Capítulo 2

-No os preocupéis, yo ya me iba.- Vi marchar a Takao dejándome a solas con Natsuki. Me giré hacia ella con algo de enojo por haber interrumpido a Takao.

-¿Qué ocurre?- Pregunté con el mismo tono de voz de siempre.

-E-Etto... M-Midorima-Kun yo quería decirte... Q-Que desde hace un tiempo m-me gustas.- En ese momento mis mejillas empezaron a arder, al igual que Natsuki que también estaba sonrojada con la mirada baja.

-Lo siento mucho pero no puedo corresponder a tus sentimientos... A-A mí ya me gusta alguien.- Contesté con la mayor tranquilidad posible.

-O-Oh... Y-Yo no lo sabía... S-Siento haber molestado.- Al acabar la frase Natsuki se fue corriendo. Lo que dije era cierto, yo ya estaba enamorado de alguien, y ese alguien era Takao. como pude enamorarme de él sigue siendo un misterio, solo sé que ahora la idea que se aleje de mi me aterra. Aunque cáncer este primero en el ranking de Oha asa no creo poder tener suerte si no veo su sonrisa.- ¿Desde cuando eres tan cursi?-Pensé para mí mismo. Pero después del tiempo que nos conocemos sabia una cosa, él no sentía lo mismo por mí, siempre estaba rodeado de chicas y chicos, podría tener a cualquiera ¿Porque tendría que elegirme a mí?

Después del "accidente" con Natsuki me dirigí hacia mi casa y antes de llegar me di cuenta de algo... ¡Aun llevaba la bufanda de Takao! Le había dicho a Takao que necesitaba una bufanda color naranja ya que era mi ítem de la suerte de hoy, pero le mentí el verdadero ítem era una prenda de ropa de "esa persona especial" ¿Pero cómo pedirle a Takao que me la dejara ya que necesitaba algo del chico que me gustaba? ¡Imposible! Antes prefería no conseguir el ítem, pero por suerte no tuve que decirle nada a cerca de mis sentimientos para conseguirlo. Llegué a casa y no había nadie, solo una nota.

Hijo, tu padre, tu hermana y yo nos hemos tenido que ir a ver a la abuela, el abuelo se puso enfermo y no podíamos dejarlos solos. Volveremos pasado mañana por la tarde, tienes comida suficiente en el refrigerador.

 

Te quiere, Mamá.

Otra vez me quedaba solo en casa, normalmente siempre nos quedábamos mi hermana y yo solos ya que mis padres salían por negocios muy a menudo. Pero hoy supongo que al no estar yo en casa también se tuvo que ir mi hermana. Como no tenía nada que hacer solo cené y me metí en mi cama.

Al día siguiente al despertarme lo primero que hice fue escuchar a Oha asa:

Cáncer: Enhorabuena estas en primer lugar de suerte de hoy. Es el momento para lanzarte y empezar cosas nuevas, ¿Algún chico o chica del que estás enamorado o enamorada? ¿Un nuevo negocio? Hoy es el día para empezar. No tengas miedo y hazlo. Tu ítem de la suerte es: Un colgante plateado.

Mi corazón se aceleró ¿Declararme a Takao? pero si el no corresponde arruinare nuestra amistad, ya que aunque yo no lo demostrara, él era mi mejor amigo. Cuando lo tuve todo preparado y cogí mi ítem de la suerte, salí a la portería a esperar a que llegara Takao ya que, según lo que dijo ayer, fue a buscar el rickshaw. Pasaron cinco minutos y al fin llegó sonriendo como siempre.

-Buenos días Shin-Chan~- Me saludó tan alegre como siempre. Sin contestarle me puse a su lado y pasé la bufanda que me dejó ayer por su cuello.

-Te la dejaste ayer, idiota.

-¡He! ¡No me llames idiota!- Gritó fingiendo un puchero. En ese momento Takao hundió el rostro en la bufanda y de inmediato se sonrojó levemente.

