Cap 11. Al diablo.
5240 palabras.
Vale que me tiré todo Junio para esto -_-.
De cualquier forma fue una tortura, escribí este capítulo quizás unas 20 veces (mínimo) hasta que quede satisfecha con el resultado.
Agradezco a todos su paciencia y su apoyo. De verdad son los mejores.
Y hoy hay Mitsuboru 😎😎😎😎😎😎😎😎.
Vamos allá!
Disclaimer: Cuántas veces tengo que decir que hago esto porque me apetece y simplemente porque me apetece a mí?
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— Gracias Iruka-sensei —
— De nada niños. Si necesitan algo estaré en la cocina, lo mismo para ti Óbito, pero no abuses. —
Cuando llegaron a la casa de Óbito cerca de las orillas de la aldea, fueron recibidos por el beta de la manada de su tío, el director Iruka.
El hombre había estado encantado con la visita de los niños.
Los había hecho pasar tan pronto estuvo satisfecho con un abrazo y un besito de cada pequeño. Himawari se había reído ligeramente cuando de hecho su Óbito había sido el que tenía que inclinarse para recibir un beso de Iruka, pues el hombre Omega era inusualmente alto, sacándole alrededor de media cabeza al beta.
La casa era grande, bonita y ordenada, lo que era de esperarse considerando la buena organización que tenían Iruka y Kakashi con la mayoría de las cosas que hacían. Aunque en la honestidad el mejor de los 3 hombres en la cocina era el alfa de la casa, por muy sorprendente que para algunos sonara.
Pasaron a la mesa para que los niños pudieran comer sus hamburguesas mientras hablaban, considerando que ya era tarde para el almuerzo.
— Bueno. Iruka no vendrá en un rato. Así que siéntase libres de hablar—
Óbito se reclinó ligeramente en su silla estudiando a sus pequeños acompañantes, tomando nota de las pequeñas diferencias entre la última vez que había tenido oportunidad de verlos y ahora.
Charasuke todavía era algo callado, pero sumamente más relajado y espontáneo que la última vez que se habían visto, cuando un aire lúgubre había rodeado cada parte del pequeño niño y la hostilidad de su semblante le recordaba con bastante claridad a su padre cuando era un adolescente. Nada que ver con el niño que estaba ahora devorando una hamburguesa con una sonrisa.
Menma se veía preocupado, pero definitivamente no parecía el usual hostil alfa arranca gargantas que había visto la última vez que estuvieron en el mismo lugar, en definitiva se veía más tranquilo ante la presencia de los demás.
Himawari se veía muy linda, estaba creciendo a un buen ritmo y su habitual amabilidad seguía intacta, aún así veía más soltura en su forma de comportarse ante el mundo.
Al menos los niños estaban mejor, consideraba que desde que Sasuke se fue los niños habían sentido una buena parte de pérdida, pero Kakashi siempre había dicho que necesitaban tiempo, Iruka por su parte había opinado que simplemente necesitaban un cambio de ambiente, en lo personal Óbito sabía que los niños necesitaban a sus padres, pero apostaba por la idea de Iruka, la consideraba una mejor opción considerando que no tenían otra alternativa.
— Queremos saber de tu vida como Ninja— Óbito arqueó una ceja ante tal pedido. Charasuke se lo había pedido llano, simple y con mucha franqueza. Como quien no tiene tiempo o no tolera mal gastarlo. Tks, Uchiha.
No es como si no le diera cierto grado de orgullo de todas formas.
—No— ¿Qué? El hecho de que le diera orgullo no quiere decir que pudiera decir cosas de este tipo.
Se cruzo de brazos mientras Menma y Charasuke tomaron una pose similar al más puro estilo del Clan, Himawari simplemente comía entretenida de la pequeña lucha a su alrededor. Era como las novelas dramáticas de su madre.
Óbito evaluó las posturas de sus sobrinos, sus puntos de tención, poder y acción. No tanto por intención, si no más como un efecto de reflejo, uno arraigado de cuando encontraba a alguien que podría valer la pena para sus planes.
Porque él se había vuelto un experto en la medición y manipulación de las personas, no por nada pudo haber sido uno de los ninjas más peligrosos de toda la historia.
