Capítulo 20

-¡JÁ! ¡Toma Takaocchi eliminado!

-¡¿Cómo?! ¡Kise ese no soy yo!

-¡¿Eh?! ¡¿Entonces a quien he matado?!

-¡A mí!

-¡Lo siento Miyajicchi!... ¡Oye! ¡¿Quién me voló la cabeza?!

-Fui yo.

-¡Kurokocchi!

-Te metiste en mi camino.

-¡Que malo eres!- Kise hinchó sus mejillas. Nos encontrábamos en casa de Kise, esa tarde él tenía una presentación en una fiesta y para no sentirse tan inseguro nos pidió a todos que viniéramos con él. El problema es que Himuro y Murasakibara aún no veían así que hicimos tiempo jugando a un videojuego de Kise.

-¿Cuánto van a tardar Himuro y Murasakibara?

-A saber que estoy haciendo...

-¡Kise no seas mal pensado!

-Es que nadie tarda tanto en arreglarse... Lo que sea cambiemos de juego.- Se levantó del sitio para cambiar el juego.

-¡No quieras cambiar solo porque vas perdiendo!- Antes de darnos cuenta Kise ya había cambiado de juego. Se oyeron gritos en la cocina, todos volteamos hacia allí de donde salió Otsubo asustado, Shin, Aomine y Kagami de nuevo se estaban pelando por cualquier tontería. Otsubo se acercó a nosotros y se sentó tras Miyaji abrazándolo por la espalda. Hacia unos días que tuvieron que admitir que estaban saliendo ya que Kuroko los vio besándose, desde ese día habían estado muy cariñosos siempre que podían. 

-¡Venga empecemos a jugar!- Kise había puesto un juego de carreras.- Yo quiero ser el de rojo.

-¡Eh! ¡Yo quería ese!- Me quejé.

-Te aguantas.- Me sacó la lengua.- Te toca el verde.

-Eres de lo peor.- Le saqué también la lengua.

-Yo quiero ser el dinosaurio verde.- Dijo Miyaji.

-¿Y tú Kurokocchi?

-El fantasma.- Todos reímos. Empezamos a jugar, Kise era realmente malo en los juegos de carrera ya que iba último, yo iba primero seguido por Kuroko y Miyaji iba cuarto. Pero poco a poco Miyaji empezó a descender hasta quedar por debajo de Kise. Lo miré de reojo, Otsubo empezó a besar su cuello haciendo que Miyaji hiciera fallos tontos, se desconcentrara y bajara hasta el el último. Reí levemente al ver el rostro sonrojado de Miyaji. La carrera terminó, Kise quedó penúltimo, Miyaji último, Kuroko segundo y yo primero.

-¡Al final no quedé último!- Gritó Kise eufórico.

-Miyaji-San es muy malo en los juegos de carreras.- Reí.

-¡No fue culpa mía! ¡Fue culpa suya!- Señaló hacia Otsubo.

-Prestabas mucha atención al juego... Me sentía desplazado.- Otsubo beso de nuevo su cuello olvidándose por completo que nosotros estábamos allí. Miyaji se giró hacia Otsubo pasando sus brazos por detrás del cuello de este. Otsubo lo agarró con más fuerza juntándolos un poco más.

-Pero me hiciste perder, tendrás que compensarme luego.- Miyaji sonrió.

-Podría hacerlo ahora.- Otsubo sonrió y besó a Miyaji dejando a este totalmente rojo. Al separarse Miyaji aun rojo volvió a besarlo.

-Esto...- Empezó Kuroko.

-Es...- Continuó Kise.

-Demasiado...- Seguí yo.

-Cursi.- Concluimos los tres a la vez haciendo que Miyaji se girara hacia nosotros con enfado.

-Al menos mi novio no está en la cocina pelándose.- Sonrió victorioso haciendo que ninguno de los tres supiera que contestar. Sin decir nada Kuroko se levantó y fue hacia la cocina, se oyó un fuerte estruendo y al cabo de cinco segundos salieron Kuroko, Kagami, Aomine y Shin, los últimos mencionados con una mueca de enfado y un notable golpe en la cabeza.