-¿Ocurre algo?

-N-No es nada.- Sin prestar más atención al asunto empezamos el trayecto hacia la escuela. Durante todo el día Takao estuvo algo inquieto, de alguna forma lo notaba diferente. No me molestaba tanto como solía hacerlo, y se giraba muy poco a pedirme un lápiz o algo de clase que olvidó. Pero no tenía tiempo para pensar en ello, tenía que pensar en cómo podía averiguar si Takao correspondía a mis sentimientos y así poder "lanzarme" como dijo Oha asa, pero no sabía cómo hacerlo, todo el día Takao estuvo rodeado de chicas pidiéndole cosas, normalmente siempre pasa ¡Pero hoy parecía ridículo! a penas lo dejaban respirar y eso me enojaba y mucho. Cuando al fin sonó la campana que indicaba el final de clase agarré a Takao del brazo y lo arrastré hasta el gimnasio para la práctica.

-¡Oe! ¡Shin-Chan suéltame! Me haces daño.- Solo lo ignoré hasta que llegamos al gimnasio, pero al llegar ahí no había nadie. Lo había olvidado, hoy no teníamos práctica.- ¿Para qué me has traído aquí? Hoy no tenemos práctica.

-Ya me he dado cuenta.- Dije gruñendo levemente, Takao solo esbozó una sonrisa.

-¿Lo olvidaste cierto?

-No.

-¿Entonces qué hacemos aquí?- Yo gruñí de nuevo mientras que Takao se echó a reír. Entonces me di cuenta, estábamos solos, no había nadie del equipo ni ningún estudiante que nos interrumpiera. Aprovechando que Takao no paraba de reír me acerqué a él hasta dejarlo acorralado entre la pared y mi cuerpo, cuando se dio cuenta dejó de reír.- ¿S-Shin-Chan q-que haces?- Ignoré su pregunta y me acerqué a su rostro, él al sentir mi cuerpo más cerca agarró mi camisa.- S-Shin-Chan.- Takao también se fue acercando a mi hasta que casi podía rozar sus labios, él... Correspondía ¿Verdad?

-¡Hey chicos!- Oímos una voz familiar gritar detrás nuestro haciendo que nos separáramos completamente sonrojados, era Kimura.- ¿Que hacéis aquí?

-N-Nosotros... O-Olvidamos que hoy no había practica.- Dijo Takao intentando disimular lo que casi acababa de pasar, yo me limité a colocar bien mis gafas.

-Veo que no soy el único que se olvidó.- Contestó Kimura riendo, Takao rió nerviosamente.- En fin, será mejor que se vayan hacia casa, está empezando a llover.

-E-Está bien.- Nos despedimos de Kimura y nos dirigimos hacia el rickshaw, una leve lluvia empezó a caer pero eso no nos impedía coger el rickshaw.- Shin-Chan, olvide mi teléfono en clase.- Takao sonreía de forma nerviosa. Yo suspire y nos dirigimos hacia el salón. Como había dicho Takao, ahí estaba su teléfono, sobre su pupitre. Cuando lo guardó, fuimos hacia la salida, cuando estuvimos en la entrada no podía creer lo que veía, empezó a llover de tal manera que la forma en la que llovió ayer solo parecía un juego de niños, por suerte fui previsor y traje un paraguas.

-Vamos.- Abrí el paraguas y salí a fuera esperando a que Takao saliera, pero no lo hacía, solo me miraba perplejo.- ¿A qué esperas? ¿Supongo que no traes paraguas?- Él negó con la cabeza, salió y se colocó debajo del paraguas junto a mi algo sonrojado. Empezamos a andar y Takao no decía ni una palabra, ni si quiera tatareaba una de sus típicas canciones y de alguna forma eso empezaba a... Preocuparme.- Takao... ¿Ocurre algo?

-¿Q-Que pasó ayer con Natsuki?- La pregunta me sonrojó levemente.