Y le daba incluso algo de tristeza saber que de hecho, la fuerza en los hombros de esos dos infantes, sobre todo de Menma, los hubiera hecho perfectos candidatos para ser destruidos y reconstruidos en grandes fuerzas de masa destructiva.
Rasgos de familia ¿No?, Un pensamiento amargo y de lo más acertado si le preguntan.
— ¿Para que quieren saber?— pregunto ya irritado del juego de miradas. Dios sabía que suficiente había tenido para las siguientes 3 vidas, mínimo.
— Proteger a una persona preciosa para nosotros. —
Óbito sintió un escalofrío pasar por su columna en la visión de la pequeña Himawari con una expresión tan impropia de la chica dulce que usualmente paseaba por las calles de Konoha.
Admitía que a medida que la niña crecía más de una vez se planteó la posibilidad de que Naruto en algún arrebato pudiera haber engañado a Sasuke y que Himawari fuera de hecho una Hyuuga, ya que tenía uno que otro pequeño rasgo de la princesa Hinata, aún cuando su cara era una copia más refinada de todo el hocico del Uzumaki.
Pero ahora con esa expresión tan... Diablos. Uchiha por falta de una mejor descripción, no podía evitar tragarse sus supuestas acusaciones de infidelidad.
Tenía la misma cara de Sasuke cuando alguien que no fuera Naruto, Hinata, Sakura o Itachi trataba de acercarse a sus bebés a menos de 10 metros por al menos 3 semanas luego de su nacimiento.
Óbito no bromeaba, los ojos de Himawari prometían una muerte lenta y dolorosa a quien sea que tratará de negarle la forma de proteger a su "persona preciosa".
"¿Cómo diablos hiciste a estos niños con Naruto, Sasuke? Son unos malditos diablos dictadores que solo heredaron la sonrisa del mocoso rubio"
Asteado se frotó el rostro entre las manos. Cuando se deshizo de todo el Clan junto con Itachi realmente había estado feliz de que las charlas incómodas finalmente se abrían acabado.
Y entonces a Sasuke se le ocurre no tener uno, sino una camada de 5 cachorros, 4 alfas para acabarla.
Malditos genes Uchiha.
— ¿Cómo es que saber mi vida ninja protegerá a alguien?—
— No nos interesa que hiciste cuando eras ninja. Más bien necesitamos saber qué hiciste para poder pasar la academia — Bingo.
La respuesta de Menma le explico todo lo que quería saber. Al mismo tiempo le dijo cual era el problema que tenía Sarada.
Así que todo era por Boruto.
Resopló ligeramente divertido por la situación.
Varios en Konoha estaban al tanto de que era el niño y de quién era hijo en realidad. 3 Hyuuga importantes, lo que restaba del Clan Uchiha, Kakashi, Iruka y los 11 de Konoha. Las suficientes personas para mantener a salvo al pequeño rubio, los suficientes para dejarlo hacer lo que quiera y que ciertamente la academia hiciera la vista gorda sobre quién era uno de sus estudiantes prodigio, sobre "que" era.
Óbito en lo personal pensaba que era un error que en su momento pagarían caro.
No estaba de acuerdo en que se lo hubieran ocultado incluso al propio niño, no estaba de acuerdo en que dejarán que hiciera lo que quisiera por el mundo como si fuera verdaderamente sencillo, justo como no había estado de acuerdo en el arreglo que habían hecho Sasuke y Naruto cuando tuvieron a todos sus hijos.
Óbito había estado a merced de personas en las que había confiado y le habían mentido por su propio bien. No era algo fácil de superar y aunque debía admitir que el chico era ciertamente talentoso, los esfuerzos que realizaba eran mínimos, al menos por lo que había llegado a ver con Kakashi.
Más sin embargo después de lo que pasó, Boruto estaba plenamente consciente de lo que era, pero si los niños estaban aquí significa que el rubio no iba ha aceptar sus limitaciones.
Y Óbito estaba de acuerdo en que las personas debían hacer su propio camino, que era válido arrepentirse y buscar uno para mejorar. Pero sea cual fuere el caso, el chico debía decidir por sí mismo.