-Kurokocchi puede llegar a ser aterrador.- Kise y Yo observábamos asustados la escena.

-Si...- Kagami y Aomine se sentaron en el sofá, donde no había nadie hasta ahora, y yo hice señas a Shin para que se sentara detrás de mí. Él lo hizo y yo le pasé el mando del videojuego por si quería jugar. Aceptó el mando y empezó a jugar.- Shin-Chan esquiva eso... No así no ve a la izquierda ¡No! Agh que mal se te dan los juegos de carreras...

-¡Cállate! ¡Si no dejaras de hablar podría ganar!- Todos rieron ante el enfado de Shin. 

-¡Rayos! Ya es muy tarde tengo que arreglarme...- Kise se levantó y se fue hacia su habitación. A los cinco minutos empezó a gritar por ayuda. Suspirando me levanté y fui a ver que le pasaba.-Takaocchi...

-¡¿Se puede saber cómo hiciste eso?!- De alguna forma Kise tenía la cabeza y su brazo atrapados por culpa de su corbata. Me acerqué a él y lo ayude a ponérsela bien.- Esto ya está...

-Gracias Takaocchi.- Sonrió.

-En serio... Deberías aprender ya a atar una simple corbata.

-¡No es culpa mía! Mi padre nunca me dejó hacerlo ya que siempre acababa rompiendo algo... ¿Cómo se te da tan bien?

-Ya sabes... Tuve que aprender solo.- Sonreí con tristeza.

-O-Oh c-cierto... Lo siento Takaocchi no recordé que tu padre había... Muerto.- Dijo mirando hacia el suelo.

-No importa... Ocurrió hace mucho tiempo. Venga vayamos fuera.- Kise asintió. Yo siempre decía que mi padre había muerto, pero la realidad no era esa. Mi padre nos abandonó a mí y a mi madre cuando nació mi hermana menor. Al parecer mi madre sufrió una depresión posparto, mi padre no aguantó el estrés de tener que cuidar de los tres y nos abandonó. Yo aún era muy pequeño cuando eso ocurrió, pero recuerdo lo muy mal que lo pasó mi madre. Ella siempre que mi hermana le preguntaba por mi padre le decía que había muerto en un accidente de tráfico, pero yo sabía que eso era tan solo una historia. Salimos al comedor, a los pocos segundos Himuro y Murasakibara llamaron diciendo que nos encontrábamos directamente en el salón donde se hacia la fiesta.

Cuando llegamos allí Himuro y Murasakibara ya estaban junto a Akashi y Furihata, la fiesta empezó y más o menos una hora después de que estuviéramos allí hicieron subir a Kise a un escenario donde lo presentaron a él y varios otros modelos de más o menos nuestra misma edad. Sacaron varias fotos, entre ellos Aomine que no paraba de reír con el rostro sonrojado de Kise, y después los hicieron bajar de nuevo. Kise se acercó corriendo hacia nosotros suspirando.

-No pensé que estaría tan nervioso...

-¡Deberías haberte visto! ¡Mira que cara!- Rió Aomine mientras sacaba su teléfono para enseñarle las fotos que había hecho. Kise se sonrojó e intento arrebatarle el teléfono.

-¡Aominecchi borra eso!- No pude evitar estallar en carcajadas al ver la escena. Pasaron unos veinte minutos y salí a un pequeño balcón que había, y hasta que no estuve fuera no me percaté de que Miyaji también estaba allí.

-Hola.- Le saludé llamando su atención.- ¿Que hace aquí fuera?

-Me estresa mucho el ruido... Además perdí de vista a Otsubo y no os encontraba a ninguno de vosotros, así que salí fuera a...- El teléfono de Miyaji sonó.- Espera un momento.

-Claro.- Descolgó el teléfono.

-Si... Vale ya lo sé. Sí antes de las doce. Ya te dije que un amigo... No, no estoy bebiendo alcohol. ¡Además ya tengo dieciocho años! De acuerdo. Adiós.- Volvió a acercarse a mí.