-Se me declaró.- Dije como si nada girando mi rostro.

-¿Y-Y tú que le contestaste?

-La rechacé.

-¿Y eso? ¿No me digas que el tsundere de Shintaro Midorima está enamorado?- Preguntó con tono burlón, yo me sonrojé aún más.

-N-No te incumbe.

-¡Eso es que si! Y dime ¿La conozco?- Takao parecía perder la voz a medida que decía la frase, yo no contesté, pero Takao insistió más.- Shin-Chan dímelo ¿Quién es?- Takao se colgó de mi brazo moviéndolo para que le prestara atención hasta que me hizo soltar el paraguas haciendo que se nos empapara toda la ropa.

-¡Takao! ¡Mira lo que has hecho!

-Lo siento, fue sin querer.- Contesto apenado, no pude replicarle más. Seguimos nuestro camino hasta que llegamos al punto donde nos separábamos.

-Aquí nos separamos.

-No importa, hoy puedo llegar más tarde a casa. ¿Dime la conozco?

-S-Si, lo conoces.-Mi sonrojó aumento aún más y Takao bajo la mirada. Durante todo el trayecto hacia mi casa no hablamos más, la iba en aumento lluvia a medida que avanzabamos y hacia que se viera cada vez peor. Cuando estuvimos delante de mi casa Takao sonrió con una sonrisa claramente falsa que en seguida se desvaneció.

-Ya llegamos. Yo me voy...

-T-Takao, quédate, con esta lluvia podrías tener un accidente.- Giré mi cabeza mientras me colocaba las gafas para disimular el sonrojo que tenía, Takao sonrió, esta vez sí era su sonrisa habitual.

-Si Shin-Chan.- Entramos en casa, no era la primera vez que Takao venía a mi casa, pero si era la primera vez que estábamos solos, de alguna forma estar a solas así me ponía nervioso.

-El baño esta al fondo a la derecha, puedes secarte allí... S-Si quieres puedes ducharte.- Me sonrojé al acabar la frase.

-Gracias Shin-Chan.- Takao no quitaba su dulce sonrisa, cosa que solo me sonrojaba más. Le extendí una toalla a Takao, él la tomó y sin querer nuestras manos se rozaron, haciendo que un escalofrió recorriera todo mi cuerpo, nuestras miradas se cruzaron y me perdí en esos ojos azules que tanto me gustaban. Estuvimos unos segundos sin apartar nuestras manos, hasta que finalmente Takao aparto la suya sonrojado y se llevó la toalla contra el pecho.- Vo-Voy a ducharme si no te molesta.- Yo negué para que entendiera que no me importaba. Fui al comedor y en unos veinte minutos Takao salió con la toalla atada a la cintura.

-Shin-Chan ¿P-podrías dejarme algo de ropa? La mía esta empapada.- Yo asentí sonrojándome hasta las orejas al ver así a Takao, estaba acostumbrado a verlo en el vestuario pero estaba demasiado cerca, yo era el único que estaba en ese momento a parte de él, nunca me había percatado del cuerpo tan perfecto que tiene, ese cuerpo tan bien formado combinado con esa dulce sonrisa que siempre tenía, sus mejillas sonrojadas levemente y esos ojos... Rayos ¿Desde cuando pienso asi? Lo llevé hasta mi habitación sin poder desacerme del sonrojo que había en mis mejillas y le di algo de mi ropa, antes de que pudiera salir de la habitación Takao empezó a cambiarse y yo me apresuré a salir de allí antes de que el sonrojo aumentara más. Una vez cambiado Takao entró al comedor con el pelo empapado.

-Takao si no te secas el pelo te refriaras.

-Eso suena a que estas preocupado por mí.- Dijo Takao sonriendo pícaramente sentándose en el suelo.- Si tan preocupado estas sécalo tu.- Solté un gruñido sentándome tras Takao cubriendo su cabeza con una toalla empezando a secar su pelo.- S-Shin-Chan s-solo bromeaba.