— Bueno ya se de que va esto. Así que voy a ayudarles, pero no sé los diré ahora. Regresen en otro momento con Boruto y con Sarada, él tiene que escuchar por sí mismo lo que diré y él decidirá si vale la pena el riesgo. Guardaré el secreto sea cual sea su decisión. —
Obviamente los chicos protestaron, incluso trataron de rugir, pero Óbito no había llegado a ser uno de los ninjas más fuertes de la historia si no fuera capaz de manejar a los alfas, así fueran pequeños cachorros.
Sin embargo también sintió orgullo porque estaban dispuestos a muchas cosas por proteger a un ser amado. Justo como él en su tiempo.
Cuando finalmente aceptaron y todo el mundo se calmó, les quedaban un par de horas de luz, suficiente para ir a casa.
Aún así decidió encaminarles al menos hasta estar más cerca de la ciudad, no era seguro para nadie andar solo en los extremos de Konoha, tiempos de paz o no.
Ya una vez cerca de la casa de los Uchiha, los hizo parar en una calle sola, asegurándose con su sharingan que no hubiera nadie sospechoso cerca para poder hablar tranquilamente con los pequeños.
— Tengo que advertirles aunque puede que ustedes ya lo sepan. El camino que están eligiendo ahora es bastante peligroso, solo saber que hay un omega en la academia y no haberlo reportado en el momento es un delito. Los apoyo completamente. Pero recuerden, una vez que decidan ir por ese sendero, no hay vuelta atrás y al final del camino, sera descubierto de todas formas.—
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— ¿Estás seguro que no quieres que me quede? Puedo esperar todavía un rato.—
Sarada estaba parada en el umbral de la puerta acompañada de su pesado tío. Atenderlo para ella había sido prácticamente un deleite que hizo a su alfa interior hinchar su pecho en orgullo y ego.
Definitivamente Shisui era un afortunado bastardo.
— Estaré bien Sarada. Ve con tus hermanos a casa, que ya se acerca a la hora de la cena. —
Itachi sonrió confiado acariciando la cabeza de su sobrina, ella no era mala, simplemente había sacado demasiadas partes de la sangre Uchiha, era simplemente difícil de sobrellevar para alguien así de joven.
Le tendió una bolsa de papel para ayudarle y facilitarle las cosas, si tenía una idea de sus pequeños sobrinos era perfecto para la pelinegra.
— Se que Boruto prefiere las hamburguesas, pero tú y yo sabemos que ese niño nunca le ha dicho que no a un dulce en su vida. Son bollos rellenos de mermeladas. Úsalos para disculparte, con su diente dulce seguramente te perdonara.—
Sarada sabia que su tío tenia razón y que aunque no le gustara mucho la idea ella debía disculparse, había sido insensible con el muchacho rubio, asumió que como todo en su vida, Boruto simplemente había desestimado el incidente o solo ignorado el mismo y seguido de frente. Pero la platica con su tío le había esclarecido mejor la situación, de una forma que ella no se habría imaginado fácilmente.
Bien dicen que una historia siempre tiene dos versiones. Su padre solía decir, que sí el lobo hubiera contado la historia de caperucita, el lobo habría sido el bueno del cuento.
— Muchas Gracias tío—
— De nada, Salúdame a tus hermanos.—
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— Gracias por ayudarme Neji Ni-San. —
Boruto se encontraba en la entrada del complejo acompañado de su tío y una bolsa llena de pastelillos para compartir con sus cachorros. No podía dejar de pensar que sus tíos lo mimaban demasiado. Realmente no se quejaba de cualquier forma.
— Cuando quieras Boruto, siempre es un placer tenerte aquí. Y estate tranquilo, yo te despido de Hanabi. No te preocupes por los alfas, estarás más cómodo a medida que tú cuerpo se acostumbre—
—¿Lo prometes?—
Neji se inclinó para acariciar la cabeza rubia y dejarle un pequeño beso en su frente. Aveces piensa que realmente le habría gustado tener cachorros, pero estaba bien con los hermosos sobrinos que el cielo le había regalado.