-Lo siento era mi padre... Cree que sigo teniendo doce años.- Reí levemente.

-¿Miyaji-San puedo preguntarle algo?

-¿Qué ocurre?

-¿Cómo es eso de tener un padre?- Miyaji me miró sorprendido y descolocado. Yo sonreí con tristeza.- No me haga caso Miyaji-San. Haga como si no hubiera dicho eso.

-Takao...- Susurró levemente. Sentí una mano sobre mi cintura. Seguí el brazo hasta poder llegar a ver quién era. Shin estaba a mi lado mirando fijamente hacia el cielo.

-Será mejor que os deje solos.- Dijo Miyaji.

-¡Miyaji!- Se oyó a Otsubo desde el interior.

-Además el capitán me reclama.- Rió por su propia frase y se fue. Tan solo irse, Shin me tomo por la cintura con sus dos manos obligándome a mirarlo.

-¿Que fue eso?

-¿El qué?

-Lo que le preguntaste a Miyaji.

-¿Lo oíste? No fue nada Shin-Chan, tranquilo.- Me miró fijamente.

-Takao... Sé cuándo te ocurre algo.

-Te digo que no es nada tranquilo.- Siguió mirándome fijamente. Esa mirada... Sentía que me quemaba. Suspiré resignado.- ¿Recuerdas que te dije que mi padre murió después de que naciera mi hermana?

-Sí.

-Tienes que prometerme que esto no se lo contaras a nadie ¿De acuerdo?- Asintió y yo miré a mis pies.- En realidad no fue así... Él nos abandonó.- Subí la mirada. Shin estaba completamente desconcertado.

-V-Vaya y-yo... L-Lo siento...

-No te preocupes Shin-Chan, yo era muy pequeño.- Sonreí levemente.- Siempre digo que tuvo un accidente porque... Mi madre lo pasó muy mal... Recuerdo que durante un tiempo tuvimos que vivir con mis tías ya que mi madre era incapaz de hacer nada... Yo era muy pequeño pero era consciente de todo lo que ocurría. Mi madre lloraba casi todo el tiempo, y yo me prometí que no quería que volviese a estar así... Por eso nunca digo lo que realmente pasó, no quiero que ella vuelva a pasar por lo mis...- Antes de acabar la frase Shin me besó. Observé durante unos segundos su rostro mientras me besaba y poco a poco cerré los ojos sonriendo. Sabía que esa era la forma de Shin de decirme que todo estaba bien. Shin no era bueno consolando a la gente, no era esos que podían animarte soltando un enorme discurso, él la única forma que podía hacer eso era a base de besarme y mimarme. Siempre que yo no estaba de todo bien se pasaba el día besándome, acariciándome, estando allí para mí. Sin duda era la persona más tierna del mundo. Sonreí cuando termino el beso.- Estoy bien Shin-Chan... Ocurrió hace mucho.- Me miró sin creerme, volví a besarle para hacerle entender que estaba bien.

-Esta noche... ¿Vienes a dormir a mi casa?

-Pero dijiste que estaba tu familia...

-No importa, tan solo no haremos ruido.- Reí levemente.

-Eso se escuchó muy mal Shin-Chan.- Él gruñó.

-¡¿V-Vienes o no?!

-Claro que sí.- En un par de horas terminó la fiesta. Shin y yo fuimos hacia su casa, como era tarde tuvimos que entrar sin hacer ruido. Pero cuando ya estuve dentro, Shin me abrazo por la espalda empezando a morder y besar mi cuello.

-Shin-Chan...- Reí levemente por las mordidas.- Para no podemos hacer ruido...

-Morderte no es hacer ruido.- Siguió mordiéndome.

