me había levantado del suelo donde me había sentado cuando había llegado, seguía en la misma posición apoyado en la puerta. No había razón para moverse. De golpe sonó mi teléfono, un mensaje, abrí tan solo un ojo y alargué mi mano hasta el teléfono y miré el mensaje que me acababa de llegar.

>Hola Shin-Chan :3 Como estuviste hoy? Hace mucho que no hablamos.

Visto. 18:35

>Shin-Chan?

Visto. 19:00

>Shin-Chan sé que estás viendo los mensajes.

Visto. 19:05

>Te encuentras bien?

Visto 19:06

>Shin-Chan me estas asustando.

Visto 19:15

>Responde por favor.

Visto 19:25

>Shin-Chan?

Visto 19:28

>Llamé a Kise y me dijo que llamara a Himuro, le llamé y me dijo que estabas con él pero cansado por tus estudios. Espero que estés bien mi tsundere

Visto 19:40

>Te echo de menos y...

>Te quiero

Visto 19:41

-¿Realmente es así Takao? ¿Me sigues queriendo?- Una sonrisa dolida apareció en mi rostro, seguida por aun más lágrimas cayendo por mis mejillas.

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Ho-Hola ^-^; No me maten por el cap., llevaba tiempo sin haber tanto drama(? Pues... No tengo mucho que decir salvo que espero que les haya gustado y que no me odien mucho por el cap. :c Muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo capítulo~

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