—Por supuesto. No te asustes si sientes que quieres aferrarte a algún alfa aunque a los demás no puedas todavía, tu cuerpo buscara protección con aquel que le transmita confianza y sea naturalmente fuerte, así que no te preocupes, una vez que tu química sanguínea se asiente estarás perfectamente.—
Boruto sonrió chocando puños con su tío, dioses tenía al mejor tío del mundo.
— ¡Nos vemos Neji Ni-San!—
Neji observó cómo Boruto desaparecía corriendo hasta la vuelta de la esquina.
— Sakura, Sasuke, Naruto, Hinata-sama, espero que sepan lo que están haciendo. —
Boruto bajo el ritmo de su carrera hasta andar simplemente caminando. Aún le quedaba tiempo de sol y siempre podía subirse al techo de un tren si se les hacía tarde. Estaba de mucho mejor humor, quizás incluso podría hacer unos panqueques.
Aunque pensándolo mejor quizás haría hamburguesas o huevos fritos, ya tenía una buena dotación de pasteles de parte de su tío y si no hacía algo para amortiguar el golpe del azúcar, iba a tener un dueto de cachorros alfa hiperactivos con los que lidiar.
La tranquilidad junto a los consejos brindados por su tío le habían devuelto gran parte de la serenidad a su día, permitiéndole pensar en sus usuales trivialidades, como la cena.
Realmente había extrañado sentirse en pleno control de su alrededor, de su vida más que nada, todo el tiempo que puede recordar había seguido a su corazón por los senderos de su vida sin mayor preocupación o basilación en el asunto.
"He llegado hasta aquí. El resto no puede ser tan malo"
Saco un pequeño pastelillo de la bolsa para mordisquear mientras seguía su camino, desde su pequeño precelo el apetito en su cuerpo había aumentado de manera dramática y casi siempre tenía antojo de comidas cargadas de carbohidratos.
Por ahora el pastelillo tendría que bastar hasta que llegará hacer la cena.
—No es una hamburguesa, pero servirá ttebasa—
—¿Quieres una?—
Boruto salto de forma tan violenta por el susto que el choque que se dio contra la pared del callejón a su lado realmente le dejaría algún moretón, incluso soltó su pastelillo, verdaderamente perfecto.
—Deberías ser más cuidadoso Boruto—
Boruto trató de tranquilizarse aún pegado a la pared. Ignoro el latido de su espalda y la base de su cabeza tratando de fundirse con la pared.
—¡¿De dónde saliste ttebasa?!—
Mitsuki estaba inclinado hacia él, con la bolsa de sus pastelillos en una mano y el que había estado a punto de morder asalvo en su otra palma.
Ni siquiera se había dado cuenta en qué momento soltó los demás.
— Yo ya estaba aquí. Estabas perdido en tu pastel, aunque supongo que prefieres una hamburguesa. —
Boruto resopló ligeramente mientras su estómago tronaba en la perspectiva de la comida.
En cierto modo él siempre estaba listo para comer cualquier cosa que le gustará, en especial una buena hamburguesa, sin embargo realmente se estaba cuestionando el porqué de su apetito. Después de todo, su tío lo había consentido con tanta comida y dulces que incluso quizás no habría sido la mejor idea estar a punto de devorar un pastelillo.
Pero es que se veía tan rico.
Mitsuki acercó el postre a sus labios aún manteniendo una distancia semi decente. Bueno, tan decente como para que cualquiera pensará que era un amigo cercano y no algún acosador pervertido.
— Anda comelo. No es bueno que pases hambre. —
Observó un par de segundos el dichoso postre, oliendo el glaseado y apretando los labios para no salivar por lo delicioso que sabía debía ser. Casi tenía ganas de reírse de su omega interno, el cual estaba haciendo alguna versión de un ridículo baile de la victoria.
Entonces enfoco su vista en el alfa albino.
El aroma de Mitsuki le hacía cosquillas en su nariz, pero no era tan fulminante para su cabeza como había sido durante la mayor parte de ese mismo día. La verdad es que en esa ligera cantidad podía apreciar que era rico, lo hacía sentir cómodo.