-P-Pero...- Tape mi boca evitando reír o jadear muy alto.- Para o nos oirán...- Sin escucharme Shin me llevó aun entre mordidas y besos hasta la habitación. Una vez allí cerró la puerta y me tumbo en la cama poniéndose sobre mí. Siguió mordiéndome mientras iba desatando mi camisa hasta dejarme tan solo con una camiseta que llevaba debajo para protegerme del frío.- Shin-Chan... Ahora no podemos hacer nada... Están tus padres. 

-No dije que vayamos hacer nada... Tan solo te preparo para ir a dormir.- Quitó mis pantalones dejándome en ropa interior. Lo imité y acariciando su torso lo máximo que podía su torso, bajé hasta sus pantalones y se los quité. Shin sonrió pícaro y volvió a besar mi cuello. Yo agarré su rostro entre mis manos empezando a besar repetidamente sus labios.

-Te quiero.- Susurré besándolo de nuevo.- Te adoro.-Otro beso.- Te necesito.- Le besé varias veces más.- Te a...

-¡¿SE PUEDE SABER QUE ESTO?!- Dejamos de besarnos de golpe, el abuelo de Shin estaba en la puerta con una notable mueca de enfado.- ¡¿Shintaro que estas haciendo con ese chico?!

-A-Abuelo esto no...- Shin se levantó y su abuelo se acercó a él. Su abuelo aun ser un hombre de más o menos cincuenta y seis años era más alto que Shin midiendo dos metros. Sin poder acabar la frase su abuelo le dio una fuerte bofetada en la mejilla a Shin.

-¡Shin-Chan!- Intenté ir hacia él.

-¡Tú no te muevas! ¡¿Se puede saber que hacías con mi nieto?!- Se acercó a mí con las mismas intenciones de también pegarme. Pero Shin se puso en medio parando a su abuelo.

-¡Apártate Shintaro!

-¡Ni se le ocurra tocarlo!

-¡Dije que te apartaras Shintaro!

-¡¿Qué ocurre?!- Los padres de Shin llegaron corriendo.

-¡Yuusuke! ¡¿Puede saberse que hacia tu hijo con este chico?!- Gritó su abuelo señalando hacia mí.

-¡¿Que está diciendo padre?!

-¡Shintaro se estaba besando con aquel otro chico!- Sus padres miraron hacia mí. Empecé a tener miedo, apenas conocía a su abuelo y a su padre, pero en cambio muchas veces podía hablar con su madre. Ella en cambio ahora no mostraba sorpresa o horror ninguno, tan solo intentaba calmar la situación.- ¡¿Es por él verdad?! ¡Fue por él que rechazaste a Mizuki-San! ¡¿Cierto?! ¡Te lo dejé bien claro Shintaro! ¡No pensaba aceptar que salieras con alguien de menor fortuna que la nuestra! ¡Y menos aún si es un chico!

-Abuelo cálmese...

-¡¿QUE ME CALME?! ¡Mi único nieto varón, quien tiene que heredar la empresa! ¡Es un maldito homosexual! ¡¿Y encima sales con alguien pobre?! ¡Si al menos hubieras elegido a alguien con una gran empresa! ¡Alguien como el hijo de los Akashi! ¡Pero no! ¡Tenías que desobedecerme en todo!- Empecé  a sentir como mis ojos pesaban. Yo lo sabía, sabía que no era suficiente para Shin, sabía que él estaría mejor con alguien como Akashi o Mizuki pero... No podía hacer nada. Me había enamorado de él. Después de oír decir todo eso, cuando sentí que en breve me pondría a llorar, pero de golpe unos brazos me rodearon. Shin sin importarle sus padres o su abuelo me abrazo uniendo mi cabeza en su torso acariciando mi pelo.

-No le escuches... Takao no le prestes atención por favor.- Dijo contra mi pelo.

-S-Shin-Chan...-Me aferré desesperadamente a su camisa volviendo a hundir mi rostro en su torso calmándome un poco con los besos que me daba Shin.

-¡Shintaro suéltalo ahora mismo!- Miré hacia el abuelo de Shin quien venía hacia nosotros.

-¡No!

-¡SUELTALO!- Shin escondió mi rostro de nuevo en su torso como si así intentara protegerme.