-¡Cállate! No podremos jugar mañana sin tu ojo de halcón.-Seguí secando su pelo con esa excusa, poco a poco Takao fue relajándose. Cuando su pelo ya estuvo completamente secó quité la toalla de su pelo. Ese si era el momento, mis padres no volvían hasta mañana y estaba completamente a solas con Takao.- Ta-Takao...-Intenté sonar serio pero me era imposible. No había respuesta, ni si quiera un leve movimiento, puse mi cabeza sobre su hombro para poder verlo más de cerca, se había quedado dormido.-Idiota.-Pensé para mi.- ¿Como pude enamórame de ti? De un enano hiperactivo con buena vista ¿Cómo? Agh todo es tan frustrante. Me siento un idiota.- Apoye mi cabeza en su hombro y con nerviosismo lo abracé por la cintura... Se sentía tan cálido, hacía tiempo que no notaba semejante calor, mi corazón se aceleraba a tal ritmo que pensé que en cualquier momento saldría de mi pecho pero a la vez se sentía muy relajante. Estuve así un rato hasta que sin darme cuenta me quedé dormido.

Me despertó un movimiento delante de mí, abrí lentamente los ojos para poder observar como Takao se había girado hacia mi sonrojado y nervioso sin saber qué hacer. Bajé mi mirada hasta su cintura, seguía abrazándolo. Sonrojándome también, me aparté de él hasta quedar apoyado en el sofá.

-Me quede dormido.- Intenté excusarme gritando con voz temblorosa.

-Ya me di cuenta.- Contesto Takao gritando también. Durante unos segundos nos estuvimos intentando calmar con la respiración agitada hasta que al fin nuestras respiraciones volvieron a la normalidad. Miré la hora, las ocho y media y a fuera seguía lloviendo incluso más que cuando llegamos. Takao también miró por la ventana y se quedó unos minutos pensativo.- Sera mejor que me vaya hacia casa... Mi madre se preocupará.

-Si sales con esta lluvia puede ser peligroso... Quédate a dormir.- Le dije serio, para mí no era nada raro, otras veces Takao había dormido aquí en el cuarto de invitados pero en cambio el volvió a sonrojarse.- ¿Te encuentras bien? Estas rojo.

-S-Sí. A-Avisaré a mi madre.- Takao puso la mano sobre su rostro intentando tapar su sonrojo, no puedo explicarlo pero de alguna forma se veía… tierno así.- Haré la cena.

-No es necesario.

-Déjame hacerlo... Es mi forma de agradecerte.- Dijo sonriendo. Yo asentí con un leve sonrojo, ¡Mierda! ¿Porque siempre me pasaba eso al ver a Takao? Ya apenas podía hablar con él sin sonrojarme pero con la predicción de hoy de Oha asa ya me era completamente imposible. Acabamos de cenar y nos sentamos en el sofá, mañana era sábado así que no pasaba nada si trasnochábamos un poco, en la televisión echaban una película de terror que decidimos dejar, al cabo de pocos minutos Takao se quedó dormido de nuevo.-Acabas de dormir ¿Cómo puedes volver a quedarte dormido?- No podía resistirme más, quedaba poco para que acabara el día y perdería la oportunidad que me había brindado Oha asa. Con lentitud me acerqué a su rostro, coloqué mi mano en su mejilla, me acerqué más a sus labios,  nuestros labios se tocaron en un roce electrizante y al fin pude juntarlos, se sentía tan bien, tan cálido, tan perfecto. Estaba seguro que Takao estaba dormido en ese momento, hasta que sentí como correspondía lentamente haciendo ese beso mucho más maravilloso, no quería sepárame nunca de él pero la falta de aire se hizo presente y tuve que alejarme. Takao tenía los ojos abiertos como platos y todo su rostro estaba sonrojado a más no poder.

-¿A-Acabas de besarme?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top