Estudió las facciones del muchacho un momento tratando de saber sus intenciones. Pero no encontró más que una serena simpatía y una ligera orden, aunque debía ser normal, a fin de cuentas Mitsuki era un alfa en un terreno completamente ajeno a su territorio, conocía que Boruto era en efecto un Omega y sabía que el rubio tenía hambre.
Se permitió relajarse contra la pared con un suspiro cansado, definitivamente dejaría de ser tan paranoico. Él no era así y ya era tiempo de serse fiel a sí mismo, a sus propios ideales y su propia esencia.
Dios sabía que si quería vivir tranquilo es lo menos que podía hacer.
Mitsuki espero paciente aún con la golosina extendida hacia el rubio. Un segundo rugido por parte del estómago del Omega dieron la respuesta.
— Si gracias.
Boruto trató de tomar el pastelillo de las manos de su inesperado acompañante pero este no lo permitió.
— Anda abre—
La sonrisa de Mitsuki se ancho ligeramente cuando Boruto con una expresión irónica le obedeció. Su alfa interior ronroneo de gusto gracias al pequeño gemido goloso que dio el rubio frente a él al morder su pequeño aperitivo.
Mitsuki había seguido a Boruto después de que este huyera despavorido de los terrenos de la academia en una carrera a ciegas.
Observó de lejos como éste fue atendido y mimado por quienes sabía eran parte de su clan "materno" para luego salir siendo una persona algo diferente al muchacho asustado que había entrado al complejo esa tarde.
Le gustaba si era honesto.
No estaba seguro de que esta persona, este "Omega" fuera su sol, pero en definitiva se sentía ha gusto y tranquilo al rededor del muchacho rubio.
Al llegar a Konoha y estar en medio del altercado donde Boruto había tenido un destino desafortunado no le confirmo en absoluto si era la persona que estaba buscando, pero en definitiva le pareció parte del destino haber estado allí en el momento correcto. Todas las personas que amaban al precioso chico habían llegado tarde, todos menos él.
Sinceramente estuvo sorprendido al saber que Boruto aun iba a continuar en la academia ninja, sobre todo porque conocía las leyes de Konohagakure y lo que el rubio se estaba proponiendo era un delito, uno grabe siendo el caso. Pero también le llamaba mucho la atención, realmente le hacia estar ansioso de saber si este joven tan particular era su sol.
Y aun si no lo fuera, no podía decir que no disfrutaba la vista y el sutil aroma del muchacho, cualquiera que fuera un alfa regular no seria capaz de olerlo, el apenas detectaba el suave aroma gracias a sus desarrollados sentidos.
Su alfa estaba tan interesado en esta peculiar persona, que no pudo evitar el pequeño capricho de alimentarlo de su propia mano. Sabía que el omega lo disfrutaría más de esa forma, a pesar de ser un contacto intimo.
A Boruto no pareció importarle en lo más mínimo ser atendido por la mano de Mitsuki, concentrándose exclusivamente en disfrutar su pequeño aperitivo, con esas bonitas marcas en sus mejillas incluso podría parecer un pequeño gato hambriento.
En algún punto comenzaron a avanzar nuevamente, la tarde estaba cayendo rápidamente así que las calles estaban despejadas y el ambiente se tornaba sereno.
— ¿Satisfecho? No creo que quieras arruinar tu apetito para cenar—
—Si gracias. El resto es para mis cachorros, pero se los diré hasta que terminen de cenar, los dulces son hasta después de la cena. —
— Así que estás siendo un niño travieso comiendo dulces antes de la cena—
Mitsuki cubrió su ligera risa con una manga de su Kimono por la expresión de Boruto.
Tenía los mofletes inchados en un puchero brillantes de un color rojo, parecía un pequeño gato regañado.
Sin embargo se puso algo serio al ver, allí discretamente debajo de dobladillo de su pantalón, algunos vendajes.
Claro que de haber sido cualquier persona lo abría pasado por alto, a fin de cuentas muchos en la comunidad ninja usaban vendajes en su vida diaria, fueran heridos o no.
Pero él había sido quien hubiera puesto un vendaje allí en ese lugar específico de la anatomía del muchachito rubio.