-¡NO! ¡¿QUE NO ENTIENDES DE QUE NO VOY A DEJARLO?!- Lo abracé con algo más de fuerza. 

-¡ESTAS SIENDO DEMASIADO IMPERTINENTE SHINTARO!- Oí como volvían a oírse pasos que venían hacia nosotros. Pero de golpe pararon.

-Padre de verdad que tiene que calmarse...

-¡Suéltame ahora mismo!

-¡¿Se puede saber que es todo este griterío?!- Llegó Minori.

-¡Minori! ¡Tú debes darte cuenta!

-¿Qué ocurre?

-¡Tu hermano estaba besándose con otro hombre!

-¿Y?

-¡¿Como que "Y"?! ¡Es asqueroso!

-¿Porque esta con alguien a quien quiere? ¿Eso es asqueroso?- Preguntó Minori con molestia en sus palabras.

-¡¿ES QUE SOY EL UNICO QUE CONSERVA LA CORDURA EN ESTA CASA?!

-Suegro... Será mejor que vaya a descansar... Esto no es bueno para su presión. Shintaro, Kazunari-Kun, será mejor que paséis la noche fuera.- La madre de Shin se llevó a su suegro fuera de allí. Shin y yo asentimos, colocamos nuestros pantalones y sin si quiera acabar de vestirnos salimos fuera. Empezamos a andar sin saber hacia dónde ir, yo vivía en un sitio el cual era peligroso por la noche, y estaba al menos veinte minutos andando y ya no había ningún autobús que pasase, necesitábamos quedarnos en algún sitio más cercano. No nos dirigíamos la palabra, ambos estábamos pensando en lo que acababa de pasar con la mirada fija en el suelo.

-E-Etto Shin-Chan... Y-Yo l-lo siento...- Susurré apenado.

-¿Porque?

-P-Por mi culpa... O-Os peleasteis...

-¿Estás diciendo que es culpa tuya el que me haya enamorado de ti?- Me sonrojé de golpe mientras Shin mantenía una expresión seria.

-¿Q-Que? Bu-Bueno s-supongo que a-algo así...

-¿Acaso eres idiota? No tienes la culpa de lo que pasó.- Miré a Shin dudando. El suspiró molesto ajustándose las gafas.- ¿Qué hay de malo en que esté con la persona a la que amo?- Mi sonrojo aumentó mucho más. Me paré en el sitio y Shin siguió andando, estaba seguro de que él  no era consciente de lo que acababa de decir. Al ver que me paraba Shin también dejó de andar y miró hacia mí.- ¿Te ocurre algo?

-¿A-Acabas de decir que me amas?- Shin también se sonrojo.

-¡N-No me entendiste! ¡B-Bakao no entiendas lo que te dé la gana!- Gritó sonrojado mientras de nuevo se ajustaba las gafas. Corrí hacia él abrazándolo con fuerza.- ¡BAKAO! ¡Suéltame me ahogas!- Reí levemente. Solté un poco a Shin pero aun sin deshacer el abrazo, miré hacia su rostro, ambos aun estábamos completamente rojos. Yo con una pequeña sonrisa que aumento cuando Shin se acercó a mí dejando un beso sobre mi frente.

-Yo también te amo Shin-Chan.- Su sonrojó aumentó y, nervioso, Shin junto nuestras frente desviando su mirada.

-Es extraño...

-¿Eh?

-Acabo de pelear con mi abuelo... Tenemos que ir a dormir fuera... Pero... Porque me siento tan... ¿Feliz?- Empecé a reír sonrojándome por segundos.

-En ocasiones eres tan lindo...- Gruñó aun sin mirarme.- Yo también... Me siento feliz ahora.- Acaricié su mejilla con suavidad y lo atraje hasta mis labios. No podía dejar de sonreír, Shin en ese momento era demasiado tierno.- Y... ¿Dónde dormiremos?- Shin suspiró.