—¿Qué pasa?—
Mitsuki le miró con una expresión pacífica que no transmitía ni en sus ojos ni su aroma, estaba consciente de que este era ligeramente más amargo a causa de la preocupación.
Empujó ligeramente a Boruto hasta que esté se apoyó contra la pared de algún edificio y con cautela se acercó.
Se esforzó hasta que sus hormonas estuvieron serenas y pudo transmitir ese sentimiento de tranquilidad directamente hacia Boruto.
Observó de forma satisfecha el ligero rubor que apareció en las mejillas del muchacho rubio y como su cuerpo se relajo contra la pared.
Conforme con el estupor dónde había metido a Boruto procedió a revisar sus vendajes a sabiendas de que no habría algún ataque de pánico.
Miro con aprobación que las vendas habían sido cambiadas y pidió permiso con su mirada al rubio para mover solo lo estrictamente necesario sus prendas para cerciorarse de que las demás heridas que podía recordar también habían sido atendidas adecuadamente.
Los vendajes del pecho y abdomen también habían sido cambiados y colocados diligentemente sobre los cortes, golpes y peladas que Boruto había recibido en su intento de defenderse de esos hombres.
— Lo haces de nuevo ttebasa—
Mitsuki alzó la mirada para que encontrarse con los ojos azules de Boruto.
La vista lo hizo rememorar unas cuantas horas antes, cuando el rubio se había metido en su pelea con el alfa moreno, aquel que le había azotado la espalda contra el suelo.
Su semblante era el mismo de ese momento, dónde aún frente a todos los demás, aún sabiendo que podía perder contra Mitsuki, en plena conciencia de que si no había podido ganar contra el alfa que el albino dejo sin aliento en el suelo, no tenía oportunidad de luchar contra el alfa extraño. Boruto le había plantado cara con valor y fuerza de un líder de manada experimentado.
Era sorprendente e interesante considerando lo vulnerable de la situación. En cierto modo Mitsuki lo había tomado como una muestra de confianza, tan descabellado como pudiera parecer.
— ¿Qué cosa?—
Mitsuki se levantó del suelo para hablar de frente.
— Estás cubriendome con tu aroma. Para ya. —
-Cláusulas de protección Omega:
Luego del primer pre-celo los omegas deberán estar cubiertos con el aroma de su prospecto alfa o en su defecto el aroma del alfa más fuerte de su manada de forma que este protegido. De no ser posible un alfa dispuesto a cuidar del Omega podrá cubrirlo con su aroma siempre y cuando sea lo suficientemente poderoso para ofrecer una protección a toda costa. -
Mitsuki había leído y sido educado en una gran parte de las reglas escritas sobre los omegas, junto a las normas protectivas y restrictivas aplicadas a estos en el momento que supo que Boruto era Biológicamente un Omega.
Fue una recomendación de Orochimaru que Mitsuki fuera instruido en este ámbito para que, si Mitsuki decidía quedarse en Konoha pudiera cuidar y tratar de manera apropiada a Boruto.
Mitsuki había entendido a la larga que buena parte de todas las normas, reglas y de más cosas, eran para mantener en cierta forma segura a la parte de la población más "vulnerable" químicamente hablando.
Sin embargo esto solo se aplicaba mientras los omegas siguieran las reglas impuestas.
Muchos de los castigos que había leído hubieron llegados a ser bastante severos, a pesar de que las razones eran hasta cierto punto razonables. Cuestiones como evitar ciertas situaciones para evitar daños propios, respeto a sus familias y cuidadores.
En el proceso de su entrenamiento alfa Mitsuki había conocido una cantidad de omegas algo significativa, tanto dentro como fuera del celo. Una vez hubo conocido la gran cantidad de reglas y lineamientos entre ambos géneros Mitsuki había podido tener un entendimiento mejor del actuar de estas personas en específico.
Claramente había conocido a varios omegas de muchos diferentes carácter. Hubo asustadizos, sumisos, fríos, cálidos, gentiles, cortantes, dóciles, salvajes y otros más de fuerte carácter. Pero todos habían mantenido ciertos comportamientos en común.