-Tendremos que ir a su casa...- Volví a reír por su resignación. Al cabo de pocos minutos nos encontrábamos delante de casa de Kise, él y Shin eran prácticamente vecinos ya que la agencia por la que trabajaba Kise quedaba muy cerca. Llamamos al timbre, nos abrió Aomine el cual tan solo llevaba ropa interior.

-Vosotros... ¡¿Sabéis que hora es?!

-¿Podemos hablar con Kise?

-Él esta... No puede venir ahora.- Reí levemente.

-¡Kise somos nosotros!- Grité.

-¿Takaocchi?- Kise salió de la habitación en ropa interior y con la camisa de Aomine mientras se sobaba la cadera.- ¿Ocurrió algo?- Les explicamos lo que sucedió, Kise nos dejó quedarnos esa noche. Nos llevó hasta la habitación de invitados, la cual tan solo tenía una cama, y ellos se fueron a su habitación. Entonces el teléfono de Shin sonó, tenía un mensaje. Lo abrió y lo leyó, después me alargo el teléfono dejándome leer el mensaje.

>Onii-Chan!! Mañana venid a las 9 a casa!! Mamá habló con la madre de Takao y el instituto, mañana no iréis a clase.

Nos miramos entre nosotros sabía que Shin estaba nervioso, nos tumbamos en la cama. Yo me coloqué sobre él y comencé a besar su cuello.

-¿T-Takao?

-Sé que estas nervioso... Pensé que así te relajarías.- Sonreí levemente consiguiendo que se sonrojara. Agarré sus gafas y las dejé en el escritorio.- Cierra los ojos.- Shin obedeció y los cerró. Empecé a besar sus mejillas yendo hasta sus labios, bajando hasta su mentón, dejando que Shin se fuera relajando lentamente con los besos. De ahí pasé a su cuello, abrí los primeros botones de su camisa y bese la parte superior de su torso, volví a subir a su cuello.  Besé una última vez sus labios y me tumbé a su lado abrazándolo.-Gracias.- Susurré.

-¿Porque?

-Por lo que hiciste cuando tu abuelo habló de Akashi... Sabías que me afectaría y por eso me abrazaste ¿Verdad?- Shin se sonrojó y asintió. Lo abracé con más fuerza y Shin se giró hacia mí correspondiendo al abrazo. Agarré una de las manos de Shin y la subí hasta mi cabeza acercándome así un poco más a él. Shin pasó su pierna por encima de las mías juntándome más, sabía que  Shin adoraba que durmiéramos así. En pocos segundos ambos nos dormimos.

Desperté por culpa de la alarma del teléfono de Shin. Al ver que él seguía dormido lo removí levemente intentando despertarlo.

-Cielo... Despierta.- Shin se levantó bostezando.

-¿Desde cuándo me llamas así?- Reí suavemente.

-No sé... Tan solo me salió así.- Shin esbozó una sonrisa y me besó. Fuimos hasta el comedor, allí estaban Kise y Aomine.- ¿Eh? ¿Aun seguís aquí?

-Kise tiene que ver a un estilista... La última vez que fue ese estilista le sobó demasiado, si vuelvo a ver qué hace lo mismo mañana aparecerá un cadáver.- Dijo Aomine con claros celos.

-Eres demasiado celoso Aomine...-Empecé a reír a carcajadas.

-¿Y vosotros? No quisimos despertaros... Estabais dormidos abrazados.- Sonrió Kise pícaramente. Ambos nos sonrojamos e intentamos cambiar de tema. Cuando desayunamos y nos vestimos fuimos hacia casa de Shin. Una vez parados delante de la puerta de su casa empecé a sentirme muy nervioso, Shin agarró mi mano y dejó un beso sobre mi mejilla.

-Tranquilízate.- Asentí y entramos.- Ya llegamos.

-Venid al comedor.- Fuimos hasta allí, estaban Minori y la madre de Shin sentadas la una delante de la otra, al lado de Minori había dos sillas bacías. Shin y yo nos sentamos en ellas.

-Bien hijo...- Empezó su madre. Empecé a ponerme nervioso y por reflejo tomé la mano de Shin, él con su pulgar acaricio el dorso de mi mano y así intentar tranquilizarme.- Lo primero es decirte que ni a tu padre ni a mi nos importa que mantengas una relación con otro chico, y menos si se trata de Kazunari-Kun.- Sonrió Mirando hacia mi.- Pero, tu abuelo es otra historia. Hará lo posible por no veros juntos, ayer incluso estuvo intentando encontrarte prometida. Pudimos detenerle antes de que hiciera una locura... Lo importante es que ahora que sabe de vuestra relación no va a parar hasta separaros. Tened cuidado, si os tenéis que ver no vengáis aquí, o al menos no durante las horas que esté tu abuelo.

-¿P-Padre no está...

-No Shintaro, para él tan solo fue una sorpresa, pero yo le expliqué que llevabais tiempo saliendo.- La miramos sorprendidos y Minori rió levemente.- No me miréis así, os vi en varias ocasiones durmiendo juntos. No creo que dos "amigos" hagan eso por muy bien que se lleven.- Rió levemente.

-¿Pero porque estoy yo aquí?- Preguntó Minori.

-Por el escándalo que montaste anoche. Por muy enfadada que estuvieras con tu abuelo, el pasarte hasta las tres de la mañana gritando que debería dejar en paz a Shintaro y a Kazunari-Kun no es manera de arreglar nada.- Minori se sonrojó y miró hacia otro lado. Yo acaricié su pelo para que se girara hacia nosotros.

-Gracias.- Susurré.

-Tan solo quería deciros eso, el resto del día nadie espera que vayáis al instituto así que hasta que llegue tu padre a las ocho podéis quedaros aquí... Pero no hagáis nada "raro".- Ella y Minori rieron dejándonos a Shin y a mi sonrojados. Su madre se fue, y tan solo salir de la habitación, Shin tomó mi mentón juntándonos en un tierno beso.

-S-Shin-Chan.- Susurré jadeando ya que el último beso me dejó sin respiración.

-¿Estas menos nervioso?- Sonreí y asentí.

-¿Y tú?

-También.- Ambos sonreímos y volvimos a besarnos. Minori tosió para que nos diésemos cuenta de que seguía allí, con un leve sonrojo nos fuimos hasta la habitación de Shin. Una vez allí Shin cerró la puerta, esta vez asegurándose de que nadie pudiera entrar, y  aun sin haber llegado a la cama empezó a quitar mi camisa mientras besaba mi cuello. Me tumbó en la cama colocándose sobre mí, desató mi camisa y empezó a besar mi torso.

-S-Shin-Chan...- Gemí levemente. Quitó por completo mi camisa y aun besándome desató mis pantalones. Pero entonces dejó de besarme. Me miró de arriba abajo y, con una sonrisa, acarició desde mi cintura hasta llegar a mi torso y Lugo a mi mejilla acariciándola con ternura.- ¿En qué piensas?

-Tuve tanto miedo de perderte.- Apoyó su frente contra mi torso. Yo me quedé completamente inmóvil ante eso, Shin no solía decir cosas así y cada vez que lo hacía... No sabía cómo reaccionar.

-Shin-Chan...- Lo abracé con fuerza. Y me moví lentamente de forma que Shin quedara tumbado a mi lado. Acaricié su pelo y besé su frente tantas veces como pude, muy pocas veces Shin estaba así, se veía realmente tierno.- Estoy aquí tranquilo...- Me abrazó con fuerza.-De verdad... ¿Tuviste tanto miedo de perderme?

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Whuaaaaaa :c siento no haber podido actualizar ayer :c pero me surgieron cosas que hacer y no tuve tiempo :c lo siento *Modo hongo pide disculpas: On* Bien pues aquí el cap. de hoy :3 aun el retraso espero que os guste,-creo que fue uno del os caps más largos hasta ahora.- espero que les guste :3 y bueno sin más que decir... Muchas gracias por los votos y comentarios y nos leemos en el próximo capítulo~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top