No mirar a un alfa extraño a los ojos hasta que se reconozcan las químicas en ambos cuerpos.
No mostrarse insinuante o desesperante cerca del celo con un alfa externo.
Hacer saber sus necesidades, antes que nada en cualquier situación respetar el equilibrio de su cuerpo.
Mostrar respeto siempre a un alfa no ostil.
Agradecer por cada muestra de atención o afecto.
Todas éstas eran reglas que cada Omega que Mitsuki tuvo que tratar cumplió, solo por decir algunas. Dependiendo del carácter cada uno cumplió en mayor o menor medida, pero ninguno había perdido parte de su educación, por muy asustados o por mucha lucha que hubieran dado al estar en una situación tan desconcertante.
Sin embargo Boruto era diferente. No temia mandar a otros, aún si no exigía verdaderamente obediencia o respeto, las personas a su alrededor parecían adorarlo, mucho más de lo que hubiera visto en su poca experiencia y lo poco que otros omegas le habían contado.
Boruto estando a su lado había roto tantas reglas de convivencia que incluso parecía un chiste. Además al muchacho rubio nisiquiera parecía importarle, a diferencia de sus congéneres.
"Eres muy interesante"
—Andas solo en las calles, ya va a anochecer y no tienes absolutamente ningún aroma al rededor tuyo. Tú aroma es muy débil como para que cualquier persona regular lo sienta, pero aún no estás acostumbrado a tu química. Estas exponiendote a que alguien trate de hacerte daño. —
Boruto apretó la mandíbula con molestía.
Trató de apretar sus glándulas para bajar la inchason queriendo disimularlo con quitar alguna suciedad inexistente de su camisa blanca.
En cierta forma Mitsuki tenía razón, Boruto lo sabía, aunque Sarada había tratado de drenar las hormonas de Boruto realmente el muchacho no estaba para nada en control con su cuerpo. No había podido soportar la mera cercanía de la muchacha y en consecuencia sus hormonas estaban a tope en su sistema.
Un paso en falso y bien podría ser el fin de su pequeño secreto.
Pero de cualquier forma eso no le daba derecho a Mitsuki de decidir por él. Además aún podía recordar perfectamente el momento en que Sarada se dio cuenta de que Boruto estaba cubierto del aroma del alfa albino.
— Puedo cuidarme yo mismo, además Vas a causarme problemas ttebasa. Sí Sarada se da cuenta estoy perdido—
Se estremeció ligeramente con repugnancia tan solo de recordar su dura voz alfa. Entre una Sarada y Una Himawari molesta, Boruto podría temer por su vida.
— ¿Es tu alfa? —
¿Eh?
—¿Perdona?
—Sarada. Supongo que a ella te refieres cuando dices que tendrás problemas ¿Es tú alfa? —
Boruto casi pudo haberse mostrado ofendido, de no ser porque a últimos días prácticamente había terminado respondiendo ante ella de nuevo y su parte Omega también.
Químicamente se podría decir que, fuera de su familia Boruto solamente había reaccionado con su parte Omega, al menos inconcientemente con los Uchiha y con Shikadai, pero al final siempre había terminado sometiéndose con Sarada, de mala gana y teniendo a sus cachorros de por medio de todas formas.
Pero aún así Boruto no se había permitido a sí mismo rendirse a ser marcado tan fácilmente, además de que técnicamente a pesar de ahora ser el Omega en la manada, también seguía siendo el líder de la mitad.
— No. Yo no tengo alfa, soy líder de manada—
Boruto espero quizá la indignación en el rostro de Mitsuki, que tratará de someterle, quizás incluso una amenaza por su secreto o chantaje.
Porque puede que Boruto se hubiera criado para ser un alfa, pero Boruto jamás fue especialmente cruel o abusivo como varios alfas a los que se había enfrentado anteriormente, no le era desconocido el trato abusador que algunos alfas tendían a mostrar con los omegas, por lo que aunque hubiera querido ser un alfa la verdad no quería hacerse ilusiones con este.
Pero Mitsuki una vez más le demostró que era un alfa de lo más raro.
Sí hubo claramente sorpresa en su semblante, pero también algo de admiración y algo que el Omega interno de Boruto interpretó como orgullo.
El rubio no estaba seguro de si logro reprimir el sonrojo que le provocaba sentir a su parte omega chillar por la aprobación y hacer un ridículo baile de la victoria, salto en un solo pie incluido.
— Bueno, eso está perfectamente bien. De todos modos, yo prometí que iba a cuidarte, así que al menos déjame hacer esto. Al menos estaré tranquilo de esta forma, ya que de seguro quieres cenar en tu hogar en vez de que yo te alimente—
Boruto resopló divertido por la manera de Mitsuki para aligerar el ambiente, aunque de removió algo incómodo cuando su estómago volvió a reclamar por comida.
Así que simplemente se recargo en la pared y movió la cabeza para que su cuello quedará disponible procurando que su camisa aún cubriera sus doloridas glándulas, sabiendo que esa era la mejor forma de que Mitsuki pegará todo su aroma sobre él.
Casi se sentía decepcionado porque no podía hacer lo mismo por Mitsuki. No con un aroma tan débil, es decir no es que fuera necesario o quisiera hacerlo, claro que no. Simplemente se sentía bien y era educado devolver el favor ¿Verdad?
—¿Eso quiere decir que puedo?—
— Deja de hablar y hazlo.
Mitsuki se acercó con gentileza, con todo el cuidado de no asustar al orgulloso rubio. Apoyó su peso en un brazo contra la pared y acercó su rostro al pálido cuello manteniendo su expresión serena. Allí si podía sentir claramente el aroma ligeramente nervioso de Boruto, olía muy bien. Lo hacía sentir tan tranquilo.
Boruto por su parte no sabía si arrepentirse o no. El aroma de Mitsuki ahora era fuerte, tanto como para hacerlo sentir algo torpe y entumecido, ahora sus glándulas verdaderamente dolían ante la presión y sentía como su aroma apenas comenzaba a destilar de las mismas.
Pero no se sentía amenazado en lo absoluto, Mitsuki era lo suficientemente grande y alto para cubrir el cuerpo de Boruto con el suyo, como si protegiera la vista del rubio al resto del mundo.
Se sentía confiado y seguro aunque su timidez apenas lo dejara disfrutar. Su Omega interno no parecía tener problema con esto, de ser por esa cosa irritante Boruto sabía que probablemente estaría acostado de espalda al suelo mostrando su cuello y su estómago a Mitsuki como un perrito buscando atención.
No te asustes si sientes que quieres aferrarte a algún alfa aunque a los demás no puedas todavía, tu cuerpo buscara protección con aquel que le transmita confianza y sea naturalmente fuerte, así que no te preocupes, una vez que tu química sanguínea se asiente estarás perfectamente
Quizás a esto se refería su Tío Neji. Mitsuki le había demostrado su fuerza ya en dos ocasiones y lo había protegido aún sin conocerse, le daban algunas dudas con un alfa tan raro pero tan amable al mismo tiempo.
Si era cosa de química y le haría la vida más llevadera. ¿Qué más daba? Mitsuki seguía dejando claro que no iba a delatarlo y al final cuando su cuerpo se asentará este tirón con el albino desaparecería.
¿Para que negarse si su tío le había dicho que estaba bien dejarse cuidar por alguien?
— ¿Qué hay de Sarada?—
Mitsuki pregunto con suavidad, el aliento de sus palabras le puso la piel de gallina a Boruto, apretó los dientes cuando la nariz de Mitsuki rozó entre su mandíbula y el lóbulo de su oreja.
Boruto hizo físico el gruñido que dio su Omega interno al recordar el incidente de esa misma tarde con la chica alfa.
— Al diablo con Sarada.
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Bien eso es todo por hoy, la verdad tuve un mes súper difícil e inspiración-chan decidió que me pusiera a dibujar en vez de que las cosas avanzarán aquí.
Pero bueno, tratemos que eso no pase.
Una vez más les agradezco a todos y ahora sí juro que trabajaré en esto todo lo que pueda porque yo también disfruto de mi material 😅
Besitos de gemas y alabanzas en dragones!
Yusefanhalackti
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